CAP 17
Despierto sintiéndome agotada, algo que al parecer se ha vuelto una costumbre en mí. Mantengo la vista en el techo, mientras que por mi mente pasan varias imágenes que no logro comprender al instante.
—Definitivamente este ha sido el peor sueño que he tenido.
—No fue un sueño –aquella voz me hace sentar de golpe en la cama.
Me quedo congelada al verlo, pero aún más al recordar los últimos momentos antes de desmayarme. Sus ojos, aquellos que he visto durante estos meses, se encuentran observándome atentos. Siento un poco de pánico mezclado con curiosidad, y aunque lo más cuerdo sería correr hacia la puerta y refugiarme en mi habitación, me mantengo atenta a él. Un silencio absoluto nos rodea hasta que una pregunta comienza a picar la punta de mi lengua.
—Eres tú, ¿no es así? –digo sin apartar la vista de él–. El de mis sueños.
—Lo soy –su voz expresa total seguridad.
Siento como el aire abandona mis pulmones, es una de las respuestas que he estado buscando y por ahora lo único que tengo es el consuelo de que todo este tiempo fue real.
—¿Sabes quien soy? –pregunto tratando de eliminar el temor de mi voz.
—Así es, sé quién eres.
—¿Tú sabes quien soy? –repite mi pregunta con cautela.
—No estoy tan segura –digo sin poder evitar que mi voz tiemble.
—Te aseguro que no tienes nada que temer –dice para enseguida quedarse callado–. Aunque no creo que estés asustada, la Blair que conozco no es así.
—La Blair que conoces… –repito en voz baja tratando de comprender, sin embargo, algo me frena de golpe–. ¿Cómo sabes mi nombre?
—Lo sé de la misma manera en que tú conoces el mío.
Detiene sus palabras en el instante en que su celular comienza a sonar, desliza los dedos por la pantalla y en segundos la expresión relajada que ha mantenido cambia.
Se aleja lentamente de la silla caminando hacia mí, me indica que me levante en silencio y enseguida se agacha metiendo sus brazos debajo de la cama. Me quedo parada a un lado observando como saca varias maletas negras las cuales acomoda sin cuidado en el suelo.
—¿Qué estás haciendo?
—No lo tenía planeado de esta manera pero las cosas no están saliendo como deberían –responde abriendo las maletas.
En una alcanzo a ver varias armas de diferentes tamaños, apartó la vista de inmediato de estas para verlo a la cara, sin embargo, no me mira.
—¿A qué te refieres?
—Te diré la verdad, lo que está pasando y lo que está por suceder, es mejor que lo sepas ahora.
«Creo que llegó el momento cuerdo de correr hacia la puerta»
Comienzo a avanzar alejándome de él, camino hacia la puerta, y cuando estoy a punto de abrirla golpean a esta de manera brusca haciéndome sobresaltar, Hunter me toma del brazo alejándome. Saca de nuevo su teléfono en el cual se ven tres hombres del otro lado de la puerta.
—¿Qué sucede? —pregunto sin dejar de ver la pantalla, los sujetos al parecer alcanzan a escuchar mi voz porque sacan de sus pantalones varias armas pequeñas.
Hunter se percata de esto también y coloca rápidamente el seguro, me toma de la mano llevándome al otro lado de la habitación. Los golpeteos en la puerta comienzan con mayor intensidad. Me suelta para correr por completo las cortinas y abrir la ventana a la vez en que saca su cabeza revisando el exterior.
—¿Quienes son? –pregunto señalando la puerta la cual no ha parado de sonar–. ¿Por qué están armados?
—Te lo explicaré –dice tomando una de las maletas dejándola caer por la ventana–. Pero primero necesito sacarte de aquí.
—¿Por qué? –pregunto a la vez en que él sale manteniéndose de cuclillas sobre el alfeizar.
—Los hombres que están del otro lado de la puerta vienen por ti –dicho esto escucho como se rompe la madera, giro mi cabeza enseguida para ver el agujero que han hecho, por el cual insertan una pistola con la que comienza a dispararnos.
Tomo la mano de Hunter saliendo por la ventana, me pongo de pie sobre el alféizar y mis ojos se dirigen inmediatamente al suelo a unos metros bajo nosotros. Hunter coloca una mano sobre mi pecho pegándome contra la pared, cuando un par de disparos retumban por toda la habitación nos damos cuenta de que han logrado entrar. Vuelve a sujetar mi mano para guiarme por el borde hasta llegar a la ventana de la habitación contigua.
Comienza a buscar la manera de abrirla sin tener éxito lo que empieza a desesperarme.
—¡Solo rompe el vidrio! –le grito, sin embargo, me agacho y con toda la adrenalina que está recorriendo mi cuerpo doy un golpe con el codo logrando hacer un agujero.
Hunter retira rápidamente los vidrios que han quedado para poder pasar. Corremos hacia la puerta la cual Hunter abre lentamente, me asomo junto a él, viendo a solo uno de los hombres quien se mantiene en el corredor, dándonos la espalda mientras sostiene un teléfono contra su oreja.
Salimos despacio al pasillo y como si nos hubiera presentido se gira hacia nosotros, sostenemos miradas hasta que él rompe el momento comenzando a llamar a sus compañeros, quienes no tardan en salir de la habitación. Empezamos a correr en dirección a las escaleras sintiendo los pasos de los hombres, los cuales nos persiguen con fervorosidad mientras descargan sus armas. Bajamos sin cuidado por lo que mi pie se desliza haciendo que baje varios escalones de una, enseguida me sujeto de la barandilla la cual no es de mucha ayuda ya que no puedo controlar la tembladera de mis manos. Una bala impacta en el muro enfrente de mí en el momento en que me disponía a girar, esto hace que me dé cuenta de la alarma de incendios. Me abalanzo sobre ella, levanto la tapa de plástico y presiono el punto central del pulsador.
La alarma comienza a sonar, haciendo que las puertas a nuestros costados comiencen a abrirse. Terminamos de bajar las escaleras mezclados con varios estudiantes quienes se miran entre sí desconcertados.
Nos movemos con el gran grupo hasta llegar al centro de la academia, me mantengo mirando a varias direcciones buscando algún rastro de los hombres, pero no logro verlos.
—Necesito volver a mi habitación –dice en el momento en que todos comienzan a retornar a sus actividades.
—¿Vas a regresar después de lo que acaba de pasar? –preguntó con incredulidad tratando de mantener la voz baja.
—Tengo allí unas cosas que necesito –dice y recuerdo las maletas que dejó junto a la cama–. Tu has lo mismo, ve a tu habitación toma lo que necesites y nos vemos en el estacionamiento.
—¿Pero a dónde iremos?
—Por el momento te llevaré a tu casa, es una de las ubicaciones que he logrado mantener oculta.
—¿Qué has que…? –pregunto tratando de que mi mente comprenda lo que acaba de decir.
—¡Ve! ¿¡Qué esperas!? –dice empujándome entre la multitud que se dispersa.
Llego al recibidor y comienzo a subir las escaleras, entro a la habitación, tomo mi mochila sacando todo lo que tiene adentro dejándolo sobre el escritorio. Abro el closet y comienzo a empacar lo poco que cabe de ropa, zapatos y cosas de aseo.
Cierro la cremallera y la coloco sobre mis hombros, me levanto del suelo y caminó hacia la puerta.
—¡Aaah! –dejo salir un pequeño grito, el cual viene acompañado de un sobresalto notorio.
—¡Oh! no buscaba asustarte.
—¿Profesor Kelly?
—Dime Ezra, es más familiar para ti.
—¿Qué hace aquí? –digo retrocediendo.
—Estoy revisando que todos los estudiantes se encuentren bien.
—¿Cómo entro? –pregunto recordando que cuando llegué la puerta estaba cerrada.
—Naomi me abrió, ella estaba aquí hace unos minutos así que me quedé.
—¡Ah! –expreso soltando una pequeña risa tratando de que no se note lo sorprendida que estoy por su presencia–. Me encuentro bien, ahora si me permite –digo haciéndome a un lado para llegar a la puerta, sin embargo, él se mueve en la misma dirección que yo.
Me muevo dos veces más de derecha a izquierda, pero continúa bloqueandome el paso. Me encuentro con sus ojos, su mirada es fría casi inerte, rompe el contacto visual para recorrer lentamente mi cuerpo haciendo que me dé un escalofrío de pies a cabeza.
—Quiero salir, así que hágase a un lado –se mueve un poco, tomo la perilla y la giro, pero el apoya duramente su mano en la puerta cerrándola.
Sus brazos me rodean dejándome atrapada, avanza conmigo estrellándome bruscamente contra la pared, me suelta el cuerpo y pasa a sujetar mi rostro con su mano.
—Puedo sentir cómo tu cuerpo se estremece al escuchar mi voz –sus palabras salen lentamente cargadas de un sentimiento que no logro descifrar–. Eso me confirma que muy dentro de ti me recuerdas.
Giro mi cabeza con rapidez y muerdo su mano con toda la fuerza que mis dientes me permiten, él se aleja sosteniéndose la herida que le he causado y sin perder más tiempo salgo de la habitación.
Corro por el pasillo lo más rápido que mis pies temblorosos me lo permiten, sin embargo, su voz me alcanza.
—No te escaparas de mí, no de nuevo, te lo aseguro.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top