02
En cuanto Jimin ingresó a la habitación que le correspondía a su alfa, la sensación de ansiedad y nerviosismo lo embargó. Eran pocas las oportunidades en las que ambos se visitaban a solas, era algo sumamente secreto y no deseaban que los demás supieran de aquello, pues como tradición dentro de la manada, la pareja del alfa no podía ir a la habitación de su compañero antes de que ambos fueran oficialmente alfa y omega. Era una tradición inquebrantable, pues eso ayudaba a que la pareja se conociera sin influencias del celo y por medio de sus propio sentimientos antes de asistir a la ceremonia de unión que se organizaba cada luna llena.
Además estaba el problema de la falta de madurez sexual en el menor, quien nisiquiera cumplía la mayoría de edad y no había tenido su primer celo. Esp era una clara desventaja para Jimin, pues sabía que su alfa lo deseaba tanto como él, pero no podía hacer nada para sobrepasar aquella línea de moralidad de la que de jactaba su compañero.
Tocó la puerta de la habitación un poco indeciso y cuidadoso de que nadie lo viera, la respuesta llegó tres segundo después y el colega ingresó con cuidado a la alcoba ajena.
Cerró la puerta con cuidado y observó la habitación con sumo detenimiento. Todo estaba sumamente ordenado y un aroma artificial se balanceaba por el ambiente, sabía que las sirvientas habían puesto todo su esfuerzo en asear y ambientar la habitación de su señor, pues este apenas regresaba de su viaje.
— ¿Alguien te vio? — preguntó el alfa.
Park guió su vista hasta el sillón que se hallaba en una esquina de la habitación donde su fuerte y atractivo alfa se hallaba sentado, con los brazos reposando en los lados del sillón unipersonal, su torso desnudo y aquel pantalón ceñido a sus piernas que se había robado su atención un par de horas antes. Jimin se relamió los labios y dejando la túnica, que usó para escabullirse, a un lado de la entrada, se dirigió hacia su amado.
— Taehyung me ayudó a escabullirme de mi habitación sin que nadie se diera cuenta.
— ¿Debo suponer, entonces, que nadie nos interrumpirá mientras platiquemos? — preguntó con una ceja alzada.
— Eso depende de cuanto ruido hagamos.
Yoongi sonrió de medio lado mientras golpeaba su regazo en señal de su deseo por tener al pequeño omega sentado sobre el. Jimin no dijo absolutamente nada y solo siguió la instrucción de su pareja.
— Debería negarme este tipo de momentos, debido a nuestra tradición, pero... contigo como mi omega, no puedo hacerlo. Eres irresistible, pequeño, y dudo mucho que pueda apartarte cuando tus ojos me transmitían que no era yo el único con fantasías.
— Últimamente he pensado en usted, hyung — susurró mientras lo observaba con deseo — en como me gustaría ser follado por usted y saltar sobre sus muslos mientras me penetra duramente.
— No me provoques con eso, Jimin — suplicó — bien sabes que aún no puedo tocarte como quisiera. Por mucho que mi deseo por tu vaya en aumento, no puedo tomarte como mi omega, no aún.
— Si tan solo fuera mayor...
— Todo ocurre en un tiempo determinado, pequeño. Aún no has madurado sexualmente, no has tenido tu primer celo y eso es evidencia de que seré el primer hombre en tu vida, el único que logre hacerte sentir el placer que tu cuerpo qmesta empezando a experimentar.
— Me lastima pensar que se aburrirá de mi en algún momento y buscara omegas que puedan satisfacerlo sexualmente, sin tener que esperar con tanta impaciencia.
— ¿He mostrado algún indicio de querer hacerlo?.
Jimin lo pensó unos segundos antes de negar lentamente.
— Si hubiese deseado liarme con otros omegas lo hubiese hecho. Pero, no solo esta el compromiso que nos une de se que ras un bebé, también esta mi propia decisión de serte fiel sin importar cuantos omegas o betas desfilen delante de mí. Solo te deseo a ti, Minnie.
Las manos del de cabellos negros descendieron lentamente, paseándose desde su espalda hasta posarse en sus glúteos, aquellos que me encantaban tocar desde que vio el desarrollo por el que pasó su compañero, nisiquiera tenía los dieciséis años completos y ya lo deseaba de una manera abrumadora. Yoongi, con 24 años de edad, ya había probado el dulce elixir del placer que le otorgaba pensar en su omega. Sus erecciones eran a causa del pequeño y dulce rubio que teniansobre su regazo y el desarrollo encantador que experimentó los últimos años. Cuando Jimin cumplió los 15 años fue más evidente en cambio por el que se hallaba pasando, propio de la pubertad.
Como omega, sus facciones eran más delicadas y sensuales, sus movimientos se convirtieron en acusadores de las más bajas pasiones del alfa y no supo desde que momento empezó a pensar en algo más que un simple roce de manos entre ambos para caminar hacia un orgasmo extendido por fantasías con Park.
Yoongi se recrimina a si mismo por aquellos pensamientos, pero no podía lograr ir en contra de su propia naturaleza cuando su lobo esperaba ansioso el día en el que pudiera tomar al omega como suyo.
— Estas muy sensible, alfa — mustio al percatarse de la erección que el mayor llevaba — ¿es a causa mía?.
Las caderas del menor empezaron a moverse lentamente mientras pegaba su trasero a la entrepierna despierta de su alfa. Yoongi gruñón ante los movimientos inexpertos y sensuales de su omega, afianzando el agarre en sus caderas para sentirlo completamente, cuanto daría por tenerlo piel contra piel y abrazar aquella sensación de placer de la que tanto se hablaba.
— Tal vez sea por mi reciente celo — declaró el mayor.
Tomo movimiento del omega se detuvo al escuchar aquello.
— ¿Celo? — preguntó con una ceja alzada — ¿tuvo un celo mientras estaba de viaje?.
Min se arrepintiendo haberlo mencionado en ese momento, si había alg que caracterizaba a su omega era lo celoso ante la menor mención del celo de su parte, pues se sentía frustrado por no poder acompañarlo en esos momentos de calor donde lo único que Yoongi deseaba era una buena follada.
— Minnie...
— ¿Tuvo un celo en esa aldea? Se le acercaron muchas omegas, ¿verdad? ¿Es por eso que tardó tanto en regresar?. Seguramente se me dieron filas y filas de omegas para que pueda satisfacerse sexualmente, mientras yo no estaba allí. Aunque, claro, no podría hacer nada más que mirar porque su lobo no me reconocería como una pareja adecuada para usted, ¿o me equivoco?.
— No las acepté, Jimin, por favor deja de...
— Entonces, ¿si se le ofrecieron omegas? — preguntó con indignación.
— E-esto es... esos malditos alfas... yo...
— Basta, Minnie — el alfa tomó con delicadeza el rostro de su pareja — no me interesaban de igual forma, no quería a otro omega que no fueras tú.
— Pero...
— No desconfíes de mí ni te frustres por no poder acompañarme en mis celos, llegará el momento en el que podrás hacerlo, bebé.
Jimin suspiró frustrado, pero aún así recibió el beso en los labios que el pelinegro le obsequió. Aquello era algo que le encantaba, Yoongi sabía como besarlo y como tocarlo para que deseara más y más de él. Sus labios eran tentadores en el momento en el que rozaban con los suyos y sus mansi acariciaban su cuerpo con aquella lujuria reprimida que tanto le molestaba y adoraba al mismo tiempo.
A pesar de saber que alguien terminaría percatándose de su ausencia, el omega no se detuvo cuando empezó a pasear los dedos por el cuerpo de su pareja, los músculos del mayor eran firmes y tonificados, le encantaba la dureza de sus abdominales y aquella piel tan pálida que deseaba probar. Cuando rogaba por cumplir los dieciséis años de una maldita vez, así podría dejarse follar y anudar por su alfa.
— L-Lo deseo, alfa...
— No creo que sea buena idea, Jimin... yo...
— Por favor...
La mirada de Jimin era el significado del deseo puro. Ambos siempre se habían besado de aquella manera, con sus lenguas danzando y explorando la boca del otro, con sus cuerpos únicos e insatisfechos, pero Jimin estaba pidiéndole demasiado, experimentar algo que no habían podido experimentar. Sus pupilas estaban dilatadas y se mantenía jadeante ante la espera de alguna respuesta.
¿Era correcto dejar que lo hiciera, sabiendo que se trataba de algo indebido?.
Su cuerpo le decía que permitiera que el omega experimentará con él, que se mantuviera a su disposición y lograra sacarlo de aquel orgasmo ininterrumpido del que fue víctima. Jimin se lamió los labios y repartió besos por todo el torso del mayor hasta bajarse por completo de su regazo y arrodillarse a la altura de su entrepierna, el bulto que sobresalía en sus pantalones, llamaron su atención y quiso tomarlo entre sus manos y saborearlo con la lengua.
Quería hacerlo, jodidamente lo deseaba.
Pero, entonces, la puerta de la habitación fue tocada y toda magia entre ellos se terminó.
— ¿Señor Min? — se escuchó del otro lado de la puerta — el joven Jimin no se encuentra en su habitación, parece ser que salió del palacio, ¿quiere que vayamos a buscarlo?.
Ambos se observaron alertados por aquello. Jimin se puso de pie y se alejó por completo del pelinegro, quedando tras la puerta, esperando a que la sirvienta no abriera e ingresara para inspeccionar.
— Que todos los guardias vayan a buscarlo — mandó con voz autoritaria — no quiero que nada le pase a mi prometido.
— ¿Irá a buscarlo usted también?.
— Que ellos vayan adelantándose, iré en un momento.
— Como usted diga, señor.
Escucharon los pasos de la omega, los cuales iban descendiendo mientras se alejaba por el pasillo. Solo pudieron respirar tranquilos cuando no la escucharon más.
— Creo que debería irme — informó el rubio.
— Aún tenemos unos minutos, así que debo informarte de los acontecimientos en mi viaje.
— ¿Sucedio algo?.
— La manada nos declaró la guerra al no haber ningún medio por el cual podamos conciliar. Se sienten ofendidos por haber elegido a un omega de la manada Park como mi pareja y no a una omega de su familia.
— ¿Eso es grave?.
— Podría decirse que sí, los líderes no dieron su brazo a torcer y tal parece que tratarán de dañarnos internamente, así que sugiero que te mantengas alerta y no salgas sin compañía de mis hombres de confianza, ellos te cuidarán ante cualquier atentado, no quiero que nada te ocurra mientras no puedo estar contigo.
— Alfa...
— Eres mi pareja desde que tenía 8 años, no voy a permitir que nadie te arrebate de mi lado cuando he podido conquistarte y mantenerte conmigo.
— No quiero que nos separen — camino hacia el mayor para abrazarlo y esconder su rostro en el pecho del contrario — te quiero, alfa.
— Y yo te quiero a ti, Minnie.
Yoongi acarició el cuerpo del menor y beso su frente repetidas veces. Quería mantener seguro a su pareja, no quería que algo malo le ocurriese y por eso necesitaba volverse más fuerte y garantizar la seguridad de toda su aldea.
— Es mejor que regreses a tu habitación.
— Me gustaría quedarme con usted...
— Pronto vendrás conmigo, cariño. En cuento ocurra tu primer celo y pueda tenerte como mi omega, ordenar que trasladen tus cosas hasta aquí.
— ¿E-En serio?.
— No quiero dormir sin tí, una vez seas mi omega. Nuestra marca no permitiría que nos mantuviéramos alejados.
Jimin sonrió emocionado y beso a su pareja una vez más.
Faltaba muy poco para que cumpliera dieciséis años y pudiera entregarse al hombre que amaba. Solo esperaba que nada ocurriese en ese pequeño lapso, pues no quería mantenerse alejado de su alfa.
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