ADOP.34

La tensión que se había creado en el ambiente no podría pasar por desapercibida por nadie. El alfa pelinegro tragó pesadamente y se obligó a mantener sus emociones y acciones al margen de la situación. El silencio del omega enfrente suyo lo estaba torturando lentamente.

Bajó la mirada algo apenado, sintiendo como su lobo aullaba y ladraba en reproche ante aquel impulso que tuvo de haberle confesado sus sentimientos a Jimin, creyendo realmente que aquel silencio solamente significaba el indicio de un doloroso rechazo y el inicio de una tortuosa resignación.

Había sido un idiota, probablemente Jimin ni siquiera se le habia pasado por la cabeza el hecho de sentir algo por él, y haberle dicho y confesado todo aquello habia sido un error demasiado precipitado.

Pero...¿como culparse por sus sentimientos tan impulsivos cuando en su vida se había cruzado con el omega más hermoso, valiente y fuerte que pudo haber encontrado?

Min suspiró con decepción, tratando de resignarse y preparándose rápidamente para recibir un "No" como respuesta.

Claramente su nerviosismo subió y sus manos comenzaron a sudar. De pronto unos murmullos se escucharon desde afuera, distrayendo por una fracción de segundos al alfa, sin embargo, Min estaba mas concentrado en los grises ojos de Jimin y en su respuesta antes que en los ruidos y aparente discusión que se escuchaba a unos cuantos metros alejados de la habitación en la que ellos estaban.

Notoriamente el omega lo estaba analizando, manteniéndose en completo silencio mientras desprendía un nuevo aroma que no pasó por desapercibido para el alfa ni por un segundo.

Apenas lo sintió cerró los ojos instintivamente y se llenó todos sus sentidos de aquel aroma, el cual era igual al olor de las flores de cerezo cuando estaban floreciendo luego de un largo y duro invierno.

Inevitablemente intentó darle significado aquel aroma y buscar un segundo significado entre la dulce fragancia y el silencio mortal del omega.

¿Jimin intentaba decirle algo con eso?

Sin poder evitarlo asocio aquel aroma como algún tipo de mensaje profundo que intentaba comunicarle el omega de Jimin con aquel silencio que mantenía y con aquella mirada profunda que escarbaba desde lo más profundo de su corazón. Cerró los ojos y formulo una posible respuesta.

Jimin era como una flor en primavera...no importaba que tan duro y frío haya sido el invierno que le arrebató sus hermosos pétalos e hizo marchitar su fuerte tallo, él siempre volvería a florecer al llegar de la primavera y volvería como una mejor versión de el, más colorida y viva que nunca.

Él siempre brillaría nuevamente en cuanto el sol volviera a golpear con calidez su vida...

¿Podría él ser el sol que alumbre la vida de Jimin y le devuelva los colores y fortaleza que se le fueron arrebatados?

Una sonrisa se pinto en sus labios al tener aquella imagen y cuestión en su cabeza, dandole a entender al omega que había logrado captar aquel mensaje que le intentaba comunicar con ansias y escondida emoción.

El alfa abrió los ojos y cuando lo hizo se encontró con una hermosa sonrisa pintada en los rechonchos labios del omega, esté había cerrado sus ojos y el pelinegro aprovecho aquello para llevar cuidadosamente su mano hasta la del omega para tomarla con suma delicadeza, creando un hermoso y Pacífico contraste entre los dos tonos distintos de piel y la evidente diferencia de tamaño que terminó por fascinar al lobo del pelinegro.

El omega al sentir el toque abrió los ojos lentamente y esta vez volvían a ser del mismo color miel que enamoro y encanto a Yoongi desde el primer momento.

Min sonrío sin poder evitarlo, expandiendo sus labios hasta la contemplación de sus rosadas encías, contagiando a Jimin, quien había vuelto a tomar control de su cuerpo, soltando una de aquellas pequeñas carcajadas que abultaba sus regordetas mejillas y achicaba sus pequeños ojos, siendo esas sonrisas las que más encantaban al alfa.

Sin haberlo notado, la atmósfera tensa que había estado presente hace unos momentos atrás había desaparecido completamente, tomando en su lugar una sensación cálida y hermosa que embargó a los corazones de ambos y los reconfortó de cualquier miedo que hayan logrado sentir en toda esta travesía de sentimientos nuevos que experimentaron uno al lado del otro.

Min a este punto no necesitaba otra respuesta mas que aquella sonrisa que le estaba dando el omega en cuestión, la cual le confirmaba que ambos sentían lo mismo, o en su defecto que existía por lo menos algo que los haría impulsar a descubrir más e intentar explorar aquellos sentimientos que estaban impacientes por florecer con libertad.

Solo tenían que dejar de temer y soltar aun más su parte humana, porque sus lobos ya se amaban desde incluso antes de conocerse...

Estaban destinados a estar juntos y eso aunque no lo supieran, lo sentían en lo más profundo de sus seres.

Sin embargo, Ningun momento hermoso dura para siempre...

Los murmuros y clara discusión que se lograban escuchar desde la habitación aumentaron, siendo ahora gritos que no duraron más de 10 segundos, pues a continuación de ello se escuchó el claro sonido de un disparo, el cual segundos después le secundó un segundo disparo.

De pronto a los oídos de ambos llegó un grito o más bien un llanto que ambos reconocieron al instante...

Ambos cruzaron miradas y Jimin abrio sus ojos y se removió como pez fuera del agua, apretando la mano de Min e intentado con todas sus pocas fuerzas salir de aquella camilla, poco importandole las agujas clavadas en sus muñecas, las cuales comenzaron a sangrar por el brusco movimiento.

El alfa abrió los ojos y su respiración se volvió errática sin necesidad de correr ningún maratón, sintiendo que el que corría una carrera era su corazon, el cual bombeaba con tanta fuerza y rapidez que podía sentirlo latir en sus oídos.

Intentó parar a Jimin quien claramente estaba igual o mucho más desesperado.

Aquel llanto pertenecía a su pequeño, y no solo él lo sabía, sino su lobo también, y podía sentirlo profundamente, pues su necesidad de sacar su lado lobuno instintivo y mostrar los colmillos lo estaban consumiendo desde adentro como fuego incandescente, y más aún si veía el estado tan desesperado del omega, el cual sólo estaba logrando lastimarse con las agujas de la intravenosa que los enfermeros le habían conectado unas horas antes para recuperar fuerzas luego del nacimiento de su cachorro.

El alfa se desesperó y no pudo evitar entrar en pánico cuando de los ojos de Jimin comenzaban a salir lágrima tras lágrima y fuertes alaridos de su boca por el sobre esfuerzo que estaba haciendo sobre la reciente saturación de la cesárea y el daño al tirar de la aguja que estaba sujetas a las venas de su muñeca.

Min apretó los dientes con fuerza y tuvo que poner todo su poder de volutad para no odiarse al ver que la única alternativa que tenía para calmar a Jimin era utilizar su voz de mando...

¡Jimin, quieto!

Alzó un poco más de la cuenta la voz para que el lobo de Jimin lograra captar la orden, odiandose un poco al ver como los movimiento del omega cesaban pero sus lágrimas seguía fluyendo en su rostro como su fuera algún torrente de agua.

Soltó un alarido entre dientes y su expresión contenia tantos sentimientos que era casi imposible de descifrarla.

Un nuevo grito o más bien lloriqueo se escuchó resonar en los pasillos y retumbar en los oídos del alfa, quien al ver al omega corroboró que está vez no se movía de su sitio pero si soltaba fuertes alaridos desesperados llenos de dolor.

Min no esperó ni un segundo más y salió de la habitación corriendo, viendo con desesperación para todos lados de aquel largo y gigantesco pasillo blanco, intentando agudizar profundamente todos sus sentidos para hallar aquel aroma que apenas sintió, él y su lobo lo identificaron como suyo...

Su respiración se volvió aún más errática y sus ojos comenzaban a agitarse ante la desesperación que comenzaba a sentir en su interior. Su pecho ardió con fuerza en incluso llego a sentir por momentos que su propia respiración le quemaba por dentro.

Corrió a toda la velocidad que pudo y los más que sus temblorosas y vulnerables piernas le permitían.

Y cuando dobló torpemente por aquella esquina sus sentidos se apagaron por una fracción de segundos y se sintió viajar a otro mundo en donde no poseía olfato, oído o siquiera un cuerpo que pesara.

Creyó por un segundo que el piso que hace unos segundos atrás estaba pisando desaparecía mientras todo comenzaba a querer darle vueltas.

Sus parpados se abrieron tanto que cualquiera sospecharia de su ascendencia asiática y sus ojos se aguaron al ver como las pulcras lozas blancas del suelo eran pintadas por charcos y charcos de sangre...

De sus resecos labios se escapó un suspiro roto y quiso desvanecerse cuando vio en el suelo a Namjoon, Jin y Taehyung, repartidos en diferentes distancias en el suelo, cubiertos de sangre.

Su primer impulso hubiera sido desmayarse en el acto. Nunca había sido una persona muy tolerante a las situaciones explicitas y violentas, y ver todo aquello en tan poco tiempo logró crear algún tipo de corto circuito en su mente que le quitó el aliento sin mayor esfuerzo.

Soltó un fuerte jadeo y su primer verdadero impulso fue correr inestablemente hasta los cuerpos tirados y aventarse al suelo sin mayor importancia a lastimarse.

Su atención cayó completamente en SeokJin, quien era el único de los tres que daba señales de conciencia.

—J-Jin...—jadeo su nombre casi sin aliento, manchandose fácilmente la ropa con la sangre que el mayor desprendía—Dios mío...¿que ocurrió? ¿Que pasó?—preguntó en un hilo de voz roto e inestable mientras tomaba con delicadeza la cabeza del omega y acariciaba su mejilla, sintiéndose totalmente desconcertado, abatido, asustado y vulnerable al escuchar los pequeños jadeos dificultosos que soltaba el omega—.

—Y-Yoon...el bebé—pronunció con extrema dificultad, intentando mantener sus oscuros ojos abiertos—S-Se llevó al bebé...

Los ojos de Min se abrieron desmesuradamente y su corazon dio un vuelco de 180°, cual desembocó en un terrible nudo en su estómago que apretó hasta el punto de hacerlo jadear involuntariamente.

Su cuerpo tuvo algún tipo de impulsión que lo llevó a querer levantarse del suelo y salir corriendo en busca del cachorro a donde sea que esté, incluso se planteó la idea de seguirlo hasta el final del mundo en cuestión de pocos segundos.

Sin embargo, cuando quiso levantarse, un débil agarre en el pliegue de la manga de su chaqueta se aferró a él, inpidiendole poder cumplir su objetivo de salir corriendo como un loco...

Bajó la mirada y se encontró con los ojos brillosos del omega, los cuales se mantenían abiertos con notoria dificultad.

—É-Él dijo algo como...—intentó volver a hablar el omega, fallando un poco en el intento de modular correctamente las palabras, haciendo desesperar y asustar aun más al alfa—"En donde todo comenzó...Yoonie"

Tal vez fue la adrenalina del momento o un mero impulso que tuvo al escuchar aquellas palabras, pues no necesitó de más para sacar una rápida conclusión y sentir como su interior se prendía fuego y se calentaba como una incandescente caldera a miles de grados siendo calentada en los fuegos de las mil llamas del infierno.

De un momento para otro ya no sintió nada más que cólera, y el miedo que sentía fue remplazado rápidamente por una furia incomprensible que lo obligó a sacar a relucir sus afilados colmillos.

En cuestión de segundos la sala fue llenada de guardias de seguridad y otros enfermeros en turno, quienes al parecer corrieron en socorro ante los tres individuos que aún pertenecían en el suelo.

Min le dio una última mirada a Jin y deseo internamente poder quedarse a su lado como él lo había hecho en su momento de crisis y duda respecto a la decisión definitiva de ser un pilar mas que sostuviera en la vida de Jimin y en la de su pequeño cachorro. Pero simplemente no podía quedarse...

Apenas un enfermero se posicionó a un lado de Jin, éste murmuró varias veces el nombre de su alfa, el cual a diferencia de él, no daba señales de querer despertar ahora.

No quiso ser separado del amor de su vida, sin embargo se obligó a ponerlo en segundo plano cuando recordó que tenía que ver por su cachorro, por el cachorro de ambos.

Min no esperó más y salió corriendo, sintiendo como sus colmillos picaban y las palmas de sus manos sufrían la consecuencia de su creciente enojo al incrustar sin piedad alguna sus uñas en ellas.

Corrió y corrió, teniendo un objetivo en mente, el cual comenzaba a nublarse por su enojo.

Se las pagaría, se cobraría todos los malditos momentos que le hizo pasar a Jimin y todos los recuerdos del pasado cuando ellos dos eran simples niños intentando sobrevivir en una familia disfuncional.

Se cobraría hasta la última maldita gota de sufrimiento que él derramó por su culpa...


Asfghkl sigue abajo amores mios♡

¿Les está gustando? Espero que si ;^; 💔

🕯❤

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