12

ㅡTe ves horrible. ¿La universidad te está dando así de duro?

ㅡCállate. ¿Qué es lo más fuerte que tienes para beber?

ㅡApenas son las once- ¿qué haces? ¡Jungkook, eso es detergente!

Visitar a mi amigo Jimin no iba a ser de mucha ayuda, si tenemos en cuenta que iría a decirme las verdades que yo muy bien conocía pero estaba harto de escuchar. Incluso si lo que necesitaba era una buena visión a la realidad para poder seguir adelante, y Jimin podría ayudarme con eso, la idea de pasar el resto del día en su sofá, envuelto en mantas y abrazado a su cuerpo viendo películas era mucho más satisfactoria.

ㅡ¿Aún guardas los discos de súper héroes?

ㅡLos desheché luego de la mudanza, de todas formas están en Netflix. Era desperdicio de espacio.ㅡera increíble, yo no era de esas personas que lloraban por cualquier cosa. Era inquebrantable en cierto sentido, no habían muchas situaciones que me llevaran al borde. Al parecer Kim Taehyung se había convertido en el foco central de mis emociones, siendo que luego de dos semanas de haber salido de su casa con todo el orgullo y el corazón herido, cada aspecto de mi vida que normalmente sólo provocaría unas inmensas ganas de asesinar a alguien, ahora sólo me volvía una magdalena llorona, sensible y débilㅡ. O-Oye, ¿estás bien? Me estás preocupando, ven siéntate.

ㅡ¿Por qué duele tanto?

ㅡSon sólo unos discos viejos, cálmate. Si tanto te afecta le pediré a Namjoon que-

ㅡÉl me rechazó, hyung.

Kim Taehyung me había borrado de su vida como si de eliminar una fotografía se tratara, y yo me estaba quebrando en pedazos en el infierno luego de probar el cielo que eran sus labios.

ㅡ¿Quién...? ¿El señor Kim?ㅡla sola mención de su nombre trajo recuerdos de su rostro, de su estado tan vulnerable por la bebida, de su sonrisita inconsciente mientras dormía, incluso de sus penas y lamentos. Asentí, buscando consuelo en el regazo de mi mejor amigo, aún sintiendo el llanto sobre mis mejillasㅡ. Oh. Lo siento mucho, Koo.

ㅡNo lo hagas. Era obvio, ¿no? Tú mismo lo dijiste. No necesito que lo sientas. Sólo quiero descansar, ¿puedo?

ㅡEstá bien si quieres hablar de eso. Llorar es una manera de desahogarte, pero hablar también. Y tal vez si hablas te sientas más ligero.

ㅡHablar lo hará más real. No quiero sentir que esto es real, quiero desaparecer. Quizás despertar y reírme de este tonto sueño. Pero no lo es, ¿cierto?ㅡse sentían bien las caricias en mi cabello, el dolor se volvía soportable si podía compartirlo con alguien. Jimin siempre había dicho que todo esto terminaría mal, e incluso si así fue, agradecí que al menos fuera lo suficientemente empático como para no decir nada que pudiera hacerme sentir más mierda de lo que me sentía. Yo no quería hablar, no quería mencionar nada del tema, sólo hundirme en mi miseria. Fingir que nunca me confesé, fingir que nunca fui rechazado.

Fingir que nunca amé al señor Kim.

¿Podría acaso? Siendo que mi corazón lo recordaba a cada rato, apretándose como para avisarme de que todavía estaba ahí, bien clavado como un ancla de un barco que no estaba dispuesto a zarpar. Y era contradictorio, yo quería seguir con mi vida sin pensar que alguna vez fui esclavo de esos ojos negros como el abismo en el que me habían lanzado y a la vez, a la vez quería seguir sintiéndome de él, quería seguir sonriendo cada vez que pensaba en su nombre, cada vez que su rostro aparecía en mi mente. Quería que Kim Taehyung siguiera siendo dueño de mi felicidad, y de mi dolor. De mis sonrisas y de mis lágrimas. De mi corazón y mi mente.

Quería seguir siendo suyo, incluso si él no lo sabía.

ㅡNo te hagas esto, Jungkook.

ㅡ¿Qué cosa?

ㅡEstancarte en tu mente. Estoy seguro de que no sólo viniste a ver películas o a abrazarte a mí.

ㅡSólo quiero tu compañía, hyung. ¿Es mucho pedir?

ㅡHáblame, por favor. Suéltalo todo. Estoy aquí contigo, para acompañarte y para escucharte. No me voy a ir.

Jimin se escuchaba devastado, y me pregunté cómo podría estar así de preocupado cuando yo sólo estaba pasando por una decepción amorosa. Me hizo apretar el pecho aún más, me dolió y lo sentí en forma de nuevas lágrimas, mezcladas con las que le pertenecían al señor Kim. Me alegré en parte, por poder contar con alguien como él en estos momentos, y sin pensarlo dos veces, comencé a soltar todo lo que me estaba consumiendo por dentro, agradecido de ser escuchado con paciencia y no ser interrumpido. Jimin era un ángel, mi ángel guardián, a pesar de que rara vez tenía la razón o de que yo le hiciera caso.

ㅡTenías razón. Estoy cayendo tan profundo. Y lo peor es que quiero salir de ese abismo pero... a la vez no.

ㅡCreo que este es el cierre que necesitabas, Koo. A partir de ahora las cosas serán más fáciles.

ㅡ¿Tú crees?

ㅡTiempo al tiempo, es lo que solía decir mi abuelito. Date tiempo de sanar, verás como en un par de meses quizás hasta te rías de esto.

Yo en verdad le quise creer a Jimin, por eso esperé. Esperé... y esperé, y traté de distraerme mientras esperaba.

Y mientras lo hacía, dos meses pasaron.

Jimin mintió. El dolor seguía ahí, igual de intenso y molesto, volviéndome masoquista, observando el número del señor Kim en mi teléfono, pensando en hacer cosas estúpidas, pero terminando por arrepentirme. En ese tiempo conocí gente, no piensen que sólo me dediqué a lloriquear y tomar helado como una quinceañera dolida. No, yo traté de seguir con mi vida. Me centré en la universidad, visité lugares, salí con gente, incluso retomé mi pasatiempo de pintar. Pinté mucho, casi todos los bocetos eran de Taehyung pero no podía evitarlo, hey, yo lo estaba intentando.

No fue suficiente.

Ni los tragos con desconocidos de mi facultad, ni las horas intensas de estudio, ni las noches en las que me dedicaba a pintar paisajes. Porque siempre se aparecía él. Si iba a algún bar, el recuerdo de mi primera visita al Octavus Vitium me golpeaba, si estudiaba el discurso para los de primer año me invadía y me hacía sentir tan orgulloso como enojado. Si me pasaba una tarde pintando nada más que aves y árboles, en la noche me desvelaba porque el recuerdo nítido de su rostro no me dejaba dormir, hasta que no lo plasmaba en el papel.

Era tan frustrante, el no saber que más hacer para sacármelo de la cabeza, del pecho, de la piel, de todas partes. El señor Kim estaba en todas partes y yo ya no sabía si podría algún día olvidarlo. Seguir adelante.

A Jimin le había mentido, diciéndole que todo ya estaba superado, y el se rió contento y me dio algunos golpecitos en la espalda, orgulloso.

"Lo pasado pisado." había dicho.

Y yo le sonreí de vuelta, no queriendo preocuparlo de más con mis problemas, pensando seriamente qué hacer, qué hacer para borrar todo rastro de Kim Taehyung de mi sistema. Buscar un analgésico que podría aliviar la enfermedad que me había provocado.

El amor es el peor de los trastornos, pensé una noche, luego de llegar a casa después de pasar el rato con unos amigos cuyos nombres no recuerdo.

Sólo sé que esa noche bebí, y bebí, y bebí.

Y cuando llegué a casa, bebí aún más.

¿Recuerdan lo que dije antes de que el alcohol me ridiculizaba a extremos impensables?

Bueno, esa noche fue la clara prueba de ello.

Porque con varias latas de cerveza desperdigadas por el suelo de mi cuarto y una medio vacía en la mano, tomé una decisión. Una muy mala decisión, y no lo sabría hasta el día siguiente. En ese momento, sólo quise volver a escuchar su voz.

ㅡ¿Diga?

Oh Dios santo, su voz. Esa voz que sólo había tenido el placer de reproducir en mi mente quizás para torturarme, quizás para aliviarme en las noches frías. Era como el canto de las sirenas, y yo no sabía qué tanto más podía caer hipnotizado como un marinero en medio del mar, ido y sin intenciones de regresar.

ㅡ¿Jungkook?

Guarda mi numero todavía, pensé, con el amago de una sonrisa en el rostro.

ㅡ¿Estás bien? ¿Pasó algo?

Pasaban muchas cosas, de la mayoría él el causante. Yo no me encontraba, tampoco encontraba la manera de encontrarme, era casi irónico. Escuchar el tono preocupado del señor Kim hizo que algo se removiera en mi interior, satisfecho.

Mi voz no salía, quizás porque estaba más concentrado en acallar mi llanto intoxicado por el alcohol y por el sonido de su voz. Quizás porque si hablaba iba a quebrarme y no quería mostrarme débil ante la persona que amaba. Me encontraba taciturno, con el silencio de mi departamento siendo opacado por el suspiro que salió del otro lado de la línea.

ㅡ¿Dónde estás? No puedes hacer esto, Jungkook.

ㅡ¿E-El qué?

ㅡ¿Dónde estás?

ㅡ¿Qué le importa?

Otro suspiro.

ㅡ¿Por qué me llamaste?

ㅡ...

ㅡNo compliquemos las cosas, ¿sí? Por favor, háblame.

ㅡQuería escuchar su voz.

ㅡFue muy imprudente de tu parte. ¿Sabes dónde estoy?ㅡhizo una pausaㅡ. En una cena de negocios con tu padre, el señor Jeon.

Todo mi cuerpo se tensó, al escuchar ese nombre. El señor Jeon, el despreciable señor Jeon que tenía como padre.

ㅡ¿Y eso qué?

ㅡ¿Qué diría si se entera de que su hijo me hace llamadas a las doce de la noche?

ㅡTranquilícese, no es como si nos hubiéramos acostado.

A veces no entiendo por qué el señor Kim no me colgó. Es decir, era lo más lógico, cortar el problema de raíz. Sin embargo ahí estaba él, suspirando para mantener la calma, tan admirable como siempre.

ㅡ¿Estás en tu casa?

ㅡSí.

ㅡEstás borracho.

ㅡSoy un maldito mayor de edad.

ㅡLo sé, Jungkook. Ve a dormir, mañana seguro tienes clases.

ㅡQuiero verlo.

ㅡNo hagas esto.

ㅡQuiero verte, Taehyung.

ㅡTe estás lastimando.

ㅡSólo diga que no quiere verme.

ㅡNo sab-

ㅡ¡Dígalo!

ㅡNo soy una persona cruel, y lo sabes.

ㅡPasado mañana.

ㅡ¿Qué?

ㅡPasado mañana, vamos a hacer equitación. Juntos.

ㅡNo puedo hacer eso, entiende.

ㅡSi no quiere ir no vaya. Gané una reservación para dos personas en un concurso y la voy a usar. Sólo lo estoy invitando porque no tengo a quien más pedírselo.

ㅡJungk-

ㅡBuenas noches, Taehyung. Envíele saludos a mi padre. Le enviaré la dirección por mensaje.

Tonto, tonto Jungkook.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top