× After Life ×
Su corazón cada vez latía más lento, le costaba respirar y sus sentidos se adormecían a cada segundo, su vista era borrosa. Sentía como las lágrimas caían sin parar de su pálido y magullado rostro. Con la poca fuerza que aún le quedaba, se levantó y alzó su pulgar hacia sus amigos, quienes corrían desesperados hacia él.
—Lo l-logré, Infinite no volverá a lastimar a nadie nunca más, ya todo...está bien.— pronunció con dificultad, acto seguido se desplomó sobre el suelo. Su cuerpo ya no resistía mantenerse de pie.
"Pero aún no quiero irme...quiero seguir viviendo, no es justo."
El grito de Amy resonó en su cabeza, podía sentir los brazos de ella y de sus otros dos amigos alrededor de su cuerpo. Quizás intentando detener el sangrado el tiempo suficiente.
—¡La ayuda está en camino, resiste un poco más!—gritó Tails, usando un pañuelo para detener la hemorragia de su pecho.—¡Knuckles, necesitamos que lleguen ahora!
—¡Vienen lo más rápido que pueden!— respondió el equidna alterado, su voz denotaba enojo y profunda tristeza— Sonic, escúchame...vas a estar bien, solo sigue escuchándome...por favor, no dejes de hacerlo.
El erizo cobalto observa a sus mejores amigos llorar, se siente culpable de ser el causante de ese llanto tan doloroso. No le gusta ver a las personas que más ama sufrir, si es el momento de morir... al menos quiere verlos sonreír por última vez.
—Entendido comandante.— habló lo más alto que podía, con una sonrisa genuina en el rostro.—Aún tenemos que celebrar nuestra victoria.
Los tres chicos le devolvieron la sonrisa sin dejar de llorar. Incluso en la situación más horrible que alguien podría imaginar, Sonic The Hedgehog lograba transmitirles seguridad. Los hacía creer que todo estaría bien, que la pesadilla pronto acabaría...aunque con cada segundo que pasaba la esperanza desaparecía.
¿De verdad ese era el final del famoso héroe azul?
—No mueras, no puedes irte...no puedes dejarnos, por favor.— suplicaba la pelirrosa, que trataba de darle calor con sus brazos sin moverlo demasiado— No me dejes, no ahora que ya podemos ser felices.
Las palabras de su novia dolían más que las heridas que cubrían todo su cuerpo. La vida era demasiado injusta, al fin comprendía aquella frase a la perfección. Hace poco se habían convertido en pareja, luego de mucho tiempo pudo darse cuenta de los sentimientos que tenía por la eriza rosa, Amy lo había esperado por tanto tiempo... y ahora él iba a dejarla para siempre.
—Lamento hacerles esto...—hablar ahora se le dificultaba más, abrir la boca era doloroso—Son las personas que más quiero en el mundo, no estén tristes...yo no me iré, a donde sea que vayan...yo estaré ahí. Quiero que sigan con su vida, que sean muy felices el resto de sus días.
—¡Por supuesto que estarás con nosotros, están a solo cinco minutos de llegar!— exclamó el equidna tomando la mano del erizo cobalto, al igual que Tails.
—No tienen idea de cuantas cosas quiero decirles, pero...me duele como el infierno.
—¡YA NO TE ESFUERCES, LA AYUDA LLEGARÁ Y ESTARÁS BIEN!—vociferó la eriza rosa, aferrándose a él con más fuerza.
Tails solo lloraba, al parecer fue el primero en resignarse. Sabía que la posibilidad de que su mejor amigo sobreviviera era demasiado baja. Sonic moriría y él quizás nunca podría superarlo.
—¡Prometiste que estaríamos juntos!— reclamó la ojiverde, no al erizo sino al cruel destino.— No me hagas esto.
—Amy, lo siento...nunca pude decírtelo apropiadamente, pero... te amo, te amo mucho.
La eriza acarició las púas de su amado, este cerraba los ojos cada vez más. Todos sabían lo que seguía, pero no por eso era menos doloroso.
—Te amo.— respondió ella con resignación— Siempre te he amado, y siempre te amaré.
—¿Me amarás cuando mi corazón se detenga?— cuestionó cerrando los ojos completamente, ella abrazaba el cuerpo del erizo tratando así de que no se fuera.
—Por supuesto, tanto que te encontraré en la otra vida.— prometió con sinceridad.
Con el alma destrozada, Amy Rose besa la frente del chico que amó toda su vida. Sonic sonrió por última vez y se dejó llevar por el óscuro velo de la muerte. El último suspiro de vida del héroe se escuchó, y entonces lo supieron.
Ya no había nada más que hacer, el mal se había ido...pero se llevó a Sonic con él.
-Un año después-
Amy Rose estaba parada en el puente, sus pies firmemente plantados en la madera y sus ojos pegados al agua que fluía debajo. Ella, Knuckles y Tails acababan de regresar a la ciudad esa tarde, los tres habían recorrido diferentes lugares ayudando a las personas de distintas partes del mundo, además de que la resistencia cada vez se hacía más reconocida a nivel mundial. Algo que había deseado desde hace mucho tiempo, debería sentirse feliz...¿verdad?
La eriza observó su reflejo ondulante, no parecía contenta. No había una sonrisa brillante, ni alegría en sus ojos al recordar todo lo que había pasado en esa ciudad, especialmente, en ese preciso lugar.
Ese lugar, justo donde estaba parada, había cambiado mucho desde la última vez que estuvo ahí. Ahora habían conmemorativos y muchas cartas que las personas colgaban con cintas o candados. Ahí era donde los cuatro se reunían de vez en cuando para salir a divertirse. Donde Sonic y ella tuvieron su primer beso. Donde el Team Sonic acordó encontrarse cuando la batalla contra Infinite terminara.
Donde Sonic había perdido la vida.
Las emociones que sintió al estar en el puente fueron contradictorias; pero un sentimiento seguía siendo el más destacado. Dolor. Pérdida. Ese dolor innegable e interminable en su pecho. Lágrimas amenazando con salir, parecía que le estuvieran clavando un puñal en el estómago. Sentía que si lloraba nunca iba a detenerse. Amy había extrañado a muchas personas en su vida. Extraba a sus padres, a algunos de sus amigos que se iban lejos por meses. Extrañaba a la persona que solía ser. Pero nada, absolutamente nada, podría equivaler al dolor que sintió cuando su mente recordaba a Sonic y la cruel realidad de que nunca lo volvería a ver.
Especialmente en esta fecha, su tipo de aniversario. Trece años atrás (en ese entonces ella tenía cinco años), Sonic la había salvado por primera vez. Había luchado contra el malvado Metal Sonic y logró liberarla.
Ella no lo sabía en ese momento, pero ese había sido solo el comienzo de su viaje. Él siempre sería su héroe. Su salvador.
Su primer amor.
Amy se secó las lágrimas y miró la carta que sostenía en su mano. Aquella que Sonic le había escrito, y que nunca pudo entregársela. Fue Tails el que, días después de la muerte del erizo, pensó que debería dársela.
Suspirando, ella finalmente se llenó de valor para abrir el sobre.
Lo había leído muchas veces, tal vez miles de veces. Su última carta a ella. La escribió el mismo día que Eggman amenazó con iniciar una nueva guerra.
"Querida Amy", comenzó a leer en voz alta a nadie más que a sí misma. Su voz ya temblaba y cerró los ojos por un momento para estabilizarse.
"Sé que te parecerá extraño que yo esté escribiendo una carta, lo sé, me sorprende hasta a mí. Pero hace días que no me siento bien, he tenido pesadillas frecuentes y un mal presentimiento. Quizás solo es estrés, como ya sabes, Infinite y Eggman quieren iniciar otra guerra. Creo que por primera vez tengo miedo de lo que pueda pasar, no se lo he comentado a nadie porque no quiero alterarlos más de lo que ya están. Además, sé que no debo preocuparme mucho...al final ganaremos y todo saldrá bien, como siempre. Después de todo, tengo conmigo al mejor equipo, ¿no?"
Continuó Amy, sonriendo por lo que su querido erizo azul expresaba en su carta, él realmente había confiado plenamente en su equipo. Knuckles y Tails actualmente estaban esforzándose por cumplir sus metas personales, pero no solo ellos sino que el resto de sus amigos también. Sonic estaría muy feliz al ver todo lo que estaban logrando, estaría muy orgulloso de ellos.
"Ya te confesé que tengo miedo, pero no por eso me rendiré y lo sabes. Solo quiero que sepas que pase lo que pase mañana en el campo de batalla, yo estaré contigo, y haré lo que sea para cuidarte a ti y a los demás.
Sé que no soy el novio más cariñoso del mundo o el más atento, mas eso no me impide quererte de la forma más sincera posible. Creo que después de esto deberíamos irnos de viaje, solo tú y yo...podríamos vivir muchas nuevas aventuras juntos, conocer lugares y personas increíbles. Podrías enseñarme a cocinar como siempre quisiste, aunque desde ahora te digo que soy un caso perdido en eso. También podríamos ir al mar, a mí no me gusta pero sé que tú lo adoras. En fin, solo quisiera pasar más tiempo contigo. Espero que aceptes mi propuesta, sé que la resistencia te tiene ocupada y entenderé si dices que no.
En fin, tengo la esperanza de que todo se solucione pronto. No te sientas afligida, mañana todo será mejor, ya lo verás, Amor."
Amy terminó de leer la carta, luego la acercó a su pecho para abrazarla. Al menos así se sentía más cerca de Sonic.
Pero ella nunca más lo abrazaría. Nunca más sentiría sus brazos alrededor de ella. Recordó su último abrazo, minutos antes de que se fuera a pelear contra Infinite. La eriza rosa no había querido dejarlo ir solo, pero él insistió en hacerlo.
A veces ella se preguntaba qué habría pasado si no lo hubiera dejado ir.
Amy dejó que sus lágrimas cayeran libremente, ya no se contuvo mientras lloraba y se aferraba al borde del puente. El cuerpo de agua que estaba abajo también podría estar compuesto por sus lágrimas.
Ella lo quería de regreso más que nada. No necesariamente de forma romántica. Ella lo tomaría de cualquier forma con tal de verlo otra vez. Alma gemela, amigo, hermano. Demonios, ella incluso estaría de acuerdo con que él la odiara. Porque solo lo quería de vuelta.
"El mundo no es tan bueno si Sonic The Hedgehog no está en él."
A veces la líder de la resistencia soñaba despierta sobre cómo sería recuperarlo. Si por algún milagro, pudieran regresarlo a la vida. O tal vez todo había sido un malentendido, y él solo estaba de aventura en algún lugar del mundo, salvando gente y haciendo nuevos amigos. Luego volvería a casa y ella saltaría a sus brazos como cuando era una niña. Le diría una y otra vez cuánto lo había extrañado, y cuánto lo amaba. Y cuando él correspondiera, ella no lo dejaría ir.
Observó el agua, una idea bastante alocada cruzó por su cabeza. Con agilidad se subió a uno de los bordes del puente. La brisa despeinaba ligeramente su cabello, respiró profundo y cerró los ojos mientras estiraba sus abrazos a cada lado.
"Si salto ahora, podré verlo, podré estar con él otra vez...lo encontraré y estaremos juntos en la otra vida, ya nada ni nadie nos separaría nunca más, ya nadie volvería a lastimarnos, ya nada nos impediría ser felices juntos..."
El sonido del comunicador interrumpió sus pensamientos justo antes de que pudiera saltar. Al parecer Cream y los demás la estaban esperando para cenar.
Entonces se dio cuenta de lo que estuvo a punto de hacer, y se asustó. Se bajó del borde aún en shock.
"Quiero que sigan con sus vidas, que sean felices el resto de sus días."
Recordó las palabras del erizo cobalto y se sintió avergonzada de su comportamiento. Sus amigos aún no sanaban sus heridas, y ella con su egoísmo solo quería provocarles más dolor del que ya sentían. Sonic no hubiera permitido eso.
Amy no quería irse. Quería sentarse en este puente, unas horas más y echarlo de menos, o quizás quería quedarse ahí para siempre mientras recordaba los buenos momentos que había pasado a su lado. Extrañarlo la consumía, y sabía que a todos sus amigos también.
Llegó otro mensaje, esta vez de Tails preguntando dónde estaba. Tenía que irse ya.
"Mañana todo será mejor.", susurró Amy, sacudiendo la cabeza. Limpiándose las lágrimas, y con una última mirada al agua, dejó escapar un suspiro tembloroso. "Ya lo verás, Amor."
Nota:
Este Fanfic nació de la idea de un reto que encontré en esos libros de la misma temática. El reto consistía en escribir algo relacionada a alguna canción o poema.
Yo escogí esta porque es una canción súper linda, si gustan pueden escucharla y ver que sí me inspiró para crear la trama de este fic.
Al principio iba a ser Amy la moriría, pero al final me di cuenta que todos usan esa temática así que decidí invertirlo :3 lo dejo como dato curioso nomás porque ya no sabía que más poner.
Espero que les haya gustado este One shot.
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