Soy quien les dictara Neurobiología Evolutiva –se gira hacia la pizarra anotando la materia.

Pongo toda mi disposición para entender, después de aquellas miradas prefiero hacerlo, pero mi cuerpo no coopera, comienzo a perderme en algunas partes; me siento derecha tomando apuntes, sin embargo, mi mano comienza a deslizarse sin poder escribir bien las palabras.

Escucho como se cierra un libro con fuerza obligándome a abrir los ojos, me acomodo en el asiento viendo a las personas salir del salón.

—Al fin pudiste dormir –dice recogiendo sus libros de la mesa.

—No puede ser –digo pasando una mano por mi cara.

—Si te sirve de consuelo –se acerca a mí para hablar en voz baja–. Solo yo escuché los ronquidos.

—Esto no puede estar pasándome.

—Calma, no es tan grave.

—Si lo es, no logro dormir bien en las noches y en el día parezco un zombi, siento que algo le está pasando a mi mente y me voy a volver loca.

—Bueno… si suenas como una  –dice sonriendo.

Tomo mis libros mientras me levanto del asiento, comienzo a bajar los escalones.

—¿A dónde vas ahora? –dice alcanzándome.

—No tengo más clases.

—Te acompaño –afirma caminado a mi lado–. Yo igual estoy libre a esta hora.

Terminamos de bajar los escalones cuando escucho mi nombre, giro a mis espaldas y el profesor se encuentra con la vista de nuevo sobre mí.

—¿Señor? –digo avanzando hacia el.

—Necesito que firmes esta hoja de asistencia –dice buscando entre sus cosas.

La deja sobre el escritorio y comienzo a escribir mi nombre en la planilla.

—Que bueno es tenerte aquí.

Me levanto la cabeza de golpe para verificar que si escuche bien lo que dijo.

—Me refiero a esta clase, puedo notar que esa cabeza tiene mucho potencial.

Le sonrió débilmente y acelero mi escritura.

—Listo –le acerco de nuevo la hoja y se manda a tomarla de entre mis dedos–. ¡ouch!

Levanto mi mano rápidamente hacia mi pecho, una pequeña burbuja de sangre se forma en el rasguño que me ha provocado en el dorso.

Derek se acerca rápidamente a ver lo que ha sucedido, toma mi mano viendo la pequeña herida, pero Ezra se la rapa jalandome hacia él.

—Lo siento –dice sacando de su bolsillo un pañuelo y lo coloca sobre mi mano–. Debió haber sido con mi reloj.

—No, importa –me aparto con brusquedad haciendo que me mire sorprendido–. Estoy bien.

Avanzo hacia la salida con Derek a mis espaldas, al cruzar la puerta  veo a Naomi recostada contra la pared de enfrente.

—¿Qué tal te fue? –dice con la vista puesta en su teléfono.

—Pues que te dijera –digo soltando un suspiro.

Derek se acerca quedando frente a nosotras, Naomi levanta la vista lentamente y se encuentra con la de él, la cual aparta inmediatamente.

—Blair –dice girándose hacia mí, dejando de lado a Naomi–. ¿qué te parece si vamos a tomar un café y te explico sobre el tema que expuso el profesor?

—No lo creo, necesito descansar bien, si me explicas probablemente no entienda nada.

—Entonces podemos hablar de otras cosas –insiste.

—Lo siento, voy a dormir.

Naomi se aleja de la pared y comenzamos a caminar cuando me detiene.

—¿Pero puedes darme tu número?

—Claro –comienzo a decir viendo como busca su teléfono en sus bolsillos.

—Espera… –dice deslizando sus dedos por la pantalla.

En ese instante y como caído del cielo mi celular comienza a sonar, un número desconocido titila sin parar.

—Tengo que atender, nos vemos luego –digo tomando a Naomi y avanzamos por el pasillo sin detenerme a verlo.

Al contestar la llamada nadie habla de la otra línea, mantengo el celular en la oreja esperando a que digan algo, pero solo recibo el indicativo de que la ha cortado.

—Oye…Disculpa… ¿Blair? ¡Blair! –volteo para buscar a la persona que grita mi nombre.

Una chica de cabello corto y unos grandes ojos negros se acerca a nosotras recogiendo unas hojas del suelo.

—¿Sí?

—Se te cayeron –dice entregándome un par de hojas.

—¡Oh! muchas gracias –digo tomando mis apuntes.

—Soy Sophie –se presenta extendiendo su mano.

La agarro en respuesta sonriéndole de vuelta, tomo las hojas pero no las suelta, levanto la vista hacia ella, quien se encuentra inmovil mirándome.

—¿Sucede algo?

—No –dice saliendo del pequeño aturdimiento–. No sucede nada, es solo que me pareces un poco familiar.

—Quizá ya nos habíamos visto antes.

—Si puede ser –dice soltando las hojas–. Bien fue un gusto conocerte, nos vemos.

Corta la conversación con una mirada de confusión en su rostro y con pasos torpes se gira volviendo por el mismo camino.

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Espero que les haya gustado el capítulo 🤭