ii. un hermano perdido


FRAGMENTOS,
capitulo dos: un hermano perdido!



          A LA MAÑANA SIGUIENTE, Irina se despertó lúcida y repentinamente se sorprendió. Una noche sin pesadillas, eso era un logro. A su lado, Steve Rogers dormía plácidamente, abrazando la cintura de la rubia y con su cabeza hundida en su cabellera larga. Irina, por su parte, se sentía absolutamente relajada y volvió a taparse pero la alarma que estaba en el reloj de Steve comenzó a sonar. Escuchó al rubio gruñir por el sonido e Irina estaba en el mismo camino de hacerlo, en cambio, ella alzó su mano y la movió para que el reloj termine estrellándose contra la pared. Y el ruido cesó.

          —¿Acabas de lanzar el reloj contra la pared?—preguntó Steve con voz ronca.

          —Sí, era un enemigo que amenazaba con disturbar mi sueño—replicó Irina hundiendo su cabeza en la almohada blanca—. Ya no nos molestará.

          —Creo que esa es la cosa más estúpida que me has dicho, livvy.

          —Ugh, cierra la boca—refunfuñó la rubia acurrucándose en la cama—. Deja que siga soñando cosas lindas.

          Steve esbozó una sonrisa ladina y miró a Morgan—¿Y en que soñabas?

          —En que tenía a un súper soldado sexy en mi cama besándome todo el cuerpo y...

          —Deja los detalles, por favor—Steve la interrumpió sonrojándose.

          Irina soltó una carcajada al imaginarse a Steve ruborizándose y escondiendo su cabeza en la almohada para evitar que la rubia no le viera. Ella se giró y miró a Steve por el rabillo del ojo—Sé que estás sonrojado, Rogers, no soy idiota—Steve rodó los ojos e Irina apoyó el codo en la almohada para mirarlo—. Ya me he despertado, ahora no seré capaz de detenerme hasta que el cansancio llegue a mí.

          —Hay muchas formas para hacerte dormir.

          —Drogándome y golpeándome no están permitidas en esas maneras, así que olvídalo. Pero hay otras...

          —¡Ya!¡Detente!—replicó Steve hundiendo su cabeza en la almohada otra vez, sonrojado—. Deja de perturbar mi mente.

          Irina sonrió de lado y acarició su cabello con lentitud—Tú eres el que no entiende—dicho esto, la muchacha se levantó para ir en dirección al armario—. Ya, levántate. Tenemos trabajo que hacer.

          Steve rodó los ojos—Sí, señora.

          La joven rubia se vistió rápidamente y salió antes de que Steve se diera cuenta. Caminó por los pasillos de la base tranquilamente en busca de su compañera o alguien. Pero supo que algunos seguían durmiendo. Se dirigió a la cocina, donde ya se encontraba Tatiana peleando con la cafetera.

          —Maldito cacharro...¡Funciona!—refunfuñó esta. Irina soltó una ligera carcajada y se acercó a ella para ayudarle. Tatiana, al ver a la joven tan lúcida, alzó una ceja—. ¿Y a ti que mosca te picó?

          Irina le miró frunciendo el ceño—¿Por qué dices eso?

          —Digamos que últimamente no estabas de buen humor—entrecerró los ojos—. ¿Quién eres y donde está Irina?

          —Que ridícula eres, Tat—la rubia rodó los ojos y la castaña se encogió de hombros—. Tony terminó los supresores y comencé a tomarlos anoche.

          Tatiana sonrió y de un salto se sentó en la mesada mientras que observaba a su amiga colocar todo para hacer el café—Pues me parece bien, es bueno tenerte en forma.

          La rubia asintió y pulsó un botón para que la máquina se encendiera—¿Y qué hay de los demás?

          —Tony, Rhodes y Visión se fueron a una misión en París—replicó la castaña balanceando sus pies distraídamente—. Al parecer hay sospechas de un ataque.

          —¿Rumlow?

          —Posiblemente.

          —Ese 'posiblemente' podría estar sucediendo ahora, Tat—respondió Irina buscando dos tazas de café.

          —Solo espero que nadie salga lastimado—dijo ella con rostro preocupado—. Sokovia ha cambiado a todos aquí.

          —No solo a nosotros, a todo el mundo—replicó Irina Morgan vertiendo el café en las dos tazas—. A veces pienso que podríamos haber hecho otra cosa, en vez de explotar una ciudad en pedazos.

          —Yo también lo pienso, pero no podemos cambiar el pasado. Si no el futuro.

          Irina sonrió con tristeza y miró a su compañera—Esa era la frase que siempre me decía madame Krostov.

          —Sokovia nos ha cambiado a todos, pero también Siberia.

          —Siberia fue lo peor—replicó ella—. No sería capaz de volver a ese lugar aunque quiera.

          Tatiana hizo una mueca y dijo—Yo si fuera tú no diría, ¿sabes? Porque eso tienta a la suerte y esas cosas pasan.

          Erika Barton entró en el salón y se encontró con sus compañeras. Vestía una camiseta blanca con una palabra en ella, pantalones rosas de Hello Kitty y unas pantuflas de conejo blanco, estaba tapada con una pequeña manta pero Irina y Tatiana supieron que llevaba. La muchacha de ojos azules llevaba el pelo castaño alborotado.

          —Buenos días—murmuró y se frotó los ojos.

          Las dos chicas asintieron ante el saludo y se lo devolvieron, Erika fue hasta el refrigerador y sacó la jarra de jugo de naranja para servirse en un vaso.

          —¿Los chicos no han llegado?—preguntó Steve entrando en la cocina—. ¿Quién es esa? Oh—reconoció las pantuflas—. Hola, Erika.

          Ella le saludó con su mano mientras que con la otra tomaba un sorbo de jugo. Erika fue a sentarse en una de las sillas y miró a las dos jóvenes.

          —¿Acaso me perdí de algo?

          —Nada nuevo, Tony fue a París junto a Rhodey y Visión para buscar a Rumlow.

          —Al parecer Sam no perdió la ubicación—replicó ella rodando los ojos—. Ayer lo habíamos visto junto a un chico del mismo tono de piel que Tatiana.

          —¿De verdad?—preguntó Irina tomando un sorbo de café.

          —Sí, se parecía un poco a ella pero no tanto.

          Natasha cruzó el umbral que conectaba la sala con las habitaciones, ya vestida y con Wanda a su lado, miró a las tres muchachas y dijo—Debemos ir al laboratorio, Tony nos convocó a una reunión.

          —¿Tiene máxima prioridad?—preguntó Erika alzando la ceja—. Porque yo no estoy vestida.

          —Sí, es de máxima prioridad.

          Erika soltó un gruñido y se puso de pie para seguir a su madre junto con la hechicera. Irina y Tatiana también le siguieron por los pasillos. Al hacerlo, Irina observó cómo los agentes entrenaban en combate, el cual era comandado por un instructor suplente. Irina observó que Steve también les estaba siguiendo junto con Sam y todos se dirigieron a las puertas abiertas del laboratorio donde Tony, Rhodey y Visión hablaban animadamente.

          Al entrar, las puertas se cerraron y se bloquearon automáticamente. Irina hizo una mueca y miró a Tony, quien se encontraba tocando una tableta, para decir—¿No crees que exageras con la seguridad?

          —Solo se bloquea para las reuniones ultra secretas.

          —¿Y esta es una reunión ultra secreta?—preguntó Erika levantando la mano.

          —No hace falta que levantes la mano, Erika.

          —Bien, porque no la volveré a levantar—replicó ella sentándose en una silla.

          —¿Sobre qué es esto?—preguntó Tatiana.

          —Bien, al parecer encontramos a Rumlow—dijo Tony tocando un par de comandos con su Tablet—. Hubo un ataque que fue controlado cerca del Arco del Triunfo, pero Rumlow junto con un pequeño compañero pudieron herir a algunos civiles.

          —¿Y quién es su compañero?

          Tony Stark hizo una mueca ante eso y tocó otro botón de su Tablet—Es curioso, porque hemos tomado muestra de su sangre y la comparamos con la muestra de sangre de cada miembro del equipo para ver si había similitudes y logramos ver el perfil—mostró la foto del muchacho y todos sus nombres—. Resulta que se trata de Kyle Belkova, hermano biológico de nuestra querida Tatiana.

          La mandíbula de Tatiana cayó—no literalmente—al suelo, la muchacha se quedó quieta. Mientras que Irina y Erika también se quedaron con la boca abierta. Erika Barton soltó un silbido mientras se acercaba—No sabía que tenías un hermano tan guapo, Tatiana.

          —Yo tampoco lo sabía, créeme.

          —¿Tampoco lo sabías?—preguntó Visión.

          Tatiana negó lentamente e Irina dio un paso adelante—Esto debe tener una explicación. Debemos capturar a Kyle e interrogarlo.

          —Además de la reunión familiar, claro—añadió Wanda.

          Tatiana rodó los ojos e hizo un gesto distraído con la mano—Uy sí, me da tanta motivación. Hagámoslo.

          Steve asintió—Bien, pero primero debemos saber a dónde irá Rumlow.

          Irina miró fijamente la foto del joven que había sido registrado en las calles y cámaras, sin creerse que él sería el hermano de Tatiana. Necesitaba respuestas y las conseguiría.





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