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—☁️—
Beth terminaba de amarrar las agujetas de sus botas con tranquilidad sentada al borde de la cama, aún somnolienta. Ya había cambiado su pijama por jeans y una de sus tantas camisas a cuadros. Caminó al baño para amarrar su cabello en una coleta alta, arreglar su fleco y por último hacer su cotidiano delineado.
—¿Dick estaba usando guantes?—miró por el espejo a Bruce, recargado en el marco de la puerta con una sudadera negra que le hacía ver demasiado abrazable.
—Creo que no—respondió volviendo al trazo en sus ojos—¿porqué?
—Alfred guardó algo de ropa mía cuando tenía su edad. Probablemente tenga unos allí. Lanzar nieve sin guantes puede lastimar sus manos.
—Quién lo diría, Bruce Wayne mostrando preocupación por alguien que no sea yo—bromeó recordando la conversación de hace unos días—o Alfie.
—Iré a buscarlos—tenía una sonrisa divertida en su rostro—te veo abajo.
Simultáneamente, Dick se encontraba encima de una de las mesas de la cocina intentando llegar a la alacena donde Alfred guardaba el cereal y pastelillos. Había visto a Bruce bajarlos de allí para él y Beth pero no sabía que era tan difícil teniendo su estatura. Un "brrrrr" le hizo bajar al piso de un brinco con nervios ¿le habían atrapado? Miró a su alrededor encontrándose solo, suspiró con alivio. Pero el ruido volvió a distraerle; era el timbre.
Se acercó lentamente a la pequeña pantalla al lado de la puerta que para su buena suerte tenía varios botones con indicaciones, en el rectángulo podía ver a una mujer tocando la puerta de la calle cubriéndose con un abrigo de brazos cruzados. También usaba lentes.
—¿Hola?—preguntó oprimiendo el botón dorado y poniéndose de puntillas.
—Hola, ¿está Beth en casa?—le respondió acercándose más a la cámara.
—Depende—era una desconocida ¿y buscaba a Beth? Entrecerró los ojos con desconfianza—¿quién es usted?
—¿Su mamá?
—¿Cómo estoy seguro de eso?—la mujer se miraba confundida, no era su primera vez visitando la Torre Wayne—tengo una idea, si me contesta correctamente le dejo pasar. ¿Cuál es el dinosaurio favorito de Beth?
—¿Dinosaurio? ¿Es una broma?—suspiró—no sé, ¿el velociraptor?
—Entra en su top 3, supongo que vale—oprimió el botón rojo causando otro sonido que indicaba la puerta abriéndose.
Salió de la cocina topándose con Alfred en el pasillo, pasándole de largo para ir en búsqueda de sus tutores en el comedor. Fue allí donde Bruce le entregó los guantes que sin perder tiempo, Dick se puso. Beth miraba la escena con una sonrisa en el rostro.
—Oigan, ¿contrataron a alguien más?—los tres miraron a Faith quien entraba al lugar con su bolso colgando en el hombro—porque podía jurar que me contestó un...niño.
Beth y Bruce se miraron, después pasaron su atención a Dick. Él sonrió encogiéndose de hombros. Olvidó por completo decirles sobre la mujer que dejó entrar.
—Si...de esto te quería hablar ayer—respondió Beth retrocediendo inconscientemente para esconderse detrás de Bruce—vamos al parque ¿quieres venir?
Ella respiraba pesadamente y miraba fijamente a su hija sin decir nada. Beth tomó a su novio del brazo sin saber que estaba igual de aterrado con la situación. Faith Walker podía llegar a darle más miedo que tener a medio GCPD detrás suyo por lo que continuaron con sus planes de bajar en silencio, ni siquiera Dick decía algo y permanecía junto al par mirándola con curiosidad.
Llegando al parque principal de Gótica que quedaba a una calle de distancia de la Torre Wayne, Dick salió corriendo a la acumulación de nieve sin alejarse demasiado de su vista. Había más niños de su edad jugando en el amplio lugar pese a ser un viernes.
—¿Y bien?
—Su nombre es Richard Grayson. Por alguna razón prefiere que le llamemos Dick—comenzó Beth sin dejar de mirar al mencionado que trataba de formar un muñeco de nieve—le gustan los elefantes.
—Y despertarnos temprano, aparentemente—su novia asintió confirmándolo—fue una decisión que surgió hace poco. No algo que tuviéramos planeado.
—Eso se nota. Sobretodo en Beth quien nunca se he hecho responsable de algo en su vida.
—No son ni las diez de la mañana y ya empezamos con las críticas—se quejó recargando su rostro en el brazo de Bruce por un momento—¿no puedes ver su carita llena de inocencia y ser menos negativa? Míralo, feliz construyendo su Jabba the Hutt.
Faith se cruzó de brazos suspirando pero haciéndole caso al poner su atención en el pequeño de ojos azules que apilaba nieve entretenido. El gorro que usaba dejaba salir algo de cabello oscuro sobre su frente y la punta de su naricita estaba tornándose roja poco a poco.
—Si les soy honesta no imaginaba que sucediera de esta manera pero...—negó sonriendo sin mostrar los dientes—ustedes siempre me terminan sorprendiendo.
—Estoy confundido—susurró Bruce hacia Beth—¿eso fue bueno o malo?
La castaña se encogió de hombros. Ninguno era bueno entendiendo a los demás fuera de ellos dos.
—¿Puedo hablar contigo?—miró a su hija y luego a Bruce quien entendió el gesto y se alejó no sin antes sonreírle animándola—de todas las cosas que alguna vez me imaginé, verte siendo madre adoptiva fue la última.
—No soy su madre adoptiva—se cruzó de brazos observando a su novio junto a Dick—es nuestro vecino de cuarto. Un nuevo inquilino que no paga renta.
—Veamos cuánto te dura esa idea—le dio un pequeño empujón haciéndole negar—y cambiando de tema...tu papá no debió meterte. Es un problema entre él y yo nada más. Estuvo mal.
Un nudo se formó en su garganta. Tantas cosas que había en su mente para decirle lo que le hizo sentir y los problemas que le causaba la situación pero esa pesadez se lo prohibía. Faith lo notó, así que llevó una mano a su hombro que en cuestión de segundos se convirtió en una especie de abrazo al atraerla hacia ella. Beth tenía los ojos abiertos de par en par sin saber cómo reaccionar a la muestra de afecto, claro que estaba acostumbrada a recibirlas de Bruce sin incomodidad alguna pero que fueran de ella le era nuevo.
—Vamos con tus chicos—añadió comenzando a caminar llevándola consigo.
Por más que se negara, sonaban bien aquellas dos últimas palabras. Sus chicos.
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