Capitulum undecim.

La noche fría de Nueva York aquel día era un inconveniente para las personas que viajaban en trenes, buses y demás transporte público, no podían disponer de una calefacción como lo hacían aquellas personas que poseían un automóvil. La señora Hoffman ese día salió tarde del trabajo en aquel viejo restaurante al cual Lily consumía cuando trabajaba en el night club. Aquel abrigo que portaba no le brindaba suficiente calor a su cuerpo, por lo que se apresuró a encaminarse a su hogar.

A unas cuantas calles de la puerta de su casa, la señora Hoffman caminaba con rapidez, ya que hacia unos segundos atrás había sentido que alguien la seguía, la observaba, la acechaba. El miedo invadió su cuerpo y sus nervios se elevaron en toda su anatomía.

—«Señora Hoffman, ayúdeme, por favor»—dijo una voz en casi un susurro. Sin embargo, no era cualquier voz, era una voz que conocía la señora Hoffman.

La vieja damisela se detuvo y volteo a ver hacia todos lados de la calle solitaria.

—«Por favor, necesito ayuda»—volvía a revelar aquella voz.

—¿Lilybeth? ¿Eres tú? —cuestionó con preocupación.

Y después de pronunciar aquellas pasadas palabras; una ráfaga de viento penetro en el lugar donde se encontraba y unos ojos sombríos fue lo último que observo cuando su vista se cerró y la llevó a la oscuridad.

***

"Un cuerpo fue encontrado en el barrio de South Bronx del distrito de Bronx, Nueva York. El cuerpo de la víctima es de la señora Debby Hoffman de sesenta años de edad. La policía ha restringido la escena del crimen que se realizó en el apartamento en donde habitaba la señora Hoffman. Muchos vecinos afirman que se trató de un homicidio inhumano y es por eso que la policía prohíbe fotografías para los medios de comunicación" —informó una periodista en los medios de comunicación.

Niall apagó de inmediato el televisor cuando se percató que estaban transmitiendo la terrible noticia de la muerte de la señora Hoffman y que Lily estaba viendo con tristeza en sus ojos.

-Escena retrospectiva-.

La noche anterior Lily recibió un extraño mensaje de la señora Debby, de inmediato, se percató que algo estaba sucediendo. Se marchó del apartamento sigilosamente sin querer despertar a alguien, no obstante, Niall la sintió partir de la habitación y con rapidez la siguió.

Llegaron a la escena del asesinato; Lily ojeó y le causó estupor ver a la señora Hoffman colgada en la pared de la habitación, sus manos y pies habían sido cortados y su cuerpo estaba sostenido con clavos de acero. Y la forma en como la habían colocado en la pared era lo más retorcido y extraño que había visto Lilybeth en toda su vida; su viejo cuerpo formaba una cruz invertida y solo portaba su ropa interior.

El ojiazul llegó y en cuestión de segundos rodeó el cuerpo de la pelinegra haciendo que está perdiera la visión de lo que estaba observando.

Lily golpeó débilmente el pecho de Niall mientras lágrimas y sollozos invadían su rostro. Sabía que todo fue obra del desquiciado Simon, no dudó ni un solo segundo en que fuese algún psicópata humano. Sabía que aquel ángel caído había derramado sangre inocente solo por simple placer y venganza.

-Fin de escena retrospectiva-.

—Cielo, necesitas comer algo. No has probado ni un solo bocado en casi todo el día—expresó con preocupación Niall.

—No tengo hambre, ya te lo he dicho—estableció.

—Pero no pue...—lo interrumpió Brown.

—Necesito salir de aquí...—reveló y agregó—: a solas.

—Está bien, no te seguiré—se acercó a ella y beso su frente— solo, no hagas ninguna locura ¿de acuerdo?

Lily asintió dudosa; le había mentido a Niall.

"—Iré a buscar a ese maldito bastardo —se dijo para si misma Lilybeth".

***

La pelinegra se encontraba en frente del 55 bar en donde Niall y demás ángeles guardianes se reunían con Simon. No había rastro alguno de la presencia del ángel caído en la ciudad de Nueva York, sin embargo, aquel sitio era el único lugar al cual Brown podría comunicarse con Morgan.

Tras un momento ensimismada, se adentro al bar. Aquel olor a alcohol la hizo recordar al night club; hombres emborrachados perdiendo el equilibrio de su mente y de su cuerpo, con una sed de placer y sexo, observando con morbosidad a cada chica que entraba y salía del lugar. Aquella escena le asqueó y sin más preámbulos se encamino hacia el bartender.

—Disculpa, ¿te puedo hacer una pregunta? —vociferó la chica ya que la música invadía sus palabras.

—Si, claro—respondió amablemente el joven chico.

—¿Hace cuánto trabajas aquí? —inquirió.

—Hace dos años ¿por qué? —reveló dubitativo.

Lily sacó de su bolsillo el teléfono celular y le mostró una fotografía de Simon—¿Este hombre es un cliente frecuente en estar bar? ¿Lo has visto últimamente? —indagó con curiosidad.

—Creo que lo he visto un par de veces —reconoció.

—Si lo ves de nuevo, dile que Lilybeth Brown lo estará esperando —informó y cogió un pequeño papel de su bolsillo en donde había escrito una dirección.

El bartender asintió y Lily se fue del lugar.

***

Lilybeth se encontraba en su viejo apartamento, había guardado las llaves por lo que no forcejó ninguna infraestructura del lugar. Esperanzaba de que Simon llegará ese día, quería causarle dolor, un dolor insoportable del que agonizará. Él le había causado aflicción desde un principio, él era el causante de todas las desgracias que habían sucedido desde que había conocido a su ángel guardián.

De inmediato recordó que Niall no sabía de ella en las últimas horas por lo que se comunicó con él.

«Me quedaré en casa de una compañera de la universidad, me he olvidado de un proyecto que tenía que hacer en pareja, nos vemos por la mañana, mea custos ángelus». Envió el mensaje y bloqueó el teléfono celular rápidamente para evitar ver la respuesta de Niall.

Y de pronto, su piel se erizó cuando vio entrar por el balcón a Simon Morgan. Con una sonrisa que emanaba maldad pura.

—Estabas muy segura cuando te vi entrar al bar. Y ahora solo veo miedo en tu persona —rio con malicia y agregó— ¿a que se debe este llamado tan repentino?

Silencio invadió el lugar durante pocos segundos y Lily por sorpresa tomó a Simon y con su telequinesis lo elevó y lo lanzó a la pared, haciendo que está se quebrará por el impacto.

Formó una sonrisa torcida con sus labios —Al parecer ya controlas tu poder —la miro directamente a los ojos y agregó—: y también ya recibiste el regalo que te hice.

Y antes de pronunciar una palabra la pelinegra, Simon desapareció del apartamento. Brown examinó frenéticamente el lugar y antes de dar un paso hacia el balcón, alguien susurró en su oído.

—¿Crees que me iría sin jugar contigo un rato? —.

El cuerpo de Lilybeth desmayó y segundos después ambos se esfumaron del lugar. 



¿No se esperaban eso verdad? Les dije que se venía drama del bueno, ¡gracias por leer! 

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