🔥 Guerra 🔥
Día 3: Guerra (1846-1848)
Un zumbido lo había ensordecido. Su cabeza estaba gacha, y el dolor en su corazón (en su dignidad) era mucho peor que el dolor en las heridas, su uniforme militar está manchado de sangre, la mayoría es propia pero, es reacio a buscar ayuda. Es un país, el puede soportar más que eso. Se repite una y otra vez, como si fuera un mantra.
Pasa su mano sobre su rostro, limpiando las gotas de sudor y sangre. Su corazón martillea en sus oídos y deja su cuerpo caer contra uno de los muros queriendo recuperar su respiración, los soldados pasan junto a él, la mayoría no le presta atención. México agradece eso.
No quiere saber lo que pasará después, solo quiere un descanso.
"Mexico" Llama conocida, el moreno no hace más que cerrar los ojos con fuerza "¿Eres tú?"
Su fantasía de tranquilidad se rompe al sentir una mano en su mejilla, el moreno se retuerce como si el toque lo quemara.
"No me toques" Escupe sin siquiera mirar a la nación frente a él.
No necesita verlo, lo ha visto tanto en el campos de batalla que sabe su apariencia de memoria. Sabe que, mientras el rubio porta un uniforme pulcro y carece de heridas en su cuerpo el tiene su ropa manchada de sangre y cortes abiertos.
"Estas herido" Susurra Estados Unidos y México gira los ojos.
Desea gritarle todos los insultos que sabe, saltar encima de el y golpearlo pero, su cuerpo está tan cansado y su mente tan dispersa que apenas piensa con claridad, sus dedos pasan una y otra vez por el relieve del muro, seguro lo está ensuciando de rojo pero a este punto no le importa.
Es el sonido de la risas y vítores son lo que lo hace querer vomitar. Ya no soporta estar ahí, así que camina tan rápido como sus piernas se lo permiten.
"Mexico" Llama Estados Unidos comenzando a caminar tras él "Please wait" Repite, ignorando el llamado de sus propios soldados.
México camina más rápido por los pasillos tratando de ignorar la voz tras él, tratando de ignorar todo lo que pasa; los hombres vestidos de azul que invadian el lugar, las banderas de una nación que no es suya y el olor a polvora en el aire, los gritos de fondo, el dolor de sus heridas.
Siente sus ojos arder por las lágrimas que le ruegan por salir, pero no les dará esa satisfacción, no va a llorar frente a ellos, sus pasos resuenan por el pasillo, no mira a nadie y busca entre todas habitaciones una que esté abierta, que esté vacía y cuando por fin la encuentra entra, cerrando la puerta tras él. El aire que acumulo todo ese tiempo en sus pulmones por fin sale.
Estados Unidos llega solo un segundo después, cuando la madera se impone frente a él, mueve la perilla tratando de entrar sin éxito alguno.
"México, por favor" Dice el rubio.
México niega al otro lado de la puerta, incluso cuando nadie puede verlo, sus piernas tiemblan y se deja caer al frío suelo, había luchado durante el día entero para no venirse abajo pero ahora, lo estaba haciendo, un sollozo escapa de sus labios y sin dudarlo lleva sus manos hacia su boca para callar ese horrible sonido.
Estados Unidos deja de tocar por unos segundos, tratando de adivinar si en verdad escucho ese sollozo.
"Por favor, abre" Rogó el de ojos azules mientras que su voz se quebró ligeramente. Cuando quiso anexar los territorios del Norte no pensó que todo llegaría tan lejos, no creyó que llegarían a la capital y menos pensó que su presidente quisiera anexar todo el país de su vecino."Y-yo no sabía que pasaría esto"
México mordió su labio, aguantando las ganas de gritarle, clavo sus uñas en el suelo hasta que dolieron, su respiración se volvió rápida mientras su corazón latía con cada vez más fuerza y su cuerpo entero no dejaba de temblar.
"Mexico..." Repitió el rubio "Love"
"¡No me llames así!" Grito el moreno, golpeando el suelo con su puño "N-no tienes derecho de llamarme así"
Ni siquiera noto que las lágrimas ya caían por sus rostro cuando dijo esas palabras. Estados Unidos recargo su rostro en la puerta.
"Please let me explain..."
"¡¿Explicarme qué?!" Grito nuevamente, sus cuerdas vocales le dolieron y su garganta ardió "¿Qué quieres ser mi nuevo colonizador?, ¿Qué piensas que solo soy un territorio que puedes tomar?" Pregunto limpiando el rastro de lágrimas de sus mejillas.
"No, of course I don't think so...I really tried, I tried to do something"
"Y supongo que debo agradecerte por eso" Dijo el moreno con desdén "Gracias por no querer matarme"
"No hablo de eso..."
México negó una y otra vez, y abrazo sus piernas contra su pecho. ㅡ"Estados Unidos, si en verdad te importo aunque sea un poco, vete"
"Darling..."
"¡Vete! ¡Lárgate! ¡No quiero volver a verte!"
Hubo un silencio prolongando, donde lo único que se podía escuchar era el ruido de los soldados.
"Ok" Dijo el menor al otro lado de la puerta.
México hundió su rostro entre sus piernas, ignorando los espasmos causados por su llanto, apretando sus uñas contra la palma de su mano, deseaba que nada fuera real, que fuera una pesadilla, que cuando abriera sus ojos todo volvería a ser como antes.
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