Prólogo

REINICIAMOS ESTA HISTORIA! ESTOY MUY EMOCIONADA POR ESTO, YA QUE ES EL TERCER LIBRO DE LA SAGA <3 GRACIAS A TODOS LOS QUE LLEGARON AQUÍ.

LOS INVITO A VER EL BOOKTRAILER QUE HICE Y ADEMÁS LES INFORMO QUE ALGUNOS CAPITULOS CONTENDRÁN UNA ADVERTENCIA DEBIDO A QUE SE TOCARÁ TEMAS SENSIBLES.

SIN MÁS. COMENCEMOS!

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ADVERTENCIA +16

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Su cuerpo era una obra de arte bajo los besos y caricias que le eran brindados.

Ella sabía que se merecía lo mejor y siempre lo obtenía, no importaba el precio que tuviera otros tuvieran que pagar para que lo consiguiera. Sus deseos eran órdenes y nadie dudaba dos veces en complacerla.

El momento que vivía era la prueba de ello.

Habían pasado milenios y mientras otros dioses deseaban estar en su cama con frecuencia ninguno la complacía lo suficiente como la persona en ese momento junto a ella.

Desde el primer encuentro las chispas volaron entre ellos, la atracción fue inmediata y las ganas de consumir la pasión que nació a penas se vieron no tuvo que esperar.

Aquel hombre era un amante al que nunca dudo en entregarse desde el primer momento para satisfacer sus deseos carnales, y él claramente no se quejaba, al menos no por algo que no fuera placer.

Su cuerpo se sentía en una nube mientras ambos se enredaban en las sabanas de satén poseyéndose con más fuerza cada segundo.

—Siempre serás mía —gruñó el hombre sobre ella en su oído— Siempre seré el único hombre que te haga sentir esta pasión —le dijo besándola con fuerza y sin dejar de moverse dentro suyo.

—La eternidad es mucho tiempo, disfrutemos el momento —le respondió la mujer aceptando todo lo que su amante le daba.

No había nada que quisiera más que estar en los brazos de Ares...

¿Ares?

La presión en su pecho aumentó y no precisamente por la pasión del momento.

—Mírame —ordenó el hombre y Afrodita obedeció entrando en pánico.

Ares la miraba con una sonrisa satisfecha mientras tomaba todo de ella.

No, no, no. Esto no puede ser real, se dijo la pelirroja parpadeando y una neblina que parecía haber nublado su mente empezaba a disiparse; sin embargo, no podía escapar del sueño.

No de nuevo pensó queriendo llorar, pero no podía.

Ella ya había vivido esa escena y no quería seguir experimentándola; por lo que, con toda la fuerza que tenía se obligó a despertar.

Afrodita se sentó de golpe en su cama mientras lloraba de miedo, frustración y asco sobre ella. La pelirroja no entendía esos sueños sobre todo por lo que a la persona en cuestión casi nunca la había hablado y las pocas veces que lo había hecho se arrepintió al instante.

Las lágrimas no dejaban de bajar por su rostro y como se había hecho costumbre fue a ducharse para quitarse la sensación de culpabilidad haber soñado con Ares.

Dolía. Dolía que soñara eso cuando, y desde que podía recordar, solo había estado enamorada de una persona. Una persona que creía lo había traicionado, que era justo lo que pensaba hacía ultimamente con esos sueños.

***

Afrodita se secó el sudor de su frente antes de tirarse sobre su mueble completamente agotada. Desde que se despertó a causa de su sueño no había podido pegar el ojo y se había dedicado a hacer ejercicio. Se esforzó el doble para sacar todo de su cabeza y solo pudiera concentrarse en lo físico.

Lo había logrado, pero en ese momento todo llegaba de vuelta a ella.

La pelirroja estaba cansada de tener esas pesadillas y no podía recurrir a nadie para buscar ayuda, estaba sola. Bueno, en su mayor parte. Sabía que Hera, Deméter, Poseidón y Dionisio estarían para ella cuando los necesitara, pero no podía ir con ellos a hablar sobre un tema por el cual llevaban años aguantándola.

Él decidió creer lo que quiso, sino confió en ti es su problema no el tuyo le había dicho Poseidón años atrás cuando la encontró llorando por un corazón roto.

Irónico. Llevaba el nombre de la diosa que más corazones había roto según la mitología para que ella terminara con un corazón roto, y no por una persona cualquiera, no, terminó así por el hombre que llevaba puesto el nombre del marido que al cual varias veces esa diosa había puesto los cuernos.

El karma es una desgracia, y lo peor es que estoy pagando un karma que no me toca pensó Afrodita tapándose los ojos con su brazo.

Quería descansar y su cuerpo estaba de acuerdo con ella, pero el destino no. El timbre de su casa sonó frustrando sus planes.

La pelirroja se puso de pie sin dudarlo y fue a atender la puerta preocupada de que fuera Apolo quien estuviera afuera.

Su amigo había estado teniendo unos días difíciles con Artemisa por lo que había ido a ella junto a Hermes, no es que el chico no la visitara. De hecho, aún muy en contra de los deseos de Artemisa se escapaba de vez en cuando para verla y saber cómo estaba, en especial en sus cumpleaños, siempre se aparecía, le daba un pequeño presente y se iba.

A Afrodita le dolía no poder retribuirle esos detalles.

—Gracias, sé que quieres darme esto —le dijo el primer año que pasaban sus cumpleaños separados y cuando ella quiso darle un regalo— Pero no puedo aceptarlo cuando mi hermana aún anda sin entender razones.

Ella había aceptado la palabra del chico y le dolió guardar el obsequio sin abrir, por lo que desde ese día empezó a tratar de tener una mejor relación con la pelinegra.

No fue posible.

Artemisa se volvió más arisca a cada paso si eso era posible, y Afrodita decidió dejar de intentarlo; sin embargo, eso no quería decir que no guardara la esperanza de que las cosas cambiaran algún día por lo que siempre compraba o hacía un regalo para los gemelos.

La pelirroja abrió la puerta sorprendiéndose de la persona al otro lado.

—Estoy segura que no hice nada para molestar esta vez —fue lo primero que dijo viendo a Hera frente a ella.

La rubia rodo los ojos antes de pasar a su casa. Ella nunca necesitaba invitación.

—Hay un dicho que dice cuando el río suena es porque piedras trae —le dijo su amiga yendo directo a su cocina— ¿Entonces qué es eso que estás haciendo para que me moleste? —preguntó y Afrodita frunció el ceño.

—Te dije que no hice nada.

—Lo dijiste apenas me viste, lo que me hace sospechar que hiciste algo —le respondió Hera y Afrodita se quedó pensando en ello.

Maldición pensó. Su amiga siempre hacia eso, te ponía a cuestionar tus propias palabras y caer en su trampa para decirle lo que necesitaba sin necesidad de preguntar.

—No te sofoques, que Apolo te visite nunca ha sido un problema para mí —le dijo la rubia poniendo una taza frente a ella y sirviéndole café mientras preparaba unos sándwiches.

Afrodita ni siquiera iba a preguntar como sabía eso.

—¿Entonces que te trae por aquí? —le preguntó la pelirroja a su amiga.

—¿No puedo venir a visitarte sin ningún motivo oculto?

—Hera... Sé que me quieres —el bufido de su amiga le dijo que le hacía gracia lo que decía— Sin embargo, te conozco y tú nunca haces primera sin segunda, en especial un fin de semana que podrías estar disfrutándolo con Zeus.

Hera se rio— Tienes razón y aunque amo a Zeus, no es el centro de mi mundo.

—¿No?

—No —le respondió con una sonrisa más amplia— Hay cosas más importantes.

—¿Cómo qué? —preguntó Afrodita curiosa y más animada desde que se había levantado.

—Como tú.

—¿Yo? —cuestionó sorprendida la pelirroja.

—Pero no te veas tan sorprendida —le dijo Hera con una risa corta y dándole una mirada ¿Dulce?— Eres importante para mí ¿Lo sabes, verdad?

—Sí... —respondió Afrodita con cautela; es decir, ella sabía que era importante para su amiga, pero de ahí a que Hera se lo dijera, preguntara y encima estuviera sirviéndole un desayuno tardío en su casa era raro.

—¿Entonces me dirás que te tiene tan mal? —le preguntó Hera sin dar más vueltas— Y no quiero mentiras Afrodita.

La pelirroja no respondió, no podía, no quería hacerlo y pasar vergüenza por los sueños que ultimamente la atormentaban.

—Puedes contar conmigo, no te juzgaré —le dijo tomando una de sus manos.

Afrodita suspiro y miro a su amiga.

Muchos juzgaban a Hera por cómo se mostraba ante los demás, fría, inalcanzable, cruel y una persona sin escrúpulos, pero la verdad iba mucho más allá.

Ok, Hera no era la persona más cariñosa del mundo, incluso con Zeus, pero su amiga se preocupaba por cada uno de los de su grupo. Siempre, y no era una exageración, estaba dando un paso delante de ellos para defenderlos sin dudar, se ocupaba de que su vida fuera lo más tranquila posible aún si eso significaba que otros pagaran el precio.

—¿Entonces?

—¿No te detendrás, verdad? —le pregunta con una sonrisa conocedora.

—Puedo detenerme... De seguir preguntándote y averiguarlo por otros medios —esa era una respuesta tan Hera que la hizo reír— ¿Y bien que eliges?

Afrodita negó y se resignó a decirle la verdad— Estoy un poco extraña, tengo sueños que no vienen al caso —le dijo encogiéndose de hombros.

—¿Qué tipo de sueños? —le preguntó su amiga.

—No lo sé —mintió— Pero hacen que me despierte llorando y con una sensación de vacío —le explico una parte de lo que sentía— Creo que tiene que ver con Ares.

—¿Por qué tendría que ver con él?

—Porque...

—¿Te hizo algo? —le preguntó Hera bastante seria.

—¡No! —exclamó Afrodita un poco asustada.

La última vez que alguien la había molestado llegó al instituto golpeado y la única persona que había sabido de eso era la rubia frente a ella— Es solo que... Ya sabes, desde ese día que me llevo al instituto él pensó que yo querría intentar algo con él y...

—Y tú no quieres porque sigues pensando en Hefesto —completó Hera por la pelirroja que asintió.

La rubia la miro con resignación y suspiro— No te diré nada porque si no lo has olvidado en todos estos años menos lo harás ahora —le dijo— Pero con respecto a Ares te prometo que hablaré con él.

—¿Solo hablar?

—Bueno, no puedo mandarlo golpearse a sí mismo —le respondió Hera con una risita.

—¿Sabes que a veces das miedo? —le preguntó Afrodita en broma.

—Es mejor ser temida, que ser cazada —le dijo Hera y aunque la respuesta pareció casual no lo sintió así— Come que hoy iremos de compras, tengo el día libre.

—¿No verás a Zeus?

—Tiene una reunión familiar —le informó la rubia con una mueca y Afrodita asintió.

Eso explicaba mucho, como ya sabía y le dijo a su amiga, Hera nunca hacía nada que no hubiera calculado fríamente.

***

Cuéntenme que les pareció este prologo ¿Se imaginaban algo así? ¿Cuál creen que será el rumbo que tomará la historia? Los leo!

Espero que les haya gustado. Los quiero <3 

Au revoir!!!

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