Destino

Dos horas habían pasado, el agua estaba fría para aquel entonces y mi piel, insensible. Con los ojos cerrados divagaba entre mundos, como si tuviera el poder de recorrer las paredes de papel entre una dimensión y la otra.

Me imaginé en un lugar en que mi corazón podía sostenerse por sí mismo, no tenía caja torácica, estaba más desnudo de lo que un ser humano podía permitirse; mi corazón con sus pálpitos provocaba en el agua de la bañera ondulaciones intermitentes. Contemplaba ido en el mar de la espera, el movimiento que no sentía en mi pecho, pero que sabía de su existencia, y así la imaginaba.

Entonces, interruptor de la soledad apareció aquel que esperaba. Estudié su aspecto con sumo desinterés, usaba la misma ropa con que le vi por última vez, un suéter marrón y pantalón negro. El cabello azabache se pegaba a su frente y, como si hubiese recorrido millas, se dejó caer sobre la tapa del váter; su mano encontró su pecho.

Me pregunté si encontró un latido, si eso era lo que buscaba.

—Jungkook...

—Te estaba esperando —murmuré con las fuerzas de quien se cansa y no le importa volver a levantarse.

—Pues eso está mal, no debes esperarme. Ni te imaginas lo mucho que me arriesgo viniendo hasta aquí.

—Sí... Yo sé que no debo esperar nada de ti, no te preocupes.

Su rostro se arrugó en una mueca ajena a mi observación, se acomodó, más tranquilo y sus manos acabaron apoyadas sobre sus rodillas.

—Bueno, ¿para qué me esperabas?

—Porque no sé qué hacer. Incluso cuando no eres mi aliado, esperarte fue lo mejor que se me ocurrió.

—Perfecto, porque precisamente para eso vengo, para aconsejarte sobre qué hacer —se acercó y se sentó en el suelo junto a la bañera, a mi altura. Sus ojos casi negros mostraron algo parecido a la simpatía al mirarme—. Debes sincerarte con Taehyung hoy, como sabes ya, el plan se ejecutará en dos días.

—¿Sincerarme?

—Contarle todo lo que sabes, todo lo que sospechas, escúchame —Yoongi se acercó a mí llevado por el impulso humano de guardar un secreto, aunque al final ambos sabíamos que eran inútiles los susurros—. Puedo conseguirte quince minutos desde el justo momento en que salga por esa puerta, deben bastarte para intimar con Taehyung.

—¿A qué te refieres con...?

—Taehyung y tú son un equipo —se explicó en voz baja—, lo que quieras decirle sin que nadie se entrometa, y con eso debes saber a quienes me refiero —alfileres, concluí—. Puedo evitar que escuchen por quince minutos, ahí le cuentas la verdad, le cuentas todo.

—¿Y por qué debería hacer eso? —los nervios volvían mi voz un murmullo casi inentendible—. No estoy preparado para eso, no sé cómo pueda reaccionar... Puede pensar que estoy loco, solo lo tengo a él...

—Contarle o no es tu elección, pero mañana Seokjin va a juntarse con ambos; se encontraría solo con Taehyung pero por tu lazo con él, no puede intervenir de esa forma. Así que, en tu presencia y en contra de tu voluntad de ser necesario, va a ponerle a Taehyung las cartas sobre la mesa. Incluídas las que no conoces.

—¿Y por qué?

—Porque Taehyung, justo como su madre, debe ser consciente de su importancia. Tú, debes ser consciente de tu importancia —sentí su mano incluso más fría que mi piel acariciarme la mejilla—. Tú eres quien llevará a Taehyung a la gloria, Jungkook. Eres su lazo, es tu destino. Tienes más control sobre los ángeles de lo que imaginas —susurró tan cerca que sentí su aliento tropezar contra mis labios—. Usa tus conocimientos y conviértete en el escritor de la historia, Kookie, no te dejes llevar por la desesperación.

Quedamos unos segundos en silencio, mis ojos viajaron por el rostro por el que debía sentir desconfianza, pero no detectaba más que cariño.

—¿Cuándo me dirás tu papel en esta historia?—. Pregunté y sentí sus labios posarse en mi frente antes de desaparecer.

Se le había acabado el tiempo, lo que significaba el inicio de mi cuenta regresiva.

Con la indiferencia de quien va a entregarse a su suerte, me puse de pie e ignoré los estremecimientos que siguieron mi salida de la bañera. Me sequé con una toalla y cerré mis ojos cuando el delicado aroma de la canela acudió a mi nariz. El abrigo de Taehyung sirvió para cubrirme, rechacé colocarme un pantalón y mi mano alcanzó la puerta del baño con tres pasos. El pequeño pasillo estaba desértico, si tomaba a la derecha me topaba con la cocina y sala de estar; si por el contrario me giraba a la izquierda, tenía acceso a la puerta de la habitación ocupada por Tae.

—¿Taehyungie...? —. Lo llamé en un susurro, mi voz murió antes de poder siquiera alzar el vuelo.

Sin embargo, tal parecía que esperaba por mí, pues su cabeza se asomó desde la cocina al siguiente segundo.

—Kookie, ya saliste del baño —su cabeza se volvió a perder y yo, en lugar de seguirlo, me mantuve en mi lugar, viendo mis pies desnudos dar ligeros movimientos en el suelo marrón—. Preparé esto para nosotros.

Entonces se encontró conmigo en el pasillo, sus manos cargaban dos tazas con humeante chocolate en su interior. Mi estómago ronroneó gustoso por la atención y mis labios llegaron a esbozar una ligerísima sonrisa, una que no le pasó desapercibida.

—Vamos a la habitación.

En dicho lugar la cama nos esperaba con todas las mantas con las que contaba Taehyung, que eran una suma de cinco. El deterioro de la tela resultó ser una caricia en mi piel. El aire invernal comenzaba a azotar la ciudad, noté entonces la ausencia de calefacción.

Callé ese detalle y me acomodé contra su cuerpo para, como él, disfrutar del chocolate.

—Pensaba que preferías el café—. Murmuré con los labios contra el material.

—Me gusta más el chocolate.

Inhalé unos segundos el aroma a chocolate y luego pregunté—: ¿Y por qué siempre bebes café?

—Uhm... Es una costumbre, suelo dejar el chocolate para momentos más... Especiales. Ahora solo se me antoja darme el lujo de tomarlo contigo—. Repuso con una encantadora sonrisa.

Entonces pensé en lo mucho que le costaba darse antojos como el chocolate. El café era más barato, sin dudas; me remonté a la primera vez que había pisado el suelo de su apartamento, cuando pedí chocolate con el atrevimiento que me caracteriza.

A partir de aquel día Taehyung siempre me dió chocolate.

Miré el líquido cuyo nivel llegaría pronto al fondo de la taza y mi corazón se me estrujó.

—¿Con quién te quedaste cuando tu madre murió?

«Cuando la ejecutaron» rectifiqué para mis adentros, lleno de pesar.

—Solo.

—Ya, pero... Cuando aquello tenías máximo once años, Tae.

—Déjame explicarte mejor las cosas, Jungkookie —dejó la taza vacía y recogió la mía de igual forma, resguardado bajo las mantas me arrastró y rodeó con sus brazos—. A mi madre le tenían el respeto que se le tiene a un ídolo, todavía hoy lo tienen; y cuando falleció y se necesitó de un reemplazo, me escogieron a mí. Las personas sienten más seguridad cuando ven a las piezas cuadrar, tenían confianza de estar haciendo lo correcto dejando ese puesto vacío para mí. Por eso, las autoridades hicieron ojos ciegos al niño sin custodia palpable, pero tenía una, por todas partes. El segundo jueves de cada mes me llega un paquete con el dinero justo para vivir, y, cuando voy a pagar impuestos, ya están saldados. Nunca, nunca, en mi vida, se me ha notificado de atraso de pago. No puedo darme antojos, es cierto, pero no tengo que trabajar para vivir; y también debo tener cuidado con las cosas que compro.

—¿Por qué? —. Pregunté casi sin voz, la historia que me contaba me dejaba sin habla.

—Porque tienen sus ojos fijos, en mí, Kookie. Vivo en deuda con ellos, ese es su objetivo.

—¿Y si...? ¿Y si solo quieren cuidarte por ser hijo de tu madre?

—Hey... No te asustes —sus brazos ejercieron fuerza alrededor de mi cuerpo y agradecí el gesto, la calidez comenzaba a cubrirme como el cielo nocturno a la ciudad—. No pueden obligarme a nada.

—S—si no quieres ser su líder no tienes que serlo, ¿cierto?

—Claro, Kookie.

Pero incluso yo sabía que eso era una mentira, mi presencia entre sus brazos era la prueba de la magnitud del problema. Taehyung tenía un destino que no deseaba, que yo no deseaba para él tampoco.

«Nunca le he preguntado realmente»

—Tae... ¿Qué piensas de eso? De lo que están haciendo.

—No tengo el mínimo interés en el mundo, tomó de mí más de lo que estaba dispuesto a dar. No moveré un dedo para favorecerlo, solo me importas tú.

—Somos malos.

—Egoístas.

—Cobardes.

—No, eso no —rebatió palpando mi labio inferior con su pulgar, me entregué gustoso a la prisión de sus ojos rojos, que parecían encenderse al mirarme—. Somos tú y yo contra el mundo, y haré lo que sea para que nos salgamos con la nuestra. No somos héroes, solo somos dos personas que quieren vivir juntas, tranquilas; ni toda la gloria del mundo vale la vida de la persona que amas, Jungkook. Si debo unirme a ellos para protegerte, lo haré, pero solo pertenezco a la causa que formo contigo.

Asentí apegándome más a él, mi rostro a la altura de su pecho.

—Quiero... Quiero decirte algo pero no sé por dónde empezar.

—Eso es fácil. Te diré una palabra y tú me cuentas lo primero que te venga a la mente con ella, por ahí empiezas.

Me dejé engañar por la paz que me proveían sus caricias en mi cabeza, en mi espalda; me dejé embriagar por su aroma a canela y asentí.

“Mamá” fue la palabra.

Y lo mejor que se me ocurrió fue contarle, literalmente, todo. Empecé por la última conversación que tuve con mi madre y seguí el hilo cronológico de la historia hasta mi conversación con Yoongi de siete minutos atrás.

Taehyung guardó silencio, aplazó sus preguntas y no intercambiamos miradas en ningún momento. Hablaba como si lo que contaba fuera una historia ajena a mi persona. Me sentí tan limpio, tan ligero, que de no haber sido por el nervio de su reacción, me hubiese entregado gustoso al sueño.

Al terminar quedamos suspendidos en un silencio de largos segundos en que Taehyung no detuvo las caricias, procesándolo todo. Su duda de que se tratase de alguna enfermedad mental mía, se vio extinta por la aparición de Yoongi en el taxi; repentina y sobre natural.

—Ahí tienes tu verdad increíble, ahora queda en tus manos.

ᝰ◌᮫۪۪۪۪᳝۟🎟️◌᮫۪۪۪۪᳝۟⑅៹
Apenas publiqué ayer, ¡sorpresa!

Se me ocurrió una dinámica. Los que siguen mi cuenta recordarán que anuncié que pronto aparecería Hoseok en la historia, incluso, incendiarios dió una teoría muy, muy cercana.

Así que se me ocurrió ofrecerles un maratón ❤️ Si alguno adivina con más exactitud la identidad que podría tener Hoseok, de dónde podría salir o qué rol podría ocupar en la trama —seré justa con los que más se aproximen—, pues haré maratón ^^

Daré pistas en mi cuenta de Instagram ceciliamerlot.

Tienen tiempo hasta que llegue el capítulo en que aparezca Hoseokie.

Kissus <3 espero les haya gustado tanto el capítulo como la idea.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top