Me encuentro mirando el techo una vez más, el dolor en mi pecho comienza a disiparse, me estiro para tomar el vaso de agua y después de dos sorbos vuelvo a acomodar mi cabeza en la almohada.

Ya me he acostumbrado a tener pesadillas cada noche, rostros que no conozco, lugares que no logro ubicar y una voz que hace que al despertar mi corazón se encuentre agitado.

Pero últimamente estoy atorada en la misma.

El rostro de un hombre que me mira a través de un cristal, puedo sentir el dolor en cada lágrima que rueda por sus mejillas y antes de que logre decirle algo, me despierto con el rostro mojado acompañado de una sensación de abandono el pecho.

He llegado al punto en donde me es imposible seguir creyendo que sean solo sueños o productos de mi imaginación, he incluso llegado a pensar que puede ser algo más… quizá sean recuerdos.

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La espera terminó!! Aquí empieza la segunda parte de AEGUEA.
Espero que la disfruten, no duden en dejar comentarios, los leeré ❤️