XIX

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✧「 Capítulo diecinueve 」✧

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BARRY HABÍA TOMADO LA DECISIÓN DE adentrarse en la speed force, para así rescatar a Wally de aquel bucle infinito en el que se encontraba. Ante aquella decisión el equipo no demoró mucho en armar un plan y ponerse manos a la obra.

   Adds por su parte como se había acostumbrado a hacer, inconscientemente se encontraba comiendo sus uñas —metafóricamente— a causa de los nervios.

   La cabeza de la rubia no podía evitar formular un millón de tragedias, más aún en esos momentos donde todos eran conscientes de que Savitar estaba libre por la ciudad. Y si bien Adds no temía por ella si lo hacía por sus cercanos, ya que conocía a las personas como Savitar, personas con una sed insasiable de venganza, personas o en este caso humanoides que harían hasta lo imposible por llegar a su objetivo, el cual si bien era Barry, todos eran consientes de que si llegaban a Adds inmediatamente llegaban con el velocista. En cualquier ámbito fuera.

   Simplemente era el matar dos pájaros de un tiro.

—Adds, ¿podemos hablar? —le pidió Barry, logrando llamar la atención de todos los presentes.

—Si, claro —asintió, poniéndose de pie para luego salir del cortex con Barry siguiéndole los pasos.

   En cuanto estuvieron en el pasillo ambos se detuvieron quedando frente a frente. La tensión era notoria en el aire, sin embargo no lo suficiente como para poder cortarla con un cuchillo, como decían por ahí.

—Encontraré a Wally —aseguró.

—Se que lo harás, Barry. ¿Pero a que costó? —inquirió—. No sabemos del todo cómo funciona la speed force, la última vez que estuviste ahí fue para recuperar tus poderes, ella tomó la forma de todos. ¿Qué tal si luego te perdemos? ¿Qué tal que ya no pueden salir más? —comenzó a balbucear—. ¿Y si...?

—Estaré bien —se apresuró a decir, tomando en un leve rose la mano de Adds.

   Ambos guardaron silencio nuevamente, y Adds no tardó en retirar su mano, dejando la del velocista suspendida en el aire.

—¿Estaremos bien? —Barry se atrevió a preguntar en un susurro.

—No creo que sea el momento para hablar de esto —se negó volteando el rostro a un lado.

—Debemos hacerlo en algún momento, y prefiero que sea ahora.

   Adds guardó silencio, mordiendo su labio inferior mientras intentaba acallar el bullicio que creaban dos distintos bandos en el interior de su cabeza.

—No lo sé —confesó finalmente en voz baja.

—¿No lo sabes?

—No —negó mientras susurraba—. Tú me dejaste, Barry. Me hiciste creer que no me amabas y que habías estado conmigo solo por intentar salvarme —murmuró frágilmente.

—Lo hice para protegerte.

—¿Y de que sirve que protejas mi vida si de paso romperás mi corazón? —cuestionó—. No tiene sentido para mí... Así que no lo sé. No tengo ni la menor idea de si estaremos bien —y tras eso salió de ahí dispuesta a volver al cortex.

   Estando a solas, Barry se dejó caer hacia atrás apoyándose en la pared del pasillo, para luego cubrir su rostro con las palmas de sus manos mientras soltaba un bufido frustrado. Cada vez que intentaba hacer algo bien no solo lo arruinaba, si no que parecía duplicar todo para mal. Simplemente no podía a evitar hacerlo, claramente de manera inconsciente.

   En ese momento Joe apareció por el pasillo, llamando su atención.

—Barr —llamó—, ¿Qué ocurre?

—Nada, solo intento que no se preocupe tanto —explicó recomponiéndose—. Ella cree que todo esto es su culpa.

   Joe hizo una mueca.

—No es su culpa, ni tampoco la tuya —negó el detective—. Pero estoy casi seguro de que eso no es lo que ocurre.

   Barry suspiró, guardando silencio durante unos segundos antes de atreverse a confesar el principal de sus problemas con Adds.

—Ella tiene dudas respecto a nosotros.

—Bueno... tú terminaste tu relación con ella, Barry —puntualizó—. Creo que es un poco lógico que las tenga.

—Pero lo hice para protegerla —se defendió.

—Hijo, esa chica te ama. De verdad lo hace. Y ella no quiere que protejas su vida, quiere que protejas su corazón —le recordó—. Una vida no es vida sin amor, y ella te lo ha hecho ver incontables veces —le recordó, mientras le daba un apretón en el hombro.

—¿Qué debo hacer? —inquirió tras unos nuevos segundos en silencio.

—Demostrarle que de verdad la amas, con un gesto que no tenga segundas intenciones en tu objetivo de salvarla. Hazlo con un gesto que realmente provenga de tu corazón y algo que realmente desees —le aconsejó Joe—. Y creo que sabes bien a qué me refiero.

   Barry asintió, y le mostró una pequeña sonrisa. Y estuvo apunto de agradecerle por el consejo cuando el mayor le detuvo.

—Pero primero que todo, procura que tú y Wally vuelvan sanos y salvos. Los quiero a ambos aquí —lo señaló con advertencia.

—Claro —asintió—. Traeré a tu hijo de vuelta.

—Quiero a mis dos hijos de vuelta —le corrigió.

   No pasó mucho tiempo más para que Barry ya estuviera preparado, al igual que Cisco quien terminó aquel hilo interdimensional que les ayudaría a rastrear a Barry dentro de la speed force.

—De acuerdo —habló Cisco, terminando de ubicar el dispositivo en el emblema del traje de Flash—. Probémoslo.

—¿Probar? ¿A que te refieres con eso? —inquirió preocupado Joe.

—Bueno, no hay un mapa de la speed force. Por lo que cuando Barry entre en ella...

—No sabrán dónde caeré —Barry completó la frase.

   Al escuchar aquello, Adds intercambió una mirada preocupada con Ethan quien pasó uno de sus brazos por los hombros ella, intentando reconfortarle.

—Lo bueno es que si se atora del lado equivocado podremos sacarlo.

   Ahí partía la nueva travesía de Barry, por lo que el equipo no tardó en acercarse al velocista deseándole suerte en su búsqueda.

   Adds como siempre quedó al último, y a pesar de los problemas, las dudas y todo lo demás que les atormentaba no dudó en lanzarse sobre el velocista dándole un fuerte abrazo, temiendo dejarle ir.

—Ve con cuidado, Bartholomew —pidió en un susurro—. No me hagas ir por ti.

   Barry solo sonrío suavemente mientras aprovechaba la cercanía para dejar unas cuantas caricias sobre el cabello de Adds.

—Estaré bien —prometió aún así aquello fuera una mentira—. Te amo, Adds —le recordó, temiendo no llegar a escuchar los mismo por parte de ella.

   Adds sintió una característica punzada en su pecho. No podía mentir a la hora de responder a aquello.

—También te amo, Barry —susurró para luego dejar un beso sobre su mejilla y finalmente alejarse refugiándose en los brazos de su mejor amigo.

   No recordaba la última vez que se había sentido así de sensible. Parecía un recuerdo tan lejano y cercano a la vez, pero de todas formas borroso para su memoria.

—¿Estamos listos? —inquirió Barry, acercándose a Cisco y Caitlin.

—Listos —afirmó la doctora.

   Cuando Cisco posó su mano en el hombro de Barry, lograron ver de forma inmediata la ya conocida tormenta formándose al rededor de Cisco y Barry, y en cuestión de segundos esta se desvaneció dejando ver solo al ingeniero.

—Estará bien —le aseguró Ethan, al ver el rostro de preocupación de su mejor amiga.

—Eso espero —musitó ella dejando salir un suspiro.

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DENTRO DE LA SPEED FORCE, BARRY SE ENCONTRABA VIVIENDO un verdadero infierno. La fuente de sus poderes, tal como había hecho en ocasiones anteriores no dudó en comenzar a tomar la forma de sus conocidos, sin embargo en este caso la diferencia se presentaba en que tomaba la forma de aquellos seres queridos que había perdido desde que se volvió Flash. Comenzando por tomar la forma de Eddie Thawne, el ex prometido de su hermana adoptiva, Iris West.

La fuerza de velocidad no tardó en advertirle que esta vez no serían tan amables con su presencia a comparación de las veces anteriores, recordándole cómo el velocista había aceptado la muerte de su madre en su última visita, pero como por siguiente la había revivido de paso creado Flashpoint.

—Zoom acababa de matar a mi padre y a mi prometida —se defendió ante las acusaciones.

—Lo sabemos y entendemos —aseguró Eddie Thawne—. Por eso te permitimos hacer eso. Pero las elecciones tienen consecuencias y me temo que ya no te dejaremos tomar elecciones como esa.

—Wally es solo un niño —reclamó Barry.

—Es un Flash, tomó su decisión —aclaró la speed force—. Ahora debe vivir con ella. Al igual que tú.

—No me iré hasta que Wally esté libre —declaró el velocista escarlata.

—Entonces prepárate para pasar una eternidad aquí.

   Por otro lado, fuera de la speed force, en el mundo real Adds se encontraba en el taller de Cisco, junto a él y H.R, quien no paraba de hablar sobre el café y su adicción a este.

—Aterrador... —murmuró Cisco, luego de ver cómo Wells bebía su... ¿Cuarto triple de expreso?

—Puedo tomar un cuádruple, un séxtuple —regodeó con orgullo HR.

—No se que tan bueno sea eso para tu salud —murmuró preocupada.

   Justo en aquel momento Jesse llegó al taller, con la lanza que Savitar había dejado incrustada en el hombro de Barry horas atrás en manos.

   Al verla Adds abrió los ojos sorprendida, mientras que HR por su parte iba por más café, aprovechando que Adds no le prestaba atención como para regañarle por ello.

—¿Podrías usar esto para buscar la ubicación de Savitar? —pidió la velocista a Cisco.

   Él y Adds intercambiaron una mirada.

—No es mala idea —admitió Cisco—. Antes no podía porque estaba en la speed force. Pero ahora está afuera... sintiéndose liberado, seguro —murmuró.

   Adds se puso de pie, siguiéndoles a través del taller, para así no perderse en nada de lo que hablaban.

—Digamos que Cisco encuentra a Savitar, ¿Qué piensas hacer? —inquirió.

—Iré tras él —señaló de manera simple y segura.

   Cisco y Adds soltaron una respiración frustrada, al parecer la pequeña Wells no estaba comprendiendo nada con todo lo que estaba ocurriendo.

—Jesse, ¿Estás loca? —cuestionó directamente Cisco.

—No. Solo no puedo quedarme esperando.

—Si puedes. Y lo harás —zanjó Adds.

—Pronto Barry sacara a Wally de la speed force.

—No lo saben —negó frustrada Jesse—. No sabemos nada. Solo sabemos que Savitar está ahí afuera y hay que hallarlo si tenemos la oportunidad, y enviarlo de regreso por donde vino.

   Los mejores amigos negaron. No era tan simple como Jesse decía. Ojalá lo fuera.

—Te quedarás aquí —ordenó Cisco volviendo a su zona de trabajo.

—Hacemos esto por tu bien —murmuro Adds dándole un apretón en el hombro.

En aquel momento, al escuchar aquellas palabras, Jesse le observó con el entrecejo fruncido en clara molestia.

—Por tu bien, querrás decir.

—¿De que estás hablando? —preguntó confundida.

—Solo te resguardas tras de todos, cuando nada de esto estaría pasando de no ser por ti. Wally ni siquiera estaría en la speed force, pero lo está y es por tu culpa.

—¡Jesse! —regañó Cisco.

   Adds solo retrocedió unos pasos, mientras de igual forma fruncía el ceño, viendo cómo el arrepentimiento se formaba en el rostro de la chica Wells.

—Adds, yo...

—Está bien. Lo entiendo —aseguró tranquilamente—. Pero que conste que nunca estuve de acuerdo con nada de esto, se los dije. No quería que Wally cargara con mi carga, sin embargo ninguno me hizo caso —habló de forma neutral—. Pero está bien si piensas eso.

—Lo siento... yo no —intentó disculparse Jesse.

—No te preocupes, lo entiendo —aseguró Adds—. Ahora si me disculpan tengo cosas que hacer —murmuró, para luego salir del taller.

¿Donde era el lugar al que Adds había recurrido? Fácil, con una de sus madres, en busca de conforte, tranquilidad y hasta un tanto de normalidad.

Así que ahí se encontraba sentada en una de las incómodas sillas que disponía el estudio de ballet al que asistía la pequeña Adara, mientras comía ansiosamente de los dulces que Diana le había comprado de camino al lugar.

—¿Entonces Barry terminó contigo porque creyó que así podría cambiar el futuro? —Diana recapituló a modo de pregunta todo lo que Adds le había comentado en aquellos minutos.

—Si —murmuró en voz baja.

—Aveces no se si ese chico es muy estúpido o hace cosas estúpidas porque de verdad de ama —confesó la mayor, masajeando su frente.

Adds hizo una mueca triste.

—Si, yo también me lo pregunto aveces —admitió.

—¿Qué es lo que sientes respecto a todo esto? —inquirió Diana.

—No lo sé. Me siento confundida —se quejó.

Diana guardó silencio, esperando a que su hija siguiera hablando.

—Le dije un montón de veces que no nos comprometiera solo por intentar salvarme —murmuró—. Digo, sé que es difícil para él, ya me vio morir una vez, pero... no lo sé má — suspiró recostándose en el hombro de ella.

—Sientes que no sabes dónde te encuentras —comprendió Diana.

   Adds asintió mientras mordía un dulce con cansancio.

—Mira cariño, solo eres tú quien puede tomar decisiones respecto a cómo te sientes. Pero Adds, todos sabemos que lo amas, y sabemos que Barry puede ser muy impulsivo, pero el chico de verdad te ama. Lo sé porque veo la forma en que te mira, veo como su mirada se ilumina y su sonrisa se pronuncia cada vez que te ve —comentó Diana—. Sé lo que es que alguien te ame de esa forma y como es amar de esa forma —sonrío levemente.

Adds sabía que se refería a la relación que Diana mantenía con su madre. Eso era lo que Adds quería, alguien que la amara sin importar qué, alguien en quien confiar. Y Barry era esa persona, ella lo sabía.

   Mientras su mente maquinaba entorno a la situación, su celular comenzó a vibrar en su bolsillo interrumpiéndole, por lo qué con un suspiro se estiró de forma extraña en la silla intentando sacarlo del bolsillo trasero de su pantalón, mientras le regalaba una sonrisita a Diana quien negaba divertida al verla de esa forma.

   Una vez con el aparato en manos no tardó en contestar al ver que la llamada provenía de S.T.A.R Labs.

—¿Si?

Adds, soy H.R —informó el hombre.

—¿Qué ocurre H.R? —preguntó sonriente.

Bueno... puede que Jesse me haya noqueado y haya ido de todas formas tras Savitar.

—¿¡Qué Jesse qué!? —gritó Adds, llamando la atención de todos en la sala—. Mándame su ubicación. Ahora —pidió de forma baja para luego pedir disculpas a los presentes y despedirse rápidamente de su madre.

   Una vez hecho todo eso no tardó en salir a toda prisa del lugar y comenzar a dirigirse rápidamente a la dirección que HR le había enviado.

   Cuando llegó un escalofrío recorrió su espalda, viendo a Savitar allí. Era simplemente una figura una presencia enorme, pero teniendo en cuenta que media apenas 1.55 aquello no debería ser de sorpresa.

Savitar atraía a Jesse hasta él, a causa de que el trozo de metal que la heroína sostenía con firmeza entre sus manos el cual buscaba volver a la armadura del velocista.

—Necesito una ayudita —hizo saber Jesse.

   Lo único que Adds pudo hacer, al salir medianamente de aquel extraño trance fue acercarse más y usar sus poderes para intentar mantener a Jesse en su lugar. Por lo qué ante esto claramente fue vista por Savitar.

—Adeline Singh —al escuchar su nombre salir del humanoide, sintió un nuevo y más potente escalofrío correr por su espina dorsal—. No deberías estar aquí.

—Si, bueno, no soy muy buena acatando órdenes, mucho menos si un villano intenta dármelas indirectamente —masculló ejerciendo más fuerza—. Además, ¿Dónde más estaría?

—En los laboratorios —respondió—. Creo que deberías estar preocupada por Barry, quien ha quedado atrapado en la speed force.

   Al escuchar aquello Adds sintió cómo la respiración le fallaba automáticamente, a la vez que su cuerpo tambaleaba. Al esto ocurrir inconscientemente Adds disminuyó la fuerza que ejercía sobre Jesse, por lo que esta terminó de llegar hasta Savitar quien la tomó sin cuidado alguno por el cuello.

—Tengo planes futuros para ti, Jesse Quick —informó Savitar.

—¿Si? Pues yo también —musitó ella— ¡Esto es por Wally!

   Y en un movimiento que nadie esperó incrustó la pieza de metal en una apertura del traje de Savitar. Ambas pudieron escuchar el grito de dolor proveniente de la supuesta deidad, quien tras soltar bruscamente a Jesse no tardó en salir corriendo del lugar.

   Adds se puso de pie y fue con Jesse para ayudarle a ponerse de pie.

—¿Estás bien? —inquirió.

—Si —asintió—. ¿Qué hay de tu?

—Yo... No lo sé ¿Podemos volver a los laboratorios?

Jesse asintió, y menos de un segundo la velocista la cargó en sus brazos para comenzar a correr directo a los laboratorios.

—¿Qué demonios está ocurriendo? —inquirió Adds al ver cómo Cisco con dificultad mantenía una brecha abierta—. ¿Perdieron a Barry?

—Si, pero ya lo recuperamos —se apresuró a decir Ethan.

—¿Qué quieren decir con eso? —cuestionó Jesse.

—Jay fue por ellos —informó Caitlin.

—¿En qué momento...?

Interrumpiendo la pregunta que Adds hacía, Barry y Wally salieron expulsado de la speed force cayendo directamente al suelo. Soltando un suspiro de alivio y sin poder evitarlo, Adds se abalanzó sobre Barry, abrazándolo con toda la fuerza que su cuerpo disponía en aquellos momentos.

Barry por su parte no dudó y la envolvió gustoso entre sus brazos, mientras enterraba su cabeza en el agujero que quedaba entre el cuello de Adds, recibiendo de lleno el típico olor a manzanillas que Adds emanaba. Realmente extrañaba aquello.

—Estoy bien —aseguró en voz baja.

—Esperen un segundo —habló Cisco llamando la atención de todos—. Tres velocistas entran y solo dos salen.

   Adds se separó y se colocó de pie, permitiéndole al velocista hacer lo mismo.

—Jay... Jay se quedo para salvar a Wally.

   En ese instante, aún pensando en el sacrificio que Jay había hecho por dos de sus velocistas, se acercó a Wally con un pequeño puchero en sus labios para abrazarle.

—Estoy muy feliz de que estés de vuelta —aseguró envolviéndolo con fuerza.

   El moreno le regalo una casi imperceptible sonrisa mientras se permitía disfrutar lo más que podía el calor del abrazo de Adds, para luego separarse y marcharse a la enfermería con Caitlin, el equipo no tardó en seguirles, exceptuando a Adds y Barry.

   Adds hizo una mueca y nuevamente se lanzó sobre el velocista abrazándolo fuertemente, como si temiera que fuera a escapársele de los brazos. La ansiedad se estaba volviendo cada vez peor.

—Cuando Savitar me dijo que te habías quedado atrapado en la speed force creí que te había perdido —musitó en voz baja.

   Barry sintió cómo su corazón daba un salto en su pecho, hasta que recayó en las palabras de Adds.

—¿Savitar? ¿Cuando estuviste con él? ¿Te hizo daño? —inquirió rápidamente, revisándola con la mirada, cayendo en cuenta de que Adds portaba su traje de heroína.

—Es una larga historia, pero resumiéndola... Jesse se enfrentó a él y yo intenté ayudarla. Y no, no me hirió, estoy bien —aseguró.

—¿Qué quería?

—No lo sé —se encogió de hombros—. Solo sé que apareció porque Jesse le rastreó con la lanza con la que te lastimó. No creo que por el momento buscara conscientemente acercarse a nosotros.

Barry suspiró y la acercó a él nuevamente abrazándola, y depositando un suave beso sobre su cabeza. Planeaba aprovechar cada segundo que Adds le permitiera abrazarle.

—¿Wally estará bien? —preguntó preocupada rompiendo el silencio.

—Lo que Wally... vió, le afectará durante un tiempo —comentó de forma suave—. Por lo qué Kid Flash deberá descansar por un tiempo.

   Adds hizo una mueca. Sintiendo la culpa recorrerle. Dos personas sintiendo culpa, cuando en realidad no esta no le correspondía a ninguno.

—Barry, creo que debemos hablar —murmuró tras unos minutos, en un hilo de voz—. No... no deberíamos seguir aplazando esto.

Barry se tensó ligeramente, pero antes de que alguno pudiera omitir palabra alguna, el velocista la cargó en sus brazos y en cuestión de segundos se encontraban en el departamento. Su hogar.

—¿Qué...?

—Creí qué tal vez... eso no importa —negó Barry.

Ambos se quedaron de pie en medio de la sala, con el silencio envolviéndoles, y viéndose casi incapaces de omitir palabras, solo miradas, miradas qué tal vez en algún otro momento hubieran expresado todo lo que sentían y pensaban. Pero esta vez solo se dejaba ver la confusión, la indecisión.

Adds comenzó a jugar con su dedos, mientras su cabeza se apresuraba a formular las palabras que ella creía serían las correctas para expresarse. Por lo qué tras unos segundos y soltar un profundo suspiro se dispuso a hablar.

—Yo... en este tiempo que estuviste dentro de la speed force estuve pensando —comentó Adds, alzando la cabeza para mirarle de mejor forma—. Y sigo manteniendo mi posición de que terminar con lo nuestro no fue lo correcto —aclaró—. Sin embargo, lo entiendo. Te entiendo, Barry...

Tras escuchar aquello Barry no pudo evitar sentir una punzada en su pecho. Se estaba dando cuenta de que el último tiempo Adds siempre se doblegaba ante él, siempre le perdonaba sin importar la estupidez que cometiera. Y no le parecía correcto. No cuando ella merecía más que eso. Alguien qué... alguien que no rompiera constantemente sus ilusiones.

—Estos han sido tiempos muy locos —siguió hablando—. Estamos pasando por cosas que nunca antes habíamos pasado, así qué estamos aprendiendo a sobrellevar todo, y es normal equivocarnos. Es parte del proceso —señaló, divagando—. Pero te entiendo Barry, y yo... te perdono —sonrío ella, acercándose y tomando sus manos, entrelazando sus dedos.

Sus manos comenzaron a dejar suaves caricias sobre las de él, mientras conectaba sus miradas.

—Así que estamos bien —declaró.

Y eso bastó para que Barry decidiera su siguiente paso. Aún así supiera que aquello no le daría lo que quería, no en aquel momento.

—Adds, amor... —murmuró.

—¿Si?

—Esto... esto no es lo correcto —negó.

—¿Qué... qué quieres decir con eso? —cuestionó en voz baja.

—...Yo te amo, maldición te amo más que a nada en este mundo —aseguró—. Y por eso sé que esto no es lo correcto y debemos tomarnos esta vez un tiempo real, sin segundas intenciones.

Sus ojos se cristalizaron de forma inmediata, no entendiendo nada de la situación.

—¿Qué? Yo... yo no estoy entendiendo nada, Barry —negó alejándose unos pasos.

   Barry no dudó en volver a acercarse y de forma suave posó su mano sobre la mejilla de la rubia, dejando suaves caricias.

—Tú mereces alguien que no arruine las cosas constantemente, alguien que no nos comprometa a nosotros, ni a tus ilusiones y corazón... —murmuró.

—Quiero que tú seas esa persona —musitó, cerrando sus ojos.

—Yo también quiero ser esa persona —concordó Barry—. Pero no puedo cuando no estoy seguro de que podré serla sin lastimarte —susurró—. Necesito asegurarme de que ya no cometeré errores que te lastimen constantemente, porque ya no soporto ver tu mirada de desilusión, ni tu sonrisa apagada sabiendo que es a causa de mí y mis malas decisiones. Solo quiero buscar lo mejor para ti.

Una pequeña lagrima rodó por la mejilla de Adds, una que Barry no tardó en limpiar suavemente.

—¿Será permanente? —cuestionó Adds en un hilo de voz, abriendo sus párpados.

—Solo hasta que esté seguro de que seré lo mejor para ti —prometió Barry dejando caricias sobre sus mejillas.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo —aseguró.

Adds soltó una respiración temblorosa, intentando calmarse a si misma. Sus ojos conectaron fijamente con los del velocista, y sin poder evitarlo acortó la distancia, poniéndose de puntitas, y atrayéndole más a ella lo besó suavemente, no tardando en ser correspondida.

—Bueno, esta es la primera vez en la que tienes una buena razón para romper conmigo —habló con una pequeña sonrisa más parecida a una mueca, ya a unos cuantos centímetros lejos.

Barry formó una sonrisa triste en sus labios. Sabía que estaba haciendo lo correcto.

—Adiós, Barry —murmuró caminando a la salida.

—Adiós, Adds —se despidió viendo cómo ella salía por la puerta principal.








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HOLAAS

con esta última parte del capítulo mi idea es dejar una enseñanza (ella),, chiques nunca se conformen con alguien que no trata de ser lo mejor para ustedes, con alguien que comete errores constantemente y no se esmera en disculparse de la forma correcta, si esta persona ya sea su pareja, su amigx o familiar es de esta forma, no vale la pena.
tal vez no era la persona o el momento correcto, pero nunca se queden con alguien que sea egoísta y busque la felicidad y comodidad propia.

eso, les tqm, no olviden tomar agüita, al igual que votar y comentar<333

editado: 09/05/2022

─𝙨𝙥𝙞𝙙𝙚𝙮𝙜𝙡𝙤𝙬

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