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—☁️—



                 La voz de la conductora de noticias fue lo primero que escuchó Beth al abrir la puerta de su casa, lo segundo fue a su madre corriendo hacia ella.



—¿Estás bien?—asintió ante su insistencia—no me contestabas y la policía tiene el lugar rodeado justo ahora.



Ambas se dirigieron a la sala donde el televisor mostraba imágenes en vivo de aquella iglesia. Tanto aéreas como del operativo, un robot anti bombas se acercaba a Colson mientras el celular seguía sonando. Aún así, él miraba a su alrededor buscando algo más...o alguien más.



De entre las sombras surgió la imponente silueta de Batman quien caminaba a su ritmo hacia el hombre que cambió su postura en cuanto le vio. Beth sabía que no terminaría bien la cosa cuando la pantalla cambió: un evento en vivo desde alguna red social teniendo como protagonista al Acertijo.



—Saluda a mis seguidores, estamos en vivo para presenciar nuestro juicio—dijo sentándose  mientras las reacciones aparecían—por lo pronto, el hombre que tienes enfrente, el señor Colson...¡está muerto!



Faith tomó el control del sofá para intentar cambiarle pero Beth se lo arrebató sin siquiera mirarle, en silencio, con el corazón a mil por hora. Los sollozos del mencionado fueron callados por una amenaza del hombre de verde acompañado de una risa que le erizó la piel a la joven. El teléfono cambió de perspectiva ahora viendo a Colson y su expresión de terror.



—Desde que era un niño siempre me han encantado los acertijos. Para mí son un escape de los horrores del mundo. Quizá puedan ayudarlo a usted también—Beth jugaba con el dije de luna que colgaba de su cuello nerviosamente—tres acertijos en dos minutos. Si me da las respuestas le daré la combinación para el candado. ¿Entendido?



Aceptó sin tener otra opción, levantándose de donde estaba. El ruido agudo de la bomba le hizo dar un brinco a su madre, pero no a ella.



—Acertijo número uno—su tono cambió ligeramente a uno más divertido—puede ser cruel, poética o ciega. Pero cuando no existe, la violencia se despliega.



—Espera ¿puedes repetirlo? Cruel, poética...



—Justicia—dijeron Bruce y Beth al mismo tiempo pese a no estar en el mismo lugar. Pero sólo él continuó—la respuesta es la justicia.



—¿La justicia?



—¡Si! Y usted se supone que era un brazo de la justicia junto con los fallecidos alcalde y comisionado...—los números rojos del aparato cambiaban aceleradamente—acertijo número dos. Si tú eres la justicia y la verdad se desborda, ¿cuál es el precio para que te hagas de la vista gorda?



—Sobornos—se escuchó bajo, aún así pudo reconocer la voz de Bruce—quiere que digas cuánto te pagaron por desviar la mirada.



—No me...



—¡Cincuenta y ocho segundos!—gritó el Acertijo.



—¿Cuánto te pagaron?—insistió Batman.



—Pero es que no me pagaron.



—¡Cuánto te pagaron!—la desesperación se podía escuchar en él, los números estaban llegando a cero poco a poco.



—¡Diez mil!—gritó Colson entre sollozos—me pagaron diez mil por no procesar ciertos casos.



—¿Qué casos?



—No preguntó eso, por favor—miró la pantalla del celular—diez mil. Me pagaron diez mil.



—¡Okay, okay!—respondió entre risas—no pierda la cabeza, señor Colson.



Si fueran otras circunstancias probablemente Beth reiría del chiste tan ingenioso. Pero no ahora cuando Bruce estaba cerca de un hombre a punto de volar en pedazos.



—Último acertijo...ya que su justicia carece de todo deber, por favor díganos, ¿a qué plaga le encomiendan proteger?



—¿Cómo que a qué plaga?



—La rata—interrumpió el de negro—el informante al que protegen en el caso de Salvatore Maroni



—¿Y tú cómo sabes eso?



—¿Cuál es su nombre?



—¡Veinte segundos!



—No—negó cerrando los ojos.



—Te asesinará.



—De todos modos soy hombre muerto si hablo ¿okay? Si no le digo seré sólo yo pero si lo hago...tengo familia y personas que amo, también los matará.



—¿Quién lo hará?



El pitido se volvía más insistente marcando los segundos finales de la cuenta regresiva.



—Están vigilando.



—¿Quién te vigila?



—Es mucho más grande lo que crees. Es todo el sistema—en el fondo, el hombre al otro lado de la pantalla contaba de manera regresiva desde el cinco. Parecía disfrutarlo demasiado—Dios, apiádate de mí.



Entonces tras un fuerte sonido la transmisión se perdió. Beth mantenía los ojos abiertos de par en par, sentía que la respiración le era arrebatada y...



—Bueno, hasta allí llegó el dichoso Batman—comentó Faith suspirando.



Su hija giró la cabeza lentamente sin poder creer su broma. Una lágrima cayó por su mejilla a lo que la mujer supo que no le había caído bien lo dicho.



—Es sólo una broma—se excusó sin entenderla—ni que conocieras a ese loco.



Sin saber cómo no tuvo una crisis enfrente de ella, subió las escaleras para terminar encerrándose en su habitación. Con prisa sacó el celular del bolsillo escondido de su vestido esperando alguna noticia sobre el caso, algo que le dijera que estaba bien. En ese punto hasta un post burlesco le calmaría.



Para las cinco de la mañana terminó cayendo dormida con la laptop encendida frente a ella en el escritorio. Ni tuvo motivación para cambiar el vestido pero los tacones estaban tirados a centímetros suyos en el piso. Descansaba con la cabeza sobre los brazos y el maquillaje marcaba un camino grisáceo bajando por sus mejillas.



Abrió los ojos y levantó la cabeza al sentir una brisa fría de aire reconociendo la silueta que se dibujaba con la tenue luz exterior, ese cielo gris que lentamente iluminaba la salida del sol. No lo pensó dos veces y poniéndose de pie corrió a sus brazos.



Él soltó un leve quejido de dolor al recibirla lo que hizo que ella se separará un poco teniendo lastimarle.



—Ay, Bruce. Fue el peor susto de mi vida—murmuró llevando la mano a su mejilla.



—Lo siento.



—Lo que importa es que estás bien—respondió—¿qué sucedió después?



—¿Resumiendo?—le sostenía por la cintura y sus ojos estaban sobre los de Beth—desperté en el GCPD. Allí me di cuenta que el agente de narcóticos trabaja para el pingüino gracias a que le rompí la nariz. Después escapé lanzándome de lo más alto del edificio y no tuve un buen aterrizaje...—comenzó a quitarse la chaqueta con dificultad por el dolor que invadía su cuerpo entero—¿puedo?



Señaló la cama que seguía tendida y tenía varios libros regados así como ropa que sacó por la mañana al cambiarse.



—Por supuesto—rápidamente tomó la ropa para ponerla sobre la silla, después sostuvo la columna de libros en sus manos—ponte cómodo.



Se dio media vuelta dejándolos en el escritorio mientras hablaba.



—No sé que habría hecho si no aparecías, creo que me volvería...—le miró, encontrándolo ya dormido. El cansancio le venció en cuanto tocó la cama—aún más loca.




Sonrió viéndole descansar ocupando gran parte de su cama individual, sin borrar esa expresión se acercó a él para besar su mejilla antes de darle vuelta al mueble para recostarse a su lado poniendo la cabeza sobre su pecho, abrazándole. Él descansó la mano encima de la suya antes de suspirar...amar a Bruce podía ser complicado algunas veces, pero nunca difícil.

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