❛ 07 ❜
A G Á P E
siete
❀̸
❛ 𝓓ecisiones ❜
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
❝ ¿Alguien realmente sabe si este es
el fin del principio? ❞
▬ Holding On And Letting Go, RC.
26 DE JULIO, 2019.
20:57 pm, París.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
PODÍA ESCUCHAR A LA AMABLE doctora hablar, dirigiéndose a mí con cuidado y consideración, y yo realmente me sentía agradecida por lo atenta que estaba siendo. Sin embargo, el estado mental en el cual me encontraba ahora mismo me dificultaba procesar del todo lo que ella me decía.
—La mayoría de las mujeres que han experimentado riesgos de aborto y han optado por seguir con sus embarazos, por fortuna han llegado a termino sin mayores complicaciones.
Me informó ella, como si de cierta manera tratara de ofrecerme algún consuelo. Apreciaba muchísimo su gentileza, pero yo ni siquiera sabía cómo rayos sentirme, ¿Qué diablos se suponía que debía pensar? ¿Qué era lo que debía sentir? Apenas acababa de confirmar que efectivamente sí estaba...embarazada, Dios, aún ni siquiera lograba hacerme la idea, no podía poner mi nombre y la palabra "embarazada" en una misma oración y ahora, como si todo eso no fuera suficiente, la doctora me explicaba que lo que estaba ocurriendo conmigo, era que me encontraba en riesgos de sufrir un aborto.
—Puede sonar un poco aterrador, pero el hecho de que haya riesgo de perdida no significa que el embarazo no vaya a continuar.
Ella lo decía como si esas fueran buenas noticias, y...santo cielo, debían de serlo, pero ¿cómo podía sentirme feliz porque fuera sólo un susto y no un hecho? Al mismo tiempo, ¿cómo podía no sentirme feliz? No lograba identificar mis sentimientos, no estaba lista para esto, pero a su vez ...Dios, mi cabeza iba a explotar.
—Al menos podemos empezar a tomar medidas desde ahora —añadió ella con una sonrisa.
—Pero...usted dijo que un gran porcentaje de embarazos terminan en abortos espontáneos durante los primeros meses. ¿Eso es...? ¿No hay forma de prevenir que eso ocurra?
—Desafortunadamente, la mayoría de los abortos espontáneos no se pueden evitar ni prevenir. Tú estás apenas en tus primeras semanas de gestación, según los valores de tu examen, debes tener entre seis u ocho semanas, lo cual es muy temprano para afirmar con certeza...
—¿Seis u ocho semanas? —cuestioné, casi sintiendo que me atragantaba con mi propia saliva. ¿Cómo que casi dos meses? Ese tenía que ser un error—. Pero...antes tuve mi período de forma regular, y no tuve ningún malestar...
Hice una pausa cuando vagos recuerdos de mí vomitando pusieron mis propios dichos en duda, es decir...sí vomité un par de veces, pero estaba segura de que había sido por el estrés, mucho estrés, esa tarde que medio perdí la consciencia cuando conocí Seonghun, o esa noche que ocurrió lo de Sowon, todo había sido estrés, no pude estar embarazada en ese entonces.
"Así es como empezó Seulgi". Casi pude oír las palabras de Jeongguk aquella vez que devolví todo frente a él en ese minúsculo cubículo. Él lo sugirió y yo sólo...
"Es diferente". Me negué hasta incluso considerarlo "Sufro de migrañas, las náuseas pueden ser uno de los síntomas, no es la primera vez que me pasa".
Había estado muy segura de eso porque luego de esa vez en la ducha, la semana siguiente tuve mi período con normalidad, y no volvimos a ser así de descuidados hasta la última vez que estuvimos juntos. Entonces no podía ser. Demonios, es que no podía entenderlo, Jeongguk ni siquiera...bueno, él nunca terminó dentro...es decir, sí, una vez, cuando yo olvidé apartarlo, pero tomé la pastilla del día después, y la tomé de inmediato, así que ¿Cómo diablos podía ser así de desafortunada? ¿Qué era? ¿La mujer más malditamente fértil del planeta tierra?
—Quizás haya habido un error —sostuve tercamente, porque ¿dos meses?—. Estoy segura de haber tenido mi período regularmente.
—Sí, eso es más común de lo que se piensa —me explicó—. Especialmente durante el primer trimestre, es frecuente tener sangrados debido a desequilibrios hormonales propios del embarazo. En cuanto a los malestares, varían mucho entre las mujeres; algunas nunca tienen síntomas, otras los experimentan de inmediato y algunas en el segundo trimestre...
Sentí el impulso de rebatir lo que decía con el argumento de que después de esa vez en la ducha, que si sacaba cuentas, pudo ser la única vez que algo así pudo ocurrir, nosotros sí tomamos precauciones para que justamente esto no ocurriera, pero entonces, muy vagamente recordé que en realidad...no lo hicimos. Jeongguk lo sugirió. "¿Crees...que deberíamos tomar otras precauciones?" Preguntó, y yo la muy bruta: "No creo que haya sucedido nada, pero...sí, tal vez deberíamos".
Tal vez deberíamos.
No, definitivamente debimos.
Pero no lo hicimos, porque luego nos fuimos directamente a la fiesta que prepararon para nosotros...y nos olvidamos. Santo cielo, no podía creerlo. Era mi culpa. Yo le dije que lo hiciéramos así, él dijo que no tenía preservativos y yo...agh, incluso hice el estúpido comentario de: "No es como si fuéramos a hacer un bebé o algo". Dios, que tonta, que tonta, que tonta. Ahora mismo, no sabía si ponerme a reír o llorar por mi estupidez.
—Sin embargo, como te mencionaba, en este momento es demasiado pronto para predecir con certeza cómo evolucionará tu embarazo. Por lo tanto, será necesario monitorearte durante un período de días, quizás semanas, para garantizar que todo esté progresando adecuadamente —informó ella, tomando notas despreocupadamente en la hoja sobre su escritorio—. Tu deber ahora es seguir mis recomendaciones al pie de la letra y asistir a todas tus citas programadas, ¿entendido?
No.
No tenía tiempo para eso.
No tenía tiempo para nada de esto, no había espacio para esto en mi vida, no ahora. Me había esforzado tanto para llegar hasta aquí, ¿Se suponía que lo tirara todo por la bordo así como así? Diablos, mi corazón comenzó a latir fuerte cuando toda esa angustia sacudió mi cuerpo.
—Es importante que te tomes un par de días de descanso. Debes mantener reposo y tomar los suplementos que te voy a recetar a continuación.
¿Días de descanso?
¿Guardar reposo?
No me había tomado un descanso de la danza en más de diez años, ni siquiera cuando había estado horriblemente enferma, nunca, no iba a comenzar ahora, no podía sólo tirar a la basura el esfuerzo de años. Maldita sea, ¿qué tan egoísta me volvía eso?
—Es muy importante que también prestes atención a tu alimentación. Estás varios kilos por debajo del peso saludable recomendado para tu edad y estatura, especialmente en tu condición. Nos ocupáremos de eso igualmente. Además del reposo relativo, es fundamental que...
—Pero...—la interrumpí cuando la palabra "reposo relativo" me puso aún más inquieta, sin procesar las ideas en mi cabeza y sin tener idea de cómo rayos decir lo que tenía que decir.
Y es que no había una forma correcta, mis pensamientos eran más que cuestionables, pero ¿Estaba mal no sentirme feliz ni emocionada con la noticia? Tenía veinte años, había tomado un montón de decisiones estúpidas y apresuradas, y había acabado de este modo. Estaba lejos de casa, mis amigos estaban en otro bendito continente y últimamente sentía que ni siquiera podía hablar con ellos; mi madre...ella estaba haciendo un buen trabajo demostrando lo mucho que se encontraba en contra de lo mío con Jeongguk; y...Jeongguk, él era lo más difícil en todo esto. Lo nuestro lo era. Todo este tiempo había puesto mi amor por él por encima de todo lo demás y ahora...ni siquiera estábamos juntos, lo que era peor, tal vez no volveríamos estarlo. Y odiaba pensar en eso porque si lo hacía, entonces no había forma de negar que todo había sido en vano.
¿Y ahora qué? ¿Se suponía que nuevamente debía sacrificarme, esta vez...por esto? Lo había hecho en el pasado sin dudar, cuando creía que valía la pena, pero ¿Qué rayos había ganado con eso?
Esto.
Mi carrera.
Mis sueños.
Eran lo único que tenía ahora.
—¿Hay algún problema? Luces un poco indispuesta —preguntó la doctora, alentándome a hablar, con una mirada y tonos suaves.
Me tomé un eterno segundo antes de atreverme a volver a hablar porque sabía que si abría la boca, iba a comenzar a llorar. Todas mis emociones se sentían más caóticas e intensas que nunca. Y es que estaba odiándome ahora mismo. Odiándome por permitir que esto ocurriera. Odiándome por arruinarlo todo. Y...odiándome por estar considerando tomar el camino fácil en lugar de hacerme responsable de mis acciones. Estaba siendo tan egoísta. Y me sentía una persona horrible por estar teniendo los pensamientos que tenía. Cada día, poco a poco sentía que me perdía a mí misma, pero ¿cuáles eran mis opciones? Yo...no podía tener un bebé, simplemente no era posible, no con la vida que tenía, no con los sueños que tenía, no ahora, no cuando todo mi futuro pendía de un hilo y todo era tan aterradoramente incierto.
Y especialmente
no sin Jeongguk.
Sentí mi piel estremecerse cuando uno de esos intrusivos pensamientos me recordó que esto no me concernía sólo a mí. Era...nuestro bebé. Mío y de Jeongguk. Dios, las lágrimas picaron en mis ojos cuando esa realización me golpeó. Seguramente ni siquiera era un bebé aún, pero no podía pensar en ello como algo menos que eso...porque era nuestro. Y a pesar de todo, este bebé había sido concebido con amor. Yo había amado a Jeongguk todo el tiempo y quería creer que él me había amado a mí, por esa razón esto era tan difícil. Había tenido miedo anoche porque sabía lo que esos dolores podían significar, acababa de enterarme y aunque no quería aceptarlo, la sola idea de perderlo...me aterró, fue una emoción natural, instintiva que a pesar de todo, no podía sacudir fuera de mí.
—Creo que todavía sigues un poco conmocionada con la noticia, lo cual es totalmente comprensible. Sin embargo, si sigues al pie de la letra...
Sacudí mi cabeza suavemente y aclaré mi garganta en un intento por tragar el nudo que la obstruía. —¿Qué si...uhm, qué si no puedo hacer eso?
Ella no comprendió. —¿Que si no puedes hacer qué?
Humedecí mis labios porque repentinamente mi boca se sentía seca, y no pude mantener mi cabeza alzada mientras replicaba porque sentía mucha vergüenza, mucha culpa. —Pues...tomar una pausa.
—¿Lo dices por el trabajo? Porque si es así, no tienes nada de qué preocuparte, podrás justificar tu ausencia con...
—Es que no puedo —intervine, oyendo mi propia voz temblorosa—. Si lo hago, entonces perderé mi trabajo.
No volvería a tener esta oportunidad.
—Van a reemplazarme, y no...uhh, no puedo dejar que eso pase. Yo no...no creo que pueda tener este bebé ahora.
Declaré, pero quise tragarme aquellas palabras tan pronto como abandonaron mi boca. Santo cielo ¿cómo pude insinuar algo como eso? ¿De verdad era capaz de...? Sacudí mi cabeza, deseando eliminar del todo esas ideas. Necesitaba a Jeongguk. No podía hacer esto por mi cuenta, sola aquí...estos pensamientos no abandonarían mi cabeza, pero...juntos sabríamos que hacer, yo no...no podía, no quería más de esto, sólo...lo necesitaba a mi lado.
—Haye...
—Lo lamento —me disculpé inmediatamente, sintiendo como la culpa se extendía por cada rincón de mi cuerpo, no muy segura de si mis palabras iban dirigidas a la doctora frente a mí o...a mi bebé—. Lo siento, no quise decir...
La doctora negó con su cabeza y yo me sentí aún peor cuando no hallé críticas en su mirada. —Descuida, no dijiste nada malo.
No dije nada bueno.
—No soy quien para juzgarte, no me corresponde decirte que es lo que deberías o no deberías sentir, mucho menos que es lo que deberías o no deberías hacer. Esto es algo muy grande. Podría decirse que es lo más significativo y trascendental que podría ocurrirle a una mujer. Y todavía eres muy joven, no te sientes lista y eso puedo entenderlo. Imagino que debes estar muy abrumada, sin embargo, creo que si tienes que tomar una decisión con respecto a esto, debes hacerlo con la cabeza fría. Sé que no pediste mi consejo, pero te sugiero que te tomes un momento y pienses en todo esto, trata de entender tus emociones, averigua qué es lo que en verdad quieres, y actúa en consecuencia a ello, sé que no querrás vivir con esos arrepentimientos.
🥀
27 DE JULIO, 2019.
09:48 am, Corea.
❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫
NO PODÍA DEJAR DE PENSAR en todo el asunto de Aera, no podía sacarlo de mi cabeza, me encontraba a mí mismo todo el tiempo tratando de poner excusas por ella, tratando de justificarla, intentando hallar alguna razón que pudiera excusar que ella tuviera algo que ver con todo esto, pero no había ninguna. Al menos ninguna que fuera lo suficientemente buena como para justificar el que nos traicionara a mí y a su hermano de esa manera.
—Por favor, no hagas ninguna estupidez —pidió Seulgi, abrochando su cinturón de seguridad—. Sé que ahora mismo quieres ir con Aera y encararla, pero hasta ahora no tenemos más que suposiciones, y no podemos sólo culpar a alguien sin pruebas, especialmente no a Aera.
—¿Si sabes que no tengo todo el maldito tiempo del mundo, no? Ya pasó un mes, no puedo dejar que Haye siga con esa incertidumbre por más tiempo.
Tampoco yo podía seguir así, si Aera sabía algo, si ella estuvo involucrada en lo que sea que haya ocurrido, entonces tenía que confesar de una maldita vez. Ya no soportaba esto, necesitaba estar con Haye, la extrañaba tanto que me estaba volviendo loco.
—Estamos siendo optimistas aquí, pero ¿Qué si descubrimos lo que pasó en realidad y eso termina siendo no lo que nosotros esperamos?
—No engañé a Haye —sostuve con convicción, pues ahora creía en eso más que nunca. Permití que esa perra mentirosa se metiera en mi cabeza una vez, no volvería a cometer ese error—. No pude hacer algo así, siempre lo he sabido, no sé por qué carajos dejé que esa hija de puta sembrara la maldita duda en mí.
—Supongo que fueron las circunstancias. Cuando te despertaste ahí sin saber qué demonios había pasado, te encontrabas en un estado muy vulnerable, y ella se aprovechó de eso. De otra manera no habría podido joder tu cabeza de la forma en la que lo hizo.
—Lo hice todo mal —apreté mis manos en el volante, sintiendo como que necesitaba sacar la frustración de alguna manera. Las decisiones que tomé esa noche me atormentarían hasta el último maldito día, jodí tanto todo, tomé todas las decisiones incorrectas. Quería tanto proteger a Haye de mis errores, que terminé sentenciándome—. No quería que Haye...no quería hacerme ver como una víctima ante ella, y asumí la culpa de algo que no había hecho. ¿Por qué carajos pensé que hacerlo sería buena idea?
Solté todo e inmediatamente me arrepentí. No quería decir eso. Mierda. Había estado evitando pensar en eso, evitando hablar de eso, y ahora Seulgi lo sabía. Carajo, este no era el momento para esto.
Seulgi me vio confundida y entonces yo supe que ella no lo dejaría estar. —¿A qué te refieres? ¿Qué fue lo que le dijiste a Haye?
Cuestionó, apenas advirtiendo que nunca me preguntó sobre cómo le conté a Haye lo que había ocurrido. Ella asumió que yo le conté hasta el último detalle, pero eso no era del todo correcto.
—¿Jeongguk?
Al diablo.
Si había alguien con quien podía hablar de esto, era con Seulgi.
—Sentí que era responsable de lo que había pasado. Me emborraché y desperté sin ningún recuerdo en la cama con otra. Pensé que era mi culpa, yo bebí y jodí todo.
Seulgi entrecerró sus ojos, mirándome como si no pudiera creer mis palabras. Entonces yo puse mi mirada fija en la carretera. —¿Eso fue lo que le dijiste a Haye? ¿Que te emborrachaste y despertaste en la cama con otra?
—Eso era lo que creía que había pasado.
—¿Y no se te ocurrió decirle que fue en contra de tu voluntad?
—Quería ser honesto con ella.
—¡Pero no fuiste honesto con ella! —señaló indignada—. Porque eso no fue lo que sucedió. Jeongguk, por Dios, si algo pasó entre tú y esa perra mentirosa, tú no lo querías.
—No podía decirle eso a Haye. No quería mentirle y en ese momento no estaba seguro de una mierda.
Seulgi inhaló como si no lograra hacer que el aire suficiente llegara a sus pulmones. —Santo cielo, no puedo creerlo.
—Ya era bastante malo contarle lo que pasó, ¿querías que también le agregara que fue en contra de mi voluntad? Ya la había puesto en una situación lo suficientemente difícil sin añadir más carga.
—¿Y nunca te detuviste a pensar en ti por un minuto? ¿Crees que aliviaste la carga de Haye al decirle esa mentira? Ella cree que te emborrachaste y dormiste con alguien más, la única esperanza a la que se está aferrando ahora es a que tú recuerdes qué carajos pasó y le digas que nada ocurrió. ¿No te das cuenta de que todo esto sería muy diferente si ella supiera la verdad? Nunca se hubiera ido en primer lugar, ella estaría aquí contigo porque entendería que sea lo que sea que haya pasado, no fue algo que tú quisieras.
Lo sabía ahora, porque todo era más claro ahora, pero no lo era en ese momento. Todo ocurrió tan jodidamente rápido. Me sentía peor que basura, no podía recordar nada y sólo quería ser sincero con ella. Pensaba que había sido mi culpa por emborracharme, o en el mejor de los casos, creía que Chaeyeon había mentido por despecho. Y estaba tan lleno de culpa, me estaba consumiendo y me negaba a ser la víctima. ¿O qué iba a decirle a Haye? ¿Que una chica que pesaba treinta kilos menos que yo me había forzado a estar con ella? Si lo hubiera hecho, Haye me hubiera creído, porque así era ella. Y sí, tal vez no se hubiera marchado, pero entonces habría tenido que enfrentar no sólo lo sucedido, sino que también lo que me había ocurrido a mí. No quería eso. No quería que fuera peor para ella, y yo sabía que Seulgi tenía razón, pero al mismo tiempo comprendía por qué hice lo que hice, ella simplemente no podría entenderlo.
—Tú no ibas a presentarte como una "víctima" ante Haye, Jeongguk, tú fuiste una.
—No lo sabemos —sostuve.
—Incluso si nada pasó entre ustedes y todo fue un engaño, sigues siendo una víctima. Si pusieron algo en tu bebida y luego...
—¿Podemos dejar el tema? —la interrumpí, ya era suficiente, no quería ir por ese camino. No quería pensar en eso más. Me había negado a pensar en ello todo este tiempo, prefería seguir así.
—¿No piensas decírselo a Haye?
—Cuando sepa con certeza que fue lo que pasó, entonces le diré que nunca la engañé.
—No hablo de eso...
—No voy a cambiar la versión de los hechos ahora, ella creerá que sólo estoy tratando de conseguir su perdón. No va a creerme, ya es muy tarde para eso, tenemos que seguir con el plan.
—Ella te creerá —insistió en vano—. Si le dices todo lo que acabas de decirme, ella...
—No lo haré, así que olvídate de eso. No quiero retroceder, quiero terminar con esto de una puta vez. Descubriré quién carajos planeó esto, le sacaré la maldita verdad a patadas si tengo que hacerlo, y entonces Haye regresará conmigo.
—No está bien, Jeongguk —Seulgi suspiró, claramente frustrada—. Haye debería saber todo esto. Ustedes dos deberían estar juntos, no es justo que Haye te vea como el responsable de lo que pasó cuando en realidad...
—Mierda, Seulgi, mejor no te hubiera dicho una mierda —resoplé.
—Oye, eso no es justo.
—Te lo conté porque creí que podrías entender. Si quisiera que Haye lo supiera, lo hubiera hablado con ella.
Haye ya tenía suficiente en que pensar, no iba a tomar esta oportunidad de regresar a su vida sólo para joderle aún más la cabeza. No soportaría seguir haciéndole daño. Si Seulgi iba ahora y le decía lo que habíamos hablado, Haye se sentiría culpable por haberse ido en primer lugar. No iba a hacerle eso. Quería liberarla de todo esto, esa era mi prioridad, ella y únicamente ella.
—Eres insoportable, en serio. Ah, maldito sea, Jeon Jeongguk, eres tan...ugh. Bien, como quieras, seguiremos con el bendito plan entonces —se rindió, gracias.
—Bien.
—Tenemos que ser cuidadosos con cada cosa que hagamos de ahora en adelante, eso incluye el tema de Aera, y por supuesto que a Saerom. Chaeyeon accedió a verme, quiero creer que es una buena señal. ¿Crees que puedas comportarte civilizadamente hasta ese entonces?
—¿Te refieres a que si podré contenerme de sacarle la verdad de forma no muy gentil a la hija de puta de Saerom? —inquirí, viendo como mis nudillos se volvían blancos por la presión que ejercí en el volante. Quería hacer confesar a cualquiera que estuviera involucrado en esto, no me importaba cómo—. No puedo prometerte nada.
—Mira...si se tratara de otra persona, te diría que ni se te ocurra, pero...agh, como odio a esa maldita. Siempre te dije que era una arpía. ¿Acaso no lo hice, uhm?
—Nunca dije que no lo era.
—No, pero no me dejaste arrancarle los pelos cuando tuve la oportunidad. Nada de esto habría ocurrido si me hubieras dejado matarla en ese entonces.
—Sí le arrancaste varios pelos.
—No los suficientes —bufó Seulgi—. ¿Crees que tu abuelo esté relacionado con todo esto?
—Sí.
Si Saerom lo estaba, entonces lo más probable era que él también. Después de todo, él fue quien la trajo de vuelta a mi vida. No lo entendía antes, pero tenía sentido ahora. Él nunca aceptó lo mío con Haye, ese no era ningún secreto, pero no creía que sería capaz de llegar a este punto para apartarla de mí.
—¿Así de mucho quería a Haye fuera de tu vida?
—Él ve a Haye del mismo modo en el que ve a mi padre —y al parecer no le bastó con pisotear a mi padre en su tiempo, ahora lo llevó mucho más lejos con Haye—. Nunca esperé que aceptara felizmente lo nuestro, pero tampoco esperé que nos hiciera esto.
—Ese hombre no tiene corazón. ¿Cómo pudo hacerte algo así? Eres su nieto, por amor de Dios. Él quería que te casaras, ¡Y lo hiciste! ¿Por que no pudo simplemente dejarlo estar?
—Porque Haye no cumple con sus absurdos e inalcanzables estándares. Y no me casé con ella por eso.
—Ya lo sé, la amas, la adoras, no puedes vivir sin ella, bla, bla, pero te casaste, cumpliste su deseo, ¿Por qué hacer todo esto? Creí que todo eso de básicamente entrenar a mi pobre Haye para presentarla ante ese mundillo de mierda era una buena señal, creí que se había hecho la idea y esa era su extraña forma de aceptarlo.
—Yo también —grave error.
—¿Y qué rayos tiene que ver él con Chaeyeon? —me preguntó, pero no tenía ni puta idea, todo eran suposiciones tras suposiciones—. Hay algo que no calza. Bueno, muchas cosas no lo hacen, pero...tu abuelo contrató a Saerom para trabajar contigo, es decir, para ti, pero...¿Esta fue su intención desde el principio? ¿Utilizarla para separarte de Haye?
Saerom había hecho sus jugarretas infantiles en este tiempo, pero nada así de grave. Lo más confuso de todo, era que ella no tenía ninguna razón para ser un jodido dolor en el culo. Ella no sentía nada por mí, no sentía nada por nadie, así que ¿Por qué querer separarme de Haye?
—¿Supongo? —dudé y ella me miró mal—. No sé y no entiendo a donde quieres llegar.
—¿Si quería generar problemas entre ustedes, por qué la contrataría específicamente a ella? —se explicó Seulgi vagamente—. ¿Qué es lo que sabe sobre ella? Me refiero a que, Saerom nunca fue precisamente importante para ti, entiendo que quisiera meter a Sowon en tu vida a toda costa por la historia que ustedes tienen, pero ¿Saerom? ¿Por qué ella?
—Saerom dijo que mi abuelo le estaba haciendo un favor a su padre —recordé, no lo puse en duda entonces porque tenía sentido, ahora...no estaba seguro—. Ella dijo que por eso la contrató, dijo algo sobre perder dinero en unas apuestas y que su padre la obligó a trabajar para devolverle lo que gastó saldando esa deuda.
Vi de reojo como Seulgi fruncía sus labios, pero prontamente volví a concentrarme en el camino.
—No lo sé, me parece mucha coincidencia el hecho de que ella necesitara un trabajo y que justamente tu abuelo te estuviera buscando una asistente. ¿Y por qué siquiera la aceptaste, uhm? Sabías que era problemática.
Ah, mierda. Había olvidado el insignificante detalle de que Seulgi no tenía idea de lo que ocurrió con Saerom cuando éramos más jóvenes, no había hablado de eso con nadie a excepción de Haye.
—Saerom me amenazó con esparcir ciertos...rumores si no la dejaba quedarse con el trabajo —no entré en detalles.
—¿Ya y...? ¿Eso te asustó? —inquirió Seulgi, frunciendo el ceño, confundida—. ¿La dejaste entrar en tu vida por miedo a unos rumores?
Ya, era fácil decir eso cuando no te encontrabas en la situación en la que yo me encontraba, tenía una reputación que cuidar, no había estado haciendo un buen trabajo con eso en los últimos años.
—No me estás diciendo todo —advirtió ella.
Ah, al diablo.
—Iba a decirle a todos que la obligué a ponerle fin a su embarazo, ¿feliz? Ya estaba con la mierda hasta el cuello, no quería otro escándalo. Además, amenazó con irle con ese cuento a Haye. Quise ahorrarme el drama, por eso dejé que se quedara el maldito trabajo.
Seulgi pareció quedar con más dudas que respuestas después de escucharme. —Espera, ¿Dijiste embarazo? ¿Cuál embarazo...? ¿Y qué tenías que ver tú con eso? —cuestionó—. ¿Embarazaste a esa...?
—No.
—¿Entonces...? —se espantó.
—No lo sé, nunca supe si de verdad era mío, es una historia jodidamente larga y no viene al caso...
—¿Tu abuelo sabía sobre eso?
—Si no lo sabías tú, ¿Cómo carajos podría saberlo él? No es como si recurriera a él para contarle mis problemas.
—Bueno, de alguna forma debió enterarse. No creo que sea una coincidencia que contratara justo a la chica con quien compartías un secreto de esa magnitud para ser tu asistente. Aceptaste que Saerom se quedara sólo porque te amenazó, así que tal vez ese era su plan, hacer que la chica se inmiscuyera en tu vida para utilizarla de algún modo, no habrías aceptado tener una asistente sin una amenaza de por medio, así que...tal vez por eso la escogió a ella.
Seulgi había visto demasiados programas de detectives, de otra forma no me explicaba cómo carajos sacaba esas conclusiones con tal facilidad.
—Tiene sentido para mí —agregó ella.
—Pero él no tenía cómo saberlo.
—Yo no lo descartaría.
—Saerom tendría que habérselo contado, y dudo que lo haya hecho, ella ni siquiera sabía de quién carajos era ese bebé, además...no conseguiría nada de eso, a mí me amenazó con exponer esa basura porque soy yo, pero nunca amenazaría a mi abuelo.
Seulgi suspiró de mala gana. —En eso tienes razón.
—Y no es como que mi abuelo conozca el historial de chicas con las que he estado como para ir por ahí buscando a una que pueda joderme la puta existencia, tú sabes que hasta que pasó lo de mi hermano, mi vida no podía importarle menos.
—¿Entonces por qué la contrató a ella? —insistió Seulgi, no desechando su teoría—. No me creo que todo sea una desafortunada coincidencia. ¿No había nadie más que supiera sobre ese supuesto embarazo? Tal vez tu abuelo escuchó algún rumor. O tal vez alguno de esos monigotes suyos lo hizo y le fue con el cuento.
—No creo que mi abuelo pase sus tardes escuchando cotilleos sobre la vida de los demás. Lo que dices tendría más sentido si fuera reciente, pero esto pasó hace años.
Seulgi chistó su lengua. —¿Entonces no hay nadie que pudiera haberle hablado sobre eso? ¿Seguro?
—La única persona a la que le hablé sobre eso fue a Haye, no quería que Saerom tergiversara la historia, así que preferí decírselo yo. Doyoung también lo sabía, Saerom trató de manipularlo con eso también, pero...
—¿Doyoung? —rescató ella?—. ¿El mismo Doyoung que durmió con tu ex novia cuando aún era tu novia y el cual te resiente y te odia? ¿Ese Doyoung?
Sabía a donde quería llegar, pero no. —Sí, me odia y me resiente, pero no tanto como a mi abuelo. Sabes lo que le hizo a su familia, no creo que pase sus ratos libres reuniéndose con él para hablarle sobre mi pasado. Además, no creo que Doyoung esté dedicando su vida a buscar venganza, pero incluso si lo hiciera, no recurriría al hombre que jodió a su familia para conseguirla.
—Eso habría sido muy de película —opinó Seulgi—. Pero es cierto, además...ya se desquitó contigo cuando se metió con Sowon. Como sea, entonces llegué a un camino sin salida, no tengo otra teoría que explique por qué tu abuelo contrataría a Saerom.
No quise decirle a Seulgi que Jimin también sabía lo del supuesto embarazo de Saerom. Ella fue con Doyoung y Jimin antes de irme con el cuento a mí, yo fui el único idiota que le creyó, al menos hasta que Jimin me dijo que ella trató de hacer lo mismo con él.
Pero de ninguna maldita manera iba a creer que Jimin estaba involucrado en esto.
A pesar de lo que sabía sobre sus sentimientos por Haye, no desconfiaba de él. Y no quería que Seulgi desconfiara de él. No quería ir por el mundo desconfiando de mis amigos, lo de Aera ya era suficientemente difícil, pero tenía razones para dudar de ella, Jimin no me había dado ninguna razón para dudar de él.
—Tampoco sé cuál es la conexión de Chaeyeon en todo esto. Es decir, si todo fue planeado, ¿Qué explicaría su participación en esto?
—Me va a explotar la puta cabeza —resoplé, tratando de no comenzar a darle mil vueltas a todo esto, tantas suposiciones tenían mi cerebro al borde del colapso. Quería respuestas, pero definitivamente no quería perder la cabeza en el proceso—. Vamos a hablar de algo más. Dime algo, lo que sea.
—Pero...
—Verás a Chaeyeon pronto, enfoquémonos en eso, ¿sí? Porque si seguimos así voy a terminar desconfiando hasta de mi maldita sombra. Ahora, distráeme cinco minutos.
—Uhm...sí, seguro, tienes razón, a ver, veamos...uhhh...el doctor dijo que bichito ya no es transparente, ya terminé de formar su piel. Ah, y al parecer definitivamente es bichito y no bichita.
Oh.
Vaya.
Con todo lo que estaba ocurriendo, no había tenido cabeza para preguntarle sobre la criatura y todo eso. No estaba seguro de cómo abordar ese tema con ella, la última vez que nos vimos, aún estaba no muy emocionada con la idea, se escuchaba más a gusto ahora.
Sonreí para mis adentros cuando la escuché aún llamarlo bichito y sentí una emoción positiva por primera vez en mucho tiempo después de oír las nuevas noticias, al parecer todo iba bien, eso me alegraba. —¿Entonces es niño?
—Eso dijo el doctor. Así que ya puedes comenzar a darle regalos.
—¿Una casa será suficiente? —bromeé...más o menos.
—¿Tienes que ser tan extra, hm?
—Seré su padrino —declaré con orgullo, sonriendo para mí mismo con la idea—. Tengo que hacerle buenos regalos.
—Ya, si así quieres ser con tu ahijado, ¿Cómo serás con tus hijas, uhm? ¿Les regalarás un castillo o qué?
—¿Quién dijo que tendré "hijas"?
—Haye —replicó con una sonrisa—. Dos hijas, ningún hijo, se lo dijo el péndulo hace años...al menos cuatro veces, así que hazte a la idea.
Ah, todo tenía sentido ahora. Haye siempre decía que tendría hijas, creía que lo decía porque quería que así fuera, ahora sabía de donde había sacado la idea.
Dos hijas.
Dos hijas que fueran como Haye.
No sonaba mal.
—No me molesta —dije.
—Claro que no, porque sabes que el mundo necesita más mini Hayes y no más mini Jeongguks, ¿verdad?
—Oye, tu preferencia por uno de tus mejores amigos es más que evidente.
—Tontito, es porque ella te lleva diez años de ventaja en eso de la amistad —me dio la razón—. Hay niveles. Y no te hagas el ofendido, tú también la prefieres antes que a mí.
—Por supuesto que sí —me burlé y ella me dio un codazo—. Es Haye, ella va antes que todos.
—¿Siempre tienes que ser tan cursi?
—Sí.
—Como sea, el péndulo también nos dijo que nuestros hijos crecerían juntos, obviamente eso no va a ocurrir porque Haye no tendrá hijos hasta como los treinta, así que si el péndulo mintió, tal vez aún haya esperanzas para un mini Jeongguk.
—No habrá esperanzas para un mini Jeongguk si Haye no regresa conmigo.
—Cierto, pero aún puedes reproducirte con alguien más.
—No.
—¿Cómo que..?
—Shh —siseé.
—¿Qué? ¿Si Haye no regresa contigo entonces te quedarás sólo por siempre? —se rió.
—Sí.
—Sí, claro.
—No tienes que creerme.
—No lo hago.
—Bien.
—¿Hablas en serio? —insistió, divertida.
—Es ella o nadie más.
Ella me miró con recelo, dejando de sonreír. —Te oyes muy seguro.
Podía creer que estaba bromeando, pero no lo hacía. Para mí esto no era cualquier cosa. Tal vez Seulgi pensaba que no me tomaba lo del matrimonio en serio, pero sí lo hacía. Lo mío no habían sido sólo palabras vacías.
—Prometí amar a una persona para siempre...los dos lo prometimos, eso no puede cambiar.
—La gente puede divorciarse...
—Seulgi —advertí.
Esa no era una opción y ella lo sabía, no iba a renunciar a Haye, no podía. Mi corazón nunca podría pertenecerle a nadie más.
—Lo siento, no era en serio, es que me gusta oír lo mucho que la amas cuando comienzas a contradecirme. Es lindo. Además, bichito quiere que sus padrinos estén juntos.
—Yo también quiero eso —pero no quería ponerme a pensar en lo mucho que en realidad lo deseaba, así que cambié el tema—. Ya no suenas como si lo odiaras.
—Nunca lo odié, sólo...me costó hacerme la idea. Nadie quiere un bebé a los veintiuno, necesitaba tiempo.
¿El tiempo hacía ese tipo de milagros? No entendía cómo funcionaba todo eso de los bebés, pero podía imaginar porqué ella no estaba emocionada, aunque ahora que parecía estarlo, no entendía por qué. —¿Y qué sientes ahora?
Los bebés eran la gran cosa, la idea de tener hijos en un futuro sonaba tan emocionante como aterradora, aunque tenerlos a los veintiuno, ahora...sonaba simplemente aterradora, así que si Seulgi sentía algo más además de arrepentimiento, sentía curiosidad de por qué.
—¿Ya lo aceptaste? —pregunté.
—Lo acepté.
—¿No hay arrepentimientos?
—Bueno, por supuesto que me hubiera gustado que ocurriera en otro momento. Ya sabes, cuando fuéramos mucho más estables financieramente, pero...
—¿Pero...?
—Es que siento que lo amo —dijo, aunque no con mucha convicción, como si le fuera difícil comprender el sentimiento del todo—. ¿No es raro? Ni siquiera lo conozco y ya lo amo...no lo sé, es muy extraño, es como si sólo fueran un montón de células hasta que son tu montón de células. Bueno, tuyo y de la persona que quieres.
—Que manera más tú de describirlo, muy turbio y todo.
—No es turbio, es que...piénsalo así, si viniera Sowon a decirte que tendrá a tu bebé, seguramente no sentirías lo mismo que sentirías si viniera Haye a decirte lo mismo.
Tendría un paro cardíaco en las dos ocasiones, aunque probablemente por dos razones muy diferentes.
—¿Te refieres que no sentiría terror? Porque un bebé con Sowon me suena a una pesadilla —bromeé, pero Seulgi me miró mal.
—Enfócate.
—Vale.
—Dios, si es contigo, será mejor que Haye se espere hasta los cuarenta para tener hijos, maduras con la rapidez de una tortuga.
—Soy muy maduro.
—Ja.
—Y entiendo a lo que te refieres, sólo...no sabré lo que se siente hasta que me pase, supongo.
No quería pensar en esas cosas, no era parte de mi futuro cercano y no me hacía ningún bien ponerme a imaginar mi vida con Haye ahora, todo era muy incierto, pero incluso si no fuera así y todo estuviera yendo perfectamente bien entre nosotros, los bebés no estarían en nuestros planes hasta dentro de mucho. Seulgi había mencionando la palabra "estabilidad" antes, y eso era algo de lo cual Haye y yo carecíamos...en todos los sentidos.
—Y hablábamos de ti, yo no soy él que estará cambiando pañales en cuatro meses.
—Ya quisieras.
—Uhh...¿no? —le sonreí.
—Ugh, tienes razón, esa parte no me mata de la emoción, pero...ya, quita esa sonrisita burlona, algún día te tocará.
Nah.
El celular de Seulgi resonó dentro del auto antes de que tuviera la oportunidad de seguir molestándola, anunciándole la llegada de más de cinco mensajes consecutivos. Esperé que los ignorara, al menos hasta que agregó con una sonrisita de costado un:
"Mira a quien invocamos".
Seulgi me enseñó fugazmente como sus notificaciones llevaban el nombre de Haye y mi corazón como que comenzó a latir más veloz ante la sola lectura de su nombre. Debían de ser más o menos las dos de la madrugada por allá, así que a pesar de que me emocionó saber de ella, no pude ignorar el pinchazo de preocupación en mi estómago.
—¿Qué pasó? ¿Qué te dijo? —cuestioné impaciente, sintiendo el impulso de aparcar en cualquier lugar.
—Espera, no entiendo —vi de reojo como ella fruncía el ceño—. Envió unas fotos, pero no cargan, creo que...oh, mierda.
La forma en la que dijo eso último encendió todas mis alarmas, casi frené de golpe cuando sentí una especie de frío recorrer mi columna. ¿Qué demonios? ¿Qué era...? Seulgi se quedó callada mientras veía su teléfono. Maldita sea, no podía detenerme a mitad de la jodida carretera.
—No me hagas eso —gruñí, apretando con fuerza el volante—. ¿Por qué te quedas callada ahora? ¿Ella está bien? ¿Qué carajos pasó...?
Los ojos de Seulgi parecía que estaban a punto de salirse de sus cuencas, eso sólo me inquietó aún más.
—¿Qué demonios? —preguntó, aunque no exactamente a mí—. ¿Esta es una broma? ¿Dónde está la cámara?
¿Huh? Ella miró a su alrededor como si realmente buscara cámaras y yo tuve que controlar el impulso de arrancarle el teléfono de las manos.
—Esto no puede ser cierto —masculló entre dientes, medio enojada, medio incrédula.
—¿Quieres que me de algo? —advertí, acelerando en busca de un espacio en el cual estacionar—. Se me va a parar el puto corazón si no dices nada...
—Lo siento, lo siento —se disculpó precipitadamente, bloqueando el celular antes de que pudiera siquiera tratar de ver de qué se trataba todo lo de las fotos—. Perdón, está bien, ella...bueno, sí, está "bien".
—Muéstrame.
—No —sentenció tajantemente.
—¿No?
—No puedo, es...privado.
—¿Privado? —solté una risa de los puros nervios—. ¿Es una puta broma? Deja de tocarme las narices.
—No, ninguna broma. Y no insistas.
—Seulgi.
—¡No es nada!
—No me vengas con eso, mira como te pusiste —no iba a convencerme de eso, nadie reaccionaba de esa manera por "nada"—. ¿Qué fue lo que te dijo?
—No puedo decírtelo...no me corresponde.
—No estás hablando en serio.
—Si ella quisiera que lo supieras, te lo habría escrito a ti.
—Muéstrame —insistí.
—Oye, creo que estás olvidando aquí que ella es mi mejor amiga. Soy completamente leal a esa chica.
—También soy tu mejor amigo.
—Sí, bueno, hay privilegios que sólo posee ella, te lo dije, diez años más de amistad. Además...quiero matarte ahora mismo así que no me presiones.
¿Qué mierda había hecho ahora?
—Es en serio, Seulgi, no estoy bromeando.
—Yo tampoco. Sólo...olvida lo que hablamos antes. Si quieres ir con Haye, no pienso detenerte.
—¿Qué...?
—¡Santo cielo, que compres ya ese condenado pasaje! —chilló toda refunfuñona—. Por Dios, es que los hombres no entienden nada.
¿Qué carajos le pasaba?
—Lo otro puede esperar, ¿bien? —se explicó lo más vagamente posible—. Y cuando estés con ella, por favor, por favor...no lo arruines.
🥀
27 DE JULIO, 2019.
10:17 am, Corea.
❪ ❛ KANG SEULGI ❜ ❫
CUANDO JEONGGUK DIJO: "Déjame que solucione unos cuantos asuntos y podremos irnos", yo supe que iba a tardarse. No era que me hiciera mucha gracia quedarme en su oficina, porque sí, el idiota tenía su propia oficina, pero pensé que si tenía que matar el tiempo, entonces podía hacerlo de un modo más productivo. Necesitaba poner mi atención en algo más porque si no lo hacía, entonces me pondría a pensar en Haye, y si pensaba en Haye...seguramente comenzaría a llorar.
Sabía que sentirme culpable por todo lo que ella estaba pasando no tenía sentido, pero aunque trataba de no sentirme de ese modo, no podía evitarlo. Yo había puesto a Jeongguk en su vida, y si no lo hubiera hecho, nada de esto estaría ocurriendo. No me gustaba pensar de ese modo, si las cosas entre ellos no se hubieran dado de esta manera, si ellos fueran felices, entonces yo sería la primera en celebrar su amor, los dos se merecían, eran perfectos el uno para el otro, pero este mundo estaba siendo jodidamente cruel con ellos, especialmente con Haye, y eso ella no lo merecía. Amaba a esa chica, siempre la vería como mi hermanita, por eso no podía no desear hacer lo que fuera por llevarme su dolor. ¿Qué era lo peor de todo eso? Pues que todo su dolor estaba ligado directamente a Jeongguk.
Era difícil estar en una situación como esta cuando eras amigo de las dos partes, si el causante de las desgracias de Haye fuera cualquier otro idiota, podría maldecirlo y hacer lo posible por sacarlo de su vida, pero este era Jeongguk, y no era su maldita culpa estar rodeado de personas tan ruines capaces de hacer lo que sea para lograr sus sucios propósitos, él era sólo otra víctima, y no podía simplemente decirle: "Aléjate de ella, si en verdad la quieres tanto como dices, entonces libérala de todo esto", nope, porque él en verdad la amaba, y lo hacía de un modo tan genuino y sincero que pedirle eso sería lo mismo que pedirle que se condene a sí mismo a ser infeliz. No podía hacer eso, especialmente no ahora.
Él tenía que estar con Haye.
Él tenía que demostrarle que sólo había sido una víctima más en los viles y perversos juegos de estas personas, eso era todo, y yo iba a probar su inocencia porque no había visto todas esas series de detectives en vano.
Sólo esperaba que haber puesto mi fe ciegamente en Jeongguk valiera la pena, tenía que ser así, era todo en lo que podía pensar mientras corría a hurgar en los papeles que una de las amables secretarias dejó sobre el escritorio que pertenecía a la zorr...a Saerom.
No había visto a la maldita por ningún lado, así que supuse que no se encontraba aquí...al menos no aún, y como no había nadie a mi alrededor que pudiera cuestionar mis reprochables actos, no perdí ni un segundo en revisar todo lo que había en sus cajones, carpetas y por último, los papeles sobre la mesa.
No entendía un carajo de lo que había en todo ese montón de papeles, tanta basura de negocios y tratos, tantas copias inútiles...nada llamó mi atención, nada además de ese infame papel que se encontraba justo frente a mis narices, burlándose de mí con esas palabras que resaltaban más que el resto: "Convenio de divorcio". Mi corazón medio se detuvo cuando leí el nombre de Jeongguk y Haye en ese ridículo papel.
Propuesta de convenio, mutuo acuerdo, antecedentes, cláusulas, todo estaba ahí, ¿De verdad estaban haciendo todo esto a las espaldas de Jeongguk? ¿Qué demonios tenían en la puta cabeza? ¿Y qué era eso de mutuo acuerdo? Por Dios, estas personas eran basura.
—Tú vas a ordenar todo eso —escuché esa irritante voz que conocía y que tanto odiaba, sacándome de mi ensimismamiento. Su repentina aparición tal vez me habría espantado de no ser porque me encontraba aún estupefacta con toda la basura que había leído—. Hola, por cierto, es lindo volver a verte.
No pude contener el impulso de virar los ojos cuando su falsa sonrisa molestó a mi vista. Me pregunté si el café que sostenía estaba caliente, porque el solo verla me provocaba querer tirárselo encima.
—No sabía que era el día de traer a tus amigos al trabajo, pero espero que tenerte aquí ponga a Jeongguk de buen humor, ha sido un jodido dolor en el culo todas estas últimas semanas.
Y tenía el descaro de quejarse.
Agh, como la odiaba.
—Oh, ¿Dices que ha estado de malas? Pues supongo que el hecho de que ratas como tú estén maquinando este tipo de cosas a sus espaldas puede poner a algunos un poco gruñones —repliqué, señalando ese documento en específico.
—Vamos, todos sabíamos que ese absurdo matrimonio terminaría de ese modo —contestó divertida, dejando el café sobre la mesa y quitándome la carpeta de las manos.
—Mira, yo sé que toda esa mierda que te metes acabó con más de la mitad de tus neuronas, ya estás medio tonta, eso es de conocimiento público, pero sólo para mantenerte al día, y no te preocupes, utilizaré un lenguaje simple para que puedas entenderlo: "Jeongguk y Haye siguen casados", ¿Vale? Y lo seguirán estando, así que lo que sea que estés planeando ahora, olvídalo.
—¿Ah, sí? Pues gracias por la actualización, lo que pasa es que lo que sea que tú digas me entra por un oído y me sale por el otro. No retengo información tan irrelevante. Es como cuando me dijiste hace unos años que Yoongi era tu novio, ¿Te acuerdas?
Esta chica definitivamente no había crecido en lo absoluto desde la última vez que nos vimos, el hecho de que se jactara de haber tratado de meterse con mi novio hace unos años, aún cuando sabía que era mi novio, decía mucho de la clase de persona que era. Perra. Tuve que inhalar una respiración profunda para no caer en su juego y ponerme a su altura.
—¿Te sientes orgullosa de eso, hm? —cuestioné y ella se encogió de hombros, inmutable—. Tratar de robar el novio de una chica ya es bastante malo, tratar de robar el esposo de una es inaceptable, especialmente si la pareja que tratas de joder es la de Jeongguk y Haye, ya sufrieron lo suficiente.
—¡Genial! Escribiré una nota sobre eso en mi libreta de "No es tu maldito asunto".
—Pero lo es, porque como la mejor amiga de la hermosa pareja que quieres separar, asegurarme de que permanezcan juntos por el resto de sus vidas, es asunto mío...así que deja estos viles jueguitos y apártate. Puede que Haye tenga demasiada clase para pelear contigo, pero yo patearé tu sucio trasero.
Ella sacudió suavemente su cabeza, sonriéndome burlonamente. —¿Sí? Pues yo creo que te mantendrás fuera de esto.
—¿Uh, sí? —esta vez yo sonreí—. ¿Y por qué creerías eso?
—Porque esto es más grande que tú. Bastante más grande que tú. Oye, es que...¿Realmente piensas que me interesa si Jeongguk está o no con esa niñita, hm? —cuestionó con sorna—. Eso no podría importarme menos, la verdad...es que hasta siento un poco de lástima por ese idiota, pero es lo que es, tengo un rol que cumplir en todo esto.
—¿Un rol? —¿Qué demonios trataba de decir?—. ¿Te importaría ser más clara?
—No voy a meterme en problemas gratuitamente. Sólo te diré que esto —señaló los papeles de divorcio—. No fue idea mía, nada de esto en realidad.
Nunca creí que lo fuera.
Ella ciertamente no era la cabeza de todo esto.
—Es su abuelo, ¿verdad? Él es el que está haciendo todo esto, ¿no es así? —inquirí, pero ella sólo continuó mirándome con diversión, regodeándose por saber aquello que nosotros ignorábamos—. Sólo dilo.
—Eso creería uno, ¿no? —sugirió, confundiéndome incluso más—. Dime ¿me creerías si te digo que no?
No.
—Aunque no lo parezca, y aunque sea muy difícil de creer, el abuelo de Jeongguk no dejaría que nadie toque un pelo de su cabeza. Ahora, tú haz lo que quieras con esa información.
De acuerdo, oficialmente no estaba entendiendo una mierda. —¿A qué estás jugando?
—¿Yo? ¿Es que no entendiste nada? Que yo ya no quiero jugar más —confesó en un suspiro cansino—. Quiero que todo eso se acabe, pero no quiero quedar en el medio, así que...sólo ríndanse y dejen que las cosas tomen su curso. Jeongguk nunca debió casarse con Haye en primer lugar, acabar con eso de una vez es lo mejor para todos.
—Estás demente.
—No hay esperanza para esos dos, créeme.
—¿Por qué? ¿Porque tú lo dices, uhm?
—No, porque tu querido amiguito no es tan inocente, ¿De acuerdo? Sé que quieren creer eso, pero no es así.
Mentiras. —Ya, ¿Y se supone que debo creerte?
—Mira, los dos pueden hacer lo que quieran, pero al final del día será inútil. Y si hacen esto aún más difícil, la única persona realmente inocente aquí será quien va a pagar. Así que si en verdad quieres lo mejor para tu amiga, vas a mantenerla lejos de Jeongguk.
Hija de puta. —¿Acabas de amenazar a Haye?
—No, yo no —destacó, haciendo énfasis en esas dos ultimas palabras—. ¿No lo entiendes aún? No soy yo quien hace esto.
—¿Y qué carajos eres, huh? ¿La maldita mensajera?
—Hm —se encogió de hombros—. Algo así.
—Esto es una tontería —bufé. ¿Por qué, a quién sea que estuviera detrás de esto, le importaba tanto? Por Dios, no le hacían daño a nadie—. De verdad, es una maldita tontería.
—Sí, pero las consecuencias no lo son —dijo, acercándose más a mí—. Y por si no has entendido aún, te lo voy a simplificar: tienes que sacrificar a unos de tus dos amigos aquí. Así de simple. Si eliges hacer feliz a Jeongguk y continúas ayudándolo a regresar con su amorcito, tal vez algo muy feo pueda ocurrirle a Haye. Y a ti. Y a tu noviecito. Ah, y a tu bebé.
—Cuida tus malditas palab...
—Shh, te estoy haciendo un favor aquí, así que mejor escucha —escupió—. Ya oíste cual es tu primera opción, ahora...si pones el bienestar de Haye primero y nos ayudas a ponerle fin a esa relación absurda que tiene con Jeongguk, entonces no le tocarán ni un pelo. Ni a ella ni a ninguno de ustedes.
—¿Estás escuchando lo que me estás diciendo? ¿Acaso perdiste la...?
—Es una decisión sencilla —me cortó—. Puedes hacer lo mejor para Jeongguk, o puedes hacer lo mejor para todos. Decide.
¡HOLA, HOLA MIS AMORES!
Les traje otro par de revelaciones en este capítulo, necesarias antes del reencuentro de Haye y Jeongguk 👀
¿Qué opinamos de que el abuelo no esté detrás de todo esto? ¿Le creemos a Saerom o qué?
Ahora también ya pueden hacerse una idea de lo que piensa JK con respecto a los bebés 😅
Y la pobre y confundida Haye, ¿Qué creen que hará? Ahora también ya saben lo que ella piensa 💔
¡Y SEULGI! Ahora pueden ver como de manipuladoras son las personas que están detrás de todo esto. ¿Qué piensan que hará nuestra bestie?
Y lo más importante, ¿Ya tienen alguna idea de quién es la cabeza de todo esto? Yo creo que dejé un par de pistas 😈
PD: EL REENCUENTRO YA LES RESPIRA EN LA NUCA.
Y como soy buena persona y las amo, les dejo este adelanto 💗
¿Qué dice el público?
En fin, me despido chikis, se me cuidan, besitos, y no se olviden de votar 🤍
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top