14. Bajo la nieve

Giselle

Un increíble lobo negro que pasa los tres metros de altura nos mira desafiante. Empieza a rugir y mostrar los feos colmillos. Una especie de espuma blanca brota de su mandíbula. Al instante sé que no es real, no existen lobos sobre la tierra tan condenadamente grandes como el que estoy viendo ahora. Ladeo la cabeza con curiosidad viendo al animal frente a mí y me cruzo de brazos.

Ariadne suelta un bufido de aburrimiento y los chicos solo se quedan embelesados sin hacer nada viendo al lobo.

—¡Deja el teatro, Tess! Mi amiga Giselle no le tiene miedo a nada, ni a nadie —dice Ariadne irritada y el lobo imita mi reacción al ladear la cabeza, el semblante del animal cambia a uno tranquilo y se acerca hasta a mí para olfatearme.

Mi cara de asco no se hace esperar mientras comienza a girar a mi alrededor oliéndome de pies a cabeza. Cuando queda nuevamente frente a mí, me lanza un rugido en el rostro que hace volar mi cabello y con el dorso de mi mano me quito la saliva que me arrojó en la mejilla.

—¿Sabes? Creo que lavarte esos colmillos no te harían mal alguno —murmuro y doy un paso hacia atrás—. Apestas y no es broma.

Ariadne se coloca el puño sobre los labios tratando de reprimir la risa, pero Jehiel es menos sutil y suelta una carcajada al aire sin importarle nada. Zaek me mira con irritación, el lobo también y luego se echa para atrás.

Una especie de luz mágica empieza a rodear al animal y la forma de un cuerpo humano empieza a formarse entre el brillo cegador. Una esbelta figura de chica aparece y luego la luz se esfuma dejándome ver al lobo, o más bien, a la loba en su forma natural.

Más o menos de mi estatura, tan pálida como Zaek o Ariadne. Ojos azules, cabello hasta los hombros con ligeras ondas y teñido de rosa brillante. Un vestido corto colorido y unas zapatillas blancas. Lo que más capta mi atención son los diversos tatuajes de animales llenos de colores en sus brazos. Ella sonríe de lado al verme.

—¿Se ve mejor como lobo no es así? —murmura Ariadne solo para que yo la escuche ya que Zaek y Jehiel corrieron hasta la desconocida para abrazarla y conversar.

—¿Quién es?

—Tess Rush, la tipa es un demonio —me dice mientras me toma de la mano y me aleja un poco para quedar a más distancia de ellos.

—¿Tan mala es? —pregunto con aire aburrido.

—¡Giselle! —Ariadne me golpea el hombro y yo sonrío de lado ya que su golpe fue más blando que el de una almohada—. Estoy hablando en serio, Tess es un demonio, como Jehiel.

—¿Un demonio mujer? ¿No son solo hombres? No te creo.

—Te sorprenderías de las cosas que no parecen ser verdad.

Abro mi boca con sorpresa, pero no digo nada ya que Jehiel, Zaek y Tess vienen hasta nosotras. Ariadne se hace a un lado para no entablar conversación y yo la miro confundida.

—Tess Rush —me dice extendiéndome la mano—. Y tranquila mi mal olor viene incluido solo con el lobo —sonrío de lado y acepto su saludo.

—Giselle Mattwes.

—En vivo y en directo, la chica que ha causado un revuelo espiritual —dice con diversión y yo suelto su mano—. Eres muy popular en el infierno, cariño, y eso no es un cumplido.

—Oh, qué desgracia —subo los hombros.

—Lo sé, pero ¿qué se le va a hacer? —sube los hombros también y sonríe mostrando su perfecta dentadura blanca y alineada.

Mala espina, mala espina, mala espina.

—Zaek, ¿en qué nos va a ayudar tu amiga con mi asunto? —pregunto mirándolo y este se acerca hasta nosotras rodeando a Tess por los hombros con su brazo izquierdo.

—Tess es muy poderosa, Giselle, ella nos ayudará a que descubras cuales son las fuerzas que tiene tu esencia para que puedas defenderte si algo llega a pasar.

—¿Cómo sabes que tengo una fuerza? —me cruzo de brazos.

—Te dije que había descubierto nuevas cosas, los demonios con los que estaba forcejeando en el cementerio me dijeron que la fuerza que posees no debe permanecer en ti por mucho tiempo ya que... —hace una pausa y se calla, todos lo miramos para que prosiga y él no dice nada.

—¿Qué cosa? ¡Habla ya! —le grito irritada.

—Tienes mucho poder, eres una amenaza para los demonios justo ahora, por eso quieren quitarte tu esencia antes de que aprendas a usarla, y claro, quieren que te pudras en el infierno sufriendo eternamente junto a Ariadne y Zaek por hacer de tu caza algo prolongada —completa Tess.

—O sea que me quieren sacar la esencia de mierda, crear demonios puramente malvados y aun así dejarme como un alma en pena en el infierno... —digo indignada—. No te ofendas, Jehiel, pero son unos hijos de perra.

—No me ofende —dice él sin cuidado—. Eso es nada comparado a lo que realmente son los demonios.

—Bueno, seguiremos esta charla en mi casa ya que ningún lugar es seguro por más que parezca —dice Tess y se gira con Zaek para irse abrazados.

Ariadne camina atrás de ellos con el ceño fruncido y yo me restriego el rostro con las manos. Estoy irritada hasta la coronilla.

—¿Cálmate sí? Ella nos ayudará —Jehiel me toma de los hombros y yo miro el suelo.

—¿De dónde salió ella? ¿De verdad es un demonio como tú?

—No dejes que Ariadne te meta tantas cosas a la cabeza, Tess no es un demonio —Jehiel rueda los ojos y yo lo miro confundida.

—¿Por qué me diría eso entonces?

—Pues... Yo no debería decirte esto, pero... —dice alejándose un poco de mí y yo corro hasta a él tomándolo de los hombros como él lo hizo segundos atrás conmigo.

—¡Pero lo harás! —amenazo mirándolo a los ojos y él sonríe.

—Zaek y Ariadne no siempre fueron solo ellos dos, Tess es su hermana.

—¿Trillizos? —completo sorprendida, pero Jehiel niega rápidamente.

—Tess es dos siglos mayor que ellos.

Alejo mis brazos de Jehiel y miro a los hermanos que van caminando más lejos bajando la montaña.

—Estoy confundida. ¡Te odio! —le doy un golpe a Jehiel en el hombro y él frunce el ceño—. Siempre estoy más perdida cada vez que me dices algo que se supone deba explicarme la situación.

—Exagerada —me toma del codo y me comienza a arrastrar con él para apresurar el paso, yo empiezo a quejarme en voz alta y con un deje de diversión de lo idiota que es, pero Jehiel solo se limita a reír hasta que llegamos junto a los chicos y me suelta.

—¿Por qué tardaron tanto? —Ariadne me mira de reojo y yo niego la cabeza.

—Que te importa, Ariadna —le responde Jehiel y entonces a la chica parece activársele algo ya que cierra sus manos en puños y se le tira encima al demonio mientras yo apenas y tuve tiempo para alejarme de ambos. Los dos caen al suelo rocoso cubierto con poca nieve y Ariadne comienza a golpearle el pecho.

Aquí vamos.

Zaek se aparta rápidamente de Tess con la intención de separar a su melliza de Jehiel, pero ella lo toma del brazo y le dice que no. Me sorprendí en gran manera con el hecho de que Zaek asintiera y no hiciera nada.

—¡Te odio tanto, ya no te tolero más! Eres lo peor que me ha pasado en la existencia... Yo... —Ariadne le grita a Jehiel y este solo está allí debajo de ella dejándose golpear y sin decir una palabra.

No puedo creer lo que estoy viendo, parece que Ariadne va a llorar. ¿Acaso puede hacer eso?

—Tess, ella se está haciendo daño —le dice Zaek mientras luce afligido y adolorido, pero su hermana mayor vuelve a negar.

—Tiene muchos siglos guardando el rencor —le responde ella y yo abro mi boca en sorpresa—. A Jehiel parece no importarle que se desahogue con él. De hecho, sé que él quería eso, pero Ariadne es tan fuerte que no se había dejado doblegar. Supongo que ya llegó a su límite.

Miro a Zaek y este cierra los ojos volviendo sus manos fuertemente en puños para quizás tranquilizarse, no se debe ser un genio para saber qué está sintiendo todo lo que su hermana melliza siente ahora.

Ariadne deja de golpear a Jehiel y este se levanta un poco quedando sentado y con la ojiazul en su regazo, la rodea en un abrazo y ella suelta un bufido, quita los brazos del demonio lejos de su cuerpo y se pone de pie rápidamente. Zaek abre los ojos y entonces corre hasta su hermana y la abraza.

Miro a Jehiel en el suelo sentado con el gesto apagado y los mellizos se alejan por otro sendero de la montaña rocosa. Seguramente harán como en la isla dónde desaparecieron y no supe de ellos por horas.

—Esto ya es demasiado como para que me hagan creer que aquí no ocurre algo —digo mientras camino hasta Jehiel y lo ayudo a pararse.

—¿Ella no sabe nada? —le dice Tess a Jehiel señalándome y el demonio niega.

—Jehiel, ¿se puede saber qué rayos fue eso? —pregunto ignorando a Tess.

—Eso fue... la única chica a la que he amado en mi existencia golpeándome por ser un idiota.

❁❁❁

Zaek

Ariadne y yo caminamos uno junto al otro sin decir una palabra.

Puedo saber todo lo que está pasando por la cabeza de mi hermana sin necesidad de hacerle pregunta alguna. Está enojada y su impotencia se cala por mi sistema como si fuera yo el que quisiera gritar, pero no puedo.

—Cuando éramos más jóvenes no entendía por qué el Creador nos hizo de la manera en la que somos —digo luego de un par de minutos en los que caminamos sin rumbo alguno.

Lo cierto es que son pocas las veces que vengo a visitar a Tessabeth, así que no conozco los senderos o lugares que posee este portal.

—¿De qué manera? —cuestiona sin mirarme.

—El poder sentir lo que el otro está pasando. Ariadne, me duele como un millar de soles ardiendo cada vez que algo pasa contigo —me sincero. Detengo el paso y solo entonces mi hermana me mira fijamente apartando su agarre del mío y cruzándose de brazos—. Y créeme que no lo estoy diciendo en mal plan —la miro de la misma manera en la que ella me mira a mí—. Me duele mucho, pero más que dolerme me enoja saber que no puedo hacer algo para que te sientas mejor y eso me desespera.

—Creí que luego de tantos años, podría mirarlo y no sentir nada. Incluso podría verlo a él y a Tess juntos y decir que estaría bien.

—Fue tu primer amor.

—Fue mi único amor —corrige y luego se sienta en un viejo tronco caído a la orilla del sendero.

Tomo asiento a su lado y paso mi brazo derecho por sus hombros atrayéndola a mí.

—Solo quiero que sepas que no necesitas explicar cómo te sientes y que estoy aquí para ti todo el tiempo que necesites. Así sea solo para abrazarte y contemplar la nieve caer —digo de forma calmada—. También quiero que sepas que eres el ser más dulce, inteligente y extraordinario que alguna vez he conocido y no lo digo porque seas mi hermana y esté contigo todo el tiempo, lo digo porque es verdad y te adoro como no tienes idea. Sé que un día encontrarás a alguien tan maravilloso como tú, puede que sea alguien más o quizás el estúpido de Jehiel, no sé, pero quien quiera que sea te amará tanto que no podrás de la felicidad que te hará tener —sonrío, aunque no pueda verme—. Y si es un idiota yo mismo me encargo del resto. Ya lo hice una vez, una segunda no será un problema.

Aún recuerdo cuando pasó todo el problema con Jehiel y Tessabeth. Fui hasta el mismo infierno a buscarlo y golpearlo hasta que mis nudillos se entumecieron.

—Gracias —dice pasando su brazo por mi estómago intentando abrazarme—. Que me falte todo menos tú, hermano mío.

—Seguro moriríamos si nos alejan —bromeo y ella ríe.

—Es lo más probable.

Luego de eso nos quedamos en silencio con la compañía del otro, porque no hay algo mejor que esto en estos momentos.

Que me falte todo, menos mi hermana.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top