❛ 04 ❜
A G Á P E
cuatro
❀̸
❛ 𝓐rrepentimientos ❜
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❝ Y tú dices que abandoné el barco, pero yo estaba hundiéndome con él. ❞
▬So Long, London, Taylor Swift.
27 DE JULIO, 2019.
00:38 am, Corea.
❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫
ABRÍ LOS OJOS, despertando de inmediato con un sentimiento de culpa y remordimiento del cual sabía no podría desprenderme en mucho tiempo. Lo había arruinado todo, por Dios, ¿En qué estaba pensando? Había cavado mi propia tumba.
¿Cómo pude decir tanta mierda? ¿Cómo...? Maldita sea, ¿Cómo podía merecer a Haye después de toda la basura que lancé sobre ella? Recordaba mis declaraciones, todas ellas y no podía creer que esas palabras habían salido de mi boca. ¿En qué carajos estaba pensando?
Nunca podría arrepentirme de Haye.
Nunca. Ella era lo mejor que me había pasado, era lo más preciado que tenía, lo más valioso. La amaba tanto que dolía. A pesar de eso, del dolor, nunca podría lamentar el haberle entregado mi corazón. Nunca podría lamentar el haber decidido amarla, pero había estado tan herido que en algún punto simplemente dejé de razonar.
Con el alcohol las cosas se veían diferentes, pero era muy consciente ahora de lo que había hecho: la había cagado monumentalmente. Después de esa llamada, yo simplemente dejé de pensar con sensatez. Perder a Haye, realmente perderla se volvió de pronto demasiado real, no pude soportarlo. No estaba listo para eso. No quería eso. Estaba abrumado, aterrado y destrozado, y me desquité con quienes no lo merecían. ¿Cómo diablos podía retractarme ahora? Había dicho demasiado como para volver atrás.
—Si aún tienes más basura que escupir, te sugiero que mejor lo pienses dos veces —escuché la filosa voz de Seulgi apenas di un paso dentro de la cocina. Aún estaba aquí. Gracias a Dios.
Ya no veía a los chicos, Seulgi estaba sola, sentada en un taburete junto a la encimera, comiendo lo que parecía ser una tostada francesa acompañada de un vaso de leche. Su intensa —y llena de reproche— mirada, me hizo sentir pequeño. Tenía que disculparme y tragarme mis palabras.
—Incluso dices su nombre mientras duermes. Es todo lo que dices, de hecho —mencionó ella, recordándome que en algún punto había caído dormido en el sofá y que de seguro ella me escuchó llamando a Haye en mis patéticos sueños—. Después de las cosas que dijiste anoche, sin embargo, me parece que no mereces ni siquiera imaginarla en tus sueños.
—Seulgi...
—No, cierra la boca, ahora vas a escucharme, ¿entendiste? —ordenó tajantemente, en un tono de voz que no aceptaba contradicciones—. Esa chica, esa preciosa y dulce chica que tanto lamentas haber conocido...te dio absolutamente todo lo que tenía para dar. Todo.
Sí, lo hizo.
Yo lo sabía.
Por eso fue que mi mirada cayó el escuchar sus palabras, yo sabía eso, lo sabía muy bien, por eso no podía verla a la cara, estaba avergonzado y arrepentido. No dejaba de estropear las cosas. Maldita sea, yo era mi peor enemigo.
Seulgi dejó de hacer lo que hacía y mientras hablaba, sólo me miró con coraje y decepción. —¿Lo llevas claro, no?
Ella me cuestionó y yo me limité a asentir. Haye no había hecho nada malo, esto era por mí, yo era un pedazo de mierda inseguro que nunca creyó ser lo suficientemente bueno para ella. Ese miedo, esas inseguridades fueron las que me orillaron a decir toda esa basura sin sentido. No había más. Había sido un cobarde y un egoísta, no tenía ninguna justificación, así que no dije nada.
—Ella te entregó su confianza y su corazón de todas las manera en las que pudo haberlo hecho —agregó Seulgi, clavándome dagas con la mirada—. Nunca te juzgó, estuvo de tu lado siempre, incluso cuando su madre, su mejor amigo, y hasta yo nos opusimos a que estuvieran juntos. Ella depositó toda su maldita fe en ti desde el primer día. Hizo oídos sordos a los comentarios, te aceptó con todo y tu drama. No huyó a pesar de que la chiflada de Sowon y tu indeseable abuelo la humillaron y la hicieron pasar por un maldito infierno, una y otra vez. Ella no se acobardó ni dio un paso atrás, ¿Y sabes por qué no lo hizo, verdad? —inquirió, frunciendo sus labios juntos, como si eso fuera lo único que la estaba deteniendo de mandarme a mejor vida—. Pues porque te amaba, pedazo de mierda insensible. Ella no se rindió contigo porque de verdad creía en ti y en lo que "jurabas" sentir por ella. Te eligió. Y no sólo una vez, lo hizo todo el tiempo. ¿Y tú tienes el descaro de decir que conocerla, arruinó tu vida? —me recriminó con dureza—. Tú estás aquí ahora, muy tranquilo en tu maldita mansión, y tienes a tu familia, tienes a tus amigos, tienes todo el maldito dinero del mundo, tienes tu futuro más que asegurado, ¿Qué es lo que ella tiene, hm? ¿Un patético esposo que sólo sabe llorar su ausencia? Haye está sola allá, Jeongguk. Ella está pasando por todo esto sola, no tiene a nadie con quien hablar, no tiene a nadie que la contenga, está cargando con todo esto por su cuenta, y lo hace en silencio, pero eres tú quien está aquí sintiendo lástima de ti mismo. ¿Crees que la mereces?
No.
Ahora menos que nunca.
—Sé que no lo hago —admití en voz baja—. Sé que lo hice todo mal, y sé que fui un egoísta y un imbécil, pero la amo.
Una sonrisa falsa curvó sus labios. —¿Sí? Pues lo demuestras fatal.
—No voy a tratar de justificarme, estuve mal, nunca quise decir nada de eso...
—Pero lo hiciste. ¿Y por qué? Pues porque es lo que piensas en realidad.
—No. No es así, nunca me arrepentiría de Haye, nunca, yo sólo...no estaba pensando. Hablamos después de semanas y todo se fue al carajo. Ella colgó y yo...me asusté, no sé...
Seulgi me cortó de repente, con una mirada y un tono afilados. —¿Por qué?
—Porque sólo arruiné más las cosas.
—¡Oh, no me digas! Jeon Jeongguk saboteándose a sí mismo, eso sí que es nuevo, eh—respondió con ironía, rodando los ojos—. Haye no te colgó sólo porque sí, ¿Qué fue lo que hiciste esta vez? ¿Cómo pudiste superarte, mh?
Seulgi no iba a tener piedad, especialmente no después de lo de anoche. No es que mereciera su gentileza; acababa de demostrarle que no estaba equivocada al quererme lejos de Haye.
—¿De repente te quedaste sin palabras? Porque anoche parecías tener mucho que decir —escupió con desdén, dejándome en claro que no iba a perdonarme por eso.
—No estaba en mis cinco sentidos...
—No, y eso debería avergonzarte incluso más. ¿No aprendiste nada? ¿Mh? Porque embriagarte fue lo que te metió en este problema para empezar. Ahora dime, ¿Qué fue lo que hiciste? ¿Por qué Haye colgó y tú perdiste la maldita cabeza?
Y aquí vamos.
—Le reclamé por un vídeo en el que estaban ella y uno de sus "compañeros". Conocí a ese idiota hace unos meses, dijo en mi puta cara que Haye era "totalmente su tipo".
—¿Y? Él lo dijo, no ella —me restregó en la cara Seulgi, interrumpiéndome.
Yo resoplé, totalmente frustrado. —Lo sé, ¿de acuerdo? Pero en el vídeo parecía que se estaban besando y yo...perdí la maldita cabeza. Ella dijo que lo estaba malinterpretando todo y comenzamos a discutir.
—¿Acaso no conoces a Haye en lo absoluto? —me recriminó Seulgi, como si realmente no pudiera entender qué estaba mal conmigo. Y sí, últimamente ni siquiera yo me reconocía—. ¡Idiota, fuiste su primer beso! Se esperó más de veinte años para darle eso a alguien a quien pudiera amar, ¿Y ahora piensas que va por el mundo besuqueando a quien se le para en frente?
—Nunca tuvo nada que ver con Haye, soy yo. No sabes lo que es estar en mi maldita cabeza en este momento. No estoy pensando racionalmente, no estoy pensando en lo absoluto, ¿no ves lo jodido que estoy? No dejo de ver lo peor en todo. Ella había estado ignorándome mientras estaba con él, y yo sólo...
—¿Desconfiaste de ella? ¿A eso te referías cuando dijiste que arruinaste más las cosas?
No, quisiera que hubiera sido sólo eso. Sacudí mi cabeza en negación y tuve problemas para formar una oración coherente. —No, yo...le dije que si ella no regresaba...—hice una pausa porque, carajo, sonaba tan horrible en mi cabeza.
—¿Que si no regresaba entonces qué?
—Lo nuestro se terminaba —admití de una vez porque no había forma de hacer que sonara mejor, había sido un hijo de puta egoísta e inconsecuente, y tenía que afrontar las consecuencias—. No quería decir eso, estaba celoso y paranoico, y no hablaba en serio, pero ella sí. Yo sé que ella sí, y eligió quedarse.
Seulgi sacudió su cabeza como si no pudiera creerlo, en su mirada no había más que reproche y una profunda decepción. Sabía que estaba mal en esta situación, pero su expresión me dejó entrever lo verdaderamente jodido que era todo.
—Porque ella ya no se encontraba en una situación lo suficientemente difícil, ¿verdad? —me cuestionó con una desilusión que seguía mezclándose con innegable ira—. ¿Qué fue lo que te dijo exactamente?
—Nada, sólo...colgó.
Ella me dio la oportunidad de retractarme, pero yo fui un idiota obstinado.
—¿Y piensas que esa fue ella tomando una decisión?
—Sé lo que eso significa, ella no va a volver —¿Por qué diablos lo haría? Había sido tan egoísta y tan injusto con ella, iba a estar mejor sin mí, yo nunca traje nada bueno a su vida, supongo que esta era la forma del universo de abrirle los ojos—. No va a volver, y yo no...¿Qué voy a hacer ahora?
Mi corazón se sintió pesado porque sentí como que nunca iba a volver a estar bien, me asustaba tener que sentirme de esta manera por siempre. No podía vivir así. Sabía que tenía que remediar esto porque no podía estar sin Haye, pero no sabía cómo. Había tratado de encontrar una salida a esto, de encontrar respuestas, pero la única persona que realmente sabía lo que ocurrió, se mantenía firme en su versión. Y aunque no creía ni siquiera una maldita palabra de lo que decía, su versión era todo lo que tenía.
—¿Que qué vas a hacer? —cuestionó Seulgi—. ¿En serio quieres que yo te responda eso? —alzó una de sus cejas. Y por un segundo ahí creí que iba a insultarme, creí que iba a decirme que respetara la decisión de Haye, que me apartara de ella y cumpliera con mi palabra, pero en lugar de eso, ella dijo—: Sabes lo que tienes que hacer. Y vas a hacerlo. Yo voy a ayudarte.
🥀
26 DE JULIO, 2019.
17:58 pm, París.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
CREÍ QUE EL SUSTO Y EL MAL rato que había pasado en la madrugada, no había sido más que eso, un mal rato. No había vuelto a sentirme así de mal durante el día, no había vuelto a tener calambres tampoco. Creí que era algo bueno, no había querido pensar mucho en eso, aún no terminaba de asimilar todo lo que estaba ocurriendo, pero cuando fue mi turno de darme una ducha, mientras me desvestía no pude ignorar la mancha roja que había en mi ropa interior. Hice una pausa y de pronto se me dificultó demasiado el poder respirar. Oh, no. No, no, no.
Maldita sea.
De inmediato supe que no podía ser bueno. Sin embargo, estaba teniendo problemas para moverme. En momentos como estos, era como si mi cuerpo y mi cerebro se desconectaran el uno del otro. No sabía si debía sentir miedo o no, pero lo sentía. La ansiedad y el temor que se apoderaron de mí desde adentro, de hecho, fueron esa cosa que me impulsó a actuar. Terminé de quitarme la ropa y me duché apresuradamente, mis manos no dejaron de temblar en ningún momento mientras lo hacía. Me sentía intranquila, indispuesta y tan agobiada, quería detener todas estas emociones. La verdad era que no estaba lista para esto, pero seguía estando muy asustada.
Tenía que ver a un médico. Eso era lo más sensato y responsable por hacer, a pesar de que me aterraba el hecho de que ir significara confirmar aquello que me negaba a creer.
—¿Sigues molesta conmigo? —preguntó Minhyun, siguiéndome justo por detrás en lo que yo caminaba hacia la puerta principal, deteniendo el pesimista flujo de mis pensamientos al interponerse en mi camino.
—Tengo prisa —repliqué, apartando la mirada hacia cualquier sitio que no fuera él—. ¿Podrías...?
—Lo siento —interrumpió, volviendo a ponerse frente a mí—. Realmente lo siento, Haye, no sé en qué estaba pensando. Nunca había hecho algo así de bajo, no sé qué carajos se apoderó de mí, yo...me arrepentí de lo que hice justo después de hacerlo.
—No, esa excusa no es válida si decidiste mantenerte callado —le reproché, porque ahora que la ira había cedido y ya no estaba tan llena de rabia, me sentía triste y decepcionada de él—. Si Jeongguk no me hubiera llamado, tú nunca me lo habrías dicho. ¿Qué pretendías, mh? Porque no lo entiendo.
—No lo sé.
Puse mis ojos en blanco. —Y sigues siendo deshonesto.
—Creí que estabas mejor sin saber de él —confesó, mirando hacia abajo—. Noté que las cosas no estaban bien entre ustedes y pensé...olvídalo. Estuve mal, fui imprudente y egoísta, sé que no tenía ningún derecho de hacer lo que hice.
—No, no lo tenías.
—Puedo decirle que fui yo —solucionó, como si eso pudiera redimirlo de alguna manera—. Le diré que no pasó nada en ese vídeo y...uhm, le diré lo de los mensajes.
—No hace falta —rechacé, ajustando mi bolso sobre mi hombro. Jeongguk no iba a tomarse mejor el saber esa información, él no estaba siendo precisamente muy razonable. Ni siquiera se dignaba a hablar conmigo, así que sería inútil—. Podría tomar el primer avión hasta acá sólo para romperte la cara.
Y no quería eso.
Ya tenía suficiente drama y problemas para una vida entera, estaba exhausta de todo esto, sólo quería un poco de tranquilidad. Podía pararme aquí y maldecir a Minhyun, podía culparlo de todo esto que estaba ocurriendo, al menos para quitarme de encima un poco de la frustración y la impotencia que sentía, pero hacerlo no tenía sentido, en todo esto, Jeongguk pudo escoger confiar en mí, así como yo lo hice con él, pero esta no era la primera vez que se permitía dudar de mí. Y no merecía eso.
—No es como si no lo mereciera —dijo, rascando la parte trasera de su cabeza—. En verdad lo siento, Haye, detesto haberte puesto en una situación aún más complicada.
—Sí, bueno, no puedo confiar en ti ahora, lo cual apesta porque creía que eras mi amigo.
Un mes trabajando juntos, estando la mayor parte del tiempo juntos, día y noche, dentro y fuera del estudio, ingenuamente me habían hecho creer eso. Él había sido excepcional conmigo en todo momento; era una lástima pensar que tal vez todo había sido una actuación de su parte.
—Quería eso, en verdad que sí, es sólo que...no lo sé, supongo que me confundí. Creo que en algún punto comencé a sentir algo por ti y...fui un idiota, sé que no debí ilusionarme, lo hice todo mal.
Me removí incómoda en mi lugar al escuchar su confesión y desvié mi mirada hacia el suelo. Odiaba eso. Nunca quise confundirlo, nunca hice nada para confundirlo, no quería que sintiera nada por mí. No quería ningún otro hombre en el mundo sintiera algo por mí, eso sólo me traía problemas. Los hombres eran un maldito dolor de cabeza, ya estaba harta de esto.
—Sí, lo hiciste —estuve de acuerdo. Y es que esto era ridículo, no tenía ningún sentido. Si yo conocía a un chico y sabía que tenía novia, jamás pondría mis ojos en él. Minhyun no sólo sabía que estaba casada, él conoció a Jeongguk, así que ¿cómo diablos pudo confundirse?—. Desde el principio supiste que estaba con alguien.
—Sí, por eso fui un idiota, pero...por favor, no creas que todo lo que hice fue con segundas intenciones, te aseguro que no fue así. Me gustó ser tu amigo, sólo...me confundí en el camino.
—Sí, bueno, eso...nosotros...nunca iba a pasar, así que...espero que eso te saque de tu confusión.
Minhyun asintió y, aunque me sentí mal por él por tener que ser así de dura, esa era la verdad. Incluso si lo mío con Jeongguk...se terminaba, yo nunca podría olvidarlo, yo siempre tendría su recuerdo conmigo. Tendría más que su recuerdo, al parecer. Pero no podía pensar en eso ahora, era demasiado doloroso.
—Él quería saber si lo extrañabas —mencionó de pronto.
¿Huh?
—Porque él sí lo hacía, mucho.
—¿Qué? —inquirí.
—Eso decía el mensaje. Bueno, algo así.
Oh.
Estúpido, Jeongguk. ¿Cómo diablos era posible que pensara, si quiera por un segundo, que no lo estaba extrañando como loca? ¿Acaso podía ser más frustrante? Realmente no lo soportaba, me daban ganas de...agh.
—Dijo que lamentaba interrumpir el tiempo que le pediste, o eso entendí, pero...que tenía que hablarte.
Tomé aire profundamente e intenté calmar el frenesí al que estaba enviando a mi corazón, si tan sólo hubiera visto ese mensaje.
—¿Eso era todo? —pregunté cuidadosamente, sintiendo como mi corazón comenzaba a latir con más fuerza.
Minhyun negó con la cabeza, visiblemente apenado antes de agregar: —También escribió que te necesitaba. Creo que sólo quería saber si tú te sentías del mismo modo.
🥀
26 DE JULIO, 2019.
18:36 pm, París.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
EN EL MOMENTO QUE LE escribí a Jeongguk, traté de hacerme la idea de que él no respondería pronto, no sólo porque seguramente se encontraba dispuesto a ignorarme, sino porque en Corea ya era de madrugada. De todos modos, me sentía ansiosa. No podía dejar de revisar mi celular una y otra vez con la esperanza de ver una nueva notificación con su nombre allí.
Pero nada.
Y sí, tal vez ser pasivo agresiva no era la mejor manera de llegar a él, pero no iba a tratarlo con consideración ni delicadeza después de lo de anoche.
Mi corazón se sentía tan lastimado por todo esto. La forma en la que se había comportado durante esa llamada me había hecho sentir como si fuera tan fácil de desechar. Y la forma en la que se estaba comportando ahora, hacía que me cuestionara absolutamente todo. ¿Cómo podía decir que me amaba si actuaba de este modo cuando más lo necesitaba?
Podía entender su dolor, él pensó que había estado ignorándolo, pero eso no justificaba su actuar, él pudo haber hablado conmigo, en lugar de...hacer lo que hizo. Acababa de descubrir algo que podía poner nuestras vidas aún más de cabeza, estaba aterrada y él...ah, ni siquiera tuve la oportunidad de decírselo.
Me entraban ganas de llorar cada vez que me detenía a pensar en lo que esto podría significar para nosotros. Un bebé. Dios, sentí un escalofrío recorrerme entera cuando me permití pensar en eso por primera vez.
No estaba lista para tener un bebé, ninguno de los dos lo estaba, esto no era algo bueno, por más duro que sonara, era la verdad. Pero el resultado fue positivo. Y aunque aún había una muy pequeña posibilidad de que fuera un error, esa era mi realidad ahora, o al menos lo sería hasta tener los resultados del examen de sangre.
Un bebé.
Dios, no. Mi cabeza comenzaba a doler cada vez que esa palabra se cruzaba por mi mente. No podíamos tener un bebé. Nuestras vidas eran un desastre, nuestra relación pendía de un maldito hilo, por amor de Dios, estábamos en diferentes continentes y ni siquiera podíamos entablar una conversación sin rompernos el corazón. Esto no podía pasarnos. Un bebé no iba a solucionar mágicamente todos nuestros problemas, al contrario, simplemente volvería nuestro ya incierto futuro, en uno incluso más incierto.
¿Cómo pude ser tan tonta?
Las lágrimas nuevamente comenzaron a picar en mis ojos cuando las consecuencias de mis actos empezaron a abrumarme. No podía hacer esto, y ciertamente no podía hacerlo sola, fue lo ultimo que pensé antes de que, como si de magia se tratara, la pantalla de mi celular se iluminara con una llamada entrante de Jeongguk.
¿Esto era...?
Ay, por Dios.
Tan pronto como vi que se trataba de él, sentí como que comenzaba a sudar frío, mi garganta se cerró y mi estómago se retorció. Maldita sea. Tuve que correr al baño que se encontraba en la sala de espera del hospital porque verdaderamente temí devolver todo mi estómago. Me encerré dentro del primer cubículo que hallé disponible y tuve que forzarme a tragar el pesado nudo en mi garganta antes de responder.
—Jeon...
—Haye —Jeongguk dijo mi nombre de forma muy precipitada, dejando salir un suspiro que interpreté como de alivio desde la otra línea. Él habló atropelladamente por encima de mi propia voz, como si hubiese estado muy ansioso, esperando por mi respuesta—. Te amo. Te amo. Te amo. Santo cielo, gracias.
¿Qué?
Su repentina e inesperada declaración me dejó sin palabras, porque si había algo que no esperaba oír en este momento, era eso. ¿Y qué estaba agradeciendo exactamente? ¿A quién?
—Te amo tanto, tanto, muñequita —él continuó, como si necesitara urgentemente sacar eso de su pecho. Este Jeongguk...él sí sonaba como mi Jeongguk, anoche él...no, ni siquiera quería pensar en eso—. Lamento mucho todo lo que dije. No sé en qué carajos estaba pensando, fui un imbécil, no merecías nada de eso.
—Jeongguk...
Quise interrumpir, no porque no necesitara oír desesperadamente esas palabras, sino porque ahora mismo, no era de eso de lo que quería hablar. Lo nuestro podía esperar, tenía que esperar, esto era...
—No, sólo...escúchame, ¿sí? —suplicó, porque por supuesto él ignoraba completamente la situación en la que nos encontrábamos—. Por favor.
No estaba segura de si oír lo que sea que tuviese que decirme iba a hacerme algún bien, sin embargo, no rechisté. Me mantuve en silencio porque simplemente no pude hacer oídos sordos a la súplica en su voz. Ugh. Yo era una tonta con el corazón demasiado blando cuando se trataba de él.
Jeongguk tomó una bocanada de aire y mi corazón se preparó para oírlo. Dios, mis emociones iban a desbordarse sin importar lo que dijera. ¿Como es que ya tenía ganas de llorar? Maldita sea.
—Yo...Haye, el día en que te pedí que te casaras conmigo, lo hice porque quería pasar el resto de mi vida contigo. Nunca, ni siquiera por un segundo, he dejado de querer eso. Y tal vez no puedas creerme ahora, ni puedas confiar en mí, pero te amo con todo lo que tengo. No importa lo que pase, eso no va a cambiar. Tomaré un maldito avión a París ahora mismo si me lo pides, o te esperaré justo aquí. Haré lo que tú quieras que haga, lo que sea que me pidas. Por Dios, incluso soportaré tu silencio si es lo que necesitas porque no voy a...no puedo rendirme con nosotros.
Muy bien. No sabía donde diablos estaba mi cabeza ahora mismo, de pronto sentía que no podía formular ningún pensamiento coherente. Un silencio total se creó entre nosotros y sabía que debía ser yo quien rompiera con él, pero simplemente sentía que no existía tal cosa como lo "correcto" para decirle. No podía permitirle creer que todo se solucionaría sólo porque era lo que ambos deseábamos, esto iba más allá de lo que nosotros queríamos. Quererlo no era suficiente esta vez. Pero...lo necesitaba. A él, junto a mí. Y eso no me volvía la más inteligente, lo sabía, pero por una vez, no quería hacer lo que se suponía que debía hacer, no quería ser racional ni pensar en que esto fácilmente podía terminar por arruinar las cosas entre nosotros. Quería hacer lo que iba a hacerme feliz, al menos por un breve instante.
—¿Puedes...? —lo escuché tragar nerviosamente desde la otra línea—. ¿Puedes, por favor, decir algo?
—Sí. Sí, yo, uhm...
—Está bien si necesitas tiempo para pensar. Si es lo que necesitas, te lo daré.
—¡No! No, no quiero...—intervine abruptamente, sintiendo las fuertes palpitaciones en mi pecho. No podía prolongar esto más; el silencio, el no saber de él me estaba matando y no podía seguir pretendiendo que no era así—. No vernos y no hablar fue una decisión estúpida. Me equivoqué. Mi elección sólo nos hizo daño a los dos y ya no quiero eso.
Lo oí tragar, nervioso. —¿Y entonces? ¿Qué...uhh, qué es lo que quieres?
—Yo...creo que me gustaría verte. Digo...creo que tenemos que hablar. En persona.
—¿En persona? —preguntó en un hilo de voz—. ¿De verdad? ¿Tú quieres...?
—Ven —pedí finalmente, exhalando todo el aire de mis pulmones—. Estoy muy molesta contigo, pero...te echo mucho, mucho de menos.
—¿Lo haces?
—Mucho —sorbí mi nariz, tratando de contener las lágrimas en su lugar—. Ven, ¿sí? Lo único que necesito ahora es verte.
¡HOLA, HOLA MIS AMORES!
¡LLEVO TODO EL DÍA TRATANDO DE PUBLICAR LOS CAPÍTULOS Y NO PUEDO! No sé si es mi internet —probablemente porque vivo lejos de toda la civilización— o wattpad, la cosa es que no me deja cargar los medios, así que por favor, perdonen la tardanza 💔
Por cierto, he estado demasiado ocupada estos días, y he querido responder todos sus comentarios del capítulo pasado y aún no puedo 😭 así que cuando termine de subir toda la maratón, me pondré al día porque me muero por leerlas 🥹💗
En fin, no voy a rendirme y seguiré tratando de publicar el resto de los capítulos hasta lograrlo 😼 (recen porque pueda hacerlo hoy)
Y aunque este capítulo aún no termina de convencerme, espero que no lo odien 🫶. Y eso por ahora mis chikis, se me cuidan porfis. Y no se olviden de votar y de darme su más humilde opinión. Las amo. 😽💗
Pregunta del día: ¿Qué tan buena idea piensan que sería que JK y Haye se vean ahora? 🤔
Ah, y prepárense que en el siguiente capítulo tendrán muchas respuestas 👀
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