Capítulo 11
—Ella va a estar bien —le dijo Afrodita a Apolo con un suspiro.
Ambos ya estaban dentro de su casa y la pelirroja le había llevado a su amigo una taza de chocolate caliente con un trozo de tiramisú que Athenea le había llevado antes de ir por el chico.
Estaba preocupada, el ánimo de Apolo cada vez decaía aún más con cada momento y no sabía qué hacer para evitarlo.
—Tienes que confiar en tu hermana —agregó recordándole que Artemisa era un duro hueso para roer.
—Mi hermana no debería preocuparse tanto por unas desconocidas —gruñó el chico y Afrodita no podía darle la contra en eso.
Durante años Artemisa había dado todo de sí por su hermano como nadie más lo había hecho, el que corriera por primera vez para ir a ayudar a otras la sorprendía, y también explicaba la molestia de Apolo por ese hecho.
Claro, no sabía exactamente lo que pasaba, pero Athenea le había dicho lo básico y no le gustaba la información que le había dado. Sin embargo, no era momento para expresar lo que sentía y poner a Apolo más tenso de lo que estaba por lo que intento calmarlo de otra manera.
—Sabes que no sería Artemisa sino corre a ayudar a los demás —le recordó Afrodita a Apolo, y el chico resoplo por sus palabras— No estés celoso, tu hermana va a regresar.
—¿Sabes que se va a enfrentar a los escorpiones, verdad? —le preguntó Apolo.
Afrodita retrocedió un poco sorprendida.
No, ella no sabía esa información.
La pelirroja había escuchado hablar de la banda de los escorpiones, supuestamente eran el grupo más peligroso de los días y noches de Nuevo Agrigento, vándalos que tomaban lo que querían cuando querían, incluyendo una vida, pero no eran los únicos. Dionisio le había comentado que se rumoraba de la existencia de otro grupo, uno al que los escorpiones temían y del cual nadie si quiera se atrevía a hablar.
Calma, Afrodita. Calma, no es el momento de alterarse cuando estas a cargo de alguien se dijo dando una respiración lenta. Tenía que pensar en otro enfoque para distraer a Apolo.
—Ella va a regresar ¿Y sabes por qué? —le preguntó cuando una idea llegó a ella aunque no le gustara.
—¿Por qué?
—Porque tu hermana jamás te dejaría conmigo por más de una noche —le respondió con una sonrisa, una de resignación. Estaba por fin aceptando las cosas por lo que son y llegando a un acuerdo con ello.
Mientras más se lo repitiera era mejor.
Apolo se rio por un breve momento antes de cortarse y mirarla—Ella no te odia. Solo está molesta.
—Ella me odia —le respondió la pelirroja segura de cada palabra que decía— Si ella hubiera estado molesta hubiéramos vuelto a hablar después de unos meses, han pasado años —le recordó y las palabras fueron como un baldazo de agua fría para ella, recordando cómo había estancado su vida mientras los demás avanzaban.
—Come y luego vemos una película —le dijo animando a Apolo a comer junto a ella.
La delicia del postre toco el paladar de la pelirroja haciéndola derretirse como la si fuera la primera vez.
Definitivamente Mina tiene unas manos mágicas para los postres pensó.
—¿Tú preparaste el tiramisú? —le preguntó Apolo mientras probaba el postre.
—No —le respondió la pelirroja riéndose— Lo hizo la mamá de Athenea.
—Cocina bastante bien —admitió Apolo— Podría visitar a esa amable señora y animarla a cocinar más —le comentó y la pelirroja negó.
Apolo se veía más como él en esos momentos.
—Solo no la animes a preparar salados —le dijo riéndose— Los dulces son su fuerte, los platos de comida, no tanto.
—Tomaré el riesgo.
Bueno, ella había cumplido dándole la advertencia.
Después de acabar de comer Afrodita puso su cuenta de Netflix y le preguntó a Apolo que le gustaría ver.
—Cualquier cosa por mí está bien —le dijo y Afrodita se giró mirando la diversidad de películas pensando cual podía elegir cuando escucho al chico llamar— Oye, Afrodita...
—¿Si?
—¿Quién es mejor? ¿Damon o Stefan?
La pregunta repentina hizo voltear a Afrodita.
Ok, aquello no era algo que le preguntaran todos los días; sin embargo, ella tenía su respuesta clara.
—Ninguno. Mi favorito es...
—Klaus Mikaelson —dijeron al mismo tiempo y Afrodita sonrió— ¿Si sabes que es un psicópata verdad? —le preguntó Apolo y la pelirroja rodo los ojos.
—¿No lo son todos? —le cuestionó mientras ponía The Vampire Diaries en la pantalla— Sin embargo, admito que los hermanos Salvatore tienen lo suyo.
—Iugh —dijo Apolo lanzándole un cojín.
Afrodita se rio por la actitud del chico, por lo que decidió molestarlo un poco más.
—¡Oye! ¿Si sabes que te he visto más de una vez darle un repaso a los chicos del instituto, verdad? —le preguntó con una sonrisa ladina.
Quizá Apolo aun no saliera con nadie de manera oficial, extraoficial no podría confirmarlo, pero no estaba fuera de los ojos de nadie que a su amigo también le atraían los chicos.
—Sí, pero no puedes decir eso de los Salvatore delante mío. De lo solo imaginarte dándoles un repaso así ¡O sea, no! —exclamó Apolo al final y Afrodita se rio aún más fuerte.
—Mojigato —le dijo la pelirroja— Mejor veamos esto —le propuso poniendo la serie "Los 100".
Por lo poco que sabía era una serie bastante buena y para que netflix le haya dado más de dos temporadas eso quería decir mucho, ya que la mayoría de ellas no veía la luz de una segunda.
—Está bien —aceptó Apolo.
Estaba tan concentrada en la película que olvido el tiempo que llevaba viéndolo quedándose dormida en su sofá, lo que fue un grave error.
La pesadilla que había tenido los últimos días volvió a ella con fuerza haciéndola creer que era la mujer del sueño y disfrutaba de unos toques que no quería.
No. No quiero esto se dijo y con mucha fuerza se obligó a abrir los ojos de manera abrupta asustándose al encontrarse de cara con una mirada que apenas era visible gracias a un pasamontañas.
Diablos.
Cuando el hombre la cargó Afrodita gritó despertando a Apolo que corrió inmediatamente hacia ella; sin embargo, antes de que pudiera hacerlo la pelirroja sintió como la persona que la tenía agarrada la soltaba. Por poco cae de bruces al suelo de no ser por Ares que se acercó a ayudarla
— ¿Estás bien? —le preguntó el chico y Afrodita se alejó de él como si su toque quemara.
—Estoy bien —le respondió evitando su mirada, no quería verlo y menos después del sueño que había tenido.
—¿Estas bien? —le preguntó Ares a Apolo que asintió— Tienen que irse de aquí —les ordenó.
—¿Qué pasa? —preguntó Apolo; sin embargo Ares no tuvo tiempo de responderle cuando cinco hombres enmascarados entraron.
Esto debe ser una maldita broma, pensó Afrodita viendo cómo se acercaban a ellos.
—Cojan a esos dos —dijo señalándola y a Apolo— A él mátenlo.
No tuvo tiempo de pensar, de hecho no pensó en nada y se quedó paralizada. El instinto se hizo cargo así como el de Ares y Apolo.
Ares salto delante de Afrodita y golpeo al tipo que intentaba acercársele, mientras que Apolo empezó a lanzar los adornos que tenía cerca a cualquiera que se le acercara al mismo tiempo que empezaba a acercarse hacia ella.
Uno de los hombres alcanzó a llegar hasta Apolo que peleo de una manera increíble y fue mientras miraba a su amigo defenderse que Afrodita salió de su estupor y se acercó para ayudarlo a sacarle al hombre de encima rompiéndole la cabeza con un cenicero. Sin embargo, aquel apoyo le costó cuando volvieron a cargarla por la espalda tapándole la boca para que evitara gritar.
Afrodita estaba desesperada y sabía que en fuerza no iba a ganar por lo que mordió la mano de su captor logrando que este la suelte.
Imbécil.
Apolo no perdió el tiempo y empujo al idiota contra la pared golpeándole la cabeza y aturdiéndolo.
Afrodita no supo cómo, pero volvieron a cogerla por lo que grito llamando la atención de Apolo que giro en su dirección.
Su amigo se vio desesperado mirando alrededor y por el rabillo del ojo mientras pataleaba Afrodita vio como entraban más hombres,
¿Qué diablos está pasando? Se preguntó asustada, y con la desesperación aumentando a niveles astronómicos cuando el hombre detrás suyo le puso un pañuelo sobre su boca y nariz mareándola.
No, demonios, no. se dijo y peleo todo el camino mientras observa a Ares ser golpeado y a Apolo noqueado. No susurró su mente, pero el cloroformo era demasiado fuerte para luchar contra él y termino durmiéndola.
***
Afrodita se despertó mucho antes de lo que otros habían esperado, y lo sabía porque había escuchado susurros a su alrededor diciendo que estarían durmiendo por unos minutos más; sin embargo, había otra opinión que no estaba de acuerdo con la mayoría, diciendo que ellos eran dioses y eran más fuertes, que no debían subestimarlos.
Genial, me secuestro una pandilla de locos pensó la chica sin moverse.
La pelirroja había tomado un curso de actuación y sabía cómo mantener su pose perfectamente para no levantar sospechas; sin embargo, un quejido a su lado la hizo levantar la cabeza.
Apolo. Apolo estaba junto a ella y se veía perdido. Le dolió a Afrodita ver al chico y no poder hacer nada para liberarlo.
Una risa atrajo la atención de ambos y Afrodita gimió en protesta cuando identifico a Aura salir de las sombras acompañada por un chico pelinegro.
—Tan lindos —dijo Aura acercándose a Apolo— Por fin tengo a los protegidos de Artemisa en mi mano —comentó queriendo acariciar el rosto de Apolo que giro su cara para evitarlo.
¿Los protegidos de Artemisa? Esta mujer debía estar loca para creer eso, al menos si creía que la pelinegra se preocupaba un ápice por ella.
El sonido de una bofetada desesperó a Afrodita viendo como Aura había golpeado a Apolo— Eso es por ofenderme al decir que me acosté con Dionisio.
¿Qué? ¿Acaso no era esa la verdad? Se moría por hablarle a la estúpida y denigrarla, pero con la mordaza en su boca eso era imposible.
—¿Volviste a caer en el mismo error? —le preguntó el pelinegro que estaba alejado de ellos a Aura con un tono que indicaba que no estaba muy feliz sabiendo eso.
Aura miró al chico con una sonrisa sarcástica— ¿Quieres hablar de caer en errores? —le cuestionó mirando de él a Apolo— Eso creí —dijo cuándo el chico no respondió antes de acercarse a Afrodita.
La mirada de la chica era la de una psicópata completa mientras la observa de arriba a abajo sentada en esa silla, atada y amordazada.
—No sabes cuánto me muero por escucharlos gritar de dolor, que sientan en cada uno de sus huesos todo el daño que causaron...
Aura estaba loca. ¡Era ella quien se ponía en su camino a joderlos!
—Pero ustedes son peligrosos para darnos ese placer —les dijo—Sin embargo, nos dieron permiso de divertirnos con ustedes hasta que las cazadoras vengan a rescatarlos.
¿Qué? Afrodita no entendía que demonios pasaba hasta que una palabra se filtró en su cerebro haciéndola reaccionar.
Cazadoras. Artemisa. Ellos esperaban que Artemisa fuera a rescatarlos.
—Alguien vendrá pronto a hacerles compañía, sean educados y disfruten porque nosotros lo haremos —les dijo Aura antes de volver sobre sus pasos y salir de la habitación como si no estuviera haciendo nada grave.
Afrodita espero a que el chico que había estado con Aura se fuera junto a ella; sin embargo, eso no pasó.
Muy por el contrario se quedó ahí observándolos hasta que después de unos minutos, o eso suponía la pelirroja, se acercó a Apolo
—Todo pudo haber sido muy diferente si no hubieras alejado a tu hermana de mí. No estarías pasando por esto y ella no estaría en peligro —le recriminó a su amigo— Grábate bien esto, mocoso, todo lo que pase a tu hermana en esta pelea será únicamente culpa tuya. Tú y solo tú eres el responsable de lo que suceda hoy.
Afrodita quería decirle que estaba loco y que no iba a permitir que le hable así a Apolo, pero no podía.
Son peligrosos para dejarlos hablar, ellos sabían de su don, por eso no le habían quitado la mordaza.
Un chico con la cara pintada de una calavera entró asustando a Afrodita que no salía del estupor de haber descubierto que más personas conocían de su habilidad.
—Ve a ver el show desde la otra sala —le ordenó el recién llegado al chico que estaba frente a Apolo.
¿Qué sala? se preguntó la pelirroja, pero no tuvo tiempo de nada más cuando vio a dos chicas entrar con baldes de agua.
Apolo miró a Afrodita y vio en sus ojos el mismo terror que ella sentía. Ambos tenían miedo, no sabían que pensaban hacer esos desquiciados con ellos.
—Lo bueno de que ustedes sean reencarnaciones es que son lo suficientemente resistentes para divertirnos con su sufrimiento —les dijo el chico antes de que ambas chicas les tiraran el agua y salieran de la habitación justo cuando el chico conectaba dos cables a una batería y se acercaba a Apolo.
No, no, no rogó Afrodita moviéndose en su silla intentando llamar la atención del desquiciado.
—Te diría que esto no va a doler, pero te va a doler —le dijo a su amigo con satisfacción antes poner los cables en su abdomen haciéndolo quejarse y temblar del impacto por la corriente que atravesaba en su cuerpo.
Lagrimas corrieron por el rostro de la pelirroja mientras veía a su amigo ser torturado se esa manera mientras ella solo podía observar.
Tengo que sacarme esta maldita mordaza ¡Tengo que sacarme esta maldita mordaza! pensó y por más que lo intentaba no podía.
La desesperación estaba ganando terreno junto al miedo y su vista empezaba a nublarse de tantas lágrimas.
Un momento dejo de escuchar los quejidos de Apolo y pensó lo peor; sin embargo, una mirada a su amigo le dijo que todavía estaba vivo. Quizá no estaba bien, pero estaba vivo.
Mantente así, por favor, mantente vivo pensó la pelirroja mientras observaba al desquiciado acercarse a ella y conectar los cables a su cuerpo haciéndola retorcerse de dolor.
Cada corriente que atravesaba su cuerpo la hacía desear estar muerta y el solo saber que de hacerlo Apolo recibiría todas las descargas no la dejo vencerse.
Solo esperaba ser lo suficientemente fuerte y resistir hasta que fueran a rescatarlos, porque estaba más que claro que ellos no iban a salir por su propio pie.
***
Llegamos a una de las partes que más dolor me ha causado escribir :c La verdad ni sé por qué lo hice así, pero fue lo que salió.
Recordemos que esto estuvo en Artemisa desde la perspectiva de Apolo, y de ahora en adelante estamos a punto de continuar con la línea de tiempo al terminar el libro anterior. Muchos ya saben que va a llegar y solo puedo decir que esto es solo el inicio de mucho.
Espero que les haya gustado el cap <3 No olviden dejar sus votos, comentarios y compartir para seguir creciendo juntos!!!
Los quiero :3 Au revoir!
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