Era viernes por la tarde y el restaurante de Jessica se saturaba con clientela por doquier siempre ese día.

Lily era la gerente del increíble "Ristorante barlume di speranza", más sin embargo; no podía dejar de hacer algo y simplemente observar a los empleados, era una chica a la cuál le gustaba hacer bien su trabajo e incluso, poder hacer más de lo que le pedían.

Una pequeña anciana se adentró al restaurante, y Lily se percató de inmediato de quien se trataba; era la mismísima señora Hoffman, la cual siempre la atendía en los almuerzos que tomaba aquellas tardes en aquel viejo restaurante.

Sin pensarlo dos veces, se apresuró a atender a la señora Hoffman.

—Buenas tardes señora Hoffman, ¿Aún me recuerda? —sonrío amablemente.

—Como no recordarte pequeña Lilybeth. La chica que pedía el mismo almuerzo de siempre —bromeó.

Ambas rieron de las pasadas palabras de la señora Hoffman. Lily llevó a la anciana a una pequeña mesa y tomó su pedido. A pesar de la fría actitud que tenía Lily, por alguna razón desconocida, se dio cuenta de que le había tomado cariño a aquella anciana.

Después de unos minutos, le entregó su comida y la señora Hoffman insistió en que conversaran por un momento. Y sin más, Lily acepto tal petición.

***                                                                                                                      

La noche fría de New York había caído finalmente, todos los empleados del restaurante se habían marchado y Lily se encargaba usualmente de cerrarlo. Está no supo nada de Niall en todo el día, él le había dicho de que se encargaría de correr la voz sobre la alianza de cazadores de ángeles caídos.

No obstante, Lily aún no comprendía el extraño comportamiento de Niall, sabía perfectamente que algo le ocultaba y, no se dormiría esa noche sin descubrir aquel secreto.

Llegó con cansancio a casa, saludo rápidamente a Jessica y velozmente entro a su habitación. Y en segundos, del susto pegó un pequeño brinco, ya que Niall se encontraba sentado en la cama y mirándola directamente.

— Joder, ¡Casi me has dado un infarto! —vociferó.

—Quería sorprenderte —sonrío con picardía.

—Querías matarme, mejor dicho —estableció.

Rieron al unísono y luego un silencio incómodo se estableció en toda la habitación. 

—Tenemos de hablar —informó el rubio teñido.

—Lo sé —contestó.

Noches anteriores la curiosidad de Lily la invadió por completo, de saber todo lo que había ocurrido después del trágico día en el que Niall tuvo que ausentarse, por el delito del desquiciado Simon.

Niall le explicó todo; le había confesado que tuvo un encuentro con Dios, y que le perdono por los errores que cometió en la tierra. Que lo había devuelto a la tierra como un ser humano, sin embargo; esa humanidad que traía consigo, no duro por mucho tiempo, pese a que, Simon logro escaparse de Darkland y este había amenazado días anteriores a algunos ángeles guardianes, y les había declarado de que los mortales pagarían el precio de su ausencia. No solamente de su ausencia, sino, de todo el trabajo que había logrado y que los humanos se lo habían arrebatado. Dios nuevamente les dio una misión a Niall; está consistía en salvar a la humanidad de las garras y la ferocidad del ángel caído, Simon. Le devolvió su forma sobrenatural, pero está vez, sus alas eran diferentes.

También le había informado que una vez que la guerra con Simon acabase, Dios le devolvería la humanidad nuevamente.

—Quería contártelo desde el día en que nos reencontramos, pero no quería angustiarte —masculló.

—No hay problema —expresó.

—Ni siquiera quería involucrarte en toda esta locura —se inquietó.

—Estaremos juntos, en las buenas y en las malas, ¿De acuerdo? —tomó la mano de Niall y ejerció presión en ella.

Este asintió y la abrazó con fuerza, y luego le susurró que la protegería por siempre. Y finalmente le dio un beso mórbidamente en la frente.

***

Transcurrió una semana. Niall y Lily usufructuaron esos días para encargarse de reunir a la mayoría de ángeles guardianes que se encontraban en New York. Y tal usufructo, dio respuestas positivas.

Alrededor de cuarenta y cinco ángeles guardianes asistirían. Era sábado por la noche y todos estaban reunidos en una vieja bodega que Niall había descubierto hace un par días. Estaban atemorizados por la presencia de Simon nuevamente en la tierra, no permitirían que sus misiones con sus humanas fuera destruida por el ángel caído.

Niall silenció a todos velozmente y le dio la palabra a Lily.

—Buenas noches tengan todos ustedes, ángeles guardianes. Niall y yo los hemos reunido para crear una alianza con el fin de crear cazadores de ángeles caídos. Como todos sabemos, Simon ha amenazado a la raza humana con el fin de destruirnos —suspiro y agregó —: pero con su ayuda, haremos lo posible y lo imposible para que eso no suceda.

—Grandes conflictos vienen en camino, y no nos dejaremos vencer fácilmente. Por ello, desde hoy en adelante nos fortaleceremos y nos adentraremos con todas nuestras fuerzas a la guerra contra los ángeles caídos —vociferó Niall.

— ¿Quiénes se unirán a esta alianza? —preguntó Lily.

Todos aquellos ángeles guardianes se miraban entre sí, algunos se reían, otros mostraban seriedad ante la situación. Y después de algunos minutos, algunos se marcharon de la reunión, pero, la mayoría se quedó.

La bodega quedó en silencio total y de inmediato; Koury levantó ambas manos, pero estás tenían una forma única. Había entrelazado ambos pulgares y extendió los demás dedos con el fin de formar una especie de alas, y Niall capto con rapidez aquella forma, era como un símbolo que los identificaría.

Niall hizo el mismo símbolo y los demás le siguieron.

Desde ese día, esa alegoría los marcaría...

Ristorante barlume di speranza: Restaurante luz de esperanza.

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