08

La brisa nocturna abrazó el cuerpo de ambos amantes, mientras se observaban mutuamente y dejaban que la luna los observara y bendijera el momento íntimo entre ambos. Yoongi observó a su pequeño omega con un indescriptible brillo en los ojos, sabiendo que su pareja destinada se hallaba frente a él, con aquella sonrisa que hacia desaparecer sus dulces ojos miel y el sonrojo en las mejillas que le indicaba aquel amor puro que escondía. Tomó su mano derecha y acarició su dulce piel, Jimin se avergonzó por aquello y solo apartó la mirada apenado antes de sentir un dulce beso en sus nudillos, algo tan dulce y tierno que casi logró que llorara de la emoción.

— Estás hermoso esta noche, Jimin. — Profirió en un suave susurro, manteniendo su mano sujeta. — Creí que no podrías ser más bello, pero me equivoqué inmensamente. Tu sola sonrisa puede iluminar mi noche completamente.

— Alfa. — Los ojos del menor se posaron en los orbes contrarios, miel y chocolate juntándose para verse y hablarse sin palabras de por medio, indagando en el corazón del otro para saber si era correcto hacer aquello. — Lamento lo que sucedió aquella vez, no quise decir esas palabras hirientes.

— Dijiste lo que pensabas, pequeño, — concedió — no me correspondías del todo y la presión que impuse en ti desencadenó esto.

— ¿Por qué decidió amarme? — preguntó, había tenido aquello retenido en su mente por tanto tiempo que deseaba una respuesta concreta en aquel momento — ¿Por qué a mí entre tantos omegas?

— ¿Desearías que amara a otro?

— ¡No! — Gritó inconscientemente — y-yo...

— ¿Si amara a otro sería más fácil para ti romper el compromiso?

Las palabras de Jimin quedaron atoradas en su garganta. ¿Romper el compromiso que los unía? ¿Tendría que considerarlo siquiera? Por supuesto que no era una opción en su vida, pues se había dado cuenta de que amaba a Min y que no lo quería lejos de su vida. Tal vez, si le hubiese preguntado dos años atrás aquello, hubiese respondido que sí, pues su etapa rebelde había influenciado en hacer notar su descontento con la decisión de sus padres al entregarlo a un alfa mayor a él. Pero, aun así, hubiese regresado a sus brazos, pues admiraba y adoraba a Min con todo su corazón.

— Lamento si esto te incomoda, regresaremos si es lo que...

Jimin se apresuró a callarlo con un beso en los labios, era el primero que se otorgaban en todo el tiempo que tenían conviviendo, pero eso no quitó que fuera algo mágico para ambos, pues habían deseado aquello desde hace mucho tiempo. El menor sabía que no era el primer beso de su compañero, sabía que tenía muchos pretendientes y una que otra omega que había podido conseguir besar los labios del castaño, pero se prometió a sí mismo que nadie más volvería a tomar aquello que le pertenecía, que él sería el último que le robara besos al mayor y el único que podría presumir de ser su pareja.

— No quiero romper el compromiso, — murmuró sobre sus labios — no quiero separarme de usted otra vez, ni tampoco que siga creyendo en esta estúpida e hiriente indiferencia que he utilizado como escudo para protegerme de mis propios sentimientos. Yo lo quiero, hyung, — el azabache alzó la mirada y se encontró con los ojos sorprendidos de su compañero — y deseo ser su omega.

Sus pequeñas manos se posaron en el pecho del mayor, acariciando cada músculo que resaltaba abajo la tela y llenando aquel sentimiento de posesión que había sentido los últimos días al ver como varias omegas se le acercaban y trataban de seducirlo. Jimin se sintió culpable por haber ignorado a su pareja después de eso, a pesar de que el alfa siempre se había preocupado por consentirlo y hacerlo sentir querido, él había reaccionado de la peor manera producto de los celos y le había gritado que podría ir con cualquier omega, pues éste no lo quería.

Que gran tontería.

Fueron horas después, donde se dio cuenta de su error y la estupidez que había cometido. Se había recriminado por eso hasta que la invitación del alfa lo sorprendió y casi hizo llorar, pues a pesar de estar herido había intentado arreglar las cosas entre ambos.

Ahora, se hallaban allí, frente a frente, pensando en lo que deberían hacer con su relación actual.

— Jimin...

— Y-Yo, — tragó saliva debido al nerviosismo — dije todas esas palabras por celos. No quiero que piense que no lo deseo o quiero como usted lo hace conmigo, ha sido un largo camino para mí desde que me di cuenta de mis sentimientos por usted y.... s-solo... no quiero estar lejos, quiero seguir siendo su pareja, estar a su lado en cada reunión y besarlo cuando sienta que deba hacerlo porque... yo lo quiero, alfa, y no me arrepiento de hacerlo.

Yoongi asimiló todo lo antes dicho y dulces lágrimas cayeron por sus mejillas, pues nunca creyó que aquel dulce omega aceptaría sus sentimientos. Es cierto, había sido una completa obligación tener que aceptar que se hallaba comprometido con alguien menor, pero sus sentimientos habían ido floreciendo en cada oportunidad que tenía para verlo, logrando enamorarse perdidamente del niño de mejillas regordetas y ojos color miel que siempre lo llamaba por apodos cariñosos cuando se olvidaban de su diferencia de edades. Sin embargo, ¿era producto de su presión o en verdad había correspondido a sus sentimientos? Min no debería sentirse inseguro por un adolescente que apenas iba a cumplir sus 15 años, no debería, pero lo estaba, porque se trataba de su Jimin.

— ¿Son palabras salidas de tu corazón o solo un mecanismo de aceptación por la presión impuesta por nuestro compromiso?

— Lo digo desde el fondo de mi corazón, alfa.

— Entonces, ¿aceptarías ser mío? ¿Aceptarías ser mi omega sin la presión de nuestro compromiso arreglado?... Solo por nuestros sentimientos...

Park se mantuvo sujeto a los hombros contrarios y lo observó a los ojos. Era apenas un niñato que no merecía tener el amor de tan perfecto hombre, pero también era alguien maduro y capaz de tomar decisiones. Amarlo era su decisión.

— Soy suyo completamente. No me interesa un compromiso arreglado, ni llenar las expectativas de nuestras familias, solo deseo ser suyo por propia voluntad y porque lo quiero. — Yoongi posó sus manos en la cintura ajena, sintiendo solo aceptación de parte del omega, quien sonreía por aquello. — Le pertenezco y usted me pertenece, sin más ni menos.

— Eres mío...

— Siempre lo seré.

La unión de sus labios fue el perfecto sello de aquella promesa. Ambos ya habían caído por el otro sin haberse dado cuenta de ello.

Aquella noche pasearon tomados de la mano y, después, transformados en lobos. Ambos pactando un amor que no tendría fin.

×××××××××××××

Jimin se retorció sobre la solidez que se hallaba bajo su cuerpo. Sintió sus manos haciendo presión contra sus muñecas cada vez que deseaba moverlas. Sus ojos fueron abriéndose paulatinamente mientras trataba de recordar donde se encontraba. La frialdad de la habitación fue lo primero que sintió cuando regresó a la conciencia.

— ¿D-Dónde estoy? — Se preguntó mientras movía su cabeza de un lado a otro tratando de ubicarse.

— Estás en mi manada, — escuchó la voz de un hombre entre las sombras — lejos de la manada Min.

Los recuerdos fueron depositándose en su memoria de manera rápida, ocasionando que un mareo lo atacara mientras cerraba los ojos. Recordaba el paseo con su alfa, las palabras de este y el ataque de la manada enemiga. Lágrimas descendieron por sus mejillas al recordar lo herido que se hallaba su pareja antes de caer en la inconsciencia. ¿Lo habrían ayudado después de ello o habían tardado tanto que éste murió desangrado? No quería pensarse abandonado, quería saber cómo estaba su compañero, necesitaba saber que estaba bien y regresar a su lado, lo deseaba con todas sus fuerzas, pero, viendo la situación, parecía que no sería real.

— Parece que recordaste lo sucedido.

El hombre se acercó al pequeño espacio iluminado y le sonrió con malicia.

— ¿D-Dónde está mi alfa?

Kim volvió a sonreír mientras rodeaba el espacio donde se hallaba Jimin. Hasta ese momento fue consciente de que se hallaba sobre un mesón de madera, estando con los brazos atados en la cabecera del mesón y los tobillos con correas.

— He oído que está en coma, — respondió sin dejar aquella sonrisa de triunfo.

—¿Q-Qué? N-No es posible....

— Fueron a rescatarlo al amanecer, ya que no le dijo a nadie sobre donde estaría. ¿Te imaginas a un hombre agonizando hasta el amanecer? Es un milagro que no esté muerto aún.

— N-no es cierto, mi alfa es alguien fuerte... él no puede... él...

— Ahora que el líder de la manada Min se encuentra en coma, será más fácil atacarlos. ¿Te imaginas que invadan esa estúpida manada y que no esté su alfa para salvarlos?

— La manada Min tiene aliados, ellos te vencerían.

— Sin líder, no hay alianzas, pequeño. Min se pudrirá solo y verá su manada caer. — Los dedos del mayor acariciaron la mejilla del omega — Y cuando despierte de ese coma se verá con la sorpresa de que su omega fue tomado por alfas de mi manada. 

— N-No.... por favor...

— Hemos ingresado en tu cuerpo una inyección que adelantará tu celo. En un par de horas estarás tan necesitado de una polla en tu culo que te acostaras con cualquier alfa que encuentres. ¿Cómo crees que reaccionaría Min Yoongi al enterarse que su omega ha sido follado por otro alfa?

Jimin empezó a llorar por aquella amenaza, no quería que ocurriese, no quería seguir escuchando. No.

— Te repugnará para siempre, no volverá a tocarte y te echará de su manada, se buscará a un omega virgen que sí pueda serle fiel y terminarás regresando a la manada de tus padres, de donde nunca debiste salir.

— M-Min me ama...

— Solo ama tu pureza, pequeño ingenuo. ¿En serio creíste que no se folló a diferentes omegas en estos años?  ¿Por qué esperar por ti cuando podía conseguir diferentes omegas para satisfacerlo? Haz estado viviendo engañado.  

Jimin no lo creía, su alfa le había demostrado que lo amaba y lo fiel que era. No iba a dudar de él por la cizaña de aquel hombre, él confiaba en su pareja.

— É-Él nunca me engañaría y yo tampoco.

— Cuando un omega alcanza su celo, no puede decir lo mismo. Te dejaras follar por cualquier alfa que esté a tu alrededor y allí estarán mis hombres, para follarte y quitarte esa pureza de la que tanto se enorgullecía Min.

El hombre fue caminando hacia la entrada de la oscura habitación, dando por terminada la amenaza. Sin embargo, antes de que saliera por completo de allí, se giró un poco y se dirigió al menor.

— Espero que soportes el calor, pequeño omega.

Sin más, salió de la habitación.

Jimin tuvo miedo por primera vez de tener su celo, tuvo miedo de madurar sexualmente. Porque no estaba su alfa para vivir ese momento con él. 

××××××××××××××

Pasó un día y medio para que la manada entera empezara a exigir el rescate del omega de su líder. Jimin había desaparecido de la manada hacía más de un día y eso no podía ser tolerado un segundo más. El líder Min se hallaba recuperándose de sus heridas, después de haber sido encontrado por Hoseok, quien, presintiendo que ocurría algo malo, fue a su encuentro y lo salvó de aquella agonía. Sin embargo, para las manadas enemigas y el propio pueblo, el alfa Min se hallaba en estado de coma, recuperándose de las heridas impuestas por sus enemigos y de la pérdida de su omega.

Solo sus más allegados sabían que se hallaba vivo y dispuesto a planear el rescate de su pareja.

Las manadas aliadas habían invocado silenciosamente a sus mejores hombres para ayudar al líder Min.

— Según nuestro espía, — informó Hoseok — el líder Kim pidió una droga especial para adelantar el celo de un omega. Creemos que piensa suministrarlo en el cuerpo de su pareja. 

— Si eso llega a ser cierto, — habló Jeon Jungkook, el líder de la manada Jeon, una de las más fuertes de la región — tendríamos apenas un par de horas para evitar que llegue a cumplir su cometido.

Taehyung se hallaba dentro de la habitación, totalmente preocupado por su amigo y al lado de su pareja y su padre. 

— Mis hombres tardarían en llegar hasta aquí en unas dos horas, — informó el líder de la manada Kim — no sabemos cuánto tardará en hacer efecto esa droga.  

— Deberíamos internar a betas en el territorio enemigo, — propuso el líder Wang — sin aromas, no serían percibidos por sus hombres y podríamos esconder el aroma de los alfas para que puedan atacar silenciosamente.

Los tres líderes se hallaban frente a la cama de Yoongi. Sus omegas se hallaban tras ellos, escuchando todo atentamente y conversando entre ellos. La omega de Jungkook daba ideas para el rescate o la ayuda otorgada. El omega Seokjin planificaba una estrategia buena para el rescate, pues era bien sabido lo inteligente que era con las estrategias. Por otro lado, Mark se ocupaba de hacer las llamadas respectivas a los refuerzos de su manada, pues la manada Min requería de su ayuda.

¿Omegas que debían quedarse callados sin hacer nada? Por supuesto que no, los omegas siempre eran los compañeros de los líderes, siempre ayudaban en las decisiones y en el orden de su manada. Todos ellos aportaban sus ideas y convencían a sus alfas de la decisión que debían tomar.

Los alfas dependían de los omegas y viceversa. Ninguno era más importante que el otro, todo era equilibrio en roles y poder.

Por supuesto, Jimin también era alguien valiente e importante en el liderazgo de la manada, pero al haber llegado como apenas un niño y ser muy joven, no tenía esa influencia que los omegas adultos demostraban. Aunque no dudaban de que llegaría a ese nivel algún día. 

— Reuniremos a todos los hombres que necesitamos y utilizaremos el plan de Seokjin. — Por fin, el líder de la manada Min daba su mandato. A pesar de las heridas y del dolor en su cuerpo, estaba dispuesto a rescatar a su pareja y hacer pagar a sus enemigos por haber ocasionado tremenda ofensa en su contra. Los espías de su manada habían pagado muy caro lo que habían hecho, ahora ya no existía ni el recuerdo de aquellos hombres, pues el alfa los había mandado a ejecutar como pago a su traición. Ahora, no iba a permitir que dañaran a su omega y, mucho menos, que se atrevieran a fantasear con él. — No me importa cuánto tiempo de planificación nos lleve, no voy a permitir que le hagan daño a mi pareja.

— Nuestras tropas esperan su orden, alfa — pronunció Jung.

— No quedará nada de esa manada, los líderes se atrevieron a invadirnos y llevarse a mi omega. No voy a perdonar esto y verán las consecuencias de sus actos. Vayamos contra ellos de una buena vez.

Min era un hombre justo y pacífico la mayoría del tiempo, pero cuando lo hacían enojar de aquella manera, no existía persona en el mundo que pudiera parar su sed de venganza.

Y mucho menos cuando se trataba de su omega.

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