Como un reloj de arena nuestro tiempo se desvaneció.

Y ahora que ya no queda nada me pregunto si debería conformarme.

No hay segundo en el que no piense en ti.

Entre estas cuatro paredes.

Entre los árboles del parque que tanto te gustaba visitar.

Entre los miles de rostros que se desvanecen con el paso del tiempo.

Tal vez debería rendirme.

Quiero perseguirte.

Mi promesa sigue intacta.

La hermosa frase que llevo tatuada en el alma.

Cada día me recuerda lo mucho que te amo y te amaré.

Quizás es una señal, ¿no?

¿Debería arriesgarme?

¿Debería alcanzarte?

Estás a mi lado y aún así te necesito.

Tanto, tanto, tan mal que me ahoga.

Me sofoca y me hunde.

Si camino y te alcanzo, ¿tomarás mi mano?

¿Me reconocerás?

¿Me seguirás amando?

Si cruzo esta puerta y voy hacia ti.

¿Permanecerás a mi lado?