xii. zemo y el control


FRAGMENTOS,
capitulo doce: zemo y el control!



Berlín, Alemania.

          UNA PUNZADA ATACÓ LA CABEZA DE IRINA DE MANERA IMPLACABLE. El dolor se extendió hasta sus sienes y el contenedor tembló. Al abrir los ojos, se encontró con varios soldados sentados frente a ella con sus armas apoyadas contra ellos. A su lado, también había otro y luego de él, se encontraba Tatiana. Irina no comprendía lo que estaba sucediendo, pero al ver que estaban en el mismo contenedor donde se encontraba Bucky Barnes eso le dejaba una posible respuesta: los habían atrapado. Diablos, eso era caer muy bajo.

          No debió haberse alejado de Natasha sin permiso.

          Lo último que recordó fue una persecución campal donde Bucky – montado en una motocicleta con Tatiana atrás – y un gato negro eran los actores principales mientras que Steve y ella intentaban seguirles el rastro. ¿Cuál fue el resultado? Aquel temible gatito negro resultó ser T'Challa Udaku, el nuevo rey de Wakanda. ¿Y qué ocurrió después de eso? Terminar inconsciente – a pesar de los gritos de Steve Rogers, su novio – a manos de James Rhodes y las Fuerzas Especiales alemanas.

          Los ojos verdes de Morgan viajaron por el contenedor, que claramente se movía gracias a un camión que los transportaba. Básicamente era de metal y su único escape estaba sellado, completamente asegurado por unos diez soldados dentro. Ella contaba con unas esposas metálicas que estaban adheridas al asiento y su espalda se encontraba pegada a la pared. Descubrió que tenía su uniforme puesto aún, pero sus armas no estaban allí. Tatiana estaba en la misma situación, sin embargo, ya no poseía sus cristales violetas. La situación no podía ir de mal en peor.

          Mientras que Bucky, para su fortuna, se encontraba sentado en una celda aparte – manos y piernas aseguradas con esposas que eran más grandes que la de Irina. Su expresión era neutra y Morgan podía notar la exasperación en sus ojos. Sin embargo, al registrar sus últimos recuerdos, él estuvo pensando mucho en Tatiana Belkova. En como ella corrió la misma suerte que Irina, al ofrecer resistencia.

          Una alarma sonó de manera repentina y las luces del contenedor se volvieron rojas. Irina escuchó que estaban bajando, pero no sabía hacia dónde. Pero...¿Dónde estaba Steve y el resto de sus compañeros? Diablos, ni siquiera sabía dónde se encontraba. Se sentía muy débil para utilizarlos, así que no se arriesgaría. Tatiana despertó soltando un ronco gruñido y en cuanto abrió los ojos, las puertas se abrieron revelando aquella luz cegadora.

          Los soldados bajaron y otros se ocuparon de quitarle las esposas a Irina para reemplazarlas con otras. Irina comenzó a forcejear y los soldados comenzaron a arrastrarla por el pasillo – sin embargo, ella continuaba luchando.

          —¡Suéltenme!¡Quítenme las manos de encima!—chilló ella forcejeando. Los soldados la condujeron hacia uno de los estacionamientos cubiertos que daba hacia la entrada y observó que Steve, junto con Sam, Kyle y T'Challa bajaban de allí—. ¡STEVE!¡STEVE, AYÚDAME!¡Les he dicho que me suelten!

          Un soldado quitó una jeringuilla de su cinturón y se la incrustó a Irina en el cuello, provocando que la muchacha de cabellos cortos soltase un chillido de dolor para luego caer de rodillas. Steve llamó su nombre y caminó hacia ella, sin embargo, no logró llegar porque dos soldados se le interpusieron.

          —¡Irina...!—Rogers estaba a punto de empujar a los soldados, pero Sam y Kyle lo detuvieron.

          Kyle miró a Steve—No es un buen movimiento, Steve. No la lastimarán.

          Steve observó cómo se llevaban a su amada a rastras hacia un ascensor donde se encontraban Tatiana y Bucky, hasta que este se cerró.




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          Irina Morgan fue llevada por un pasillo largo, el cual era vigilado por más soldados alemanes. Desde lo lejos observaba que Bucky era transportado por una grúa gracias a que estaba aún en un pequeño contenedor. Tatiana fue tras de él, con sus esposas puestas y en silencio, mientras que la rubia miraba hacia todos lados y se preguntaba que mierda estaba sucediendo.

          —¿Al menos pueden decirme dónde estamos?—preguntó Morgan.

          —Berlín, Alemania, agente Morgan—fue lo único que le respondieron.

          Esto no podría ir de mal en peor, pensó ella.

          Los tres criminales fueron llevados hacia una habitación compartida donde Bucky fue dejado y se le instaló una fuente de energía nueva e Irina fue llevada hacia una pared, que se abrió revelando una pantalla de vidrio – el cual era muy grueso – y se le encerró en aquella habitación. Para Tatiana Belkova también era lo mismo. Irina se paró en una plataforma y un soldado la sostuvo firme antes de tocar un par de botones – luego, la miró antes de decir—Respire muy profundo, agente Morgan.

          Irina obedeció y en cuanto tomó una bocanada profunda de aire, sintió que varias cosas se incrustaban en su espalda – soltó una lágrima y un gemido de dolor antes de caer de rodillas. Realmente dolía y observó que su amiga correría por la misma suerte. El dolor no se suavizó hasta 9 minutos después, sin embargo, se encontraba allí. Bucky les miraba con tristeza, sabiendo que él ya no podría liberarlas de ese tormento. Steve, por su parte, al ver que Irina tenía esos cables incrustados en su espalda, sintió su sangre hervir por sus venas.

          Hubo veinte minutos de silencio e Irina comenzaba a impacientarse, además de intentar en no pensar en el dolor que sufría su espalda. Deseó con todas sus fuerzas salir de allí y ver a Steve, pero, claro, eso era completa y rotundamente imposible. Lo extrañaba muchísimo y eso que ambos estaban en el mismo lugar, pero quería tenerlo cerca.

          Como si fuese repentino, las puertas de la celda compartida se abrieron, revelando a un hombre que era mayor que Steve. Vestía unos pantalones negros y un sweater color azul marino, llevaba unos lentes y un portafolio. No lo conocía para nada, pero sabía que seguramente él los interrogaría.

          —Hola, señor Barnes—dijo él sentándose en la silla que estaba junto a una mesa con sus cosas, él miró a Irina y luego a Tatiana—. Agente Morgan, Belkova, es un placer conocerlas—sin embargo, nadie respondió nada—. Me enviaron de las Naciones Unidas para evaluarlos. Esto será para un examen psicológico y luego serán extraditados a América. ¿Está bien?

          —Creo que es eso mejor que estar aquí encerrada—murmuró Irina acercándose.

          Él asintió y miró a James—¿Su nombre es James?—y Bucky suspiró, llevando su cabeza hacia atrás—. Escúchenme, no vine a juzgarlos. Solo vine a hacerles unas preguntas. ¿Saben de dónde son?¿James?—el silencio reinó otra vez—. No puedo ayudarlo si no me contesta, James.

          —Mi nombre es Bucky.

          Irina miró al evaluador—Digamos que este no es un buen momento para preguntas.

          —Mi misión aquí es preguntar, agente Morgan, y necesito que usted coopere si quiere salir viva de esto—acotó el hombre mirando su tablet—. ¿Acaso sabe por qué está aquí?

          —Por defender a un amigo que fue acusado por un crimen injusto—replicó ella apretando los dientes.

          —Las pruebas están en su contra, agente, deberá probarme que dice la verdad.

          Tatiana golpeó el vidrio—¡Ya cállese!¡Está diciendo la verdad!¡Bucky no es el culpable!

          El evaluador miró fijamente a Tatiana—Eso no es de mi incumbencia, agente Belkova. Déjeme recordarle que su hermano también será evaluado y extraditado—luego miró a Bucky—. Dime, Bucky. Has visto mucho, ¿no?

          La expresión de Bucky cada vez se agravaba—No quiero hablar de eso.

          —Temes que si abres la boca, los horrores no paren nunca—replicó él y le dio una mirada veloz a los tres antes de mirar a su Tablet—. No te preocupes. Solo tenemos que hablar de uno.

          Irina no comprendía a qué se refería el evaluador con esas palabras, pero algo le provocaba que su estómago se revolviera. Tatiana, de alguna forma, pensaba lo mismo. Algo no iba bien. Y las luces se apagaron, encendiéndose un rojo que parpadeó. Irina se acercó hacia la pared de vidrio y miró fijamente al evaluador.

          —Tienes exactamente cinco segundos para decir qué diablos está sucediendo aquí o juro que te romperé el cuello—dijo ella comenzando a enfurecerse.

          —¿Por qué no hablamos sobre su hogar?—le preguntó a los tres rebuscando algo en su portafolio—. No Romania, ni Estados Unidos, no. Yo digo...su verdadero hogar—y sacó un cuaderno de tapa de cuero roja con una estrella negra en el medio.

          Irina se quedó paralizada, hace siglos que no veía el libro del soldado.

          —¡BUCKY!—gritó Tatiana desde el otro lado, golpeando el vidrio—. ¡NO LO ESCUCHES!

          —toskuyushchiy(Anhelo).

          Bucky cerró los ojos—No...

          —rzhavyy(Oxidado).

          —Detente.

          —¡NO LO ESCUCHES!¡RESISTE!—gritó Irina golpeando el vidrio—. ¡NO PERMITAS QUE ÉL VUELVA!

          —semnadtsat'(Diecisiete).

          Su brazo metálico vibraba y las dos jóvenes sabían que era lo que iba a pasar. El soldado estaba escarbando la tierra para salir de entre las cenizas del olvido. Y estaba listo para someterla a ella, a la propia Irina Morgan. Bucky soltó un gruñido en cuanto fue dicha la palabra "Amanecer". Quitó toda esposa que lo mantenía retenido y, a pesar de los gritos de Tatiana e Irina para que resistiese, todo fue en vano. A medida que decía las palabras, Bucky golpeaba la puerta de su contenedor. Esta iba aflojándose con cada puñetazo y en cuanto el evaluador estuvo al otro lado, Bucky juntó la fuerza suficiente para dar un último puñetazo y derribar la puerta con un golpe seco.

          Tatiana cayó de rodillas al suelo e Irina juró escuchar su voz siendo quebrada por un sollozo—Bucky...

          —Soldat? (¿Soldado?).

          —Gotov povinovat'sya (Listo para obedecer)—respondió él.

          —Informe de misión. 16 de Diciembre de 1991.

          La fecha de muerte de Howard y María Stark, el día que acabó en tragedia gracias al Soldado del Invierno. Bucky le respondió de manera inaudible y el evaluador miró a Irina, ella jadeó.

          —Naydite svoyego partnera Iryna (Busca a tu compañera Irina)—ordenó y Bucky se giró para mirar a la muchacha de cabellos rubios—. Que el caos reine aquí.

          Irina sabía que pronto, gracias al soldado, no tendría nada más que la misión en su cabeza – otra vez. Sin controlar sus acciones, ni su propia mente. En cuanto vio que Bucky se acercaba rápidamente hacia ella, Irina gritó, echándose hacia atrás mientras que el soldado rompía el vidrio de su celda. No tardó demasiado en entrar y tomar del brazo a Irina. Dolía, dolía demasiado.

          —¡Bucky!¡BUCKY, DETENTE!

          —tragediya (Tragedia)—enunció él y la empujó, Irina ya sabía lo que se avecinaba—. nevinnost' (Inocencia)—Irina intentó correr para apartarse de él pero rodeó su cintura con su brazo y la inmovilizó allí. La muchacha de cabellos cortos intentó luchar, hasta que escuchó la siguiente palabra—. slabost' (Debilidad)—gritó una última vez y Bucky la sacudió para mantenerla firme—. Kislotnyy dozhd' (Lluvia ácida)—sus ojos verdes se volvieron negros al ver que su poder ya no era de color azul—. sneg (Nieve).

          Y la dejó caer, estremeciéndose contra el suelo, el soldado se paró junto ella—podchinyat'sya (Obedece).

          Irina ya era imparable y nadie, nadie podía hacer nada. Ella se puso de pie y miró al soldado con sus ojos negros—Po vashemu prikazu, soldat (A tus órdenes, soldado).

          Él salió de la celda, acompañado por Irina, quien miró hacia la otra celda. Tatiana se quedó paralizada al ver que sus ojos verdes ya no estaban más. Solo negro. La vieja Irina ya no estaba más, ahora se encontraba Ultraviolent – el arma que HYDRA creó hace mucho tiempo atrás. Irina miró bien a Tatiana antes de sonreír de manera tan macabra, que Tatiana se echó hacia atrás. La muchacha de cabellos cortos miró hacia la puerta y extendió sus manos para luego abrirlas, abriendo la puerta en segundos.

          Los guardias sacaron sus armas en cuestión de segundos, sin embargo, Irina golpeó el suelo con suficiente fuerza para que una ola negra se disparase hacia todos lados y dejara a los guardias que se encontraban allí en el suelo. Irina se puso de pie y miró a Bucky, sintió que alguien se acercaba – dos personas – y decidió esconderse. El psiquiatra se recostó en el suelo, fingiendo estar herido e Irina observó que el Capitán América entraba en la escena.

          —Levántate—dijo él lo tomó por la chaqueta para ponerlo contra la pared—. ¿Quién eres?¿Qué quieres?

          —Ver caer un imperio.

          Tatiana golpeó el vidrio con fuerza—¡STEVE, ES UNA TRAMPA!

          Irina gruñó y golpeó a Steve, pegándole una patada que lo tumbó en el suelo. Él miró hacia la celda y descubrió que una de ellas estaba destrozada, miró a su atacante y se encontró con su amada mirándole con furia en los ojos. Tan negros que ya ni le reconocía.

          —I-Irina...—dijo él intentando de hacerle entrar en razón, de alguna forma, a la rubia—. ¡Irina, despierta!

          La rubia empezó a lanzar golpes hacia Rogers, pero él los esquivó de forma perfecta y corrió hacia la salida esquivando y bloqueando los golpes de Ultraviolent. El soldado, por su lado, había atacado a Sam que estaba ayudando a Tatiana a salir de su celda. En cuento terminó con él, fue hacia Steve – que era acorralado contra el ascensor gracias a Irina – para golpearlo y que este terminase dentro del ascensor.

          Los dos asesinos de HYDRA se escabulleron por los pasillos, creando pánico en los agentes y las personas que se encontraban allí. Ambos lograron llegar hasta un patio de comidas, donde Irina golpeó a dos guardias con una vara, mientras que Bucky golpeaba a otros. Irina hizo una llave que quebró un hueso y recuperó un arma, repentinamente, un sonido ensordecedor inundó sus tímpanos. Al girarse, se encontró con Tony Stark quien apuntaba con su mano camuflada con su traje. Soltó una luz cegadora y Tony le golpeó en la mandíbula antes de intentar de quitarle el arma a Bucky, sin tener éxito.

          Sharon Carter y Natasha entraron golpeando a Bucky, pero luego Sharon fue hacia ella – e Irina debía admitir que tenía buenos movimientos – pero terminó tumbándola contra una mesa. Bucky, en ese momento, era empujado por T'Challa – quien había aparecido en la escena – y comenzó a golpearlo de manera imponente. Irina se subió a una mesa y saltó para enganchar sus piernas en su cuello, terminó desequilibrando al príncipe y ambos cayeron al suelo. Irina golpeó a T'Challa con fuerza e intentaba levantarse para ir con el soldado, pero el príncipe de Wakanda no le permitía eso.

          —¡Irina, despierta!—T'Challa exclamó, intentando inmovilizarla—. ¡Despierta!

          Irina intentó forcejear una vez más, pero Natasha fue rápida y disparó un disco electrificado provocando un electrochoque en el cuerpo de Morgan – quien se desmayó en cuestión de segundos antes de caer al frío suelo.





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