ADOP.25

Narra Yoongi:

Me acerqué rápidamente a la lumbre de la cocina mientras agarraba una espátula de madera, tratando de que el huevo revuelto saliera perfecto y se mezclara perfectamente con las especias que le había puesto por encima. Implemente el tocino y lo deje cocinar hasta que este se vio dorado y crocante, fusionándose con el sabor del huevo revuelto, las especias y la misma grasa que la carne desprendía.

Coloque un vaso de jugo de naranja en la mesa, poniendo a un lado el plato con el recién servido desayuno al estilo americano, sonriendo en el proceso al verlo todo tan perfectamente.

Gastronomía...

Algo que siempre me gustó pero que de igual manera nunca pude realizar por el simple hecho de que la cocina no era tarea de alfas y en esos momentos para mi padre tener un hijo cocinero era motivo de burla para sus amigos y socios.

Saque mi teléfono, releyendo los mensajes que me había enviado Siwon, aquel alfa de aquella asociación, confirmando con nerviosismo como nos había citado a Jimin y a mi en el hospital central de Seúl para la primera cita con el obstetra y la primera ecografía del cachorro de Jimin.

Estaría mintiendo si diría que no me sentía nervioso y con deseos de que este día nunca llegara.

...porque ¿que ocurriría si algo sale mal? ¿Que seria si la ecografía dice que algo anda mal con Jimin y su embarazo? ¿Y si el cachorro esta enfermo? ¿Y si la continuación de embarazo perjudicaba la vida del menor?

Había visto tantas películas, libros, foros en internet que contaban con dolor como las ecografías aveces pasaban de ser la cosa mas bonita y llena de ilusión a momentos completamente horrorosos y traumáticos.

Había leído como padres relataban  lo ilusionados que se sentían  después de escuchar los primeros latidos de sus bebés para luego ser cruelmente arrollados con la noticia de que aquel pequeño ser era portador de una enfermedad  irreversible y incurable, para luego tener que decidir dolorosamente como terminarían con la vida de su propio hijo.

Después del mes tres estos pueden ser diagnosticados con posibles problemas del corazón o problemas cromosómicos...y tenia miedo, mucho miedo a que Jimin vuelva a sufrir.

Porque a pesar de no verse tan claro, ya era parte de la vida de Jimin, tal y como yo suponía que yo era parte de la suya.

Sacudí mi cabeza levemente y aparte rápidamente mis pensamientos pesimistas al escuchar el tono de llamada que le había asignado especialmente a la única persona a la cual no tenía ánimos de atender en este día.

Intercale mi mirada entré la puerta de mi habitación, en la cuál aún descansaba Jimin y mi molesto teléfono, el cuál no dejaba de sonar en aquella fastidiosa  cancioncita.

Suspire sonoramente, volteando los ojos para atras en una exagerada expresión molesta y cansada a pesar de que nadie podía verme...

Tomé el teléfono entre mis manos, viendo como el nombre de mi madre relucia en el.

-¿Hola?—salude en un leve tono de pregunta a pesar de ya saber perfectamente de quién se trataba—.

—Yoongi, hijo...—contestó del otro lado de la línea, usando aquel tono de voz que tanto detestaba y que sabía perfectamente que esta llamada solo era por mero interés en algo en específico—si yo no te llamo tu ni por asomo te preocupas por saber de mi...—Me regaño como si fuera un niño pequeño y como si no supiera que sus llamadas solo se reducen a una única cosa, la cual está tenía como nombre Dinero—.

—¿Que ocurre, madre? El dinero del mes ya lo deposite en tu cuenta bancaria...—traté de cortar su mala actuación de madre preocupada y indignada. Sinceramente nunca había sido una buena madre en mi infancia y mucho menos lo seria ahora que soy un hombre mayor—.

De pronto se creó un silencio en la línea tan profundo que me extrañó tanto que tuve que verificar que la llamada no se haya cortado.

—No te llamo solamente para eso, Min Yoongi—dijo esta vez con su verdadera voz, aquella que sonaba más rasposa y me traía recuerdos vagos de mi infancia—cuando quieres eres muy hiriente, sin duda alguna eres igual a tu padre.

—¿Entonces a que se debe tu llamada?—pregunté nuevamente mientras me sentaba en una de las sillas de la mesa y jugaba a pasar mi dedo por el borde de los vasos de cristal—.

—¿No es evidente?—preguntó esta vez con tono obvio en la voz, como si yo fuera adivino o si habláramos de nuestras vidas todos los días— tu padre y yo regresaremos a Corea para conocer a tu pareja, tal y como lo había acordado unos meses atrás.

Pare mi respiración unos  momentos, dejé mi mano quieta en su lugar y por un momento sentí un escalofrío calar de lo más profundo de mi ser.

Eso me había caído como un balde de agua fría...

¿Como los planes principales habían pasado a segundo plano?

¿En qué momento perdí la mira de todo este plan?

¿Que haría ahora?

Jimin estaba por cumplir los 6 meses y su barriga a pesar de ser pequeña está se veía abultada por todos los meses que llevaba.

¿Que le diría a mis padres?

¿Y si no me creían?

O aún peor...¿y si no aceptaban a Jimin y lo hacían sufrir con comentarios y acciones doble intencionadas?

—Yoongi...—me vi obligado a salir de mis pensamientos cuando volví escuchar la voz de mi progenitora, llamándome con un tono de voz extrañamente emocionado—te tenemos una sorpresa para cuando regresemos a corea.

Me quedé callado por un largo momento, pensado profundamente que podría llegar a ser la "sorpresa"

Desde luego no era algo material, porque si quería podía comprarme ahora mismo el auto más caro que encontrara en la concesionaria o cualquier cosa que deseara.

—¿Que clase de sorpresa?—indague con curiosidad y cansancio, llevando mi mano hasta el puente de mi nariz,  frotando con algo de fuerza por la pequeña pulsada que sentí en mis ojos—.

—Ya lo verás en cuanto se realice la reunión en tu casa, justo el mismo dia en el que regresemos de París—expresó felizmente mientras soltaba una pequeña sonrisa traviesa como si tuviera 5 años y yo tuviera toda la paciencia y tiempo del mundo—.

Hubiera seguido discutiendo con ella si no fuera que a mi sensible olfato llego el aroma tan dulce y relajante a durazno, aquel que desprendía Jimin desde hace unos meses por su embarazo.

Por alguna razón en las mañanas el aroma a duraznos dulces se intensificaba de manera abismal, trayendo consigo también el delicado aroma que desprendían los cerezos en primavera.

Cerré los ojos unos segundos antes de voltear mi mirada y ver a Jimin parado a unos metros de mi con aquel suéter grande morado pastel, su cabello rosa desarreglado y revuelto, sus mejillas coloradas y sus ojitos pegados y hechos dos pequeñas medialunas por la molesta luz tan brillante que se colaba por el ventanal gigante.

Escuche como mi madre resonaba su voz en el parlante del teléfono, sin embargo no perdí tiempo en colgar la llamada rápidamente, dejándola probablemente con la palabra en la boca.

—Jimin...—Pronuncié su nombre con delicadeza y lentitud, viendo con una sonrisa en mis labios como frotaba su pequeño ojo derecho con la manga de su suéter y hacia raros y tiernos movimientos con su nariz, olfateando el aroma del desayuno, el cual claramente despertó su apetito de embarazado—Preparé el desayuno para ti.

Jimin me miró con aquellos ojos curiosos para luego dirigir su mirada al plato de huevo con tocino, relamiendose los labios mientras pintaba una pequeña sonrisa en donde sus abultadas mejillas se apretaban y dejaban a la vista su pequeño dientecito torcido.

—Siempre adivinas lo que se me antoja...—Me contestó con aquel tono de voz tan relajado y dulce, no pudiendo evitar sonreír por su comentario al verlo sentarse con cuidado en la mesa y llevar el primer bocado de comida a su boca, masticando con vigor y placer—.

—Hablas mientras estás dormido...—declaré mientras llevaba la taza de café a mi labios, dándole un largo sorbo y dando todo de mi para escupir el café al ver la expresión confundida de Jimin—siempre en sueños hablas de la comida que quieres comer...

Jimin enfoco su mirada en mis ojos para luego apartarla violentamente con un sonrojo demasiado grande en ambas mejillas, las cuales en estos últimas semanas habían aumentado de volumen, y eso sinceramente me encantaba a mi y a mi lobo.

—Jimin...—llamé su atención mientras dejaba las risas de lado al igual que mi taza de café—Recuerda que hoy es nuestra cita con el obstetra, hoy será tu primera ecografía.

—¿Hoy?—preguntó desganado, claramente oponiéndose a la idea con un tierno puchero en sus labios mientras comenzaba a jugar con la comida de su plato con el tenedor de metal—¿Tiene que ser hoy? No me siento bien...

—¿Por que no te sientes bien?—pregunté con un poco de preocupación aunque sabia perfectamente que Jimin estaba mintiendome para zafar de la consulta—¿Acaso no quieres ver como esta tu cachorro?—pregunté nuevamente con delicadeza, viendo como Jimin bajaba la mirada y acariciaba por encima del suéter su abultado vientre, asintiendo ante mi pregunta luego de pensarlo unos segundos—.

—¿Entonces cual es el problema?—interrogue con sumo cuidado, tratando de ser lo más sueve posible y que ninguna de mis palabras se escuchara como un regaño y afectara a lo sensibles sentimientos de Jimin—.

—No quiero...—pausó un momento sus palabras antes de enfocar su mirada en mis ojos y apretar sus dos manos pequeños en dos puños—no quiero que me toquen...—admitió de manera dificultosa mientras bajaba la mirada avergonzado, negándose claramente a la idea de volver a ser tocado aunque este simplemente sea un chequeo médico y una pequeña revisión a su vientre—.

—Oye...—llamé su atención levantando su pequeño mentón con mi mano, obligándolo a posar sus pequeños y miedosos ojos en mi—yo voy a estar contigo durante toda la cita...—Le aseguré con una pequeña sonrisa en mis labios, tratando de transmitirle toda la seguridad posible—no tengas miedo, nada malo ocurrirá si estoy contigo, y eso te lo puedo jurar.

Ambos compartimos miradas unos segundos en silencio, segundos que podía jurar que fueron eternos al perderme en el brillo de la mirada de Jimin, viéndose sus pensamientos y emociones tan trasparentes para mí a través de sus ojos brillantes...

Jimin asintió levemente ante mis palabras, aparentemente creyendo en mi y en todo el apoyo que le estaba brindando.

Iba a ser difícil, pero no imposible...

Y lo imposible siempre tardaba un poco más...

Dos capítulos seguidores porque ustedes se merecen lo mejor de todo y los amo mucho UwU♥️♥️

Disculpen cualquier error ortográfico...♥️🥺

♡♡⬇️♡♡

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top