OO4
Bañarse era uno de los momentos más importantes para Sana, ya que se relajaba por completo y de una u otra manera se sentía sola en casa porque desde hace un par de semanas no ha dejado de estar acompañada lo cual agradece pero a su vez no puede negar que extraña esos momentos en los que solamente se escuchaba a ella misma o a su corazón.
Ahora su casa está habitada por otra persona que le hace compañía, bastante silenciosa, pero aún así está y se ha vuelto bastante complicada la rutina que mantenía en esos días en donde estuvo en completa soledad.
Un gran ejemplo de eso es que casi siempre estaba en ropa interior, sobre todo en verano porque el calor es bastante horrible e insoportable por lo que tomó la decisión de estar dentro de casa sin casi ropa porque al final nadie las estaría viendo y es bastante cómodo para ella, eso se exterminó y no le echa la culpa a la chica que está trabajando porque no tenían ni la menor idea de que eso estaba pasando en su casa, más bien siente que tuvo que tomar la decisión de decir que no al momento de contratarla.
Ya que ahora sabe la existencia de una persona la cual está complicando de cierta manera su vida, es obvio que está buscando excusas lo suficientemente creíbles y poco sospechosas para poder echarla, cada vez se hace más complicado el verla o saber que está ahí. Su cuerpo reacciona en consecuencia y es bastante complicado, no quiere cometer una locura y decir algo fuera de lugar porque no estaría bien para nada, tiene que ser madura y no caer en la tentación.
De ella depende que eso pase o no pase y considera que es lo más difícil que le ha tocado vivir en toda su vida.
Minas la enseñanza de que a pesar de que en algún momento de la vida consideres que lo que estás viviendo no te gusta probablemente años después comiences a percatarte de que si te hubieras quedado la misma situación no estarías pasando por tantas marañas mentales, hace algunas noches atrás mientras mantenía relaciones sexuales con Momo, algo en ella quiso sacar de la nada a la conversación que no tenía, el tema de la menor.
Pensando que no estaba para nada mal cambiar de opinión si es que Hirai se enojara por lo que hubiera dicho, sacaría la carta de qué estaba demasiado concentrada en otras cosas y su cabeza se volvió loca por un momento.
El tema que quería sacar es ¿Cuál sería el porcentaje de posibilidad para que Myoui se les uniera?
Dentro de todo el placer que está viviendo creía en esa gran fantasía de que de la nada esta iba a aparecer en la habitación y cumpliría con esa extraña filia que está comenzando a comersela por dentro.
Una gran locura que dentro de su cabeza no era para nada loca, estaba casi segura de que iba a salir bien y de hecho sigue pensando en ello.
"Creo que ya me estoy volviendo loca". Cerró los ojos y las luces tenues la relajaron.
Estar dentro de la tina la relajaba, la hacía pensar en muchas cosas y tomar decisiones.
O eso era lo que había pasado por mucho tiempo hasta que esta situación le hizo entender que es más fuerte que cualquier cosa que ella pudiera hacer o pensar, Sana estaba sorprendida porque cerraba los ojos y lo primero que pensaba era la pelinegra y lo sabría y también aparecía de la nada su silueta desnuda que nunca había visto pero se la imaginaba.
Consideraba que estaba en el pico más alto de la locura y desesperación, creía que si seguía en eso podría llegar a estallar y decirle cosas a su esposa que no estaban bien.
¡Fue ella quien dijo que no quería seguir con eso!
Dejó caer los brazos hacia el agua salpicando todo, había intentado quitarse múltiples veces de la cabeza ese pensamiento estando con Momo, no es como que no la complaciera porque sabía absolutamente todo lo que le gustaba pero no le quitaba de la cabeza el hecho de que no estaría mal un último trozo de lo que vivieron antes de casarse.
Se levantó y con la misma se colocó la bata de baño, tal vez tomar algo haría que se relajara así que iría a la cocina a ver qué había.
No pensó en las consecuencias de lo que estaba haciendo hasta que volvió a ver a la japonesa, esta estaba sentada en el sofá viendo hacia el pasillo en el que ella venía como si supiera todo lo que estaba pensando.
El perfume que desprendía hizo que todos sus sentidos se alterara y la miró, no podía apartar la mirada ni siquiera un segundo y su corazón se detuvo como si le acabara de dar un infarto.
"¿Se encuentra bien?". Esa dulce voz cargada de seducción y la manera tan respetuosa es la que le hablaba estaba comenzando a crear un problema más de los que ya tenía.
"Si". Siempre contestando firme.
"Disculpe si le molestó la pregunta solo que está bastante pálida". La miró de arriba hacia abajo y mierda cómo quemaba esa mirada, sentía como si el agua se estuviera vaporizando y el humo saliera de ella, su respiración poco a poco se volvió más profunda y casi inexistente.
Sus pulmones parecían cerrarse cada vez más y a su vez abrirse.
"No me molestó para nada, discúlpame tu a mí solo tengo demasiadas cosas en la cabeza y...". Mina se acercó hacia ella, sin saber que era la principal razón y le tocó la frente. "¿Qué estás haciendo?". Casi escandalizada le preguntó.
"Solo quería comprobar si no tenía fiebre". Le contestó, Minatozaki de pasar a estar pálida ahora se encontraba tan roja que le dolía la cabeza. "¿Si quiere llamo a su esposa?".
"Necesito sentarme". La ayudó y cuando su mano tocó la pequeña desnudez que tenía la muñeca creyó que se iba a desmayar, y el punto final de todo fue la mano firme en su espalda baja.
Sabía que no estaba haciendo nada de eso para provocarla ni mucho menos, se notaba preocupada y eso la hacía sentir un poco mal, y estaba orquestando macabro plan inconscientemente creyendo que todas las personas a su alrededor notaban la atención que habían entre las dos cuando nada que ver que no pudo evitar sentir como si su corazón se rompiera.
"¿Está llorando?". Mina no sabía muy bien qué hacer en esta situación, tenía a su jefa con lágrimas en los ojos y otra vez pálida.
"No". Sacudió la cabeza. "Me falta respirar mejor y ya eso sería todo".
"¿Segura?". Asintió, el toque de la contraria seguía siendo insistente porque no se había alejado de su muñeca y sentía como si se le estuviera pulverizando esa zona, el deseo cada vez se hacía más palpable y poco controlable, sus ojos se dilataron solo con eso y fue extrañamente placentero.
Tanto que sin necesidad de ella misma tocarla o besarla la sintió lo suficientemente cercana como para tener un problema allá abajo.
"Señora Hirai". Ese apellido cada vez tenía más peso. "No tiene por qué sentirse así yo puedo llamar a su esposa para que la lleve a urgencias".
"No es a urgencias a lo que quiero ir".
"¿Entonces?". Frunció las cejas sin entender.
"¿Qué pasa si tú eres el problema?". La menor entre abrió los labios y no tuvo de otra más que observarlos porque la presencia de Momo interrumpió el momento.
"¿Todo bien?". Preguntó mientras dejaba el maletín en la mesa del comedor.
"To-todo perfecto". Myoui se levantó, casi tropezandose y caminó hacia la cocina.
"¿Qué sucede?". Estaba demasiado intrigada.
"Todo está bien bebé, ¿Quieres ir a tomar un baño?". La miró a los ojos intentando ser irresistible para la rubia.
"Claro que sí". La agarró tal pareja recién casada. "Voy a empezar a investigar el porqué de la nada estás así".
"¿Así cómo?".
"Todo el tiempo con ganas". Sana sonrió y lentamente apartó la vista de su mujer hacia la cocina.
"Siempre serás tu".
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top