v. un nuevo caos
FRAGMENTOS,
capitulo cinco: un nuevo caos!
Lagos, Nigeria.
IRINA MORGAN DESPERTÓ SOLTANDO UN PROFUNDO SUSPIRO, al sacar una mano que se encontraba tapado con las sábanas, su piel se erizó por el frío. Se estremeció levemente, provocando que el cuerpo cálido que se encontraba a su lado, abrazara más fuerte a su cuerpo desnudo. La rubia volvió a poner su brazo en la misma posición en la que estaba antes de levantarse y el calor volvió.
Observó que por las cortinas blancas que la habitación tenía, salía el sol alzándose entre los grandes edificios de Lagos. Intentando colarse por la ventana de muchas otras casas, brindando luz y calor. Irina se encogió más y se acurrucó en la almohada, intentando de conciliar el sueño. Sin embargo, algo le tenía inquieta. La misión.
Decidieron que lo mejor para llegar a Rumlow y capturarlo junto a Kyle—el hermano mayor de Tatiana—era estar mucho antes y no levantar sospechas. Steve e Irina decidieron hacerse pasar por una pareja completamente normal, con el propósito de consagrar su luna de miel en África.
(Irina pensó que era lo mejor, sin embargo, Steve no creía que era lo mejor ya que ellos no estaban casados. Aún.)
El resto del equipo también se dividiría en equipos, pero estarían dispersos en diferentes lugares para que al amanecer estuvieran en posición. Era un plan bueno, o por lo menos, Irina lo veía de esa manera. La muchacha de cabellos rubios se sorprendió al ver que en el camino a Nigeria no tuvo visiones ni nada que le perturbara. Era algo extraño.
La rubia se dio la vuelta y se acomodó en el hombro de Steve, quien aún le abrazaba. Tocó su brazo lentamente, en una suave caricia y permaneció concentrada en su calor corporal. Aquellos momentos, para Irina, le resultaban completamente especiales ya que por años no sentía el sentimiento más humano que se encontraba en todos: el amor. Al principio fue algo extraño, pero al verse ahora, en ese momento tan bello y tan íntimo que compartían, Irina agradeció haberlo besado en el Triskelion hace dos años. No pensó en qué hubiera pasado si no lo hacía.
Las suaves caricias que Irina Morgan emitía en el brazo de Steve Rogers, provocó que el mismo subiera el brazo, escondiendo su mano en el largo cabello rubio de la joven. Con un suave ronroneo, Steve esbozó una sonrisa. Irina pudo sentirlo y se separó un poco para mirar sus ojos azules. Ella también sonrió.
—Buen día—murmuró Irina, sin borrar su sonrisa.
Steve acarició su mejilla, aun sonriendo—Buen día, levvy.
—Podría quedarme aquí en la cama todo el día—replicó Irina acurrucándose en las sábanas.
El capitán soltó una ligera carcajada—Aunque quisiera, no sería lo correcto.
—¿Y lo que hicimos anoche tampoco fue correcto?—la rubia alzó una ceja—. Porque soy muy consciente que nuestra luna de miel falsa tampoco fue algo correcto.
Steve se ruborizó—N-No, uh...quiero decir, eso sí fue correcto.
(Irina supo que ver a un Steve ruborizado le resultaba algo muy tierno, demasiado.)
La rubia intentó de no reírse al ver la cara de su novio ruborizada. Steve se levantó de la cama y buscó su uniforme. Irina, en cambio, se vistió como una civil. Unos jeans grises, una camiseta color verde oscuro y una chaqueta de cuero negro. Sus botas se encontraban al lado de las maletas y su arma estaba escondida dentro. Se colocó la misma en un cinturón y la escondió bajo su campera de cuero.
Steve, cuando Irina terminaba de calzarse en su botas, ya estaba con su uniforme. La rubia recogió su cabello en una cola de caballo y unos anteojos de sol decoraban su rostro. Irina caminó hacia la puerta pero fue detenida por Steve. Ella le miró a los ojos, a través de los lentes.
—Ten cuidado, ¿sí?
La rubia asintió—Lo tendré—y le dio un beso rápido antes de irse.
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La joven salió del gran edificio donde Steve y ella se encontraban escondidos, dirigiéndose a un café el cual Tatiana había encontrado. Ella observó que ella estaba allí, sentándose en una de las mesas que se encontraban fuera. Irina fue a un paso normal, cruzando la calle para encontrarse con Tatiana. Ambas se saludaron, como dos personas normales y se sentaron. Tatiana, en un gesto distraído se tocó la oreja—Irina y yo estamos en posición.
Irina quién miraba atentamente hacia un costado, se encontró con Wanda Maximoff, bebiendo de una taza de café.
—Bien, chicas, ¿que ven?—preguntó Steve a través de los comunicadores.
—Policías comunes, estación de policía pequeña—replicó Irina cruzándose de brazos.
—Calle tranquila—añadió Wanda—. Es un buen objetivo.
—Hay un cajero automático en la esquina sur—continuó Steve, Irina sintió que él miraba el entorno desde la ventana—. ¿Qué significa?
—Cámaras—concluyó Wanda, rascándose el labio.
—Ambas calles son de una sola mano—Irina volvió a escuchar a Steve.
—Eso significa que el escape del enemigo se dificultará—dijo Irina mientras abría un pequeño sobre de azúcar—. Al sujeto no le importa ser visto. No teme en hacer un desastre.
—Exacto—dijo Steve—. ¿Ven ese Range Rover a mitad de cuadra?
—Sí, ¿el rojo?—preguntó Tatiana, llevándose la taza de café a los labios para darle un sorbo—. Es lindo.
—Está blindado, lo que significa seguridad privada—dijo Natasha Romanoff en el otro extremo—. O sea más armas, o sea más problemas para alguien. Probablemente nosotros.
—Ustedes saben que puedo mover cosas con mi mente, ¿no?—respondió Wanda haciendo contacto visual con Irina—. ¿Podremos hacerlo?
—No es un buen momento—replicó Irina mirándola de reojo.
—Mirar sobre tu hombro tiene que volverse instintivo—dijo Natasha.
—¿Nadie nunca te dijo que eres un poco paranoica?—habló Sam Wilson.
—Eres muy gracioso, Sam—dijo Irina rodando los ojos.
—No en la cara—añadió Nat—. ¿Por qué?¿Escuchaste algo?
—Veo el objetivo, chicos—dijo Steve—. Es la mejor pista que tuvimos de Rumlow en seis meses. No la desperdiciemos.
—Eso, quiero atrapar al maldito bastardo—replicó Irina—. No podrá salvarse esta vez.
Tatiana frunció el ceño y preguntó—¿Salvarse de qué?
—De que le rompa el cuello.
—Como se nota que lo odias—dijo Sam.
—Sam...¿ves a ese camión de basura?—dijo Steve—. Márcalo.
Irina observó que muchas personas se quejaban y escuchó una bocina dos veces. Supuso que era el conductor.
—Ese camión tiene su carga máxima—replicó Wilson—. Y el conductor está armado.
—Es un ariete.
—Vayan ahora—ordenó el capitán—. Su objetivo no es la policía.
—¿Qué?
Irina y Tatiana se levantaron de su asiento para irse corriendo por la vereda. Las chicas siguieron al camión lo más rápido que pudieron. En el camino, se encontraron con Sam sobrevolando la zona. Él les hizo indicaciones para que tomaran un atajo. En ese momento, ellas subieron un par de escaleras y Sam les habló—¡A la cuenta de tres, ustedes saltan!
Al llegar hacia un segundo piso, observaron que había una baranda metálica y que tendrían que saltarla.
—¡Yo las atraparé!—insistió Wilson.
Las chicas corrieron hacia allí y saltaron. Irina esperaba un golpe que le rompiera los huesos, pero sintió como Sam agarraba a las dos con un gancho. Los tres se dirigieron hacia donde se encontraba el camión de basura: el Instituto de Enfermedades Infecciosas. De repente, las chicas observaron como el conductor salía del camión en movimiento, provocando que este se estrellase. Ingresaron camionetas de color amarillo a la entrada del edificio.
—¡Están allí!—Irina señaló a los hombres que salían.
La rubia observó cómo Steve aparecía entre ellos, golpeando a uno y luego a otro. Sam soltó a Irina y a Tatiana en el cielo, provocando que la segunda abriera un portal para terminar en tierra firme. Al levantarse, se encontraron con Steve arriba del techo de una camioneta.
—Vaya, vaya—dijo Irina—. ¿Han empezado la fiesta sin nosotras?
—Cinco hostiles—habló Tatiana e Irina formó un escudo.
Varios soldados les disparaban, sin embargo, Wanda Maximoff hizo una entrada con sus poderes, provocando que uno de ellos saliera disparado hacia Sam quien los golpeó con sus alas. Al acercarse, Sam se armó con su escudo—que en realidad eran sus alas—y se encontró con las dos ex-asesinas de HYDRA, Wanda y Steve Rogers.
—Rumlow está en el tercer piso.
—Yo iré—dijo Irina y miró a Tatiana—. Busca a Kyle.
—¡Por supuesto que no!—dijo Steve tomándole del brazo, Irina le miró alzando una ceja—. Quédate aquí y cuida el perímetro.
—¡Por supuesto que sí!—replicó ella enojada y se quitó del agarre de Steve, para luego ir corriendo hacia una de las camionetas y subir al tercer piso gracias a sus poderes. Tatiana ingresó a la planta baja.
—¡Irina!—gritó Rogers y al ver que ella había ingresado, apretó los labios para, luego, mirar a la joven Maximoff—. Wanda, justo como lo practicamos.
—¿Qué pasa con el gas?—preguntó ella.
—Sáquenlo—ordenó y Wanda lo alzó para llevarlo al tercer piso.
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Irina, en aquel momento, se encontraba golpeando a un par de soldados. Observó que Steve entraba por la ventana y golpeaba a otro soldado. En ese proceso, Irina salió de su escondite y le disparó a otro soldado que se encontraba detrás de Steve. Él se giró para ver como caía y luego vio a la rubia, quien tenía una sonrisa ladina en su rostro—No fue nada, por cierto.
Steve fue hacia ella, a paso firme, terminando por tomarla de un brazo y ponerla contra una columna. Irina sabía que Steve estaba molesto, pero aquello no le importaba. Su concentración era en Rumlow y matarlo a la primera vista.
—Lo que has hecho fue estúpido e imprudente.
—¿Disculpa?—preguntó Irina y rodó los ojos—. Todo lo que hago, para ti, es estúpido e imprudente.
—¡Pondrás en riesgo la misión!
—¡DÉJAME HACER MI TRABAJO!—gritó ella, ya molesta por el comportamiento de Steve.
La rubia se soltó de su agarre otra vez y se dirigió hacia donde Rumlow estaba. Sin embargo, al llegar, vio que el no estaba. Soltó un gruñido frustrado y salió a su búsqueda, mientras que Steve entraba hacia un lugar de cuarentena.
—Rumlow tiene un arma biológica—Irina escuchó a Steve.
—¡Tengo a Kyle!—dijo Tatiana.
—Llévalo al quinjet y quédate ahí—habló Wanda.
—¡Voy hacia la ubicación de Rumlow!—gritó Irina.
—¡Voy hacia allí!—respondió Natasha.
Irina salió por uno de los balcones, encontrándose a Natasha golpeando a un par de soldados. La joven rubia observó que había una soga conectada a los camiones y se dirigió hacia ella. En aquel momento, Natasha se enfrentaba a Crossbones. Lo golpeó repetidas veces en el brazo y en la cara, pero no tuvo éxito. La pelirroja fue enviada dentro del camión y Rumlow lanzó una granada—Fuego en el pozo.
Irina tomó impulso y se lanzó por la pequeña soga, para lanzar de una patada a Rumlow hacia el otro camión. Y lo logró. Ella, saltó del camión mientras que Rumlow se levantaba.
—Qué bien, la pequeña zorra vuelve a mí.
Irina sonrió—Es una pena para mi tener que romperte el cuello.
La muchacha corrió hacia él, golpeándole con toda la fuerza que podía. Rumlow también le devolvía los golpes. Steve salió de allí y observó cómo su compañera golpeaba a Crossbones sin piedad. Ella le hizo una llave con sus piernas a Brock y él cayó, pero le devolvió una patada más fuerte, enviándola contra una pared. Esa fue la oportunidad que tuvo para escapar.
Cada extremo de su cuerpo ardía, o eso era lo que la ex-asesina de HYDRA sentía. Con un gruñido de dolor, Irina se levantó y observó que Rumlow ya no estaba. Nat tampoco estaba.
—¡Maldita sea!—gritó con frustración.
La rubia salió corriendo de allí y fue directamente hacia donde había ido Rumlow. En aquel camino, sentía que su cuerpo ardía y que le demandaba descanso, pero ella no quería. No se rendiría. Debía matar a Rumlow. Corrió y corrió, hasta llegar a un gran revuelto de gente que no le permitía el paso. Ella sabía que Steve estaba con Rumlow, temía que Crossbones lo lastimase, temía que él matara a Steve. Corrió por los techos de los autos, para llegar hacia donde estaban Steve y Rumlow, el último arrodillado y Steve agarrándole.
'Por favor dile a Rogers. Cuando tienes que morir, tienes que morir.'
—¡STEVE!—gritó ella corriendo hacia él.
—Y tú vienes conmigo—dijo Rumlow presionando un botón.
—¡NO!—gritó Irina e hizo un escudo alrededor de Rumlow.
Ella permaneció con las manos quietas, emanando su energía color azul. Sus ojos, que dejaron de ser verdes, se tornaron azules. Ella hizo una mueca y miró a Steve—¡Corre!
Sin embargo, Steve no hizo nada. Irina continuó haciendo más fuerza y, repentinamente, su aura color azul se comenzó a oscurecer, tornándose en un aura negra. Eso era lo que Irina temía. Sus ojos se mostraron negros. Su nariz sangraba. Sintió una sombra detrás de ella.
'Adelante, Irina. No tengas miedo.'
Repentinamente, sintió la energía de Wanda también se sumaba y la rubia dejó de ejercer fuerza. Pero luego observó que Wanda no podía soportarlo. Ella se alzó, con debilidad, pero utilizó sus poderes para levitar y observó que Wanda enviaba a Rumlow hacia arriba. Ella soltó un grito e Irina intentó detenerla, pero en el proceso de acercarse, la bomba explotó e Irina Morgan salió disparada hacia uno de los techos de aquel mercado.
No volvió a ver su aura azul después de eso. Había fallado. Y lo único que observó, fueron los gritos de Steve y las llamas que adornaban aquel edificio antes de sumirse a la oscuridad.
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