06
ㅡ¿Ustedes se conocen?
ㅡHe escuchado hablar de él. Aquí Jungkook fue quien expuso las atrocidades que mi hijo hacía en la escuela.
Yo pensaba que todo iba a quedar ahí, pero qué equivocado estaba.
ㅡ¿Por qué lo hiciste?
Oh, ¿por qué lo hice? ¿Rebeldía? ¿Curiosidad? ¿Aburrimiento?
ㅡNo lo sé, quería saber qué se sentía.
ㅡPudiste meterme en un gran problema.
Vergüenza.
Verme así, descubierto, con la cola entre las patas y las orejas caídas en busca de un perdón mudo frente a este hombre, sólo me causaba vergüenza. La sola idea de pensar que a sus ojos, era un chico inmaduro que no medía las consecuencias de sus actos, me causaba vergüenza. Ver la confusión y el regaño en su mirada clavada sobre la mía, asustada y temerosa, me causaba vergüenza.
Vergüenza, vergüenza, vergüenza.
¿Sería yo digno del perdón de este ser divino que no hacía más que analizarme, sentado en una de las sillas del comedor con una pierna cruzada sobre la otra, la corbata desajustada y la camisa ancha como siempre?
ㅡLo siento mucho.
Oh, pero una disculpa no me iba a librar de ese ambiente gélido que envolvía mi cuerpo y lo consumía cual iceberg derritiéndose por los rayos del sol.
ㅡEso es bueno. Que sepas que lo que hiciste estuvo mal.
ㅡYo-
ㅡDéjame terminar.
Yo me encontraba tenso, frustrado con las manos sudando por debajo de la mesa, sobre mis pantalones. Ni siquiera el pensamiento de que gracias al cielo el señor Kim no quiso comentar nada delante de mi padre me aliviaba, la roca en mi estómago haciéndose cada vez más pesada porque, oh estúpido Jeon Jungkook, qué estabas pensando cuando decidiste bajar esas escaleras hacia tu sentencia.
ㅡNo voy a darte un sermón de comportamiento. Tienes dieciséis, eres joven y cometes errores.ㅡera confuso que su tono de voz fuera tan suave y tranquilo. ¿Era eso una buena señal? No lo sabía, estaba sorprendido y atentoㅡ. Sólo mide mejor las consecuencias de lo que vayas a hacer en un futuro, ya que no sólo te pueden afectar a ti. Aún tienes mucho que vivir, de ti depende si aprendes o no de tus tropiezos.
Una mano cálida se posó en mi cabeza, acariciando mi cabello con la ternura que nunca pude disfrutar y el mundo se detuvo. Todo a mi alrededor dejó de moverse, la simpleza de ese gesto envolvió mis entrañas y dejó salir todo lo que tenía guardado en mi pecho, en forma de lágrimas quizás, no lo recuerdo bien. En ese instante sólo quería guardar el rostro comprensivo del señor Kim en mi retina, la mirada ya alejada de cualquier sensación de regaño para dar paso a una más paciente y suave. Tan suave, que sentí mi cuerpo derretirse, fundirse en la madera de la silla en la que estaba sentado, incapaz de procesar que en vez de recibir un regaño y un castigo severo, fui aconsejado y mimado por alguien a quien había visto unas pocas veces en mi vida.
¿Cómo podía ser eso posible?
¿Cómo podía yo observar a mi padre de ahora en adelante y saber que la manera en la que él actuaba me causaba un profundo odio y rencor al comprender ahora que no, que no era así como debía ser, que había otras formas de actuar y hablar?
ㅡLo siento mucho, señor Kim. Perdóneme.
ㅡSh, tranquilo, pequeño. Nadie va a regañarte así que no tengas miedo. De hecho, yo también quería disculparme contigo.
ㅡ¿Eh? ¿P-Por qué?
ㅡNunca tuve la oportunidad de pedirte perdón por todo lo que mi hijo debió haberte hecho pasar. En la escuela me informaron de que una de las víctimas se había rebelado, que había desenmascarado a Kim Jungseok.
¿Cómo podía Jungseok ser tan insensible siendo hijo de un hombre como él, teniendo cada día la influencia de Kim Taehyung, agradable y tranquila?
ㅡOh.
ㅡJeon Jungkook, en nombre de mi hijo y mío, te pido perdón por todo lo mal que te debiste sentir en su presencia.
¿Cómo podía yo dejar de caer por él, si cada vez que abría su boca me elevaba al más alto de los cielos, allá donde los enamorados juran disfrutar de un romance efímero y color de rosas? ¿Cómo podía decirle yo a mi corazón que era necesario dejar de verlo com algo más que el reciente socio de mi padre, como el dueño del bar de la esquina, como el padre de un abusador sin razón? ¿Cómo podía abandonar a las mariposas que se instalaban en mi estómago cuando esos luceros se tragaban mi existencia, cuando reducían el mundo a su alrededor a simple materia inorgánica y sólo esas dos estrellas eran dignas de venerar?
ㅡN-No, señor Kim, no es su culpa, no tiene que disculparse.
Arrodillado frente a mí, el Kim Taehyung trataba de inclinarse en una reverencia incómoda mientras yo trataba de levantarlo, sujetándolo por los hombros, las palmas de mis manos quemando ante el roce con la tela de su camisa, fina y holgada. Cuando logró ponerse de pie, su rostro etéreo era manchado por un llanto injusto y un dolor abrumador que me heló la sangre, al verlo vulnerable, triste.
Desolado.
ㅡNo llore, venga siéntese.
Y luego estaba bebiendo tranquilo del té que le había preparado, la taza humeante entre sus manos temblorosas dirigiéndose a sus labios brillantes por la lengua que siempre los humedecía, el murmuro de las voces de mi padre y su mujer sobre nosotros sintiéndose apenas en aquel comedor.
ㅡNunca esperé que mi hijo llegara a convertirse en un... en un...
ㅡUn bully, señor.
Sonrió apenado, sólo un poquito detrás de la porcelana blanca de la taza.
ㅡSiempre trate de educarlo correctamente, inculcarle valores. Traté de seguir el ejemplo de mi padre, gracias a él soy todo lo que soy, pero no fue suficiente.
ㅡNo debe culparse por los errores de su hijo, estoy seguro de que ha sido un buen padre.
ㅡCuando mi mujer falleció me di la tarea de dedicarle todo mi tiempo a él, de amarlo el doble, hacerlo reír el doble, de algún modo quise tapar el hueco que su madre había dejado. No entiendo cómo, cómo todo se salió de control.
ㅡ¿S-Su mujer falleció?
Me miró, abriendo un poco sus ojos de más, como sorprendido y entonces una muralla se elevó entre ambos, una barrera que quise destruir.
ㅡEs una historia aburrida, no te gustará.
Y eso fue lo último que escuché de su boca antes de que se tomara el té, decidiendo que ya había sido suficiente charla y luego de decirle por quinta vez que "tranquilo señor Kim, no necesita pedirme perdón por algo que no hizo", se retiró con gracia hacia la oficina de mi padre, dejándome solo en la cocina con una taza vacía y la cabeza llena de pensamientos.
Unas intensas ganas de descifrar los misterios de Kim Taehyung creciendo en mi pecho, si tan sólo supiera que nada de él me resultaba aburrido, que si me diera la oportunidad compartiría su dolor y haría todo para disminuirlos, incluso esos fantasmas que no lo dejan dormir de noche, los más oscuros pensamientos que lo asaltan cuando nadie ve, cuando nadie escucha. Kim Taehyung era un rompecabezas que yo me moría por resolver, y cuanto más pensaba que lo estaba conociendo, más piezas aparecían.
Esa sería la última vez que lo vería en dos años, y aunque setecientos treinta días se escuchen como una gran cantidad de tiempo, la verdad es que pasaron tan rápido como el vuelo de una paloma en el parque, y a pesar de eso, Kim Taehyung no se bajó del pedestal que había construido para él en mi cabeza, en cambio, se hizo un hogar ahí y permaneció para hacerme compañía en las noches donde más solitario me sentía.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top