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✧「 Capítulo veintiuno 」✧

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—MUY BIEN, NECESITO QUE ME DIGAN YA LO QUE ESTÁ OCURRIENDO —exigió Cisco frotando su frente—. El silencio me está poniendo de los nervios.

—Debemos esperar a Adds y Barry —le recordó Caitlin—. Después de todo ellos nos pidieron que esperáramos aquí.

—¿Tu sabes de que trata? —preguntó Iris a Ethan.

—Ni idea —se encogió de hombros.

—¿No se supone que eres su mejor amigo? —inquirió Cisco, alzando una ceja.

—Si, al igual que tú —le recordó el rubio alzando una ceja de igual forma.

—Es cierto —sonrió con inocencia Cisco.

—Alguien llame a esos dos —pidió exasperado Julian.

   No era un secreto para nadie que el forense británico odiaba la impuntualidad.

   Caitlin le sonrió divertida y posó una mano sobre su hombro, logrando que Julian instintivamente se relajara.

   Justo en ese instante el ya conocido dúo dinámico entró en el cortex, tomados de las manos y con rostros serios reteniendo sonrisas.

—Al fin —agradeció Cisco, alzando sus brazos al cielo.

   Adds finalmente sonrió divertida mientras les miraba a todos desde el centro del cortex, con Barry a un lado de ella.

—Muy bien, ¿Planean decirnos a qué se debe este llamado tan urgente y misterioso? —inquirió Ethan alzando una ceja.

   La pareja compartió una mirada cómplice mientras las sonrisas se propagaban por sus rostros.

—Bueno... —comenzó Barry tranquilamente.

—¡Nos vamos a casar! —chilló Adds interrumpiéndole emocionada, mientras alzaba su mano dejando ver la dichosa sortija de compromiso en su dedo.

   Todos guardaron silencio por unos segundos. Mirando a la pareja con estupor, y es que a pesar de que algo como aquello se veía venir logró tomarles por sorpresa de todas formas.

Tras terminar se procesar lo dicho, Ethan esbozó una sonrisa alegre al ver a su mejor amiga desprender tal felicidad, y es que le complacía cada vez que ella sonreía, le inundaba el corazón de alegría verla feliz con Barry, quien si bien no era de su total agrado en un principio, con el tiempo había comenzado a tolerarle poco a poco. Después de todo era quien hacía feliz a su mini asesina.

   Cisco fue el primero en romper el silencio, poniéndose precipitadamente de pie, al punto de casi caer de la silla en la que se encontraba sentado.

—¿Q-Qué? ¿Acabas de decir...?

—¡Felicidades! —chilló Caitlin abalanzándose sobre ambos héroes—. Dios no lo puedo creer —sonrió tomando la mano de su mejor amiga—. Estoy tan feliz por ustedes —admitió con un deje de nostalgia.

   Adds no dudó en darle un abrazo. Sabiendo que la castaña tenía en sus pensamiento a Ronnie en esos momentos.

—Gracias, Cait —susurró.

—¿Es normal que quiera llorar? —preguntó la doctora parpadeando reiteradamente.

—No llores, seguiremos siendo amantes, guapa —le aseguró Adds—. Siempre serás mi favorita de todas y todos —bromeó.

   Caitlin rió, para luego acercarse a abrazar al velocista.

   Ethan e Cisco corrieron al mismo tiempo hasta la rubia, tirando de ella sin ningún cuidado. Peleándose como dos simios por una banana para ver quien achuchaba más a la menor.

—Chicos... —intentó detener Adds.

—¡Yo primero! —reclamó Cisco.

—¡Soy su mejor amigo, casi su hermano! —Ethan tiró de ella a su lado.

—¡Yo también lo soy! ¡Y la conozco desde mucho antes que tú! —reclamó nuevamente Cisco tirando de ella hasta su lado.

—¡Me prefiere a mi! —aseguró el rubio.

—¡Claro que...!

—¡Chicos! —gritó Adds haciendo arder su piel.

   Por instinto al sentir el toque ardiente en la piel de la ojiazul ambos se separaron de golpe, soltando un quejido.

—¡Oye! —reclamaron ambos frunciendo sus ceños.

—Eres una malagradecida.

—Nosotros solo queríamos abrazarte.

   Adds compartió una mirada con Barry, quien le observaba divertido mientras que ella imploraba paciencia. Soltó un suspiro y finalmente se acercó a ambos chicos, abrazándolos por los cuellos.

—Son unos idiotas —declaró—. Pero así de tontos los quiero.

—¡Oye! —reclamaron nuevamente ambos.

   Adds soltó una carcajada mientras se apartaba.

   Barry la vió detenidamente, casi en cámara lenta. Detalló concienzudamente la forma en que sus mejillas se pronunciaban y las margaritas que se formaban en estas al reír. Al igual que el leve sonrojo que acompañaba estas. Como los ojos se le achinaban y sus hombros se mecían suavemente.

   Aquella sonrisa lo valía todo. Pagaría millones por verla sonreír. Haría que escribieran su nombre a lo largo de la Torre Eiffel. Haría definitivamente cualquier cosa por ella. Porque Adds valía cada piedra en el camino.

—Felicidades, hermano —le palmeó la espalda Cisco llegando a su lado.

—Al fin hiciste algo bien en tu vida —acordó Ethan.

   Barry le miró frunciendo el ceño, causando una sonrisa de satisfacción en el rostro del arquero.

—Estoy bromeando —rió—. Estoy feliz por ustedes.

—Me alegra que al fin hayan aclarado todo —admitió Julián por su parte.

—Gracia chicos —sonrió sinceramente Barry.

—Ella se ve muy feliz —comentó Wally.

   Los cuatro a lo lejos vieron como la rubia parecía feliz hablando con Caitlin, Jesse y Iris. Los ojos le brillaban y eso era algo que resplandecía. Ella resplandecía.

—Siempre hablamos de este momento en nuestras vidas —comentó Iris—. Una parte mí siempre supo que serías la primera de ambas en casarse —le sonrió—. Y no sabes lo feliz que estoy por ti.

Adds rió mientras le abrazaba.

—Lo gracioso es que siempre dije que no me veía a mi misma estando comprometida con alguien —ambas rieron.

—Y más gracioso aún es el saber que la persona con la que te comprometerías siempre estuvo a tu lado —le codeó sonriendo.

—Si, lo es.

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AQUELLA MISMA MAÑANA, SOLO UNAS HORAS MÁS TARDE, se encontraban en Jitters junto a Carol, Diana, David, Rob, Joe y Cecile contando la noticia con emoción.

—¿Como ocurrió? —cuestionó emocionada Cecile.

Adds siempre considero que Cecile era una mujer muy adorable. Le agradaba.

—Bueno... —observó a Barry quien se sonrojó ligeramente, por lo que rió y dió un beso en su mejilla mientras le tomaba de la mano—. Simplemente me llevó a un lugar especial y me cantó. Luego me lo preguntó —simplificó con una sonrisa adornando sus labios en todo momento.

—¿Cantas? —preguntó sorprendida Cecile.

—Bueno... —balbuceó Barry cohibido por las miradas de todos sobre él.

—Es un muy buen cantante —aseguró Adds.

—Pero no tanto como Joe —musitó Barry en su defensa.

   El detective se ahogó con su café, causando que todos rieran.

—Cállate, Barry —murmuró Joe.

—¡Esa es mi línea! —reclamó Adds.

   Ella era quien siempre hacía callar al castaño ya fuera por cualquier razón. Por lo que si, tenía derecho a reclamarla como su línea.

Barry solo negó, su rostro demostraba los que sus pensamiento, y eso dejaba en claro que era el que su novia —ahora prometida— ya no tenía remedio. Ella por su parte sólo le ignoró.

—Bueno, en realidad todos aquí tiene buena voz —recordó Adds luego de unos segundos.

—Según Adara, tú y Barry son los mejores cantantes que ha escuchado —comentó Carol.

—Oh, esa niña tiene todo mi corazón —aseguró Adds con una sonrisa.

—Recuerdo que cuando Barry y Adds eran pequeños, Adds solía cantarle a Barry para que lograra dormir —recordó Joe en un intento de avergonzar a ambos jóvenes.

—Cuando estaban tristes también, se cantaban al otro —recordó David por su parte.

—Bueno, Adds siempre fue mi ángel —admitió Barry.

Adds se volteó a mirarle con una sonrisa, sus ojos brillaban como dos pequeñas estelas. Y los de Barry no se quedaban atrás. No era necesario para nadie que los jóvenes aclararan estar juntos, porque con ver ese tipo de miradas todo quedaba claro.

—Esperen —detuvo Adds—. ¿Como demonios saben eso? —inquirió mirando a todos.

Todos comenzaron a balbucear, para luego cambiar automáticamente el tema de conversación.

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   ADDS ENTRÓ APRESURADAMENTE AL EDIFICIO DE KORD INDUSTRIES. Lamentablemente ella no poseía súpervelocidad como Barry, por lo qué para llegar más rápido al lugar del robo, Cisco la había llevado a través de una brecha.

—Veamos, 2017... —escuchó como alguien decía mientras entraba—. ¿Como van las cosas para salvarte, Adeline Singh? —inquirió directamente al recaer en la presencia de la heroína—. ¿O con tu mayor enemigo, Savitar? —esta vez observó a Barry.

—¿Deberíamos estar impresionados por que sepas eso? —cuestionó Adds posicionándose a un lado de su prometido.

—Conoces a Savitar —dió por hecho Barry.

—Sé todo de él, y de ti —aseguró.

   En un rápido movimiento Barry corrió hasta el nuevo enemigo y lo tomó de un brazo, pero entonces este se desprendió, y tiró una especie de bomba cegadora.

   Adds lanzó rápidamente un orbe al mismo tiempo que Gypsy aparecía y lanzaba una vibra. Ambas dándole al intruso.

—Gypsy. Veo que aún buscas venganza.

—Lo lograré esta vez —aseguró la recolectora.

—Ya veremos —se burlo el desconocido, quien sacó un as de cartas y las lanzó por el lugar.

   Adds rápidamente alzó una pared de fuego sobre ella y Gypsy protegiéndoles, Barry salió tras él, pero ya era demasiado tarde.

—Se hace llamar Abra Kadabra —explicó Gypsy una vez de vuelta en los laboratorios.

—Tiene muchos trucos —informó Barry.

—Si, creemos que tiene nanotecnología en su cuerpo —comentó Gypsy—. Hace cosas extraordinarias, teletransportación, telekinesis. Créanme, ya lo he visto todo.

—¿Entonces el truco de las cartas, y el tanque de agua es tecnología futurista que se avala como magia? —preguntó Adds.

—Es la tercera ley de Arthur C. Clarke —recordó Caitlin—. « La tecnología avanzada no se distingue de la magia » —citó junto a Cisco.

—Antes de que llegaras dijo que venia del futuro —señaló Barry.

—¿Del futuro? —inquirió interesado Ethan.

—Es del siglo 64 —informó Gypsy.

—Los criminales del futuro son el fuerte de este equipo —suspiró Adds mientras negaba.

—¿Por qué lo persigues? —preguntó Ethan.

—Está en la lista de los coleccionistas más buscados. Apareció en mi tierra hace algunos años y cometió una serie de robos donde mucha gente murió —explicó a secas mostrándose un tanto incómoda—. Reapareció hace dos semanas, robó laboratorios de tecnología y vino aquí.

—Supongo que debe necesitar la tecnología de esta tierra, lo cual es raro porque tenemos de las tecnologías menos avanzadas en el multiverso.

—Sea lo que sea lo averiguaremos —aseguró Cisco—. Y no sé ustedes pero desde la última vez que estuviste aquí esperaba algo de acción Gypsy-Vibe.

Adds hizo una mueca, notando la clara tensión que portaba Gypsy. Sentía que algo les estaba ocultando, pero ella no era quien para interrogarle, menos cuando sabía que lo que les ocultaba no se trataba de algo peligroso.

—Muy bien, ¿Qué es lo que ocurre ahora? —preguntó dando toquesitos en la mejilla de Barry, quien se encontraba cruzado de brazos y con el ceño fruncido, acto que indicaba que se encontraba pensando.

—Él es del futuro —repitió—. Y sabe quién es Savitar.

—Ajá... —asintió Adds dudosa.

—Amor, esto podría ser clave para salvarte —musitó Barry, tomándola por la cintura.

   Adds hizo una mueca. Aún no se sentía del todo cómoda hablando del tema. Sonaba tan extraño y le era tan incómodo que constantemente todos estuvieran preocupados de salvar su vida, usualmente sin importar el que, y eso no le agradaba para nada.

—Bueno entonces solo debemos atraparlo —comentó—. Pero...

—Si Gypsy lo atrapa querrá llevárselo de inmediato a tierra 19 —se adelantó a decir Barry formando una mueca.

—Ya veremos eso, primero atrapémoslo.

—Me parece bien, por ahora —asintió.

   El velocista no tardó en acercarla y dejar un pequeño beso sobre sus labios. Adds sonrío y pasó sus manos por los hombros de él hasta enredarlas tras su cuello, comenzando a jugar con el anillo de compromiso que a diario portaba en su mano.

—Es raro usar esto —comentó—. Digo, del raro bueno no del malo.

—¿Por qué?

—No lo sé. Supongo que hasta cierto punto me incómoda que lo primero que las personas vean en mí sea esto —enseñó su mano—. Pero entonces recuerdo que significa que estamos comprometidos y se me pasa.

Barry rió divertido. Adds era todo un caso, de eso no tenía dudas, y era una de las cosas que más destacaba y amaba de ella.

—¿Te apetece ir por algo de comer? —propuso Barry.

—Me encantaría —asintió.

En menos de dos segundos ambos se encontraban con sus vestimentas diarias caminando por los pasillos del cortex directo a la salida.

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BARRY HABÍA LOGRADO ATRAPAR A ABRA KADABRA, sin embargo antes de poder apresarlo, el mago les había engañado con un holograma y durante esos minutos se propuso atacar los laboratorios donde se encontraban Joe, Caitlin, Julian y Diana.

El velocista en cuanto tuvo la oportunidad no dudó en noquear de un puñetazo a Abra Kadabra, cosa que provocó que aunque hubieran pasado minutos de ello Adds aún reclamara no haber visto aquella escena, y es que eran muy pocas las veces que había logrado ver a su novio golpear a alguien.

—¿Por qué lo encierras? —inquirió Gypsy entrando a las celdas del acelerador—. Lo regresaré a mi tierra.

—Está bien por mí —aseguró Barry—. Pero primero necesito hablar con él.

—De acuerdo —aceptó luego de pensarlo unos segundos—. Obtén lo que necesites de él, pero cuando termines será mío —declaró para luego acercarse al cristal de la celda en que se encontraba el criminal—. Morirás por todas las cosas que has hecho, y ansío ver cuando te maten —tras eso salió del lugar.

—Vaya, y creí que a mí me consumía el odio aveces —murmuró Adds para si misma.

—Hablaré con ella —indicó Cisco—. Gypsy, querida —llamó siguiendo el mismo camino por el que la pelinegra había desaparecido.

Los presentes se voltearon a ver a Abra Kadrabra, quien no dudó en darles una sonrisa que interpretaron como un gesto burlesco.

—Dijiste que sabías quien es Savitar —le recordó Barry.

—Sé todo acerca del Dios de la velocidad —regodeó—. Santificado sea su nombre.

—¿Estás... alabándole? —cuestionó Adds asqueada—. Dios, y creí que Merlyn estaba mal de la cabeza.

—¿Qué sabes de él? —se adelantó a preguntar Ethan.

   La mirada de Abra Kadabra se dirigió al arquero del equipo.

—Es imparable. Fue el primer velocista. Lo derrotaras... —indicó mirando esta vez a Barry—. Pero no hasta después de que él obtenga lo que más quieres. Adeline Singh —nombró mirando a la rubia.

—Dinos quien es —exigió Adds, tomando la mano de Barry quien se encontraba tenso en su lugar.

—No lo creo —negó—. ¿Es frustrante no? Saber que morirás, a menos que Flash obtenga lo que quiere. Todo ese poder, toda esa velocidad y aún así eres lento.

—Escúchame, idiota —habló Ethan acercándose al cristal—. Esto no es un maldito juego con el que puedas divertirte. Es sobre la vida de mi mejor amiga.

—También es sobre mi vida si me entregan a esa recolectora —debatió—. Es simple. Déjame ir y te diré quien es Savitar. Entrégame a Gypsy y Adeline morirá.

—¿Últimas palabras? —inquirió Adds acercándose a la compuerta—. Antes de que Gypsy te lleve directo a tu muerte —y sin esperar mucho más cerró la compuerta.

Una vez esta estuvo completamente cerrada, Adds se apoyó sobre está soltando un profundo suspiro. Aquel juego no les estaba llevando a ninguna parte, solo les estaba dando falsas esperanzas.

—Este sujeto no saldrá de aquí a menos que sea con unas esposas y escoltado por Gypsy —señaló.

—Pero hija, es sobre tu vida —habló Diana temerosa.

—Si, y mi vida no vale que un criminal de los más buscados ahora y en el futuro quede suelto.

—Cariño... —intentó convencer Carol.

—Encontraremos otra forma —cortó asegurando.

   Tras darles una sonrisa a todos salió de ahí, soltando las falsas esperanzas en el camino.

—No dejaremos que Gypsy se lo lleve sin saber la identidad de Savitar primero —ordenó Ethan.

—Claro que no lo haremos —murmuró Barry.

   Todos asintieron de acuerdo con ellos.

Más tarde, cuando aún no tenían mucho que hacer, Barry y Adds se encontraban en casa de Joe. No había una razón en concreta del porque decidieron ir y estar en aquel lugar. Tal vez buscaban distraer sus mentes en un lugar que le recordara a los viejos tiempos.

—Estaba pensando y... —comenzó a hablar Adds, mientras jugaba con el anillo en su dedo—. Sé que dijiste que querías que comenzáramos a ver todo lo relacionado a la boda en cuanto termináramos con esta situación. Pero no quiero una boda grande, Barry. Solo te quiero a ti ahí de pie, esperándome en el altar, y a nuestras familias rodeándonos. Así qué, ¿Por qué no nos casamos ahora?

—¿Ahora... como ahora mismo? —cuestionó Barry tras dar el trago de su chocolate caliente.

—No ahora como en este segundo —rió Adds negando—. Pero no lo sé. Mañana, en dos días o una semana.

—Eso es muy apresurado, ¿No crees? —opinó tomando las manos de Adds, las cuales antes de ello se movían nerviosamente.

—¿No te parece? —preguntó con una mueca.

—Claro que me parece. Pero más quiero saber tus razones para adelantar todo —con su pulgar dejó caricias sobre el dorso de su mano, mientras conectaba sus miradas.

Adds desvió la mirada momentáneamente mientras soltaba un suspiro.

—Yo... quiero aprovechar el tiempo —admitió—. No quiero morir sabiendo que no pude decir « Si, acepto ».

—No crees que logremos salvarte —comprendió.

Ella negó con un nudo comenzando a tirar de su garganta.

—He intentado mantenerme positiva, por ti, por mis madres y los chicos. Pero amor, la esperanza es algo muy peligroso y no quiero que nos ilusionemos con algo que podría no ocurrir —murmuró apenada.

Barry suspiró y la abrazó atrayéndola a él.

—Haremos todo lo que quieras, Adds. Pero quiero que lo hagamos porque de verdad lo deseas ya mismo, no porque crees no lograr hacerlas en un futuro —declaró él.

   Adds suspiró y guardó silencio, acurrucándose a Barry lo más que sus cuerpos les permitían.

—Te amo —musitó.

—Te amo más —sonrió dejando un beso sobre su mejilla.

—Este lugar se siente más como un hogar que el departamento —opinó Adds tras unos segundos.

—Pienso lo mismo.

—Supongo que es por la cantidad de historia que tenemos aquí —murmuró con una pequeña sonrisa.

—Son demasiadas —concordó Barry.

—Cuando huía de casa para venir aquí, y ambos nos quedábamos dormidos en este sofá —recordó ella.

—Luego nos castigaban porque no lograban encontrarte —rió Barry.

—Si...

—También solíamos sentarnos a ver películas, o estudiar los fines de semana —recordó él por su parte.

—También tuvimos sexo un par de veces cuando no había nadie —rió ella.

   Su risa se intensificó al ver como el sonrojo subía rápidamente por las mejillas de Barry.

—Dios, podrías haber evitado es recuerdo —se quejó.

—¿Por qué? Era buen sexo —justificó ella—. El mejor que he tenido.

—¡Adds! El sexo no es lo importante —negó él.

—Barry, amor, ¿Por qué crees que acepté casarme contigo? —inquirió.

—¿Por qué me amas? —supuso de forma obvia.

—Tan inocente mi vida —susurró mientras negaba, aún sabiendo que él le escuchaba—. Acepté porque sabía tendría buen sexo para toda la vida. Eso es lo importante en toda relación, cariño. No el amor, si se tratara de amor te hubiera dejado hace mucho tiempo —soltó un suspiro.

—¡Adds! —exclamó indignado.

—¿Qué? Estoy siendo honesta —le miró de forma neutra.

Finalmente comenzó a reír viendo cómo el ceño de Barry se fruncía aún más con indignación.

—Estoy bromeando —rió mientras dejaba un beso sobre su mejilla.

—Istii brimiindi —repitió él con voz chillona, cruzándose de brazos así apartando a su novia de él.

—Ya pero siendo honestos —habló tomando asiento sobre el regazo de su prometido—. Si te diera mal sexo, ¿Aún así te hubieras casado conmigo? —inquirió curiosa.

—Claro que si —asintió obviando su respuesta—. ¿Y tú?

   Adds mordió su labio inferior, pensando la respuesta. Su rostro prontamente mostró solo inocencia logrando que Barry le observara entrecerrando sus párpados, casi con acusación.

—Adds...

—Bueno, siendo honesta... —balbuceó—. No.

—¿Qué?

—Pero, oye, el sexo es bueno. No tienes nada de que preocuparte —se apresuró a asegurar.

—¡Acabas de decirme que de no ser así no hubieras aceptado casarte conmigo! —reclamó indignado.

—¡Pero no es el caso! —exclamó ella devuelta.

   Barry bufó echando su cabeza hacia atrás.

—Ya, estoy bromeando, amor, lo digo en serio—dijo luego de un rato—. Claro que me hubiera casado contigo.

   El velocista le observó esperando a que siguiera hablando, sabiendo que había algo más a fondo.

—Pero me hubiera conseguido un buen amante que satisficiera mis necesidades —completó con una sonrisa.

—¡Adds! —reclamó nuevamente.

—Estoy bromeando, amor —aclaró entre carcajadas.

—Esto ya no es gracioso —bufó.

—Si, si lo es, debes admitirlo —río nuevamente mientras pasaba sus brazos por el cuello de Barry y apoyaba su cabeza sobre su hombro.

—No lo es —negó.

—¿Estás enojado? —inquirió tras haber calmado su risa—. ¿Amor? —llamó al ver que no respondía.

—¿Qué? —preguntó con voz neutra, con sus brazos a cada lado de su cuerpo sin tocar a su prometida.

—Vamos, solo eran unas bromitas —murmuró, acariciando su mejilla con la punta de su nariz—. No te enojes, ¿Si? —pidió—. Sabes que te amo más que a cualquier cosa.

   Barry suspiró, evitando esbozar una sonrisa y alzó sus manos posándolas finalmente sobre las caderas de Adds quien instantáneamente sonrió.

—Así me gusta —habló con voz orgullosa.

—Adds... —advirtió Barry.

—Lo siento —se disculpó con una sonrisita—. Entonces... ¿Tendremos sexo? —inquirió.

   Barry soltó una carcajada mientras negaba.

—Estás castigada —declaró.

—¿Y eso significa...?

—No sexo para ti —declaró nuevamente.

—Bah, creí que me amarrarías con una corbata las manos a la pared y me nalguearías —hizo un puchero.

—¿Qué...? —le miró extrañado—. ¿Leíste 50 sombras de Grey otra vez? —preguntó.

—Si te hace sentir mejor imagine que eras tu todo el libro.

   Barry soltó una nueva carcajada. Estaba seguro de que con esa mujer no se aburriría nunca de estar casado.

—Te amo —le recordó antes de besarla.

—Yo te amo más —sonrió ella—. ¿Entonces si tendremos sexo?

—Lo pensaré —asintió.

—Eso es suficiente para terminar de convencerte —rió antes de besarle.

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—¿¡QUÉ DEMONIOS FUE LO QUE HICIERON!? —exclamó Adds viendo a sus madres.

Solo unos minutos habían pasado desde que Abra Kadrabra terminó por escapar. Diana y Carol entre ambas, orquestaron un plan, en el cual aparentarían dejar en libertad a Abra Kadabra y este a cambio les daría el verdadero nombre de Savitar. Las cosas se salieron de control cuando Gypsy apareció interrumpiendo el hablar del criminal, logrando así que este tomara su oportunidad y desapareciera.

Cisco intentó localizarlo por lo laboratorios, así dándole a los presentes actualizaciones de donde se encontraba el criminal. En el elevador tomó por sorpresa amabas mujeres junto a Caitlin y Julian, lugar en donde a modo de defensa, Abra Kadrabra lanzó una bomba que mandó a todos a volar.

Pero eso no era todo, ya que Caitlin producto de la explosión se estrelló contra unos fierros y uno de estos terminó atravesando su abdomen.

—¡Les dije que no hicieran nada! —exclamó nuevamente Adds.

—¡Solo intentábamos negociar por tu vida! —exclamó de vuelta Carol, con lágrimas cayendo por sus mejillas.

—¡No podemos perderte! —apoyo de igual forma Diana.

Ambas temblaban de pies a cabeza, con sus pieles más pálidas de lo normal, y los ojos rojos y ya comenzando a hincharse por el llorar.

Ante esto Adds inmediatamente se arrepintió de haberles gritado de esa forma a ambas, por lo que se acercó abrazándolas a ambas en un intento de tranquilizarlas.

—Lo siento —se disculpó.

—Nosotras lo sentimos.

—Nunca creímos que alguien saldría lastimada —murmuró Carol.

—Está bien. Los chicos están haciendo todo lo posible para ayudar a Caitlin. Yo debo ir con ellos —hizo saber—. Vuelvo en unas horas.

Y dejando un beso en cada frente de las mujeres saltó una brecha llegando a los laboratorios para correr a la enfermería, en donde se encontraban pasando la máquina de rayos X por el abdomen de Caitlin.

—¿Como se ve? —preguntó acercándose preocupada.

—Tiene pedazos de metal dentro de ella —explicó Ethan—. Si no se sacan podrían perforar su riñón.

—Mierda —bufó cubriendo su rostro.

—Hay que llevarla a un hospital —escuchó decir a Iris.

—No.

—No podemos. La identificarían como meta-humana —negó Cisco.

—Y no cualquier meta.

—¿Qué hacemos? No se operará sola.

   Adds e Ethan compartieron una mirada. Tenían una posible solución en mente, esperaban funcionara.

—Sabemos un poco de esto —mencionó Ethan.

—¿Como...?

—La Liga —zanjó a modo de respuesta Adds.

—No somos expertos —aclaró Ethan—. Pero con indicaciones de Caitlin podríamos manejarlo.

—Hablas de una cirugía despierta —comprendió Julian—. Eso... es imposible.

—Es lo único que podemos ofrecer —hizo una mueca Adds.

—No es lo único —hablamos Cisco—. Al ser una meta-humana tu metabolismo se regenera rápido.

—No me quitaré el collar —Caitlin se negó automáticamente—. Háganlo —ordenó a Ethan y Adds —. Confió con mi vida en ustedes.

   Ambos asintieron y corrieron a buscar lo necesario, implementando los trajes médicos necesarios junto a los guantes y cubre bocas.

—Muy bien —asintió Adds—. Hagamos esto.

—Confío en ustedes, chicos.

—Empezamos con la esquirla en la superficie —murmuró Ethan.

—Exacto —asintió Caitlin.

Ethan acercó cuidadosamente unas pinzas, metiéndolas por entre la carne abierta, sacando así fácilmente el primer pedazo de metal.

—La primera está afuera.

La segunda fue sacada seguidamente, el único problema fue que al retirarla de forma inmediatamente de la apertura comenzó a salir sangre. Adds se apresuró a limpiar cuidadosamente.

—¿Es normal que salga tanta sangre? —preguntó alguien.

—Al ser una esquirla es posible que desplace o rompa tejidos —comenzó a explicar Adds—. Pero si pierde mucha sangre...

—Tendré una hemorragia —completó Caitlin entre quejidos.

   Ethan terminó de sacar los dos últimos trozos de esquirla situados en la superficie. Ahora solo le faltaban los interiores, por lo que la situación se complicaba un tanto más.

—Debes sacarla con cuidado. Hay vasos sanguíneos en esta zona y si los tocas entraré en shock.

—Necesitaré más ayuda aquí —señaló Ethan.

   Adds tomó unas pinzas y con cuidado abrió un poco el corte, permitiendo de esta forma que las pinzas guiadas por Ethan entraran con mayor facilidad.

   Caitlin ahogó un gemido de dolor al sentir la esquila comenzar a salir.

—Ritmo cardiaco elevado —informó Cisco, preocupado.

—Se atoró —Ethan soltó un bufido.

—Dale la vuelta —indicó Caitlin—. Tal vez haya algún tendón.

—¿Y si no hay un tendón? —cuestionó Barry.

—Dale la vuelta con cuidado —indicó Adds—. Mientras le das la vuelta vas tirando de ella.

—Entonces romperé el collar —Cisco respondió a la pregunta de Barry.

—¡Prefiero morir! —exclamó Caitlin.

   Un grito no tardó en ser escuchado por parte de la doctora.

—No será necesario porque ya la he sacado —señaló Ethan dejando caer el último trozo de metal sobre la bandeja quirúrgica.

   Al escuchar las palabras del rubio, todos pudieron respirar tranquilos.

—Tu sutura la herida —ordenó Ethan a Adds—. Suelen quedarte más limpias.

—Lo sé. No iba a dejarte hacerle una fea cicatriz a Caitlin —blanqueó los ojos.

   Adds se encargó de limpiar con sumo cuidado la herida para luego comenzar a suturar. Finalmente le inyectaron algunos analgésicos a Caitlin, para que pudiera descansar de mejor forma.

—Eso fue increíble, Ethan —admitió Barry dándole una palmada en el hombro.

—Doctor Ethan Jones. Hasta suena bien —murmuró Cisco.

—Esto fue realmente estresante —murmuró él.

—Has hecho cosas más extremas —le recordó Adds.

—Tu también estuviste increíble —le halagó Barry, dejando un beso sobre su frente.

—Quería y debía hacerlo. Después de todo esto es mi culpa —murmuró.

Todos hicieron una mueca. Eso era algo en lo que Adds y Barry solían coincidir, lo que era culparse de los problemas ocurriendo. Sin embargo solían quitarse cargas con el apoyo que solían brindarse, pero en esos momentos eso no sería suficiente.

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GYPSY HABÍA LOGRADO AVERIGUAR QUE ERA lo que planeaba Abra Kadabra con todos los artefactos que robó en su estadía en Central City, y no se trataba de nada más ni nada menos que hacer una máquina del tiempo.

—Eso lo regresaría al siglo 64 —musitó Gypsy.

—Debemos atraparlo antes de que vuelva a desaparecer.

—Si Kadabra planea ir al futuro como Marty McFly... —comenzó a explicar Cisco.

—Debe abrir un agujero primero —completó Barry—. Y cuando lo haga...

Cisco chasqueó sus dedos.

—Lo atraparemos.

—Él es mío. Seré tan compasiva como lo fue con mi compañero —acotó Gypsy.

—Oye Gypsy —llamó Barry—. No puedes ir sola por él.

—Claro que puedo.

—Quieres justicia para quienes dañó. Para tu compañero —recordó Barry—. Nosotros intentamos evitar que alguien a quien amamos salga lastimada. Pero no podemos hacerlo sin tu ayuda.

—No confió en ustedes —hizo saber observándoles a todos.

—La única oportunidad que tenemos de atraparlo es ahora y juntos.

   Gypsy los observó a todos nuevamente para finalmente asentir, aceptando.

  Unas de sus últimas esperanzas... pero muy en el fondo Adds sabía que no lo lograrían y quedarían con las manos vacías.

— ϟ —

hOla hOla

si se han dado cuenta que ni sigo los días marcados para actualizar?

well, se suponía que hoy actualizaría Yours pero no me dio tiempo de verme el capítulo para terminarlo, así que para compensar les traigo actualización por aquí.

espero hayan disfrutado, no se olviden de votar y comentar<33

editado: 09/05/2022

─𝙨𝙥𝙞𝙙𝙚𝙮𝙜𝙡𝙤𝙬

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