Cuando Issei cerro la puerta de su departamento, se dejó caer y se sentó en el suelo sin hacer mucho ruido
"Mierda... Solo descansaré unos minutos". Pensó mientras acomodaba sus armas sin hacer ruido.
"Espero que no haya contratiempos en el regreso a la academia". Soltó un suspiro y se levantó nuevamente.
Miro una última vez la puerta de su departamento y empezó a bajar.
<Academia Kuoh: Viejo Edificio>
{¿Ya está en camino?}. Se escuchó aliviada a la pelinegra.
{Si, aunque no se sabe cuánto podría tardar en llegar ya que cuando estábamos por llegar, encontramos a esas cosas y el tuvo que enfrentarse a esas cosas solo}. Dijo un poco preocupada la voz que salió del otro lado del teléfono.
{¡¿Él solo?!}. Gritó llamando la atención de los presentes en el club.
{Cálmate Sona, ya te contaré los detalles cuando lleguen}
{Esta bien, gracias por avisarme Rias}. Agradeció a su amiga de la infancia.
{No es nada}. Y con eso finalizó la llamada.
–¿Paso algo Kaichō?– Pregunto un poco preocupado el tesorero del Consejo Estudiantil.
-Al parecer, cuando ya estaban cerca de llegar se encontraron con esas cosas- Todos se sorprendieron al escuchar esta información. -Pero Hyōdō se encargo de ellos él solo-
-¡¿Él solo?!- Exclamaron varios.
-Si, además de que ya está en camino- Cuando escucharon esto suspiraron de alivio.
-Menos mal- Dijo con alivio la albina del grupo.
-Entonces... ¿Ya debemos despertarla?- Ruruko habló señalando a la dormida Kiyome.
-Hay que despertarla, y si podemos también preguntarle qué le paso- Sona se acomodó sus lentes.
Tsubaki fue la que decidió despertarla, así que se acercó a Kiyome y la empezó a mover con cuidado.
-Abe-san... Abe-san tienes que despertar, Hyōdō-kun ya está en camino- Dijo con tranquilidad, tratando de despertarla.
Lo cual logró ya que la rubia empezó a dar señales de estar despertando.
-Uhm... uahhh... ¿Ise-chan ya está viniendo?- Dio un bostezo mientras se frotaba el ojo.
-Si Abe-san, el primer grupo nos acaba de informar de que está en camino- Le comentó a la desorientada rubia.
-Saji- Llamo la presidenta.
-¿Que pasa Kaichō?- estaba curioso el porque lo llamo.
-Abre la ventana que da hacia la entrada de la academia, cuando Hyōdō-kun llegue talvez haya bulla- Los demás entendieron a lo que se refería su superior.
-Y como la ventana está abierta escucharemos el ruido que hace y nos avisará que ya está aquí, lo cual nos permitirá prepararnos- Terminó de decir la Vice Presidenta.
-Exacto, solo no debemos hacer mucho ruido o llamaremos atención innecesaria- Todos asintieron en comprensión.
-¿Te puedo preguntar algo?- Dijo Sona acercándose a Kiyome.
-Si, ¿Que quieres preguntar?- Inclinó levemente la cabeza.
-Espero que no te moleste pero... ¿Qué te sucedió antes de llegar aquí?- Hizo la pregunta que quiso decir desde que ella llegó.
-...- Kiyome se quedó callada varios segundos.
-Perdón, parece que es algo que no quieres contar- Se disculpó y se dio la vuelta para irse.
-Yo...- Sona se detuvo al escucharla. -Yo...-
Lágrimas empezaron a correr por su rostro y su cuerpo empezó a temblar, sorprendiendo a los presentes.
Tsubaki, quien era la que estaba más cerca de ella, le dio un abrazo.
-Yo... Fui violada...- El lugar quedó sumido en un silencio algo tenso.
-¿T-te v-violaron?... L-lo siento... No debí preguntar- Sona se encontraba muy arrepentida.
-¿C-como fue que te sucedió eso? ¿Quien abuso de ti?- Tsubaki fue la que le pregunto preocupada, sin dejar de abrazarla.
-*Snif* S-sucedio cuando hubo un escándalo en el primer piso... Todos estaban corriendo alterados y gritando- Comenzó a contarles. -Y-yo me habia escondido en los baños hasta que no hubo ruido, pero me di cuenta que no era la única persona en el lugar...-
-Diodora Astaroth...- Mencionó su nombre con mucho odió. -M-me golpeó mientras estaba distraída y... Abuso de mí por horas... *Snif* S-si no fuera por Ise-chan, aun seguiría siendo violada... y tal vez... ya hubiera muerto...-
Cuando Sona la miro a los ojos... Quedó impactada al ver que estos no tenían brillo.
Sin decir algo más, se acercó a Kiyome y también le dio un abrazo.
-Perdoname por hacerte recordar algo tan traumatizante- Se disculpó nuevamente.
Se quedaron así varios minutos, luego se separaron del abrazo cuando la rubia ya estaba más calmada.
-Bueno, ya que estás más calmada... ¿Como es que conoces a Hyōdō-kun?- Pregunto curiosa Sona Sitri.
-Bueno...- Sonrió levemente al recordar cómo se conocieron. -Teníamos 4 años cuando nos vimos por primera vez, en una fiesta navideña de la empresa donde trabajaban nuestros padres-
-Los demás niños no se querían juntar conmigo por lo raro que se veía mi cabello, excepto él-
<Flashback>
-Oye... ¿Porque estás triste?- Pregunto un pequeño castaño.
-Los demás niños no quieren jugar conmigo... Dicen que mi peinado es muy feo y les desagrada- Contestó una pequeña castaña, al borde de las lágrimas.
-¿Les desagrada? Pero a mi me parece lindo- Dijo con algo de confusión.
-¿E-en serio?- Pregunto esperanzada la pequeña castaña.
-Yo nunca miento- Dijo extendiendo su mano. -Me llamo Hyōdō Issei, ¿Y tú?-
-Soy Abe Kiyome- Estrecho su mano con el castaño.
-Kiyome-chan ¿eh? Es un lindo nombre- Le sonrió con inocencia. -¿Quieres ser mi amiga?-
Kiyome se alegró cuando el pequeño castaño dijo que tiene un lindo nombre, pero al escuchar lo último no pudo evitar alegrarse hasta las lágrimas.
-O-oye ¿Estás bien? ¿Dije algo malo?- El pequeño castaño se preocupo al verla llorar repentinamente.
-Si quiero ser tu amiga, Ise-chan- Dijo dándole una sonrisa.
Issei se alegró al escuchar su respuesta, luego empezaron a jugar juntos en los juegos que habían en el lugar, y eran observados por los padres de ambos chicos.
<Fin Flashback>
-Ya veo, sus padres trabajan juntos- Dijo Sona en comprensión.
-Trabajaban juntos...- Dijo con algo de tristeza.
-¿Trabajaban? ¿Acaso los despidieron o renunciaron sus padres o los tuyos?- Pregunto Tsubaki un poco intrigada.
-¿Que saben sobre Ise-chan?- Les pregunto a todos los presentes.
-Bueno... Ha parte de ser el centro de la mitad de los rumores que hay en la Academia, que vive solo aunque no se sabe porque- Dio la información que tenía la presidenta.
-Lo mismo- Secunndo la Vice Presidenta.
-Yo escuche de un rumor de que se escapó de casa- comentó el rubio.
-Ya veo- Fue la simple respuesta de Kiyome, quien se quedó en silencio unos segundos.
-¿Pasa algo?- Pregunto Sona.
-Ise-chan vive solo porque...- Se quedó en silencio unos segundos. -Perdió a su familia-
-¡!- Todos estaban impactados por tal revelación.
-Sus padres murieron dos años después de conocernos... En un accidente automovilístico cuando regresaban de Tokio- Tomo una breve pausa y continuó. -Después del accidente, quedo bajo el cuidado de su hermano mayor...-
-¡¿Tiene un hermano mayor?!- Dijeron con sorpresa todos, menos Sona y Tsubaki, que se quedaron al margen.
-Su hermano era mayor de él por 6 años y...- No pudo terminar de hablar porque fue interrumpida.
-Espera ¿Era? ¿Acaso él...?- Comentó Sona deduciendo lo que iba a decir Kiyome.
-Si... 4 años después su hermano fue asesinado en frente de su casa- Nadie decía nada, lo que acaban de escuchar es algo realmente triste.
-Ise-chan se quedó solo cuando sólo tenía 10 años- Dijo con tristeza la castaña. -Yo en ese entonces, me fui al extranjero por el trabajo de mis padres... No pude ayudar a Ise-chan cuando más necesitaba ayuda...-
-Y-y *Snif* l-lo único que hice yo cuando surgieron los rumores *Snif* Fue rechazarlo...- Las lágrimas nuevamente cayeron por su rostro. -Y-yo lo abandoné cuando me pidió ayuda *Snif* Por eso me odio tanto... Hice daño a Ise-chan cuando él no me hizo nada...-
Nadie dijo nada, todos se quedaron en silencio.
Minutos después, Kiyome se calmó.
-L-lo siento...- Dijo en un susurro.
Y cuando Sona iba a hablar...
*Toc Toc Toc*
Alguien llamó a la puerta, pero todos ya sabían de quién se trataba.
No perdieron tiempo y dejaron entrar a Issei, quien al entrar demostró que estaba con muchas manchas de sangre y tenía la ropa rasgada.
-¡¡Ti-ti-tiene más armas!!- Dijo en shock el secretario del Consejo Estudiantil.
Issei solo lo ignoró y se acercó a Kiyome.
-¿Ya estás mejor?- Le pregunto inexpresivamente.
-Si... Pude recuperar energías pero caminaré con dificultad- Contesto con honestidad.
-Ya veo- Fue su simple respuesta.
-Disculpa Hyōdō-kun- Habló Sona llamando la atención del recién llegado. -¿Como es que llegaste sin hacer mucho ruido? Abrimos la ventana para escuchar los disparos que hubieras hecho o las peleas que hubieras tenido mientras venías-
Issei levantó su P90, el cual tenía un silenciador en la punta.
-Use un silenciador, no quería llamar la atención innecesariamente- Dijo para centrar su atención en Kiyome nuevamente. -Te llevaré cargando nuevamente, una vez estemos cerca de mi departamento te bajaré para que vayas caminando-
La castaña solo asintió ante las palabras del inexpresivo castaño.
-!Oye, tú!- Dijo señalando al otro varón presente.
-¿Y-yo?- Habló con nerviosismo.
-Si, ven rápido- El rubio hizo caso y se acercó a Issei. -Toma, te lo prestaré hasta que lleguemos-
En la mano de Saji, había puesto su cuchillo.
Saji solo asintió en silencio varias veces.
-¡Y tú!- Señaló a Tsubaki, quien se puso un poco nerviosa. -Tú llevaras mi arma-
Le entrego su AK-47, poniendo más nerviosa a la pelinegra.
-Solo lo llevarás, me va a estorbar si voy a estar cargando a Kiyome- Dijo recibiendo un asentimiento de parte de Tsubaki.
Dejo su P90 en el suelo, se dio la espalda y se agachó para poder cargar a Kiyome, tal como lo había hecho anteriormente.
Ella se subió a su espalda con lentitud, una vez estuvo sobre él, le dijo que ya podía caminar.
Issei solo tomo su arma y dijo -Vayamos de una vez-
Dicho eso, fue el primero en salir a paso rápido.
Los demás presentes solo se miraron unos a otros, y empezaron a seguir al castaño.
Issei bajaba con cuidado las escaleras, no era porque no deseaba llamar atención innecesaria, él ya había limpiado el piso con anterioridad.
Iba con cuidado para no tropezarse y evitar lastimar más de lo que ya está Kiyome.
Una vez en el primer piso se dirigió a la entrada/salida del Viejo Edificio y espero a que los demás llegarán.
Los cuales no tardaron mucho.
-Bien... Traten de no hacer ruido y no sé retrasen o los dejaré a su suerte- Ese último comentario preocupo a los presentes.
Mentalmente rezaron para que evitarán retrasar al castaño y no ser abandonados.
Issei soltó un suspiro y abrió la puerta, apuntó su arma hacia adelante y avanzó con rapidez.
Tenía cuidado de tropezar con cosas que no podía llegar a ver.
Mientras los demás estaban sorprendidos por la cantidad de cuerpos esparcidos que lograron ver en la oscuridad.
Y sin ningún contratiempo, lograron salir de los terrenos de la Academia.
Issei caminaba con cuidado, además de estar apuntando hacia todos los lados de donde podían emboscarlos.
Eso hacia que tuvieran la sensación de estar siendo escoltados por un militar experimentado.
Pero repentinamente se detuvo, haciendo que los que estaban detrás de él también se detuvieran.
-¿Qué pasa Hyōdō-kun?- Preguntó Sona en un susurro.
-Hay algo extraño... por aquí deberían estar los cadáveres de los que eliminé mientras regresaba a la Academia- Una seriedad que no habían visto en él, había aparecido.
Sin más que decir, Issei avanzó con mucha más cautela.
Hasta que metros más adelante divisó a tres de las cosas que anteriormente eran humanos, haciendo que se detenga nuevamente.
-No hagan ruido, hay tres de esas cosas delante de nosotros- Susurro para que todos ellos lo escuchen.
Después busco un lugar desde donde disparar sin problemas, lo cual no le tomó mucho tiempo.
Encendió el puntero láser de su P90 y posó su vista en la mira.
Debía terminarlos con un solo disparo, así que se concentro todo lo que pudo y apretó el gatillo.
Una bala rápidamente salió disparada e impacto en el cuello de uno de esos seres.
El cuerpo perdió su fuerza y simplemente se desplomó.
Las otras dos criaturas posaron rápidamente su vista en el que se había desplomado y se acercaron a él.
Issei no perdió tiempo y le disparó al siguiente, y lo mismo volvió a suceder.
Una vez más apretó el gatillo, y el ciclo se repitió.
-El camino ha sido despejado- Les comento a los demás para continuar con la caminata.
Los demás solo lo siguieron en silencio.
El resto del trayecto fue silencioso, pero extraño para nuestro castaño.
Los cuerpos de los que había matado con anterioridad ya no estaban, lo cual lo preocupo.
Continuaron caminando un poco más, y al fin se pudo divisar el edificio donde está su departamento.
-Ya casi llegamos- Les aviso y continuó avanzando, sin esperar recibir una respuesta.
Finalmente se detuvo en la entrada del edificio.
-Kiyome desde aquí irás caminando, ¿Podrás hacerlo?- Le pregunto a la chica que estaba en su espalda.
-Si, creo que puedo- Dio una respuesta afirmativa.
Con cuidado Issei la bajo de su espalda, luego abrió la puerta.
-Ayúdenla a subir las escaleras, todos los pisos están despejados así que no tienen que preocuparse por nada- Se hizo a un lado para dejarlos pasar.
Él no dejo de vigilar las cercanías, no quería que fueran emboscados cuando estuvieran distraídos.
Una vez observó que ya habían entrado todos, el también ingreso y cerró la puerta con cuidado de no hacer ruido.
Una vez hecho eso, empezó a subir rápidamente, hasta que los alcanzo y guío a su departamento.
Saco la llave de su bolsillo, abrió la puerta y entro.
Lo primero que recibió al entrar, fue un delicioso aroma.
-¿De que es ese aroma?- Preguntó a nadie en especifico.
Los que estaban dentro se sorprendieron al escucharlo hablar, al parecer no habían escuchado que la puerta fue abierta.
-Que bueno que llegan, ¿Todos están bien?- Se acerco la pelirroja, quien tenia puesto un mandil de cocina que saco de quien sabe donde.
-Si, estamos bien- Fue la simple respuesta del castaño. -Pero vuelvo a preguntar, ¿De que es ese aroma?-
-Hemos preparado un poco de comida con los alimentos que tenias- Dijo con tranquilidad, pero Issei frunció el ceño, algo que fue notado por la pelirroja. -Claro, hemos tenido en cuenta de solo preparar lo suficiente para cada persona-
Issei al escuchar eso, solo soltó un suspiro de frustración, luego se acerco a la mesa y dejo su P90 en la mesa.
-Shinra-senpai, deja aquí mi arma- Dijo asustando levemente a la pelinegra, quien no espero ser llamada de repente.
-Ok Hyōdō-kun- Rápidamente dejo la AK en la mesa.
-Y tu Genshirō- Llamo al rubio cenizo. -puedes tener por el momento mi cuchillo, y cuídalo con tu vida ya que será la única cosa que te protegerá-
El rubio asintió varias veces al escuchar la declaración del castaño, luego se dirigió a la puerta.
-Ya vuelvo, buscare las llaves de los departamentos de los pisos superiores, donde se hospedaran- Con ese comentario salió de su departamento, no sin antes tomar nuevamente su P90.
Una vez fuera, soltó un suspiro de cansancio.
"No creo poder aguantar el convivir con muchas personas". Pensó con frustración.
Sacudió su cabeza, y empezó a descender al primer piso.
<Mientras Tanto: En el Departamento>
-Lavense las manos, que ya estoy sirviendo la cena- Dijo Rias desde la cocina.
Todos hicieron caso, y fueron a lavarse las manos.
-¿Y donde nos sentaremos?- Pregunto Saji luego de regresar del baño.
-Los que no entran en la mesa y los sillones, o esperan o se sientan en el suelo- Les comento la pelirroja, quien estaba dejando los platos en la mesa.
Después de varios segundos, los que no tendrían asiento decidieron esperar a que los demás acaben para comer.
Y así paso el tiempo, una hora y media para ser precisos.
Todos ya habían terminado de comer y lavaron los platos que usaron, pero el castaño no había regresado aún.
-La comida de Hyōdō-kun ya se enfrió pero él aún no ha regresado- Comentó Sona mientras veía el plato servido en la mesa, el cual estaba tapado.
-Sea lo que sea que esté haciendo, debe tomarle mucho tiempo- Dio una posible respuesta la vicepresidenta.
-Tienes razón- Y sin más que decir, cerró ese tema.
Luego estuvieron hablando y trataron de comunicarse con sus familiares, algunos pudieron comunicarse con ellos, mientras otros no tuvieron la misma suerte.
Si bien era porque el otro usuario estaba fuera de servicio o porque simplemente no contestaban.
No dejaba de causarles preocupación el no saber cómo estaban.
Y en un punto de la conversación, llegaron al tema de Kiyome.
Kiyome tuvo que contarles nuevamente a los que no sabían, sin evitar derramar lágrimas al recordar ese evento tan traumático.
Y sin que se dieran cuenta, Kiyome se había quedado dormida.
-Diodora siempre fue un bastardo, pero nunca pensé que llegaría a hacer algo como esto- Dijo con enojó la pelirroja.
-Lo se, yo también quedé impactada cuando Abe-san nos lo contó- Dijo con algo de tristeza la pelinegra Sitri.
-Pero hay algo que me tiene intrigada, ¿Que pasó con Diodora?- Quien hizo esa pregunta fue Tsubaki.
-Lo sabremos cuando Hyōdō-kun regresé- Comentó Rias, para que inmediatamente después llegará el castaño.
Él solo entró y dejó su arma en la mesa, junto a un llavero con muchas llaves.
-El edificio está completamente despejado, aquí están las llaves para que puedan elegir los departamentos en los que se van a quedar- Señaló el llavero que habia traído. -Pueden andar por el edificio, excepto el primero, nadie puede revisar ese piso-
-Pero ¿Por qué no pod-?- Saji fue interrumpido abruptamente.
-Dije que nadie va a revisar ese piso, y es una orden- Saji solo asintió varías veces, ya que el castaño le había dado una mirada escalofriante.
-Bien... Una vez dicho esto, ya pueden salir de aquí y elegir donde dormirán- Dijo para tomar las llaves y dárselas a Kiba.
-Kiyome-san está dormida, ¿Como haremos con ella?- Pregunto Rias.
-Kiyome se quedara aquí- Fue la simple respuesta de Issei.
Todos empezaron a retirarse del departamento de Issei, pero una castaña con coletas le pregunto algo que le tenía intrigada.
-Disculpa Hyōdō-kun- Llamo al castaño con timidez.
-¿Que pasa Murayama?- Volteo a mirar fijamente a la mencionada.
-Quisiera saber que pasó con Astaroth-senpai- Dijo con nervios y duda.
-¿Quieres saber lo que hice con el bastardo ese?- Dijo con algo de enojó al recordar a la escoria peliverde.
-Si... Si quieres decirlo claro, si no quieres contarlo no hay problema- Dijo moviendo las manos con nerviosismo.
-Lo mate- Dijo con frialdad.
-... ¿Qué?- Abrió los ojos en sorpresa.
-Lo que escuchaste, Mate al bastardo de Diodora- Dijo con mucha frialdad. -Esa escoria de ser humano no debía seguir con vida ni un minuto más-
-Y-ya v-veo, disculpa por preguntar- Sin decir algo más, ella se fue de ahí rápidamente.
Issei solo la vio irse, luego soltó un suspiro y se sentó en el sofá.
Luego miro sus manos, las cuales temblaban levemente.
-Mate a varias personas... Realmente lo hice- Susurro para si mismo.
-No... Lo hiciste para sobrevivir, eran ellos o tú- Trato de convencerse.
Soltó otro suspiró y se recostó en el sofá, mirando al techo.
-Debo de acostumbrarme... Lo tendré que hacer muchas veces sí quiero sobrevivir...- Sus ojos parecían un abismo profundo. -¿Sobrevivir...? ¿Para que sobrevivir...? todas las personas que amó están muertas...-
Empezó a perderse en sus pensamientos.
-Talvez... Solo talvez... Si dejo de luchar, ¿Podré verlos de nuevo?- Pequeñas lágrimas cayeron de sus ojos.
-A-yu-da... po-r fa-vo-r q-qué al-guien m-e a-yu-de...-
Issei se levantó y vio que Kiyome era la que decía eso, mientras lágrimas caían de sus ojos cerrados.
-Parece que tiene una pesadilla- la miro unos segundos, luego se acerco a ella y la cargo, para llevarla a acostar a su cama.
Con mucho cuidado la llevo, no quería despertarla.
Y cuando la dejo en su cama, ella se había aferrado a su brazo, y se dio cuenta que no lo soltaría en un buen rato.
-Pero ni siquiera he cenado...- Dijo en voz baja.
Issei solo se dio por vencido y se acostó, para que no mucho tiempo después se quedará dormido.
<Mientras tanto>
En uno de los departamentos del quinto piso, se encontraban reunidos todos los chicos.
-... Y ni siquiera vi arrepentimiento en sus ojos- Dijo algo temblorosa. -Él... No va a tener arrepentimiento para matarnos... -
-Cálmate Kaori, no creo que Issei nos haga daño- Trato de calmarla Aika.
-No Aika, tú no entiendes, no lo viste a los ojos como lo hice yo- Murayama estaba alterada. -Ademas... ¿Que clase de persona tendría armas de guerra ¡Guardadas en su cocina!-
-Tienes razón, una persona normal no tendría armas en su hogar en primer lugar- Comento la Sitri. -Pero es gracias a que él no es una persona normal es que estamos a salvo ¿O me equivoco?-
Todos tuvieron que darle la razón a Sona.
-Ademas si él nos quisiera matar, el nos hubiera dejado a nuestra suerte- Después de las palabras de Sona, Murayama se calmó.
-Pero lo más raro es el como habrá conseguido esas armas, acaso se estaba preparando para un tirote... o- En ese momento, Saji se dió cuenta de algo.
Y los demás presentes también pensaron lo mismo, al ver que se quedó callado con lo último que dijo.
-Ahora que lo pienso... Es probable que Hyōdō si haya tenido la intención de hacer un tiroteo-
Nadie dijo nada ante esa loca idea de Saji, ya que con lo que ha sufrido Issei en la Academia, era altamente probable que pueda haber hecho algo así.
-Bueno bueno bueno, ya no pensemos en eso y vayamos a dormir todos- Dijo en voz alta la pelirroja.
Todos asintieron de acuerdo y se fueron a los departamentos que habían elegido.
Y durmieron pensando que mañana será un mejor día... Aunque no sea verdad...
<Al día siguiente>
Issei lentamente habría sus ojos.
Después de unos pocos segundos, ya había abierto sus ojos en su totalidad, aunque seguía acostado pensado en diversas cosas
Pero eso fue interrumpido cuando sintió que alguien dormía a su costado.
Giró su cabeza un poco, y vio a una bella chica castaña durmiendo en total paz.
Con cuidado y tratando de no despertarla, llevo su mano a la mejilla de la chica y la acarició.
Con tranquilidad y en un susurro dijo. -Aunque no puedo perdonarte por traicionarme... Jamás podré odiarte... Kiyome-
Alejó su mano y se levantó con cuidado de no despertar a su acompañante.
Luego posó su vista en el pequeño reloj al costado de su cama y se dio cuenta de que recién era las 6 de la mañana.
Salió de su cuarto y se dirigió a la sala, pero en eso se dio cuenta que en la mesa había un plato de comida tapado.
-Hahhh- soltó un suspiro pesado y cogió el plato para llevarlo al microondas.
Un par de minutos después, ya estaba de nuevo caliente y listo para comer.
Saco el plato del microondas y fue al pequeño comedor.
Coloco el plato en la mesa, tomo asiento y dio la primera probada a la comida.
-¡!- Abrió grande los ojos al darse cuenta de que la comida era deliciosa.
Y sin siquiera darse cuenta... El esbozo una pequeña sonrisa.
Entonces solo comió con tranquilidad, y una vez que terminó lavo el plato.
Una vez hecho eso, se sentó en el sofá y se puso a pensar.
"Va a ser difícil conseguir comida una vez se acabe los suministros que hay en el edificio, salir de aquí va a ser peligroso". Posó su mirada en el arma que no había guardado. "El techo seria un buen lugar para usar mi rifle de precisión pero... Mi rifle está en el sótano de mi casa".
Soltó un suspiro de frustración y se levantó del sofá para salir de su departamento.
"Mierda, debí de guardarlo aquí... Ahora me arrepiento de dejarlo allá". Una vez fuera, empezó a dirigirse hacia la azotea del lugar.
Una vez ahí, contempló diversas columnas de humo en diversas partes de la ciudad.
Incluso se podía escuchar algunos disparos desde la distancia, como también el grito de terror y agonía de las personas.
Issei solo se quedó mirando durante unos 20 minutos, luego decidió regresar a su departamento para sacar todas las armas que tiene disponible.
Bajo hasta el 4to piso con tranquilidad y sin hacer bulla, ya que no quería que los demás lo están fastidiando desde muy temprano.
Una vez en su departamento, se fijó que Kiyome no estuviera despierta y una vez hecho eso, saco todas las armas que tenia escondidas en su departamento, y que al parecer, su número había aumentado.
2 FN P90, 3 AK-47, 1 Remington 870, 2 MP40, 1 AUG A3, 2 Beretta 92FS, 1 Glock 18 y 1 FN Five-seveN.
"Y si también cuento mi Cheytac M-200, serían 14 armas en total... Pero no son suficientes". Pensó el castaño.
Ahora el castaño se puso a sacar todas las municiones que tiene, lo cual le tomo 30 minutos en encontrar todo, junto a los cargadores de las armas.
"Definitivamente debo ir por la Cheytac, va a ser de mucha ayuda con su mira telescópica, además que lo compre con un silenciador y su Bípode". Pensó nuevamente el castaño.
Se fijó en la hora, y se dio cuenta que recién iba a ser las 7:30.
Empezó a guardar sus armas, excepto su confiable P90 y una AUG, a las cuales les agrego un silenciador.
También se quedó con las dos Beretta, a las que también les puso silenciador.
Luego descargo la AUG y las Beretta, viendo que sus cargadores estaban vacíos empezó a ponerles balas.
También empezó a poner balas en los cargadores vacíos, en dos para cada una de las armas para ser precisos.
Viendo que aún seguía con el uniforme destrozado de ayer, decidió cambiarse por una ropa más ligera, para que tenga más movimiento.
Antes de ponerse un blazer, se puso su funda sobaquera, donde coloco las Beretta.
Una vez se puso el blazer, fue a buscar una mochila, para poner los cargadores y por si encontraba más suministros en el camino.
Y antes de tomar las armas, se puso a pensar. "Si llevo dos armas, no voy a poder traer la Cheytac". Así que después pensar en cual de las dos armas iba a llevar, se decidió por su fiel P90.
La AUG solo lo dejo en la mesa, junto a los cargadores vacíos, ya que decidió llevarse las balas en la mochila.
Una vez listo, agarro sus cuchillos y sus fundas, las cuales puso en su cintura.
Y sin tratar de hacer ruido, salió de su departamento para posteriormente salir del edificio.
"Mi casa está a unos 20 minutos de aquí, si no hay ningún contratiempo, estaré aquí en aproximadamente una hora". Hizo su cálculo de cuánto iba a tardar.
Tratando de no hacer ruido para no llamar la atención de los no deseados, Issei camino apuntando con su P90.
Ahora que todo estaba iluminado, podía ver con claridad el desastre que habían causados esas cosas.
Sangre regada por todos lados, cadáveres comidos en descomposición y llenos de moscas.
Autos que habían chocado unos con otros, algunos habían chocado con algunas casas y edificios.
Postes de luz derribados y casquillos de balas regados en el suelo.
Sin duda alguna el fin de la humanidad había llegado.
Luego de haber avanzado varias calles, se detuvo antes de doblar a la izquierda, ya que había varios infectados quietos en medio de la calle.
10 de ellos para ser precisos.
"Menos mal que le puse el silenciador".
Pensó para luego apuntar al que estaba más cerca.
Hizo una respiración profunda, para luego apretar el gatillo y dispararle en la cabeza al infectado, el cual simplemente se desplomó, llamando la atención de los demás infectados, los cuales empezaron a acercarse a la fuente del ruido.
"Tuve suerte con ese tiro, no pensé que le iba a dar en la cabeza en el primer tiro". Apuntó al siguiente objetivo, y disparó nuevamente, esta vez eliminó al infectado con tres disparos.
"Dos fuera, quedan 8". Y así continuó disparando, hasta que solo le quedó 5 balas de las 40 que había en el cargador.
Sin perder tiempo empezó a avanzar mientras cambiaba de cargador.
"Ya estoy cerca, solo doblo a la derecha en esa calle y estoy al frente de mi casa". Pensó con tranquilidad.
Avanzó mirando hacia todos los lados, no quería que alguien lo sorprendieran de la nada.
Cuando volteo a la derecha, se percató de que había más infectados en esa calle.
"Bien, solo hay unos 5". Agradeció internamente para empezar a eliminarlos, lo cual no le tomó más que dos minutos.
–solo 10 balas eh, creo que estoy mejorando mi puntería– Dijo en un susurro para continuar su camino hacia su casa.
Ya estando en la entrada, empezó a tocar la puerta, esperaba poder explicar que solo necesitaba sacar algo de su sótano.
Pasaron los minutos y nadie respondió, así que decidió sacar su llave y abrir la puerta.
Cuando entro, todo estaba oscuro y en silencio.
Y eso le pareció sospechoso a Issei, ya que cuando empezó a disparar a los infectados, vio movimiento en una de las ventanas, era como si alguien lo estuviera observando.
Pero si algo le sucedía a los inquilinos, no era problema de él, en silencio decidió ir hacia la puerta al sótano.
Saco la llave de la puerta del sótano y la abrió, luego la guardo y empezó a bajar no sin antes encender el foco para que ilumine el lugar.
Una vez abajo, empezó a mover varias cajas, las cuales ocultaban la maleta dónde estaba guardado su Rifle de Precisión Cheytac M-200.
Unos cuantos minutos después, lo encontró, aunque la maleta del arma estaba empolvado.
Con un trapo que estaba colgado cerca empezó a limpiar la maleta, y una vez finalizó de limpiarla empezó a buscar en una caja en específico, las balas de su rifle.
Lo que solo le tomo un par de minutos, bajo su mochila y en ella puso las 7 cajas de balas .408 Cheytac, y también 5 cargadores de 7 balas de las cuales solo dos estaban llenas.
Una vez los guardo en su mochila, empezó a cargar los cargadores de la P90, además e que puso un puñado de balas en su bolsillo.
Y hecho eso, empezó a subir de nuevo.
Una vez arriba cerro la puerta con llave, y cuando se iba a voltear, su instinto le decía que se moviera asi que simplemente soltó la maleta de su rifle y salto hacia un lado.
Solo para ver cómo un cuchillo se clavaba en la puerta de madera.
Rápidamente volteo hacia la dirección que vino el cuchillo y apuntó con su arma.
–¡¿Quien mierda eres?!– Grito un hombre desde el segundo piso.
–¡Eso debería preguntar yo! ¡Yo soy el dueño de esta casa!– Dijo sin dejar de apuntarlo.
–¿Tú el dueño de esta casa? Jajajaj no me hagas reír mocoso– Se burló el hombre.
–¡¿Dime quién mierda eres tú?! ¡Yo no recuerdo haber alquilado mi casa a un hombre!– Dije perdiendo la paciencia. –¡Respondeme antes que te llene de balas!–
–¡¿Me vas a llenar de balas?! ¡JAJAJAJ! ¡Que buena broma mocoso!– Dijo mientras se reía. –¡Con esa cosa de juguete no asustarias ni a un perro–
Issei se cansó de esperar y disparo tres balas hacia los pies del hombre, quien se sorprendió al ver que era un arma de verdad.
–¿Ahora vas a responder? No tengo todo el día para estar esperando una respuesta– Dijo perdiendo cada vez más la paciencia.
–S-soy Dohnasek, soy el novio de Kalawarner–
–¿Kalawarner?– Pregunto con duda.
–Si, la peliazul a quien alquilaste tu casa– Dijo con nerviosismo.
–¿Kalawarner Amano?– Pregunté nuevamente.
–¡Si! ella, yo soy su novio– Asintió varias veces con la cabeza.
"Algo anda mal aquí, esto me parece muy sospechoso". Pensé mientras lo miraba desconfiado.
–Puedes decir que venga, necesito decirle algo– Dije haciendo que se ponga nervioso.
–Bueno veras... ella está durmiendo ya que... tu sabes... tuvimos una noche muy movida– Dijo con nerviosismo.
–¡!– Todo me parecía muy raro, así que hice una última pregunta. –Ya veo, ¿Y sus hermanas?–
Esto tomo desprevenido al hombre. –¿H-hermanas?–
"Bingo". Pensé e inmediatamente apunte al hombre, que al ver que iba a apretar el gatillo corrió y se metió a la habitación que tenía la puerta abierta.
–¡Maldición!– grite en irá porque no pude darle. –Recuerda, como se llamaban las hermanas de Kalawarner...–
Me puse a pensar unos segundos.
–¡¡Raynare!! ¡¡Mittelt!!– las llame varias veces
Y después de esperar varios minutos, la puerta del ático fue abierta con cautela, de las cuales bajaron las dos chicas a quienes había llamado.
Una de ellas era una pelinegra con ojos violeta con un cuerpo bien desarrollado, que aparentaba tener entre 18 o 20 años, la otra chica que bajo era una niña rubia de ojos azules que aparentaba tener no más de 12.
Ellas dos con lentitud y temor se acercaron a Issei, deteniéndose cuando solo estaban a 4 metros de distancia.
–¿Q-quien eres y como sabes nuestros nombres?– Preguntó con algo de valentía la mayor.
–Soy el dueño de esta casa– Les contesto Issei. –Y se sus nombre por el contrato que hice con su hermana–
–Ahora quiero que me digan que fue lo que pasó– Les pregunto con seriedad.
–Ayer estábamos alistandonos para ir al Cementerio después de haber almorzado, ya que se cumplía un año más del fallecimiento de nuestros padres– Hablo Raynare con un tono triste. –Pero de repente escuchamos un alboroto ahí afuera–
–Como estábamos en el segundo piso nos acercamos a la ventana para poder observar...– Se quedó en silencio unos segundos. –Nos quedamos en shock al ver el desastre y caos que había afuera... y ver como las personas se comían a otras... fue espantoso–
–Mittelt-nee y yo fuimos las primeras en retroceder, Kalawarner-nee-chan se quedo observando unos minutos más, luego se acercó a nosotras y nos dijo que nos esconderiamos en el ático por un tiempo así que empezamos a llevar algunos suministros para estar ahí por algunos días– Se detuvo nuevamente por unos segundos. –Cuando nosotras dos estábamos arriba acomodando los suministros... un fuerte ruido se escuchó en el primer piso... Nee-chan me mandó un mensaje de que no saliéramos por nada del mundo y asi lo hicimos–
–Luego escuchamos a Nee-chan discutir fuertemente con un hombre... luego llegó el ruido de que se rompió algo y todo quedó en silencio... H-hasta... *Snif* H-hasta que-e e-escuchamos a Nee-chan gritar *Snif* llorando de que se detuviera... *Snif* G-grito por horas de que se detuviera, que le dolía... *Snif* H-hasta que dejó de gritar–
Terminó de contar entre lágrimas.
Issei escucho esto en completo silenció, no dijo nada después de que ella terminó su relato.
Simplemente se quedó ahí parado, escuchando como ambas chicas lloraban.
Pero algo dentro de él, ardía con furia... Mucha furia.
Y él no sabía el porque de eso.
Posó su vista en la puerta de la habitación donde se había escondido y resopló.
Antes de siquiera empezar a hacer algo, un pensamiento cruzó por su mente.
"¿Como sabes que no te está engañando". Su cuerpo se tenso ante ese pensamiento, algo que no fue notado por las dos chicas que seguían llorando. "No bajes la guardia idiota... Y no te creas el héroe... ¿Acaso no te enseño algo lo que hiciste en el pasado por hacerte el héroe?"
Su desconfianza por el ser humano empezó a salir lentamente a flote.
"No debes confiar ven nadie... Todos te pueden apuñalar cuando te des la espalda". Issei solo se quedó parado, mirando a las chicas llorar. "Incluso la persona en quien más confías te puede traicionar".
"Como Kiyome... Que te prometió que estarían juntos por siempre... O como tú hermano... Quien murió y te dejo solo". Issei abrió grande los ojos con ese último pensamiento.
Y sin saber porque, él se dio un fuerte golpe en la cara, sorprendiendo a las chicas por esa repentina acción.
Sin decir algo más, Issei simplemente dejo su mochica con las balas de su fusil, no quería que le estorbara, y procedió a ir donde la habitación en la que se metió aquel sujeto.
Una vez frente a esa puerta, agarro su arma con fuerza y golpeó la perilla de la puerta rompiendola, luego pateo la puerta y apuntó hacia adelante solo para ver como el sujeto tenía como escudo y rehen a Kalawarner... Quien estaba en un estado deplorable...
Estaba desnuda y con moretones en todo su cuerpo, un líquido blanco salía de su entrepierna como así también estaba regado por todo su cuerpo, incluso su desarreglado cabello azul tenía ese líquido blanco.
Pero lo que más tristeza daba... Eran sus ojos... Sus ojos estaban rojos de tanto llorar además... De que no tenía ese característico brillo que tenían las personas vivas.
Uno la confundiria con un muerto, pero el leve subir y bajar de su pecho demostraba que aún seguía respirando.
En otras palabras... Ella estaba muerta en vida...
–¡Aléjate bastardo! ¡Aléjate o le cortó el cuello!– Amenazó el sujeto nervioso al ver que el chico lo estaba apuntando. –¡Y juro que lo haré si-!–
–¿Y crees que me importa?– Dijo el castaño con frialdad. –No la conozco a ella ni a sus hermanas, solo sé que les alquilaba mi casa y nada mas–
–¿Crees que me va a importar una persona a la que ni siquiera conozco?– Colocó su dedo en el gatillo, para el terror del sujeto.
–¡¿Acaso eres un monstruo?!– Grito aterrado, mientras el cuchillo en su mano temblaba.
–Si, lo soy– y dicho eso, en un rápido movimiento le disparó en la pierna, causando que suelte a la chica y caiga al suelo.
–¡Maldito bastardo!– Maldijo e insulto mientras se sujetaba la pierna herida.
El castaño simplemente se acercó cambiando su arma por su Beretta, para golpearlo en la cabeza y que este complemente tirado en el suelo.
–¡Espero que te pudras en el infierno!– Grito el hombre.
–Seguramente lo haré, pero todavía falta mucho para que llegue ese día– y sin decir más, le disparó en la cabeza.
El cuerpo de hombre solo que quedó inerte, demostrado que su vida había escapado de su cuerpo.
Issei soltó un suspiro pesado y se acercó a la chica que había caído al suelo y se agachó.
–M-ma-ta-me– Dijo la peliazul con dificultad.
–¡!– Issei levantó una ceja sorprendido. –No, tus hermanas están preocupadas por ti–
–P-por f-favor ha-hazlo– pidió nuevamente.
–¿Que hay de tus hermanas? ¿Acaso no estás pensando en ellas?–
–Y-ya n-no ten-ngo la fu-fuer-za para continuar– algunas lágrimas empezaron a caer de sus ojos rojos y desprovistas de vida.
–S-solo se-re u-una ca-carga par-a e-lla-s– cerró los ojos. –So-solo t-te pi-do-o q-ue la-s cuid-es–
Issei solo la miro por unos segundos, luego suspiro con pesadez y asintió.
–Esta bien... lo hare– Dijo agarrando la cabeza de la chica.
–G-gra-c-cia...–
*Crack*
La chica no termino de hablar... Porque Issei le había roto el cuello.
–No tienes que agradecerme– Dijo con voz monótona.
Luego se levantó con lentitud, cargando el cuerpo de la chica para ponerlo en la cama y cubrirla con la sábana.
Luego volteo a ver el cuerpo de Dohnaseek y se acercó a él, solo para cargarlo y tirarlo por la ventana.
El cual cayó haciendo un ruido seco.
Guardo su Beretta en su funda y agarró con fuerza su P90.
Y sin decir o pensar algo, salió de la habitación para dirigirse con las hermanas menores de Kalawarner.
Fin del capítulo
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