Capítulo 7

La vida era dura. No, era más que dura, era cruel y como simples humanos solo podíamos adaptarnos y hacer lo mejor lo mejor de ella. Es decir ¿Qué más se supone que se podía hacer? Afrodita pensaba eso y cada vez más, y más, en ese momento de su vida.

Primero empezaba su día pensando que todo iría bien para después chocarse con que el chico que quería estaba bailando con otra como si fueran monos en celo, siguiendo con el acosador loco que se le apareció y que sus amigos no negaron se uniera a ellos por educación.

¿Qué diablos pasaba por su mente?

Y por supuesto no se podía dejar de lado el encontrar a su ex mejor amiga, el chico que la hizo enojar y su nueva amiga con tres matones fuera del bar y como la guinda del pastel, que esta última se quedara con el acosador que llamo a la policía para que ellos salieran del callejón.

La noche que se suponía sería para levantar el ánimo a todos se había ido al diablo más rápido de lo que podía recordar.

¿Lo peor de todo? Es que tendría que rendir explicaciones; ya que, el querido hermano de Zeus tenía prohibido moverse a cualquier lugar sin Deméter ¿Y qué hacían ellos? Como imbéciles olvidaron a la chica en el bar con Dionisio por salir corriendo del callejón del bar como almas que los lleva el diablo, aunque no estaban muy lejos de esa definición.

También estaba el hecho de que por primera vez en su vida había visto a Artemisa confiarle a su hermano, aunque estaba segura que era más por la situación que por el hecho haber querido hacerlo algo que seguramente pagaría luego a pesar de no tener la culpa.

—¿Cuánto más crees que demore? —le preguntó Hermes a la pelirroja que estaba tomando una taza de café para que le baje el mareo de todos los tragos que se había tomado.

—No mucho.

Los tres estaban esperando a Poseidón que había ido a llamar a Deméter que se había quedado en el bar con el teléfono del chico.

La pelirroja sabía que no habría ningún problema con que Deméter guardara silencio, al igual que Dionisio, por lo que solo podía rogar que nadie más se diera cuenta de que se habían separado y abandonado al par.

Por suerte yo cogí mi cartera al pararme pensó mirando su bolso.

Amaba los bolsos.

—¿Quieres...

—No —cortó Afrodita a Apolo intuyendo que quería preguntarle y no. Ella no iba a hablar de lo sucedido en el bar justo en ese momento.

El chico hizo una mueca y antes de que pudiera insistir con el tema Poseidón se unió a ellos entregándole su teléfono a la pelirroja.

—¿Qué dijo? —le preguntó Afrodita al ojiverde.

—Que ruegue que mis hermanos no se enteren de que no estoy con ella hasta que pueda venir con mi teléfono mañana.

—¿Dionisio la llevará de vuelta a su casa?

—Sí.

Bueno, un problema menos pensó.

—Sé que no somos parte de su selecto grupo —dijo Hermes y todos rodaron los ojos ante sus palabras; sin embargo, eso no afecto al chico— Pero para los incultos aquí ¿Por qué tanto lío con Deméter? En lo personal creo que ella podría ir a su casa y entregarte el teléfono después no es como si le debieras algo —comentó mirando a Poseidón que no dudo en responder.

—No es que le deba, es que me voy a comprometer con ella.

—¡¿Qué tú qué?! —cuestionó Apolo mirando a Poseidón como si le hubiera salido una segunda cabeza.

—Que se va a comprometer con Deméter —repitió Afrodita por el chico que hizo una mueca ante la sorpresa de los otros.

—¿Por qué? —preguntó Hermes más escandalizado de lo que cualquiera de ellos estaba por lo que Apolo le dio un golpe en las costillas— No me malentiendan —dijo— ¿Pero no se supone que tú la vez como una hermana? —le preguntó al ojiverde.

—Bueno parece que eso es precisamente el motivo por el que nos quieren comprometer —le respondió.

—Tú tío está loco ¿Por qué haría eso? ¿Tus hermanos no hicieron nada? —le preguntó Apolo.

—No hicieron nada porque el acuerdo de este compromiso lo hicieron Calliope y mi tío.

—¿Por qué?

—Por dinero —respondió molesta Afrodita— ¿Por qué más crees?

Ambos chicos hicieron una mueca y Hermes salió de la cocina a su sala sin decir nada.

¿Y a este que mosca le pico? Se preguntó Afrodita. El lío era con Poseidón y que Hermes se indignara al punto de salirse era estúpido; sin embargo, su pregunta fue respondida cuando el chico regreso rápidamente con dos de las botellas.

—No.

—Sí —la contradijo poniendo las botellas de vodka frente a ellos mientras Apolo iba por vasos aun cuando ella había dicho no— Tú necesitas olvidar la estupidez que hizo Hefesto hoy delante tuyo y tú tus problemas familiares —les dijo señalando a cada uno.

Y ese era Hermes Keller, el chico que iba y te decía todo sin anestesia.

—¿Y ustedes por qué van a tomar? —les preguntó Poseidón a los chico tomando un vaso.

—¿En serio? —le cuestionó no creyéndose que iba a seguirles el juego.

—En serio.

—Yo tomaré por la maldición que cargo —eso lo dijo Apolo, bueno, nadie podía contradecir el peso que cargaba el chico.

—Y yo por un amor imposible —dijo sorprendiendo a todos— Primero sirvo y después cuento.

La petición no se tardó en ser hecha por Poseidón que les sirvió a todos y cada uno de ellos un medio vaso de vodka.

Chismoso pensó, pero no podía negar que ella también quería saber.

—Bien, pues resulta que estoy interesado en alguien —dijo casual antes de tomar un trago y que su mirada se oscureciera— Y ayer cuando me confesé me mando a la friendzone, lo que no fue tan malo hasta que descubrí que esa persona es parte de los escorpiones.

—Ouch —susurró Afrodita mirando al chico que se encogió de hombros terminando la bebida en su vaso.

Apolo no se vio sorprendido por la declaración de Hermes.

Seguro él lo sabía se dijo tomando de su vaso.

Juntos los cuatro empezaron a desahogar todas su penas sirviendo trago tras trago.

—Me alegra que estemos los cuatro —dijo Poseidón de una manera rara mientras los abrazaba.

Se habían movido hacia la sala y en ese momento estaban riéndose como locos de los anécdotas de Hermes cuando era un niño hasta que el ojiverde hablo diciendo aquello.

—Cuatro locos juntos —agrego separándose de ellos— Tú eres la arrastrada de nosotros —le dijo señalándola y Afrodita alzo su vaso en señal de brindis sin importarle en lo más mínimo lo dicho por su amigo, después de todo tenía razón.

— Tú eres el friendzonado del grupo —dijo Poseidón apuntando a Hermes— Tú el desafortunado del grupo —eso fue para Apolo que grito un ¡Ese soy yo!— Y yo que soy el cordero sacrificado de mi familia.

—Estamos mal —dijo Hermes riéndose como loco y cada uno de ellos lo imito.

Quizá tenía razón y estaban locos, pero al menos entre esos tragos y estando juntos eran felices.

***

Afrodita no sabía que pasaba, pero los gritos estaban empezando a darle una jaqueca horrible.

Alto.

¿Gritos? ¿Por qué demonios habría gritos en su casa? Se preguntó hasta que recordó lo que había sucedido la noche anterior.

Se puso de pie lo más rápido y fue al primer piso donde recordaba haber dejado a los chicos. Efectivamente ellos estaban ahí y no estaban solos, Hera y Zeus estaban con ellos gritándole a Poseidón que apenas podía mantener los ojos abiertos.

Demonios.

—¡Poseidón! —gritó Zeus a su hermano que estaba quedándose dormido.

Afrodita tenía que hablar muy seriamente con Hera acerca de entrar a su casa sin permiso. Claro, le había dado una llave para emergencias, pero ultimamente la chica lo utilizaba para lo que quería y cuando quería.

La pelirroja vio a Apolo despertarse por los gritos antes de quejarse— ¿En serio? —les cuestionó— ¿No respetan una resaca? ¿Acaso a ustedes no les molesta cuando les hacen lo mismo?

—Vuélvete a dormir, mocoso, esto no es tu asunto —le ordenó Hera.

—Lo haría si dejarán de gritar, pero gracias a ustedes no puedo —le respondió a la chica que se sorprendió por su respuesta— Los dos son pésimas personas, ni siquiera se preocupan realmente por él —agregó mirando de Zeus a Poseidón antes de ponerse de pie.

Apolo fijo su mirada en Afrodita alzando la mano en señal de reconocimiento antes de salir de su casa.

—Él tiene razón y deben dejar de gritarle, eso no solucionará nada —les dijo a Hera y Zeus.

—No te metas en esto Afrodita. No sabes nada —le señaló el hermano de Poseidón.

—Tienes razón, no sé nada y por qué es eso —les cuestionó— Cierto, porque ustedes —les señaló de manera irónica— Ustedes creen que pueden manipular nuestra vida y no es así.

—Lo hacemos por cuidarlos —gruñó Zeus.

—No necesitamos que nos cuiden, necesitamos que estén ahí para nosotros cuando nos equivoquemos. Nunca quisimos que nos encierren en una bola de cristal lejos de los peligros del mundo —le dijo la pelirroja.

—Afrodita...

—No, Hera. Te quiero, pero esto —dijo señalándolos y a Poseidón— Es demasiado. Iré a prepararle un café para que despierte y por favor no más gritos que me dan dolor de cabeza. Esta es mi casa, respeten lo que les digo porque de lo contrario tendré que pedirles que se vayan —agregó de manera firme antes de irse a su cocina.

La propia cabeza de Afrodita palpitaba por el esfuerzo que estaba haciendo por mantenerse firme y parecer sobria cuando lo único que quería era tirarse de vuelta a su cama. Sin embargo eso no sería posible y menos con sus visitas inesperadas de afuera.

Lo único que falta es que llegué Artemisa y me culpe por la borrachera de su hermano y Hermes se dijo mientras preparaba un café cargado para Poseidón.

Lamentaba lo que pasaba con su amigo, pero en ese momento su sueño estaba en la cima de cualquier cosa o persona y quería tanto a Zeus como Hera fuera de su casa.

***

Yyyyyyyyyyyyyy tenemos un nuevo capítulo bastante intenso debo decir.

Un go little rockstar para estos cuatro amigos y esperemos que encuentren su camino y sigan juntos <3 

Cuentenme que les pareció el cap ¿Se esperaban lo que pasó? Los leo!!!

Espero que les haya gustado no olviden dejar su voto y compartir la historia si fue así.

Gracias por leer. Los quiero!!!

Au revoir!!!


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