Capítulo 1
Afrodita sabía que había sido una muy, muy, muy mala idea ceder ante Apolo y Hermes, pero cuando los chicos llegaron a su casa hechos una furia, culpando a Artemisa, la pelirroja no tuvo corazón para dejarlos fuera así que los hizo ingresar a su casa para que pudieran desahogarse, en especial al hermano de la pelinegra; sin embargo, horas después, cuando le propusieron ir al bar del pueblo ella o estaba tan convencida.
—Por favor, por favor —pidieron ambos chicos, casi al punto de rogar, lo que le causaba tanto gracia como incomodidad; ya que, lo último que ella quería ese día era salir.
—Por favor, rojita, te juro que nos portaremos bien —engatuso Hermes y Afrodita no necesitaba tener un detector de la verdad para saber que era mentira.
—Está bien —aceptó la pelirroja a pesar de todas sus reservas.
Además sabía que ellos irían con o sin ella y prefería que fuera con ella, por eso era que los tres se encontraban en Dangerous, el único bar discoteca de su humilde pueblo.
Al inicio todo había ido genial.
Habían llegado pasadas las siete de la noche y los tres estuvieron bailando juntos un buen rato; sin embargo, dos horas después todo termino torciéndose y entre tragos Apolo y Hermes terminaron más borrachos de lo que creyó capaz verlos alguna vez.
Ok. Ella también estaba achispada, pero no al punto en el que estaban sus amigos y al que parecía se habían propuesto llevarla.
—Jamás pensé que llegara el día en que viera a la gran Afrodita escondiéndose en un bar —dijo una voz a su espalda sobresaltándola.
—Me asustaste —se quejó la pelirroja viendo al chico que la había asustado con una mano en el pecho.
Dionisio se rio de ella y Afrodita rodo los ojos molesta.
Ella conocía al chico mejor que nadie, aparte de Hera; por lo que, no le sorprendió como actuaba y de hecho no debería haberla sorprendido encontrarlo ahí, pero no había contado en encontrarse con él esa noche.
—¿Entonces de quién te estas escondiendo? —le preguntó Dionisio con una sonrisa ladina.
Afrodita hizo una mueca mientras se relamía los labios dudando si contarle al chico la verdad. Es decir, sabía que Dionisio podía ser un excelente confidente, pero a veces se le soltaba la lengua sin querer.
—¿Afrodita, alguien te está molestando? —preguntó acercándose a ella y la pelirroja negó— ¿Entonces qué pasa?
—Míralo tú mismo —le respondió con un suspiro señalando en dirección a Hermes y Apolo.
Afrodita se asomó solo un poco por el muro que la ocultaba viendo como los chicos tomaban varios shots de pisco de manera seguida como si no les quemara la garganta.
—Peleo con Artemisa —comentó Dionisio como algo de lo que estaba completamente seguro— Sabía que esto pasaría.
—¿Qué quieres decir? —a la pelirroja no le gustaba para nada lo que el chico decía.
—No es la primera vez que Apolo viene con o sin Hermes a querer emborracharse.
Afrodita sintió que el suelo temblaba bajo sus pies ¿En qué demonios estaba pensando el chico para hacer eso? Claro, ella entendía que estuviera molesto con su hermana, pero eso no era excusa para emborracharse.
¿A donde demonios quería llegar Apolo?
—Nunca permití que los bármanes lo dejaran llegar hasta ese punto —agregó.
—Es mi culpa —susurró.
—No...
—Sí, yo los traje. Es mi culpa que estén así.
—Ellos hubieran venido con o sin ti Afrodita —le dijo Dionisio mirándola— Pero te arrastraron con ellos porque te ven como una hermana más que entiende la traición que sienten —agregó sorprendiéndola.
—¿Qué tanto sabes? —le pregunto al chico con cautela.
Afrodita era consciente que Hera sabía todo de todos porque, se podría decir, el pueblo era casi una propiedad de ella; sin embargo, no era la única que tenía esa habilidad por decirlo de alguna manera. Dionisio también era alguien muy bien informado, no había dato que no supiera ya sea por rumor o por fuente confiable, a ese pequeño grupo se sumaba Hermes, Hades, que no importaba que tanto supiera sino era de su interés contarte no lo hacía, y por último estaba Tifón, uno de los motorista que andaba alrededor de todos los problemas junto a los escorpiones, pero sin pertenecer a su grupo.
—Solo diré que Artemisa debe escoger mejor sus amistades —dijo el chico con una mueca— Estaba mejor cuando ambas eran amigas.
—Si bueno, eso es esperanza muerta —le respondió dolida y sin pensarlo— Ella no quiere saber nada de mí, creo que si por ella fuera estaría , muy lejos de este pueblo.
O muerta.
—Tienes que dejarlos atrás, ya has sufrido bastante por ellos —le señaló Dionisio como si no fuera algo que escuchara a diario.
—Apolo y Hermes no tienen la culpa.
—No te dije que los dejaras a ellos atrás, solo a esas dos personas que no han hecho más que herirte con cada desplante —aclaró el chico y el orgullo de Afrodita se picó ante esas palabras.
¿Pero acaso no tenía razón? Ella había soportado más de ellos de lo que había aguantado a nadie, de hecho no tenía que aguantar a nadie. Siempre conseguía lo que quería, ya sea por sus propios medios o influenciando a otros.
—Llama a alguien que te ayude con ese par —le aconsejó Dionisio— Son pasada las diez de la noche y no quiero a Artemisa causando estragos porque su hermano no le responde por su culpa —dijo antes de dejarla sola y dirigirse a la barra.
La pelirroja pensó en lo que su amigo le había dicho ¿Pero a quién podía llamar? ¿Hera? Fuera de cuestión, si la llamaba y veía a los chicos así cerraría el negocio familiar de Dionisio por haberlos dejado llegar a ese punto.
Y la gente piensa que ella no se preocupa por ese par, incluido ese par.
Podía llamar a Poseidón que era un buen cómplice en crimen, pero el chico estaba en más problemas con su familia que no quería sumar uno más. Lo que también eliminaba su tercera opción, Deméter, la chica estaba enredada en ese problema más que cualquiera.
¿A quien llamó? Se preguntó repasando a posibles candidatos hasta que el nombre de una persona resonó en su cabeza.
Afrodita dudaba que la chica estuviera feliz de correr a ellos, pero no perdía nada intentándolo.
Casi al tercer tono después de haber marcado cuelga la llamada; sin embargo, la persona al otro lado respondió antes de que pudiera hacerlo.
—¿Y ese milagro? —preguntó la chica al otro lado con un tono obviamente curioso y divertido.
Afrodita no respondió al instante lo que obviamente preocupo a la persona que había llamado— ¿Afrodita todo está bien?
—Necesito un favor —pidió la pelirroja preparándose para explicar que era ese favor.
—¿Qué necesitas? —le preguntó Athenea y por el ruido al otro lado de la línea supo estaba preparándose para lo que sea.
—Necesito que vengas a Dangerous —le respondió.
—En camino —dijo la castaña antes de colgarle el teléfono.
Afrodita respiro un poco más tranquila sabiendo que la ayuda iba hacia ellos.
Ojala no me mate cuando vea el desastre de ese par pensó mirando a Hermes y Apolo.
***
Athenea estaba molesta, o incomoda, lo que fuera primero que reflejara su rostro mientras conducían a casa de Apolo.
—Cuando me pediste ayuda pensé que algo grave había pasado —le dijo la chica con un tono plano— Encontrar a ese par borracho y llevarlos a su casa no era precisamente una situación que me pudiera imaginar.
—Perdón... Es que no sabía a quién más recurrir.
—¿No sabías o no podías recurrir a alguien más? —preguntó la castaña con una mirada sabelotodo.
—Ok. No podía recurrir a nadie más —admitió.
Para su sorpresa Athenea se rio mientras negaba— La vida es un completo karma —dijo la castaña.
—¿Qué quieres decir? —le preguntó Afrodita.
—Yo me entiendo —le respondió la chica confundiendo a Afrodita mientras estacionaba el auto— ¿Esta es su casa?
—Sí... —susurró la pelirroja mirando el humilde hogar de dos pisos que años atrás había visitado con frecuencia.
Athenea miró la casa como si fuera un misterio por resolver o tuviera secretos que ella quería desenterrar.
—Llevaré a Apolo —dijo la castaña y salió del auto para abrir la puerta donde estaban Apolo y Hermes noqueados— Hey, levántate —ordenó al chico dándole palmaditas en la cara por las que empezó a quejarse— Vamos arriba —dijo jalándolo hacia fuera del auto casi sin piedad.
Afrodita sentía un poco de pena por el chico, ella sabía lo que era una borrachera de ese nivel. No se sentía orgullosa, pero sabía lo que se sentía. Además de que a Artemisa no le iba a gustar que su hermano estuviera así para nada.
Athenea llevó a Apolo a su casa y no tardaron mucho en abrir la puerta y atenderla tomando al chico.
La pelirroja vio brevemente a Artemisa mientras llevaba a Apolo dentro y se preguntó, no por primera vez, si volverían a compartir momentos como los de antes de que su amistar se fuera por un caño.
Ella había luchado duro por recuperar su amistad; sin embargo, nada pareció ser suficiente, por el contrario parecía que la alejaba aún más si eso era posible, en especial por estar con Hera.
Claro, estar en su grupo no fue más que una última opción.
Artemisa y Hefesto la habían exiliado de su lado y la rubia estuvo ahí para ella siempre dejándole abierta la opción de estar en su grupo.
Quizá la villana de la historia de la mayoría de ellos fue Hera, pero para Afrodita, aunque no los consideraba así, fueron Artemisa y Hefesto, su antigua mejor amiga y el único chico que amo, y seguía amando.
El dolor en su pecho creció junto con el resentimiento mientras recordaba cada vez que ambos chicos estaban juntos sonriendo, pasando por lado suyo, ignorándola y a veces mirándola como si fuera una vil cucaracha.
Es por eso que debes evitar el alcohol se dijo. Esa bebida siempre sacaba lo peor de ella, o le hacía ver las cosas como eran y no quería que fuera.
—¿A dónde fuiste? —preguntó Athenea entrando al auto.
—¿Qué quieres decir?
—Parecía que tenías la mente en las nubes —comentó mirándola con compasión.
Athenea sabía, o sospechaba, de lo que pensaba estaba casi segura de ello, pero Afrodita no tenía ánimos de conversar acerca de ello.
—Vamos a dejar a Hermes a su casa —le dijo a la castaña evitando mirar en dirección a la casa de Apolo y Artemisa, ya se había causado suficiente dolor con los recuerdos ese día, ver a la pelinegra solo sería una herida más que no quería soportar en ese momento.
***
¡INICIAMOS! Otra vez xd
¿Qué piensan de Dionisio? ¿Cuál creen que se su papel en esta historia? ¿Tendrá uno? Descubrámoslo.
Y ahora sobre el cap, es como un detrás de cámaras de lo que paso en Artemisa la noche que Apolo vio a Orión con su hermana en el instituto y luego desapareció; además del motivo por el cual Athenea estaba con él cuando fue a dejarlo. Como para ubicarnos cronológicamente en la saga y los tiempos desde el cual se desarrolla este libro.
Espero que les haya gustado <3
No olviden dejar su voto, comentario y compartir si fue así ;)
Los quiero!!!
Au revoir!!!
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