Capítulo 19

Cuando Orión se estacionó fuera de su casa, Afrodita demoró en bajar unos minutos mientras miraba su hogar. El lugar donde se había sentido segura y fue su refugio hasta que la secuestraron.

—Ellos no van a volver por ti —le dijo el pelinegro y Afrodita bufó.

—Volvieron por mí una segunda vez ¿Por qué no una tercera? —le cuestionó sin esperanza de tener respuesta o al menos una que no fuera una mentira, después de todo tu secuestrador jamás te dice que vendrá por ti.

—No volverán por ti —aseguró Orion, pero ella no le creía— No vendrán más porque saben que tú irás a nosotros.

—Eso no va a pasar —la pelirroja estaba completamente segura de ello— El que tenga un corazón roto no hará que me vaya de a su lado.

La risita incrédula que soltó Orión le dijo que había mucho más de lo que creía, y quizá lo había, pero ella no quería saberlo, no quería decepcionarse más, por lo que, molesta se bajo del auto e ingresó a su casa; sin embargo, al hacerlo se quedó parada en la entrada mirando el desastre del lugar. 

Caminando con cuidado alrededor tuvo sentimientos encontrados. Por un lado, la pena de ver su hogar en ese estado y por otro la rabia estaba queriendo consumirla por el mismo hecho. 

Las ganas de llorar volvieron a inundarlas, pero se negó a derramar una lágrima más por lo sucedido. Ella era una diosa, una bastante poderosa y se negaba a seguir llorando; no estaba vencida, tenía personas a su lado que no la iban a abandonar y estarían con ella durante todo el camino. No tenía ninguna duda.

Con eso en mente fue a su habitación preparándose para hacer frente a otro desastre; sin embargo, cuando llegó fue todo lo contrario, o al menos no como se lo imagino.

Su habitación estaba casi en orden, sin señal de lucha o cualquier otra cosa.

Hera, nadie más que ella podía haber hecho aquello pensó y corrió hacia su mesita de noche donde había un teléfono inalámbrico.

Marcó el número de su amiga esperando a que contestará, pero no fue así. Por lo que lo intento tres veces más aún con el mismo resultado. 

Afrodita empezó a preocuparse por eso y estuvo a punto de marcarle a Athenea hasta que el teléfono en su mano empezó a sonar.

—¿Aló? —contestó rápidamente.

—¿Afrodita? ¿Eres tú? —la pregunta desesperada en el tono de Hera casi hace sonreir a la pelirroja.

—Sí, soy yo...

—¿Cómo estas? ¿Cómo llegaste a tu casa? ¿Estás bien? ¿Qué pasó? —le preguntó con preocupación y quizá un poco de miedo que escuchó sus preguntas hizo sonreír a Afrodita en toda regla.

No estoy sola, se dijo. No estoy sola, se repitió.

—¿Afrodita? ¿Estas ahí? 

—Sí, sí. Aquí estoy —le respondió— Y sí estoy bien —dentro de lo que cabe— Solo algo cansada.

Escuchó como su amiga discutía con alguien y aunque no podía saber quien era se notaba a leguas que no aguantaba a esa persona por su tono.

—Iré a tu casa ahora.

—No —la negativa salió de su boca antes de que pudiera pensar un buen motivo.

—¿Por qué? ¿Qué pasó?... ¿Qué te dijeron? —le preguntó su amiga y la cautela en su voz al hacer las preguntas le confirmó lo que la bruja le había dicho.

Hera sabía la verdad acerca de ellos, de quienes eran en realidad.

¿Por qué ni confiaste en mí? ¿Por qué? Sabía que su amiga no necesitaría que le especifique el motivo, pero tanto como quería una respuesta también tenía miedo de la misma.

—Estoy bien... Solo quiero un momento a solas —dijo al final.

—Afrodita...

—Puedes venir cuando amanezca —propuso— Estoy cansada, quiero dormir y no pensar en nada más —y por nada se refería a todo.

No quería pensar en que era una diosa, que su vida había sido una mentira, que era vulnerable, que su vida no era la misma, que probablemente iba a perder más que ganar con sus recuerdos  y no menos importante que tenía un corazón roto.

—Puedo ir y...

—Quiero estar sola, Hera —le dijo cortando lo que fuera a decir— Te prometo que no ha cambiado nada, pero ahora quiero estar sola.

—¿Segura?

—Segura.

El silencio se prolongó en la línea hasta que su amiga volvió a hablar.

—Esta bien, pero mañana estaré ahí a primera hora —le advirtió.

—Aquí te espero —le respondió con una risa ligera antes de colgarle sin darle oportunidad a decir algo más.

Afrodita se tiró a su cama y su mirada inmediatamente cayó sobre el atrapa sueños en ella.

Ahora todo tiene sentido pensó acariciando el objeto. Cuando ella hizo los atrapa sueños los hizo cantando "En mi corazón estarás". La canción de Tarzán fue con la que empezó a hacer los atrapa sueños y creía fervientemente que cumplía su misión con lo que se suponía en objeto hacía, pero ahora sabía que era más que eso. Era el poder en su voz, el sentimiento en ello y que le daba a la canción lo que hacía que fuera tan efectivo para ellos logrando protegerlos de los recuerdos que seguramente en algún momento los habían atacado, pero no recordaban o no llegaron si quiera a sentirlos.

Una noche. Una noche en paz dijo en su mente mientras se tapaba con su edredón haciendo lo que le dijo a Hera que haría, descansar.

*** 

Tal y como había pensado Afrodita durmió en paz, sin sueños que la atormentaran con lo que había pasado o con sus recuerdos de su anterior vida; sin embargo, un buen descanso no quitaba el dolor y miedo alojado en su corazón.

Como suelen decir todo se hace realidad con la salida del sol, y la realidad a la que la pelirroja se enfrentaba era dolorosa y trágica.

Era gracioso, el karma no tenía piedad de nadie; ya que, demoraba en llegar, pero al final llegaba a todos. Ellos eran la prueba de eso, ni por ser dioses se salvaban de pagar sus pecados y recibir una cucharada de su propia medicina. Habían causado demasiado daño a lo largo de los años sin ningún remordimiento ¡Ellos inventaron la tragedia de los héroes! Ninguno de ellos en realidad tuvo un verdadero final feliz del que presumir a la historia.

Y nosotros somos los culpables pensó. Quizá era el que fuera humana que la hacía sentirse así, culpable y decepcionada de su antiguo ser.

Un suspiro escapó de sus labios y mirando el reloj en su mesita de noche se dio cuenta de que era casi medio día.

¿Hera no vino? Se cuestionó yendo al primer piso. Su amiga le había dicho que estaría en su casa a primera hora  ¿Y si le había pasado algo? Ya estaba imaginando lo peor cuando llegó a la primera planta y escuchó voces desde su cocina.

Afrodita se tensó un momento al reconocerlas y si era sincera consigo mismo no quería ver a quienes estaban ahí, no estaba lista para enfrentar a todos.

¿Por qué tiemblas? ¡Eres la maldita diosa del amor y la lujuria! ¡Todos caen a tus pies! Le reclamó una parte de su mente mientras que la otra decía ¿Sí? ¿Y eso que nos traído? Solo desgracias.

Me estoy volviendo loca se dijo, me estoy volviendo loca se repitió mientras luchaba consigo misma por moverse de donde estaba.

—¿A quién no quieres ver? —la pregunta a su espalda llegó tensándola aún más— ¿Afrodita?

—Solo...

La chica detrás de ella se coloco delante suyo mirándola con entendimiento ¿Tan obvia era?

—Iré a hablar con ellos —le dijo Athenea, como si la comprendiera a la perfección, yendo a la cocina y dejándola sola. 

Afrodita se puso nerviosa mientras esperaba a que la castaña volviera, pero en su lugar fue Hera quien apareció y en cuanto la vio corrió a abrazarla.

—Estas viva, estas viva —susurró la rubia mientras la apretaba en el abrazo.

—Estoy viva —confirmó Afrodita, no podía decir bien delante de ella cuando no era cierto, pero esperaba que pronto fuera así.

Hera se alejo un poco y la miró con los ojos llorosos, pero sin perder la sonrisa de rostro.

—Perdón por no poder protegerte, yo...

—Tú no eres invencible —le dijo Afrodita a su amiga— Hiciste lo que pudiste.

—Debí haber hecho más.

La pelirroja negó y abrazó de vuelta a su amiga— Tú has hecho más que cualquiera conmigo —le susurró.

Hera había sido sincera con ella diciéndole que no solo la protegía porque la quería sino también porque la necesitaba, y eso Afrodita lo apreciaba. Entendía que su amiga hubiera tenido que ocultarle la verdad sobre su origen, y estaba segura que era en lo único que le había mentido.

Un carraspeo llamo la atención de ambas chicas que miraron en dirección al sonido.

—Creí haberles dicho que se fueran —les dijo Hera con un tono molesto.

—Y yo te dije que no me importa lo que digas —le respondió Artemisa que estaba mirándola con incertidumbre— ¿Podemos hablar? —le preguntó antes de que la rubia pudiera decirle algo más y dejándola en piedra.

Artemisa estaba pidiéndole lo que ella le había pedido por tantos años y le fue negado ¿Qué había cambiado? ¿El secuestro? ¿Eso la había hecho pensar distinto? No, lo dudaba y la persona a lado de la pelinegra lo confirmaba.

Hefesto estaba ahí mirándola de la misma manera y con ¿Esperanza? Pero al contrario de ellos, ella ya no confiaba en su palabra, ya no los veía de la misma manera.

—Váyanse de mi casa —les ordenó mirándolos fijamente y sin mostrar cuanto les dolía que estén ahí.

Sus palabras obviamente los sorprendió, ya que, sus rostros se desencajaron por completo ante sus ello.

No se lo esperaban.

—Afrodita...

—Ya les dijo que se fueran —cortó Hera a Hefesto que había empezado a hablar— Háganlo por las buenas o tendremos que hacerlo por las malas.

—No serías capaz —Artemisa ni siquiera dudo al decir aquello.

—Si lo haría, porque estoy harta de que ustedes crean que pueden manejar a Afrodita a su antojo. Ella les pidió miles de oportunidades para que la escucharan y se negaron ahora no tienen derecho a pedir. Así que ustedes eligen, hacemos esto por las buenas o por las malas —amenazó Hera poniéndose delante de Afrodita.

La pelirroja era consciente de cuanto le había molestado a su amiga que siguiera detrás de ellos a pesar de todo, así que sabía que su amenaza iba en serio y no se retractaría de lo que fuera a hacerles.

—Afrodita...

—Váyanse —una sola palabra calló a Artemisa que miro a Athenea como si hubiera perdido la cabeza— Afrodita ha pasado por mucho y lo último que necesita es hacer algo que no quiere.

—Tenemos que hablar —le dijo la pelinegra a la castaña— Es necesario que lo hagamos.

—Era necesario, Artemisa —le corrigió Athenea— Hera tiene razón, ustedes tuvieron su oportunidad y no la supieron aprovechar. 

—Queremos enmendar eso.

—Pero no es el momento. Afrodita ha sido secuestrada.

—¡Mi hermano también! —le gritó la pelinegra a Athenea.

—¿Y por qué no estas con él? —le preguntó Afrodita a Artemisa viendo cómo Athenea se molesto ante el grito de la pelinegra— ¿Por qué estas aquí y no estás con Apolo? 

La hermana de Apolo la miro acorralada sin decir una palabra, por lo que Afrodita empezó a preocuparse.

—¿Él esta bien? —le preguntó a Hera y Athenea pensando que quizá su amigo había sido secuestrado de nuevo como ella.

—Esta bien —le respondió Hera— Solo que Artemisa no puede superar el pasado y terminó alejando a su hermano tal como hicieron contigo —agregó y eso para ella fue como un balde de agua fría.

No, Artemisa no sería capaz de eso pensó; sin embargo, su respuesta a Hera le dijo que se equivocaba a lo grande.

—Tú no sabes nada.

—Yo lo sé todo —le replicó su amiga— Ahora afuera —ordenó.

Artemisa estaba lista para volver a negarse, pero una mano sobre su brazo se lo impidió— Basra, Artemisa. Vámonos, podemos volver después —le dijo Hefesto a la pelinegro, pero mirándola a ella.

Mejor que no pensó Afrodita, ya había acabado con ellos incluso antes de que todo pasará, el saber que ellos eran así de egoístas solo confirmaba su decisión.

Ambos se fueron dejando a la pelirroja sola con Athenea y Hera. Afrodita supo que era momento de poner las cartas sobre la mesa y no podía pensar en dos mejores personas en quiénes confiar que las que estaban frente a ella, bueno quizá en tres más, pero no estaban en ese momento; sin embargo, esperaba que pronto estuvieran junto a ella.

***

Este espacio es para desahogar su frustración con Artemisa y Hefesto.

¿Qué creen que pase ahora?¿Podrá Afrodita continuar o terminará rompiéndose? Aún faltan capítulos para entrar a la recta final, aunque estamos cerca así que todo puede pasar.

Pd: ¿vieron el adelanto, medio así, en tiktok? Sin es así vayan a verlo.

En otras noticias ¡AFRODITA SUPERÓ LAS 500 VISTAS! Me llena de orgullo saber que muchos de ustedes siguen esta saga, por lo que se los agradezco mucho y cada logro es por el apoyo que le brindan al libro.

También quería contarles que estoy a punto de publicar una nueva historia de fantasía, misterio y suspenso, así que si les gusta esa temática pueden pasar por mi perfil y ver el avance (el libro esta con el nombre de COMING SOON)

Espero que les haya gustado el cap. No olviden dejar sus votos, comentarios y compartir para seguir creciendo!!!

Los quiero!!!

Au REVOIR!!!

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