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VIERNES 1 DE NOVIEMBRE

Beth bajó las escaleras con pereza, la noche anterior no pudo dormir sabiendo que en esos días Bruce no estaba del todo bien. Era como si al llegar octubre trajera consigo todos esos malos recuerdos de la noche en que perdió a sus padres. Lo cual era una lástima porque su cumpleaños también era en ese mes y él no estaba disponible emocionalmente del todo.

—Buenos días—le saludó su madre sirviéndose los huevos estrellados recién hechos—¿vas a desayunar?

—Quedé con Iris en ir a un lugar cerca de la escuela—abrió el refrigerador de donde sacó la caja de jugo—lo abrieron la semana pasada.

De fondo se encontraba la televisión a volumen considerable. Faith odiaba el silencio y aunque también las noticias, era lo que estaban pasando.

—...el cuatro veces elegido alcalde, Don Mitchell Jr fue encontrado asesinado anoche en su propia casa...—dejó de lado el jugo y el vaso para mirar la pantalla.

—Aún no se dan a conocer los detalles precisos del homicidio pero la policía ya se encuentra trabajando en ello—continuó la mujer castaña—recordemos que no es la primera vez que Gótica se estremece ante el asesinato de un político. En una extraña coincidencia, esta semana hace veinte años el respetado filántropo Thomas Wayne y su esposa Martha fueran asesinados durante su campaña para el puesto de alcalde...

Beth suspiró al ver el video de un Bruce pequeño junto a sus padres. Tan sonriente, tan inocente.

—Debo irme—dijo antes de beber lo más rápido posible el líquido naranja.

—¿Y hoy si vendrás a dormir o tendré que cerrar la puerta con seguro temprano?—Beth se dio media vuelta mirándola—digo, apenas y has estado en casa. Por mí no hay problema, pero tu padre...

—Tengo 23 años, no soy una niña pequeña—tomó la mochila que dejó la noche anterior en la silla—mucho menos su niña. Si le molesta tanto que me llame. Ahora tengo cosas más importantes que hacer.

La mujer asintió acercándose para besar su mejilla como despedida. Mucho había cambiado en los últimos dos años y una de esas cosas era la actitud de Faith con su hija. Finalmente parecía entender lo que le hacía feliz y que sus diferencias no eran malas después de todo. En cambio, la inexistente relación con Paul empeoró junto a sus comentarios negativos sobre Bruce, su escritura y hasta manera de vestir.

Sin embargo, había aprendido a ignorarlo por completo. No tenía tiempo para tonterías como las suyas. Sacudió un poco su cabeza para concentrarse en el ahora, especialmente porque estaba ya en los pasillos de la Torre.

—Señorita Walker—dijo Alfred quitándose los lentes desde el comedor—qué bueno que está aquí.

—Hola, Alf. Sé que es molesto tenerme aquí desde temprano pero vi las noticias.

—Y se pone aún peor...—se detuvo al lado de la silla del hombre quien le entregó una foto, específicamente de una tarjeta de las que venden en el supermercado junto a unos garabatos que parecían traducirse a "se queda callado"—el asesino le dejó esto. A Batman.

—Ay, Brucie—susurró observando el papel—¿en qué te metiste?

—Quizá usted pueda convencerlo de dejar esto antes de que sea muy tarde.

—Qué más quisiera yo—le miró—¿pedirle que construya Jurassic Park para mí? Lo hace sin pensarlo. ¿Pedirle que deje una investigación? Es más difícil que pasar cálculo en la preparatoria. Además, creo que los detalles sobre el pobre hijo del alcalde lo hizo personal.

Le devolvió la hoja cruzándose de brazos. Bruce había tenido muchos casos feos antes pero nada se comparaba a esto, ya podía sentirlo.

—Supuse lo mismo—suspiró—tuve que llamar a los contadores de la empresa para que vinieran aquí. No ha dejado la Torre en semanas.

—Simplemente no le gusta salir y no lo culpo. A veces es más tranquilo estar afuera por las noches que por el día—respondió encogiéndose de hombros—pero haré lo que pueda. Tampoco me agrada que se dirijan a Batman de esta manera.

—¿Celosa, dulzura?—ambos miraron a Bruce, quien bajaba por las escaleras con una pequeña sonrisa.

—Creí que yo era la única que podría escribirte cartas—levantó un poco la cabeza para poder mirarle a los ojos cuando llegó a estar enfrente suyo. Él mantenía esa expresión confiada aún después de darle un corto beso—veo que tuviste una noche ocupada.

—¿No deberías estar en la escuela?

—Si, pero creí que sería bueno venir. Iris me cubrirá esta primera hora—entonces ella ladeó la cabeza—oye, no cambies de tema...tengo un mal presentimiento sobre esto.

—Todo está bajo control, Luke Skywalker—bromeó tratando de tranquilizarla cuando ni siquiera él lo estaba. Entonces entrecerró los ojos ante la claridad de la ventana por un momento—¿desayunaste?

—No, yo iba a...

—Quédate. No te afectará una falta en tus notas perfectas.

—¿Qué no tienes junta con los contadores de Wayne Enterprises?—preguntó levantando una ceja.

—¿Desde cuándo me interesan ese tipo de cosas?—ella sonrió divertida. Era un buen punto.

—Hay moras frescas—señaló Alfred al pequeño carrito a su lado.

Bruce tomó el recipiente para ofrecerle a su novia quien aceptó. Luego miró por curiosidad a los papeles que tenía Alfred dándose cuenta que eran los mismos de la escena del crimen; la carta y ese extraño cifrado que ahora tenía diferentes letras escritas encima.

—¿Qué haces?—junto a Beth, se acercó más a él.

—Oh...estoy recordando mis días como agente. Es algo curioso—los dos pusieron su atención en lo que había escrito, reemplazaba los símbolos con las letras dadas en el acertijo de la tarjeta.

—¿Y esas letras dobles?

—De "se calla". Es como una clave parcial, sólo nos da esas letras así que busco los que se repiten y adivino letras.

—Qué interesante—estiró la mano por un costado de Beth para tomar los lentes oscuros de la mesa y ponérselos.

Era algo a lo que ella ya estaba acostumbrada. Al salir tanto por las noches había desarrollado cierta repelencia a la luz solar y solía usar los lentes por un buen rato. No se quejaba, pues le gustaba mucho el look que le daba.

—¿Señor Pennyworth? Los contadores llegaron—anunció la mujer que ayudaba en labores domésticas.

—Hazlos pasar, Dory. Gracias.

Bruce miró a Beth y pese a usar los lentes ella sabía lo que significaba, no estaba preparado para escuchar a un grupo de hombres hablando sobre números por dos horas. El tenerla a su lado hacía las cosas un poco más soportables.

—¿Y si no es una clave parcial?—preguntó el castaño mirando la pantalla.

Luego de prácticamente haber corrido a sus contadores con la excusa de llevar a su novia de regreso a la escuela, bajaron a la vieja estación subterránea que usaba como base de operaciones para su trabajo. Los tres seguían tratando de adivinar el mensaje secreto dirigido a Batman.

—¿Cómo?—Alfred mantenía su mano sobre su boca, analizando.

—Si, qué tal si es la clave entera...

—¿Y si no busca formar frases como un crucigrama?—Bruce miró atento a Beth, quien hablaba por primera vez en un rato—si no una sola palabra, como formada por las letras.

—Puede funcionar—ella sonrió al escucharle—Alfred, usa las letras de "se calla" y deja lo demás en blanco.

—Pero el resto de la clave quedaría sin resolver—le obedeció oprimiendo las teclas necesarias—es que no sé...

Para la sorpresa de la chica, su idea había funcionado y ahora la palabra "drive" se dibujaba poco a poco gracias a las letras del acertijo. Drive se podría traducir a manejar, pero sabiendo el contexto de las circunstancias estaba seguro que significaba eso y algo más. Él le miró de nuevo y acarició su mejilla como forma de agradecimiento.

—Tengo que hacérselo saber a Gordon. Regresaré más tarde—dijo alejándose de la mesa para comenzar a prepararse—¿te quedarás a dormir hoy?

—Depende—le siguió hasta la mesa cerca de su motocicleta donde tenía la mochila que siempre usaba—¿regresarás a dormir hoy?

—Eso creo.

—Bien. Entonces aquí estaré. Ahora debo volver a la escuela donde dejé plantada a mi mejor amiga.

—Envíale mis saludos a Iris.

—Lo haré. Aunque no creo que te regrese los mismos lindos deseos—él negó sonriendo. Beth se acercó para besar su mejilla—suerte con eso. Regresa completo, por favor.

Sin más que decir caminó al ascensor donde Alfred le esperaba para subir juntos.