Capitulum octo.


La brillante luna iba acompañando a la noche; y aquellos seres sobrenaturales acompañados de la humana, se encontraban en la vieja bodega en entrenamiento para la guerra futura que les esperaba enfrentar contra los seres malignos de la humanidad.

Mientras Niall se localizaba dentro de la bodega junto con los demás ángeles guardianes; Lily, Alayna y la anciana Kaede estaban a las afueras del lugar.

—Lily, intenta elevarme —anunció la anciana.

La pelinegra asintió y de inmediato intento concentrarse en su próximo movimiento, sin embargo, el empeño fue inútil. Hacía varias horas practicaban el levantamiento del cuerpo de una persona, pero nada daba resultado y eso frustraba a Lily.

—No entiendo, todas las pruebas que me ha puesto las he logrado hacer. Pero esto—suspiro pesadamente y agregó—: no lo sé.

—Descuida, lo logra...—Kaede fue interrumpida por la pelirroja —.

—Tengo una idea, anciana Kaede. ¿Qué le parece si tenemos un pequeño combate con Lil? —Las observó con entusiasmo— ¿No te molesta que te llame Lil, o sí? —.

—No y... no me parece una buena idea, Alayna. Tú tienes más práctica que yo—aclaró Lilybeth.

—De hecho, es la primera buena idea que me brindas Owlford—reveló.

—Anciana Kaede, ¿está segura de esto? —se inquietó Brown.

—Claro que lo está Lil, relájate. No sucederá algo grave —brindó una sonrisa un tanto juguetona.

—Calla Alayna. Y no jovencita Brown, no te preocupes, será algo fácil —le regalo una pequeña sonrisa a la joven mencionada— Owlford, empezarás con pequeñas bolas de fuego que le lanzarás a Lilybeth y tú—señalo a la pelinegra de ojos grises—las detendrás con tu telequinesis ¿entendido? —.

«—Copiado —susurró la pelirroja— ».Lily afirmó su respuesta dubitativamente. Y de pronto, Alayna lanzó bolas de fuego en dirección a la pelinegra; con temor, esta esquivo la mayoría empero una rozo en su brazo derecho.

— ¿Qué estas esperando chica? ¿Qué venga tu ángel guardián a salvarte? —rio sarcásticamente.

—Puedo defenderme yo misma—dictaminó.

—Pues no lo parece. Deberías de estar cogiendo esas bolas con tu poder y devolvérmelas, no obstante, las estás esquivando —exclamó.

— ¡No puedo concentrarme si estas lanzándome fuego a cada segundo! —espetó.

— ¿Y crees que cuando inicie la guerra, ella estará esperando a que te concentres para luego batallar? —Decretó y agregó—: ridículo, eres una cobarde. Necesitas de alguien para poder protegerte.

—No. Soy. Una. Cobarde—y ágilmente una fuerza interior de la anatomía de Lily salió con velocidad y se transportó a las manos de la chica enfurecida—Ni tampoco necesito de alguien que me proteja—gruñó. Su telequinesis logró capturar las bolas de fuego que se aproximaban a ella y, las regresó al lugar de donde provenían.

Alayna quedó anonadada durante unos segundos y de pronto volvió a la realidad que se le presentaba. Esquivó con rapidez el fuego y antes de poder volver a formar las llamas, su cuerpo le impedía moverse.

La pelinegra levantó del suelo a Owlford; y la dejo estático en el aire.

— ¿Y tú te crees la súper poderosa de aquí? —Formó una media sonrisa—no intentes creerte la sabelotodo, Alay —la última palabra la vociferó en un tono sarcástico.

— ¡Paren ya! Esto se está saliendo de control—flaqueó Kaede.

Lilybeth no quitaba la vista de su oponente, quería causarle un poco de dolor.

— ¿Qué está sucediendo aquí? —se estremeció el joven Niall ante la extraña situación que presentaba.

Al escuchar la voz de su amado, su irritación descendió de nivel y rápidamente bajo a su contrincante. Esta cayó al suelo velozmente sin previo aviso.

— ¡Gracias por la bajada, Lil! —chilló.

—Solo estaba practicando mi telequinesis —se defendió y agregó —: nos vemos luego, Niall.

— ¿Qué le sucede? —indagó en un murmullo el castaño a la anciana Kaede.

Mientras Niall intentaba averiguar el pasado suceso, Alayna se encamino hacia la pelinegra que se dirigía a pasos veloces hacia su automóvil.

—Oye, no fue mi intención decirte eso. Ni siquiera sabía lo que estaba diciendo, solo quería hacerte enfadar para que reaccionaras —le colocó una de sus manos en el hombros de la humana para que esta la observara.

—Me quedaron muy claras tus palabras, Alayna. Ahora, si me disculpas, tengo que irme —quitó de su hombro la mano de la chica.

Lilybeth se adentró a su auto y, seguidamente; Niall la siguió.

Alayna sentía una insólita sensación cuando miraba a Niall y Lily juntos, como si de celos se tratase, pero incluso, con solo pensarlo se negaba a siquiera ponerlo en discusión. No le molestaba la presencia de ellos. Más sin embargo, el hecho de que tenían una relación amorosa, en donde ambos se amaban, le causaba enfurecimiento. Ella nunca había adquirido amor de parte de alguien, ni siquiera de su propia familia.

Dejó sus pensamientos a un lado y antes de marcharse del lugar, le informó a la anciana que iría por unos tragos.

***

Había tomado ya cinco vasos de vodka y el alcohol no hacía efecto en ella. Era una semi-bruja y soportaba el alcohol con fortaleza. Unos mundanos se le aproximaron a charlar y la pelirroja no dudo en seguirles la conversación. Minutos pasaron y en aquel lujoso bar, diviso a una figura conocida, después de observarlo con detenimiento, supo de quien se trataba. Sus pupilas se dilataron con solo reconocerlo. Aquella persona salió del bar y Alayna sin pensarlo dos veces fue tras de él.

El misterioso encapuchado se adentró a un callejón, por consiguiente, la chica entro al lugar. Sonidos inusuales procedían y en una negrura se encontraba el contexto. Al coger el teléfono para brindar luz, Owlford fue empujada hacia la áspera pared.

—Y mira a quien tenemos aquí. Chica de fuego dos —bromeó el hombre encapuchado.



¿De quien se tratará el hombre encapuchado? ¿Quien creen que sea?

N/A: He decidido terminar la historia y continuarla con Niall, pero una vez acabada, cambiaré a Niall. El nombre del protagonista siempre empezará con "N" para que no suene tan diferente. 

Gracias por leer. 

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