I
Su respiración es irregular, su visión borrosa, su agarre es débil, aunque parece que aún no quiere caer.
Su visión está puesta en el suelo, no puede mirarse ahora en el espejo, el simple acto le parece insoportable. El recipiente de su pastillas deben estar tirado en alguna parte del baño, lo que realmente no le importa.
Se dice a sí misma que se está volviendo loca, que esto es una tontería y aunque está evitando mirarse, lo considera por un momento mientras mueve sus dedos nerviosamente sobre el lavabo que la sostiene.
por lo, que sin considerarlo mucho más, se mira en el espejo del lavabo y por segunda vez en su vida se queda sin palabras.
En el espejo del baño, no se reflejaba ella,si no a la única persona que la mantuvo con vida hasta que intento quitársela.
Su padre.
William Afton.
Solo que no está vestido con su típica camisa morada ni con sonrisa que cubre muertes; está ahí como la última vez que lo vio, con el horrible traje de conejo lleno de sangre. Casi podía olerla. Y sin la máscara que cubría su rostro.
El agarre de sus manos cada vez era más débil, amenazando con soltarse de lo único que la sostenía. Su respiración se volvió irregular, mientras su mente no podía procesar lo que pasaba frente de ella, como alguien muerto puede puede sentirse vivo otra vez.
Ella solo miro el espejo, esperando cualquier cosa pasará, cualquier señal de que su padre le hablara.
Pero no había esperado que el se riera.
Ella sabía que se estaba burlando y lo podía escuchar, poco a poco se hacia más fuerte, pero no sabia si su voz gruesa y aspera sonaba por toda la habitación o solo en su propia cabeza.
Podía sentir como su risa taladra poco a poco sus oídos, mientras el no paraba de reírse, lo único que ella hacia era escuchar y no hacer nada, como siempre lo habían hecho ellos dos.
Se siente impotente y paralizada, incapaz de hacer algo más que escuchar. Es como si de pronto ya no tuviera 23 años si no 10 años,podía sentir la misma sensación de cuando era niña.
Asustada.
Había olvidado como era el terror puro hasta ahora.
Ella intentó apartar la mirada, pero sus ojos estaban pegados al reflejo de su padre, que parecía estar disfrutando de su miedo.
- ¿Que quieres? - paso bastante tiempo cuando pudo formular esa primera oración. Las palabras salieron casi como un hilo delgado mientras su tono de voz tenía un notable entrecortado al hablar, como si esas palabras estuviera a punto de atravesarla.
Se maldijo internamente.
Mostrar debilidad ante el, no era una buena carta en el juego, si es que almenos sabías que con que jugar.
- ¡Ah!, hasta que finalmente decides hablar ¿Te sientes valiente? - La voz de William era como un cuchillo afilado, cortando el aire con sus palabras que sonaba con una mezcla de sarcasmo y desdén. Era burlón al principio, pero rápidamente se volvió frío y desafiante, mientras sus manos se agitaban en un movimiento raro al hablar que resultaba siniestro
Su mente tenía bastante tiempo desconectada de su propia mirada, solo podía oír, oir cómo su padre estaba decepcionado de ella.
Luego de ser ella quien fue quien vio con su ojos como su padre arrastraba los pequeños cuerpos de niños de su edad,metiendo los en las grandes máquinas que adoraba ver, mientras la persona que más amaba tenía sangre por todos lados.
Luego ser fiel toda su vida porque amaba a su padre, el aún así se sentía¿Decepcionado de ella?.
-¿Qué quieres de mí? -repitió Vanessa, su voz temblando con rabia y miedo.
William se acercó más en el espejo, su rostro distorsionado pero aún con su sonrisa habitual; burlón y con el control a su alrededor.
-Solo quiero ver a mi dulce niña -dijo, su voz baja y rasposa. Vanessa sintió un escalofrío correr por su espalda al escuchar esas palabras.
-¿Qué significa eso? -preguntó, intentando mantener la calma, pero su voz temblaba ligeramente. William no dejo de mantener su sonrisa habitual.
-¿Todavía no entiendes, mi querida hija? -dijo de repente, su tono cambiando de burlón a manipulador. se estremeció ante esto, era muy raro que la llamara como tal, siempre para el fue ; Vanessa.
La llamaba hija, cuando quería conseguir que ella hiciera algo por el
- no me llames así!! - le gritó, no podía soportar la idea de que era familia, no después de todo. Puso sus manos en las orejas intentando evitar escucharlo.
William miró a Vanessa con una expresión de decepción profunda. Su rostro se tensó, sus cejas se fruncen y sus ojos se llenaron de desilusión.
—No eres la hija que yo quería— dijo con un tono de voz bajo y grave. —No eres fuerte, no eres valiente. Eres débil, eres un fracaso—
Su voz se cortó, y Willian dejo sonreír mientras se aleja un poco del espejo, como si no pudiera soportar su presencia. Vanessa se sintió como si hubiera sido golpeada, como si su padre la hubiera abandonado, esta enojada.
No pudo soportarlo más y sin procesarlo antes, golpeó con tanta fuerza que tuvo el espejo frente a ella.
No podía seguir más viendo a William en ella.
Las partes del espejo salieron volando a varias direcciones y haciéndose más pequeñas en el camino. Unos segundo después su mente registro el golpe, y un dolor insoportable inundó la mano de Vanessa, mientras lágrimas salían de su ojos.
En ese momento maldijo todo lo que pudo; a ella, a su padre, su mente tan débil, sus sentimientos.
- porque me sigues jodiendo!! - grito lo más fuerte que pudo, como si de esa manera pueda desaparecer su padre, mientras que con su otra mano sin sangrar intento encontrar vendas en ese pequeño baño, pero las lágrimas en sus ojos complicaron la tarea.
Su grito fue un desgarrador recuerdo, de que ella era la hija de un asesino.
Su mano no paraba de sangrar y en un intento sin existo Intento buscar algo como gasas o vendas, miro a todas direcciones pero el dolor no la dejaba pensar.
—TE ODIO! — Grito los más fuerte que pudo, repitiendo una y otra vez las palabras sin parar,mientras se movía hasta que su espada se apoyará en la pared y sus piernas se escogieran.
Así como estaba sentada se veía como lo que exactamente es; una niña pequeña asustada.
No importa sus cuerdas vocales fueran destrozadas, necesitaba esto. Le gritó a su padre, el ser que hacia empeorar cada vez su existencia.
—TE ODIO! —
Cómo si el aún podria hacerles daño.
Cómo si no estuviera muerto en este maldito instante.
No tenia idea de cuánto tiempo había pasado o cuando dejó de escuchar su voz.
Eso no la tranquilizaba, se sentía como una presa en el juego del gato y el rato.
Sus ojos aun eran borrosos por las lágrimas, su cuerpo aún se encontraba en el suelo hecho bolita contra la pared,y su cabeza aún daba vueltas,talvez le debería pedir medicina más fuerte a Mike la próxima vez.
El dolor volvía, punzante en su mano derecha con pedazos de cristal en ella y sangre derramándose desde hace un buen tiempo(y ensuciando parte de su blusa blanca). No le había prestado a tención hasta ahora.
Se sentía como si estuviera cubierta de mugre, como si el mero hecho de ver a su padre de nuevo la dejara así. Se miró las manos, como si esperara verlas cubiertas de sangre que no fuera suya, pero solo tenía su propia sangre.
La náusea la invadió, y se dobló hacia adelante, como si fuera a vomitar. Pero no salió nada. Solo una sensación de vacío y desolación.
Se levantó lentamente, y se miró en el espejo roto. Su reflejo estaba distorsionado, como si el vidrio roto hubiera fragmentado su propia identidad.
Se sintió asqueada consigo misma. ¿Cómo podía ser hija de un hombre como William? ¿Cómo podía llevar su sangre? La idea la hizo sentirse como una horrible persona.
Luego de verse en el espejo roto por un tiempo, lo abrió y detrás de esta encontró lo que buscaba; el pequeño botiquín de primeros auxilios, busco algo con lo que pudiera curarse. Encontró un par de de vendas y alcohol, las vendas era algo viejas pero servían aún.
Su mano llena de trozos pequeños de cristal temblaba lentamente mientras intentaba enjuagarla para quitar la sangre, también intento quitar el cristal con su otra mano pero parecía que solo lo empeora, por lo que se resigno a solamente enjuagar la. Cuando termino, con lo último que le quedaba de fuerza y voluntad hecho alcohol en su herida para desinfectar.
Ardía
Dolor
Un dolor insoportable, pero para sus ojos valía el precio.
La herida aunque esté abierta ya no se seguiría infectado más, aunque deje una marca para toda vida. Por un rato podría ocultarlo, las vendas sigue igual; sucias, pero ya no le importaba, servía para ocultar.
El suelo no sentía igual, la paredes se se veían diferentes, ella sonrie mientras ve el bote de estupefacientes en el piso.
Se agachó, su mano rozo el pequeño bote con pastillas, sus ojos cansados lo observan, mientras su mente aún divaga, el espejo aún la persigue.
Su mano nunca toca de nuevo el pequeño bote, pero si toca el piso.
Se volvió a sentar en el piso, espalda contra pared, rodillas recogidas contra pecho, manos enrolladas en estás.
— ganastes... William — un suspiro cansado sale por última vez de ella, sus ojos están cansado al igual que su cuerpo y mente, ignora la voz infantil proveniente de la puerta o como prácticamente la están golpeando mientras alguna voz masculina grita su nombre. Se siente cansada, dormir no le hará daño.
Cierra los ojos esperando encontrar paz.
De nuevo
Yujuuuu
Wenas chavales, carajo porfin termino un escrito que tengo.
Realmente si alguien lee esto,muchas gracias por hacerlo, tengo bastantes años si escribir una cosa decente (posiblemente en 2 años no he escrito )
Si alguien que antes seguía mis escritos y ve esto, también muchas gracias por verme de nuevo, bastante que no los leo.
Hasta la próxima
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