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Descubrí el Octavus Vitium gracias a mi mejor amigo.

Ese día Park Jimin, estudiante recién graduado de la universidad de las Artes como un bailarín de danza contemporánea, uno de los mejores además, me llamó justo después de salir de la fiesta de su Universidad, citándome en el café que visitábamos de manera regular debido a que a mi padre no le agradaba que me juntara con él. Quizás algo tenía que ver que fuera mayor que yo por casi diez años, o por ser de una familia más humilde que la nuestra. "Hazte amigo de quien te puedas beneficiar", solía decirme.

ㅡTe lo digo. Hicimos la jodida mejor fiesta de toda la puta universidad. Tenías que haberlo visto, fue malditamente increíble.

ㅡFelicidades, acabas de decir tres groserías en una sola frase.

Influía también que Jimin era despreocupado, malhablado y un poco extravagante con respecto a su modo de vestir. Overoles, boinas de colores, camisetas con estampados flloreados y de arcoíris, combinados con botas negras o marrones. Mi amigo tenía un sentido de la moda un poco liberal, y era refrescante, observarlo engullido dentro de la tela gruesa del suéter que llevaba puesto, sus pequeñas y regordetas manos sosteniendo el café helado que había ordenado.

ㅡPuta mierda.

ㅡMira, dos más.

ㅡLo dije a propósito, estúpido.

ㅡ¿Es ese el ejemplo que le quieres dar a tu menor?

ㅡVete a la mierda.

La diferencia de edad no era un problema. Agradecía el hecho de que Jimin aún guardaba gran parte de su yo adolescente, ciertos comportamientos infantiles que me hacían sentir a gusto, disfrutar de su compañía mientras podía fingir que de entre los dos, yo era el maduro. Claro que, el nivel de experiencia distaba de estar parejo, en ese ámbito el de cabellos rubios llevaba la delantera, permitiéndome disfrutar de sus anécdotas en el mundo de los adultos, experiencias en las cuales la mayoría de las veces tomaba como ejemplo que no debía actuar como mi amigo.

Dejando de lado todo eso, apreciaba mucho a Jimin. Era de las pocas personas que me trató como un igual, y no como un chiquillo inmaduro que no tenía derecho a ciertas respuestas porque "no lo entenderías, aún eres muy joven". Era agradable tener a alguien que contestara, o al menos intentara aclarar todas mis dudas. Gracias a él pude entender ciertas cosas que me resultaban difíciles de analizar, puede parecer un poco tonto y despistado a veces pero mi corazón sabía que dentro de él habitaba un anciano sabio que esperaba pacientemente su turno para hacerse ver.

Era un poco gracioso pensarlo.

ㅡ¿De qué te ríes?ㅡlo observé, el modo en el que fruncía sus cejas se me hizo tierno pero no se lo haría saber, un pollito enojado era algo de lo que verdaderamente tener miedo.

ㅡDe nada.ㅡnegué con la cabezaㅡ. Cuéntame más de este bar celestial del que hablas.

ㅡEs reciente, pero creo que tiene un buen futuro.ㅡlo vi asentir, como si en su mente la imagen de aquel antro en el futuro cubriera todas las portadas de las grandes revistas del mundoㅡ. El personal es fantástico, y tienen tragos propios. Toda la coctelería es una fusión de los mejores licores, o eso dijo el camarero. También se rumorea que en el personal tienen a Kang Leo.

ㅡ¿El chef?

La melena rubia de Jimin bailó cuando asintió.

ㅡTambién escuché que el dueño es un importante mafioso y que casi nunca se deja ver.

ㅡQué lenguas tan largas las de la gente.

Jimin rió a pesar de que no había bromeado, y seguí escuchando mientras bebía de mi malteada.

ㅡAlquilamos el salón V.I.P para hacer la fiesta y la decoración quedó estupenda, Kook. Súper relacionada con la temática de graduación, incluso instalaron una pantalla con los mejores vídeos de nuestros años, claro que esos los trajeron algunos maestros, pero aún así el detalle fue hermoso. Y nos permitieron extendernos un poco más del límite de cierre, más una ronda gratis de bebidas para todos.

No le veía nada de interesante a este bar. Sí, tenía un buen servicio y por lo que Jimin decía, la calidad de la comida y la coctelería valía la pena, con precios módicos y un ambiente cómodo donde podías relajarte en la sala reservada o bailar en la pista de baile sin el peligro de sentirte amenazado. Más allá de eso, me resultaba un bar como cualquier otro, en mi mente había estructurado la imagen de un lugar donde la comida te la llevaban en platillos voladores, y las bebidas eran una mezcla con sudor de hada y arcoíris líquido, frecuentado por unicornios y hasta el mismísimo Obama. Pero todo era común, lo que uno espera con respecto a un sitio de este tipo.

Lo único atractivo que le veía al Octavus Vitium era el nombre atrapante y que según lo que mi amigo relató, equilibraba todos los aspectos positivos de un negocio nocturno.

Yo no era muy fan del destino, pero el hecho de que justo en este momento apareciera el bar cerca de mi casa con un rumor beneficioso se sumara a mi curiosidad e inexperiencia, debía significar algo.

¿No?

ㅡ¿A dónde crees que vas?

Papá no estaba en casa.

No era poco común, el hecho de que se quedara a altas horas de la noche en la oficina trabajando, aunque en el fondo podía adivinar que no era precisamente trabajar lo que hacía. Me había preparado para conocer el Octavus Vitium, nunca había visitado un lugar así por lo que no iba vestido tan extravagante como para llamar la atención, pero lo suficiente como para mezclarme. Claro que mi idea de lo que "mezclarse" significaba incluía una sudadera ancha, jeans negros y una mascarilla.

ㅡA salir.

ㅡ¿Con quién vas? Es tarde.

Juliette era estresante.

Nunca logramos llevarnos bien debido a su intenso deseo de reemplazar a mi madre muerta, sobreponiéndose a mis decisiones y tratando de dar una imagen ejemplar de madre adinerada a la que le importan más las notas de su hijo que el motivo de sus lágrimas.

ㅡNo es asunto tuyo, ya lo discutí con el señor Jeon y me dio permiso.

Era mentira, pero ella no tenía por qué saberlo.

Fue irritante la manera en la que sus cejas se enarcaron hacia abajo, sentada en el costoso sofá de la sala mientras veía un drama cualquiera en la televisión. Casi me hizo bufar.

ㅡLo llamaré y le preguntaré.

ㅡHazlo.

De nuevo, esa expresión en su rostro.

ㅡSé que no te agrado, Jungkook, pero ahora somos familia. ¿Podrías intentar poner de tu parte?

ㅡNo somos familia. Eres el tercer matrimonio fallido de mi padre, es diferente.

Familia.

No recuerdo cuándo fue que comencé a odiar esa palabra.

Desde pequeño supe que nunca tendría una figura materna, al observar cada año una cara diferente en la mesa de la cocina mientras desayunaba, el rostro sonriente de mi padre a la cabeza, una de sus manos entre los muslos de una señorita cazafortunas mientras esta sonreía lo más real que su rostro le permitía. No me causaba dolor, mi padre me contó que mamá había muerto cuando cumplí un año, así que no tengo recuerdos de su rostro, o su voz. Puede sonar triste pero no puedes extrañar a alguien que no conociste.

Las reuniones familiares en casa fueron reemplazadas por cenas de negocios, las festividades por viajes caros a países exóticos y el cariño y el amor sustituidos por trabajo y placer sexual. Papá solía decirme que mi madre había sido el amor de su vida, lo único que había sacado su mejor lado y me pregunté si el amor te cambiaba o cambiabas para el amor, aunque no tenía la intención de averiguarlo.

Soy rico y vengo de una familia disfuncional, casi parece un estúpido cliché de libro.









espero poder actualizar martes y jueves uwu espero les haya gustado

CBSweetHeart te lo regalo qjsjskskd kemosión😈

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