14
—🌥—
Cerró la puerta detrás suyo dejando la mochila en el piso para quitarse la sudadera húmeda. Todo tras agradecerle a Alfred por traerla de regreso a casa.
—Pensé que llegarías más tarde—dijo su mamá acercándose al escuchar que alguien entró—apenas vamos a cenar, tu tío pidió de la pizza que tanto que gusta.
Sonrió siguiéndola al comedor donde lo encontraron acomodando la gran caja en la mesa. Mientras Beth se sentaba, la mujer traía un plato extra.
—¿Qué tal te fue?—le preguntó sirviendo refresco en un vaso, mismo que le entregó.
—Bien. Pero sólo alcanzamos a ver el episodio cuatro y cinco, creo que mañana seguiremos.
—¿Nada más vieron películas?—ella entrecerró los ojos.
—Si...sé lo que haces. Quieres conseguir información sobre él.
Faith llegó a la mesa para repartir los platos mientras escuchaba la conversación en silencio, antes de servirles su respectiva rebanada.
—Ah mira...entonces sí es un él—Beth se maldijo en voz baja—no cualquiera tiene un Chevrolet Corvette.
—¿Un Corvette? Pensé que era el tipo de la motocicleta.
—Tiene ambos—Marcos levantó una ceja curioso—eres un detective, detectivealo.
Tomó el plato con pizza dando por terminada la conversación. Podría pasar horas hablando de Bruce pero no creía conveniente hacerlo con alguien que parece odiarlo cuando usa su otro traje. Eso y que quería ahorrarse la incómoda presentación a su familia.
No mucho después surgió un nuevo tema durante la cena y otro, luego otro. Era una linda velada hasta que el celular de Marcos interrumpió.
—Reyes—contestó—¿cómo que lo encontraron?
Beth le vio levantarse con prisa para dirigirse a la puerta y salir. Podría seguirle para escuchar lo que decía pues estaba segura de que tenía que ver con Batman y el caso de drop. No le parecía correcto meterse en esos asuntos...pero se trataba de Bruce y no podía evitarlo.
—Voy al baño—dijo abandonando la mesa.
Con sigilo se acercó a la puerta esperando escuchar algo. Probablemente más tarde se sentiría culpable por ello.
—No entiendo porqué te metiste en eso. Eres un estúpido...¿Y cómo te desharás de alguien como él? Ese tipo puede con todo...—retrocedió un paso ¿acaso hablaban de Batman?—¡No sé! Escucha, voy para allá.
La puerta se abrió y Beth fue lo suficientemente rápida para girarse imitando buscar algo en su sudadera colgada. Marcos le miró con el ceño fruncido, pero luego lo dejó pasar.
—Betty, tengo que irme. Ya sabes que sin mí, el tonto de Thompson se pierde.
—¿Es algo sobre el caso de drop del que hablaste hace rato?
—Si, él metió la pata y ahora quiere hacerse cargo de un cabo suelto...—suspiró guardando el celular—¡Faith, tengo que irme!
Le dejó allí para volver a la cocina a despedirse de su hermana mientras Beth corría escaleras arriba. ¿Qué podía hacer? Era obvio que Bruce no se llevaba el celular consigo cuando salía. Pero debía tener una forma de estar al tanto con Alfred. Eso, Alfred. Había guardado su número de la vez pasada en casos de emergencia y esta parecía una.
—Hola Alfred, sé que me acabas de ver hace dos horas pero necesito hablar con Bruce—dijo rápidamente, sin darle oportunidad de saludar—¿hay alguna manera de comunicarse con él?
Se sentó en la orilla de la cama tras cerrar la puerta.
—¿Porqué? ¿Pasa algo?
—Eso creo. ¿Qué sabe de Thompson?—bajó un poco la voz al escuchar murmuros más cerca, estaban en la puerta principal.
—Thompson...es el compañero de Reyes. La verdad no lo sé. Espere un momento, veré si puedo comunicárselo.
—No es necesario. Sólo dile que Thompson sabe que lo descubrió y probablemente quiera hacer algo al respecto. Hoy.
—Oh...entendido. Ya se lo hago saber. ¿Segura que no quiere decírselo usted?
—No quiero interrumpirlo mientras trabaja. Igual muchas gracias. Adiós Alf.
—Que tenga buena noche, señorita Walker.
Colgó suspirando. Esa noche estaría cerrada la cafetería debido a remodelaciones así que podía aprovechar para retomar el libro que llevaba semanas en su buró.
Para las cuatro de la mañana Bruce había terminado con lo que tenía que hacer; Maroni había sido arrestado gracias a la intervención de Thompson quien le confesó todo al no poder con él. Marcos fue quien encabezó la búsqueda tras escuchar la verdad.
La información brindaba por Beth le dio ventaja sobre la situación así que decidió pasar a agradecerle y bueno, a verle tras una complicada noche.
Sin embargo, cuando entró a su habitación a través de la ventana supo que no hablaría con ella hasta más tarde; yacía de lado en la orilla de la cama con una mano colgando —la cual aún sostenía el libro abierto— y las sábanas por ningún lado. No quería despertarla, lucía tan tranquila y de alguna manera le transmitió ese sentimiento.
Cuidadosamente quitó el libro de su mano para ponerlo en su buró y apagar la lámpara, después tomó las sábanas para cubrirla. Hacía frío, no quería que le hiciera daño dormir descubierta pese a traer su pijama a juego azul.
Giró la cabeza hacia la otra ventana enfrente de la cama que también estaba entreabierta. Decidió que era mejor cerrarla. Fue cuando se dio cuenta que en el escritorio debajo de ésta, había una caja de cartón con pequeños papeles de colores que usaba a modo de notas para su pared. Recordatorios con letra grande que tenían que ver con cosas simples como lavar su ropa, comprar más pasta de dientes e incluso preparar su outfit para salir con él. Sonrió al ver los pequeños corazones dibujados junto a su nombre.
Las plumas de varios colores estaban allí también, así que eligió una luego de tomar un cuadro de papel para escribirle un pequeño mensaje. Algo para leer cuando se levantara.
Al terminar lo pegó junto a los demás en la pared, cerca del póster de Luke Skywalker promocionando la resistencia. Uno de tantos que decoraban las paredes, dejando claro que odiaba ver lugares vacíos por la manera tan precisa de pegarlos.
Miró por última vez a Beth y con una pequeña sonrisa dejó la habitación. Quizá lo que sentía por ella era más serio de lo que pensaba, estaba enamorado de ella. ¿Ahora qué se suponía que haría?
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