24. El aquí y el ahora
Giselle
—Aquellos que están libres del resentimiento encontrarán la paz. Basura. Esto es pura basura —Arranco con enojo el póster en una esquina de mi habitación y lo parto a la mitad.
Observo la nieve caer del otro lado del cristal. El lugar se siente vacío, pero no lo está.
—Entonces la conclusión aquí es que la mente es la peor enemiga de todas —Chloë me mira con tristeza y toma mi mano dando suaves masajes.
—Lamento mucho que Zaek no sea real... O lo que viviste estas ocho semanas —dice Rosie quién se encuentra acostada en mi cama boca abajo.
Cinco días después de mi despertar, me dieron de alta y no podía ni caminar. No sé cómo pude tener tanta fuerza para pelear el día que desperté porque sin duda alguna no las tenía, perdí el doble de mi peso, mi cuerpo está débil y ahora me deben cuidar las veinticuatro horas al día, vigilarme las comidas y salir a caminar por las tardes para recuperar los movimientos corporales.
Tal parece que no morí, al caer mi cabeza fuera del colchón solo tuve una contusión o algo por el estilo porque no quise saber más del tema.
Al llegar a casa, en silla de ruedas debo mencionar, mi familia entera se encontraba ahí. Mis compañeras de gimnasia y algunos profesores. Era como aquella vez que vine "estando muerta" y los vi a todos, solo que esta vez no con caras de tristeza, todos estaban felices de verme, pero yo no.
Mi padre no vino solo, por primera vez en mucho tiempo trajo a su mujer y a mi hermana. Esta vez yo sería la que hiciera las cosas bien y le pedí a Rosie que viniera en las tardes a verme para que nos pusiéramos al día.
Días después no ha fallado en venir y no sé porque no la quise conocer antes, es tan simpática y linda que me siento la más idiota al rechazarla todos estos años.
—Todo parecía tan real y tanto que me asustaba, pero siendo honesta en el fondo nunca me lo terminé de creer —digo abrazando una almohada al sentarme en la cama y las dos me miran con atención.
—Cuando estuviste los primeros días en coma mi mamá fue temprano en la mañana a cuidarte y cuando llegó a casa me dijo que había ido a leerte la Biblia y llegó hasta el quinto libro —comenta Rosie con una media sonrisa, sé que no intenta hacerme sentir mal, solo hacerme reaccionar—. Quizás por eso estando, bueno... allá, sentiste que leíste la Biblia sin parar.
—Sí, y una de las muchas veces que estaba cuidándote te conté sobre Joshua Ryder y el cómo me había invitado a estudiar a la biblioteca para los exámenes y todo eso —dice Chloë de la misma manera.
—Puede que inconscientemente si nos escuchabas, pero a la vez no lo hacías ya que todo pasaba en tu cabeza —vuelve a hablar Rosie—. Cuando te fui a visitar tenía mucho miedo porque no te había visto en años y te lo dije, también te conté como confronté a nuestro padre. Prácticamente todo lo que me dijiste que viste cuando "fuiste a verme" —hace comillas en lo último y yo asiento en comprensión.
No puedo evitarlo, comienzo a llorar en silencio, me siento estúpida por creer que todo lo que pasé fue real. ¿Cómo iba a serlo? todo era tan extraño y confuso casi la mayoría del tiempo, como un sueño. Un sueño muy realista.
—¿Cómo pude verlo segundos antes de caer de las barras? Él estaba ahí —digo limpiándome las lágrimas.
—Tal vez cuando caíste en el estado de coma todo empezó desde allí, reviviendo ese momento, pero con Zaek esta vez entrando en tu cabeza —responde Chloë intentando darle sentido y tiene bastante lógica.
Al final de cuentas Chloë logró pasar los exámenes y tal parece que yo también ya que, aunque no realicé los finales, mis notas me ayudaron a pasar.
Iniciaremos en la universidad el próximo otoño. La carta de aceptación de la Universidad Nacional llegó ocho días después de que estuviera en el hospital, lo que significa que seguiré viviendo aquí, Chloë fue aceptada en la regional a las afueras de la ciudad y por ello solo los fines de semana la podré ver en cuanto se vaya.
—¿Te sientes mejor? —pregunta Rosie y yo niego.
—Soy muy ingenua. ¿Cómo iba a creer que todo era real?
—Deja de torturarte, al final estar en coma te resultó una aventura de otra dimensión —Chloë se levanta de la cama y me señala eufórica—. ¡Podrías escribir un libro!
—¡Sí, yo pensé lo mismo! Sería una novela de fantasía fantástica, quizás hasta la puedan volver una película. —Rosie la apoya y yo niego en seguida.
—Cálmense par de locas, no escribiré un libro, ni una novela, tampoco un poema... —rio por las caras que ponen y me seco las lágrimas.
—Siempre de aguafiestas —Chloë hace un puchero y en eso mi mamá abre la puerta de mi habitación lentamente.
—Chicas, la cena está servida, las esperamos abajo, lávense las manos y apúrense que Sebas las dejará sin pastel de manzana —me guiña el ojo y cierra la puerta.
—¿Qué les puedo decir? El pastel de manzana es mi favorito —sonrío y salgo de mi cama para lavarme las manos en el baño, las chicas hacen lo mismo y bajamos.
Mi madre, padre, madrastra, hermano, hermana y mi mejor amiga son los que están en la mesa de mi casa, sentados como una gran familia. Sonriendo y charlando como ahora suele ser.
No hay discordia, no hay rencores entre mi padre y yo. Mi hermana se está volviendo parte importante de mi vida ahora, mi hermanito cada vez se vuelve un hombrecito grande, y guapo debo mencionar, y le agradezco a Zaek que de cierta manera me haya hecho despertar, porque sé que lo hizo, él sabía que estando ahí no sentiría la felicidad que siento ahora.
No soy muy religiosa, pero sin duda Dios me dio una oportunidad después de la muerte, desde mi manera de ver las cosas fue así, una nueva oportunidad de enmendar los errores, de atreverme ahora después de lo que pasé a ser una nueva yo, de dejar de tenerle miedo a tantas cosas y comenzar a experimentar con la vida, porque más allá de la muerte dudo que se encuentren nuevas oportunidades de vivir más que estando aquí en el presente.
No hay mejor lugar que en el que me encuentro, no hay mejores personas que las que me rodean justo ahora y eso es lo que importa.
Porque una vez Jehiel dijo:
"En unos minutos pueden pasar tantas cosas, no hay lugar seguro..."
Así que el aquí y el ahora es todo lo que tendré.
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