Capítulo 10

—¿Aty, todo bien? —le preguntó Mina a la castaña que se había quedado callada después de escuchar el nombre de Artemisa— ¿Ella es tu amiga o... 

La mamá de Athenea se quedó en silencio mirándola de reojo.

—La conozco, mamá. Está bien, no hay de que preocuparse —le respondió Athenea— Ya bajamos —agregó con una pequeña sonrisa a su madre que se relajo un poco

Mina asintió aun recelosa, pero de todas maneras se fue dejándolas solas. 

Ambas se miraron y Afrodita no sabía cómo decirle a su amiga que no quería ver a Artemisa, y dudaba mucho que la pelinegra quisiera verla a ella.

—Athenea...

—¿Si?

—No quiero ver a Artemisa —confesó y la castaña la miró con el ceño fruncido.

—¿Te hizo algo? —le preguntó y la pelirroja negó— ¿Entonces?

—No quiero... He decidido que debo seguir adelante con mi vida, dejar de estancarme en el pasado y siendo sincera seguir viéndolos no me ayuda a eso precisamente —le respondió.

No creyó necesario decir a quienes se refería exactamente y lo confirmo cuando Athenea asintió sin hacerle preguntas.

—No te puedo prometer que todo va a mejorar, pero te prometo que siempre podrás contar conmigo. Pase lo que pase —le dijo la castaña y Afrodita podía sentir la sinceridad en esas palabras.

—Gracias —y lo decía de corazón.

Athenea era una persona que había llegado a la vida de todos ellos como una extraña con la que no compartían más relación que por el nombre lo que la ponía a elegir un bando, pero poco a poco tal y como Hermes, Dionisio y a veces Apolo hacían se había acercado a ambos grupos y no dudaba en que pronto fuera una buena amiga de todos.

Quizá ella fuera quien uniera a sus grupos o terminaría por separarlos, pero fuera lo fuera Afrodita aceptaría lo que viniera, ya no lucharía por algo que estaba perdido y obviamente no podía recuperar.

—Vamos, quiero saber que quiere Artemisa —le dijo Athenea y Afrodita sintió siguiéndola con sus cosas.

Dudaba de manera abismal que la pelinegra la quisiera ahí para el momento en que hablara con su amiga.

Cuando Athenea abrió la puerta y vio a la pelinegra lo primero que le preguntó fue—¿Qué haces aquí?

Artemisa no se veía feliz y menos cuando la vio.

—Necesito hablar contigo. A solas —aclaró, y esa fue su señal para irse; sin embargo...

—¿Estás bien? —le preguntó Afrodita por instinto y Artemisa la miro sin responderle.

Mensaje recibido y decisión aún mas clara, debía alejarse.

— Creo que mejor me voy —le dijo a Athenea— Me avisas si necesitas algo. Cuídate.

Afrodita quería que la castaña supiera que podía contar con ella así como ella podía contar con la castaña.

Athenea asintió y se acercó a ella para darle abrazo— No lo pienses demasiado, estarás bien.

—Lo sé, no te preocupes —le respondió en un susurro— Creo que ahora tienes otros problemas que resolver —agregó sin mirar a la pelinegra y salió de la casa de su amiga yéndose a su auto.

Tenía que cumplir su palabra cueste lo que cueste, iba a alejarse de las personas que le hacían daño y construir la armadura que Hera quería.

Hera. Su amiga no estaba pasando por sus mejores momentos y ella no podía hacer nada para cambiarlo, no cuando no sabía con exactitud lo que sucedía.

***

La vida estaba totalmente en su contra.

Justo cuando se propone alejar se Artemisa y Hefesto, Athenea le hace una llamada que va en contra de todo lo que se había propuesto.

—Aló.

—Hola, Aty ¿Paso algo? —le preguntó un poco preocupada, después de todo el aura de Artemisa no le daba indicios de ir a hablar con la castaña de cosas felices— ¿Está todo bien?

—Sí, todo bien —le dijo Athenea antes de soltar— Necesito un favor.

—Claro, dime. Lo que sea —le respondió sin dudar y ese fue su primer error.

— Necesito que Apolo se quede en tu casa esta noche.

—¿Apolo? —cuestionó.

—Sí, a Apolo.

—¿Y Artemisa sabe que me estas pidiendo eso? ¿Está de acuerdo con eso? —le preguntó.

Dudaba seriamente que la pelinegra estuviera de acuerdo con Athenea; es decir, casi se podría decir que odiaba a Afrodita y la única vez que había le confío a su hermano terminaron ebrios.

— Sí, ella está de acuerdo —le respondió la castaña sorprendiéndola.

La pelirroja quería preguntar porque le estaban pidiendo eso, pero no creyó conveniente hacerlo por teléfono. Así que después de acordar que Athenea iría a su casa llevándole un delicioso postre cabe resaltar, Afrodita pensó que era mejor solucionar sus dudas cuando estuvieran frente a frente.

Por eso cuando la puerta de su casa sonó Afrodita prácticamente corrió a abrir.

—¿Estás bien? —le preguntó la castaña viéndola toda nerviosa.

—Estoy bien —le respondió Afrodita permitiéndole pasar— ¿Qué paso? ¿Por qué Apolo se quedara conmigo esta noche? —le preguntó sin perder tiempo.

Tenía demasiada curiosidad.

—Athenea. Dime —insistió cuando la pelirroja ante el silencio de la chica.

—No pasa... Ok, si pasa algo —admitió cuando Afrodita le dio una mira ceñuda— Artemisa tiene un problema y yo no quiero que Apolo se quede solo con su tía.

—¿Por qué?

—Porque es peligroso.

—¿Y sabiendo eso lo quieres dejar conmigo? —le cuestionó.

—Sé que aquí estarán protegidos —le dijo— Y antes de que preguntes cómo, no te lo puedo decir.

Afrodita suspiro frustrada, nunca podía saber nada y eso la estaba molestando un poco, mucho.

—Sé que es confuso, pero necesito que confíes en mí.

—Confío en ti, pero...

—Sin peros, solo confía. Te prometo que más temprano que tarde te explicaré todo.

Afrodita asintió ¿Qué más podía hacer? Después de todo ya había aceptado que Apolo se quedara en su casa.

—Y necesito tu ayuda con algo.

Por supuesto que lo hacía.

—¿Con qué?

—Que hables con la tía de Artemisa y les digas que ambos se quedaran en tu casa.

—Ok —acepto, eso era fácil.

—No quiero que dudes Afrodita, quiero que uses ese don tuyo para que acepte sin peros todo lo que le digas.

La pelirroja miro sorprendida a Athenea ante sus palabras ¿Cómo sabía eso? Nadie lo sabía, no al cien por ciento, además ella no sabía cómo usarlo adrede.

—Yo no sé usarlo.

—Confío en que descubras como, porque tenemos que ir y recogerlos ahora mismo.

Bueno, diablos. No tenía tiempo para nada.

Por favor, que no meta la pata rogó la pelirroja mirando a la castaña resignada.

***

—¿Por qué la trajiste? —le pregunta salió de Artemisa en voz baja hacia Athenea apenas vio a Afrodita.

—Ella será el motivo por el que los dejen salir sin problema —le respondió la castaña ignorando el tono la voz de la pelinegra.

—Yo me puedo encargar —le gruñó.

—Y yo quiero que esto sea fácil y rápido, no hagas problemas —le dijo Athenea antes de girarse a Afrodita— Puedes ir y pedir permiso por ellos —le pidió y ella asintió antes de desaparecer en dirección a la cocina sin mirar a Artemisa.

Dolía que la chica la trata como si no existiera y además de eso hablara de ella con odio.

Afrodita había admitido su error hace años, sabía que había hecho mal y quizás con eso condeno a Artemisa a una vida insatisfactoria, pero era una niña, una niña que quería a su amiga junto a ella y la familia que habían formado.

La pelirroja encontró a la tía de los gemelos preparando la cena.

—Antonella, hola —saludó llamando la atención de la mayor que giro a verla inmediatamente con una sonrisa.

—¡Afrodita! Niña como haz crecido. Cada día te pareces más a tu madre —comento acercándose a ella y abrazándola.

—Gracias —le respondió la pelirroja, aquellas palabras significaban mucho para ella— Pero no me digas niña, no eres tan vieja para que me veas así.

—Cuidar a los gemelos todos estos tiempo me han dado más años de los que tengo —le dijo y Afrodita no se perdió en su voz el resentimiento— En especial desde que entran a esta edad rebelde y quieren hacer lo que se les pega la gana.

—Me imagino...

—Todo sería tan diferente si fueran amigos.

—Lo sé —le dijo como si estuviera esperanzada, bueno, si lo estaba— Y es por eso que quiero pedirte que los dejes ir conmigo hoy —agregó con un tono dulce.

Estaba costándole hacerle creer a su cerebro que podía hacer eso, pero las palabras de Athenea antes de entrar fueron "Solo déjate llevar".

—Haré una pijamada y me gustaría que Artemisa y Apolo estuvieran en ella.

—Pero...

—No creo que haya ningún problema ¿Verdad? Después de todo tú lo acabas de decir, todo sería diferente si fueran mis amigos.

Antonella la miro un poco dudosa, pero al final asintió— Tienes razón.

—No hay ningún problema en que ambos salgan esta noche.

—No hay ningún problema en que ambos salgan esta noche —repitió la tía de los gemelos y Afrodita sonrió.

—Haces lo mejor que puedes Antonella, no te estreses por querer ser perfecta para ellos —le dijo.

—Lo intentaré —le respondió antes de mirar detrás de ella— Oh, Apolo, Afrodita acaba de decirme que irán a su casa esta noche.

—¿Y estás de acuerdo?

—Por supuesto, no tengo ningún problema. Ella es el tipo de persona con la que me gustaría que se junten —le dijo inmediatamente Antonella al chico.

Apolo vio a la pelirroja y aunque sonrió en su dirección supo que el chico no estaba del todo feliz con lo que estaba pasando.

Los tres se dirigieron a la sala donde estaban Artemisa y Athenea bastante animados.

—Bueno, pueden ir, y no olvides avisarme si regresan mañana —le dijo Antonella a Afrodita cuando llegaron junto a las otras chicas—Nos vemos luego querida —se despidió de ella con un beso en la mejilla dejándolos solos.

—Bueno, vámonos —ordenó Athenea haciendo salir a todos de la casa sin decir una palabra.

Apolo estuvo callado durante todo el camino hasta su casa y eso preocupo a Afrodita, ya que, el chico no solía ser así. Por lo que cuando Artemisa se acercó a él se alejó un poco dándoles la privacidad que necesitaban.

Cuando la pelinegra se separó de su gemelo, Afrodita se acercó al chico y lo abrazo por la espalda mientras veían el auto desaparecer ante sus ojos.

No sabía por qué, pero algo dentro suyo le dijo que Apolo no solo sabía lo que iban a hacer ambas chicas, sino que no estaba de acuerdo con ello.

Que todo salga bien pensó Afrodita, podía querer olvidar el pasado y no ver de nuevo a Artemisa permitiéndole que le cause daño, pero eso no significaba que le deseara el mal, eso jamás lo desearía pase lo que pase.

***

¿No les pasa que a veces cuando planean algo el mundo se pone en su contra? Como por ejemplo: hacer dieta xd Okno

Cada vez acercándonos más a la parte más dolorosa de este libro, bueno una de ellas. Creo que después de leer Artemisa ya saben a cual me refiero :c

Espero que les haya gustado el cap <3 No olviden dejar su estrellita, comentario y compartir para seguir creciendo!!! OH! Y respecto a ello, ATHENEA superó los 2k de vistas!!! Estoy muuuuuuuuy feliz T-T Muchas gracias por el apoyo que le están dando a esta saga <3

Y ahora una noticia, creo que mencione antes de que ya había empezado a escribir el 4 libro de la saga y adivinen qué? ¡Ya estoy escribiendo los últimos caaaaaaaaps!!!!!!!!! WIIIIIIIIIII

Emocionada ando xd ¿Adivinarán quien es el olímpico protagonista en el sgte libro? Los leo.

Los quiero!!!!

Au revoir!!!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top