El Doctor Starline irradiaba orgullo propio. Todo estaba saliendo de acuerdo con el plan. Ya tiene en su control al Doctor Eggman, y estaba avanzando en su trabajo de devolverle a su gloria. Sólo necesitaba utilizar neuro estimulantes y aplicar hipnoterapia en el cerebro de su ídolo.

Eso es debido a que su deseo es el de conocer al verdadero Doctor Eggman, no al patético alter-ego que encontró en Villa Windmill. Tan patético, que aceptó el nombre de Señor Tinker dado por unos insignificantes pueblerinos. Tan patético, que usó sus magníficas habilidades para el disfrute de... niños... en contraposición de usarlas en nombre de sus magníficos objetivos...

Le tomaría bastante trabajo a Starline, pero no se encontraba en sus planes fallar. Al fin y al cabo, él dispone de todo el tiempo que pueda necesitar.

Pero siendo franco consigo mismo, Starline no planeaba únicamente despertar su antigua personalidad. No, el quería acompañarlo en su causa. Ayudarle a triunfar. Trabajar con Eggman es su sueño desde la primera vez que escuchó sobre su trabajo. Tal vez llegar a más... ser reconocido por el doctor y llegar a ser su igual sería un logro que lo haría saltar de alegría.

Bueno... saltar no es lo suficientemente sofisticado para un ser con clase como él.

Starline se sienta en una de las sillas ubicadas en Final Egg, una de las múltiples bases del Imperio Eggman. Éste sería el lugar perfecto para su importante tarea.

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Las cosas no iban bien encaminadas en el progreso de devolverle la memoria a Eggman. Y la distracción por la alta tecnología en Final Egg no resultaba suficiente para distraerle de sus preocupaciones.

Y el hecho de que los sicarios (Rough & Tumble) que había liberado de prisión le exigen que cumpla su parte del trato no ayudaba a su tranquilidad ni a su capacidad de concentración.

Tal vez, reflexiona Starline, una caminata le ayudaría a recuperar su capacidad de concentración.

El estar calmado ayuda a procesar mejor los pensamientos, y crear nuevas opciones, se argumentó.

Después de auto reflexionar por unos minutos, Starline decide dar un corto paseo por uno de los sitios más lejanos al escondite, para no llamar atención indeseada. Sería desafortunado si Sonic, o algunos de sus aliados descubriesen que el doctor Eggman había desaparecido, y que se encontraba en una de sus bases. Gracias a las grandes capacidades del Topacio Warp, podría llegar a cualquier lugar del mundo en sólo un instante.

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La caminata definitivamente le está haciendo un gran favor, piensa Starline, mientras reflexiona nuevas ideas sobre cómo estimular de regreso los recuerdos de Eggman.

En tal estado de distracción se encuentra, que no percata la presencia de otra criatura inteligente. Pero ésta sí se percata, y por algún motivo desconocido, decide acercarse para comenzar una conversación.

—Buenas tardes

Starline se sobresalta.

—¿Quién eres tú? —Pregunta con un tono acusatorio.

La criatura es claramente de la especie humana, pelo negro, de longitud mediana, rasgos masculinos. Es alto, algo toscos, y juzgando por su ropa, le gusta el estilo rock.

—¡Oh! Perdona mi falta de modales. Mi nombre es Anubis. Soy una habitante cercana a este bosque —le responde, con amabilidad, la persona, con nombre Anubis—. Me alegra conocerte.

—¡Oh! Hola, Anubis.

—¿Deseas compartir parte de tu tiempo para disfrutar un aperitivo conmigo? —le pregunta.

En ese momento, cómo tardando en procesar las palabras de la persona al frente suyo, Starline se percata, bien a pesar de sus rasgos, la persona frente a él es una mujer.

—Oh... claro... sería un placer... —responde, aturdido.

—Vamos entonces, conozco una zona de picnic cerca.

Starline, después de dudar, decide seguir a la joven.

Después de una caminada de 5 minutos, llegan a una zona con mesas y bancos.

Con el apoyo de la comida, el ambiente acaba por volverse agradable, y la conversación comienza a fluir, como el agua. Del bosque, pasa al cielo. Del cielo, pasa a piedras. Y sigue cambiando el tema constantemente.

En algún momento, y sin que el propio Starline se percate, acaba aterrizando en el trabajo del Doctor Eggman, y su gran admiración por él. A pesar de eso, Anubis nunca interrumpe.

—...y una de las mayores creaciones robóticas del Doctor Eggman es Metal Sonic, Un robot con poder de razonamiento propio. Una creación así es magnífica. Te das cuenta lo mucho que debió costar crear algo así, un robot con razonamiento propio... —dice, ignorando la emoción que desprenden sus palabras.

—Debes admirar mucho a ese Doctor —le responde Anubis con una sonrisa—, has estado hablando sobre él durante los últimos 10 minutos.

Starline finalmente se percata de su parloteo. Algo preocupado, intenta cambiar el tema. Anubis lo nota, por supuesto, pero no le permite.

—Al juzgar por tus palabras, admiras mucho al Doctor Eggman —le vuelve a repetir Anubis—, aunque es increíble que alguien como Eggman tenga fans.

—¿Por qué?

—Bueno, Eggman tiene mala fama. Su constante enfrentamiento con Sonic y sus seguidos intentos de dominar el mundo, lo pintan de mala manera...

—Bueno sí, pero su trabajo...

—...y su trabajo no progresa como debería.

—¿Qué?

—Si. He visto el progreso del trabajo de Eggman. Su actitud y personalidad no le ayuda a corregir los errores que comete.

—¿actitud? ¿personalidad? —se pregunta con inquietud, y en voz alta, Starline.

—Si. Es impulsivo, además de afirmar que está siempre en lo correcto en todo, lo que no ayuda a asumir cuando está equivocado. Eso también es, en parte, debido a su personalidad arrogante, pero eso ya es otro tema.

—¡No es cierto! —responde Starline— ¡Tú no lo conoces! No sabes nada de él. No cómo yo. He seguido su trabajo desde hace años...

—...soy amiga de Sonic, y junto a él, lo hemos enfrentado. He visto su carácter de primera mano. No es fácil de ignorar.

—Y ¡¿Qué tiene que sea arrogante o impulsivo?!, eso no lo hace menos brillante —se desespera Starline.

—Por favor, eres un científico. Debes saber que una persona impulsiva no es un buen científico, y existen muchos motivos que me respaldan —dice Anubis—. Su forma de ser influye en cómo procede con sus investigaciones. Un buen científico es el que es humilde, pues sabe que se puede equivocar, así como el hecho de que no lo sabe todo. O de que no necesariamente tiene la razón.

—...

—Starline, eres un ornitorrinco inteligente, pero tu fanatismo por Eggman y sus logros te ciegan.

—...no importa...

—Está bien. Hablemos de otra cosa...

Starline y Anubis pasaron el resto de su comida charlando de diversos temas. Esto hizo que Starline ignorara y, eventualmente, se olvidara de la conversación sobre Eggman.

Al final, se despidieron, y Starline usa su Topacio Warp para regresar al Final Egg, con la cabeza despejada, y más tranquilo.

Después de todo, todavía tiene un trabajo que hacer...

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Cuando finalmente duerme, con Eggman finalmente de regreso, no puede evitar soñar con una mujer marimacha; amable, enemiga y una excelente compañía, diciéndole en un susurro, "Ya verás".