3.- Duras respuestas.

Mom amour, llamando.

—ya saben debemos alcanzar el presupuest.... ¡ perdón, debo contestar esta llamada!

—no se preocupe jefe— uno de los jóvenes a su cargo dio un paso al costado para darle privacidad.

" Oye.... tu mocoso se fugó del colegio y dice Milo que hay una mujer en la inspectoría que dice ser su madre..."

Al peliverde se le heló la sangre, su peor pesadilla se cumplía, como la Sibila de Cumas se cumplía la profecía que años atrás lanzó acerca del regreso de aquella que sin importarle, lo abandonó apenas dejó la confortabilidad del vientre para respirar y defenderse en el mundo exterior. Apretó con furia inusitada el celular tanto que los nudillos se tornaron tan blancos como el papel de las copias.

—¡ maldita seas!—farfulló castañeando los dientes.

El resto que trabajaba en la oficina, se quedó de una pieza al oirle sin titubeos hablar de esa forma de alguien, él jamás de los jamases se refería así de una persona, tenía que ser gravísimo

" ¿ Dégel? "

" Si a mi hijo le pasa algo, lo lamentará....."-dicho esto cerró la llamada dejando a Kardia con la palabra en la boca.

************

Se sacudía en sollozos abrazado a si mismo, la gente que pasaba por ahí lo miraba tratando de entender qué lo aquejaba, en un segundo su vida se convirtió en una película de terror, en un segundo la perfección que creía de su padre se desdibujó, ahora que sabía quién era su madre, veía a su padre como un ser mezquino, mentiroso que no dejó que se criara con su madre.

Un niño pequeño de aproximadamente cinco años, rollizo, pelirrojo con un bombón en su mano regordeta se le acercó.

—oda

Camus deshizo la posición fetal en la que se hallaba, apartó los brazos de su cara y parpadeó aún llorando a mares.

—poque llodas

Y la inocente pregunta fue el detonante para que el francesito volviera a hundirse en un mar de lágrimas, desconcertado el nene pelirrojo miró apenado a sus padres que habían llegado hasta ahí movidos por la curiosidad.

—tiste-señaló a Camus que hipaba sin control.

—¿ dónde están tus padres hijo?—la mujer con instinto maternal se sentó a su lado mientras el hombre entrecerraba los ojos como si....

—Leyla—llamó el hombre visiblemente alarmado—este chico es hijo de ese joven que tiempo atrás casi nos lo daba en adopción ¿ lo recuerdas?

El pelirrojito había burlado la seguridad de sus padres y sin pedir permiso salió despavorido rumbo a una tienda a comprar más bombones ya que según él, ese niño de pelo largo verde estaba triste y tal vez un chocolate le haría sonreír.

Como impelido por un mal espíritu, Camus reaccionó para vociferar.

—¡ lo odio! ¡ me mintió!

La mujer lo sostuvo, había caído en un estado de histeria y así podía pasarle cualquier cosa incluso hacerse daño a si mismo. El niño había regresado con una funda de bombones que puso en el regazo de Camus que que al alzar otra vez su rostro este estaba horrible, con los ojos enrojecidos y mocos.

—tocolate ¡ ten!

Aquel tierno e inesperado gesto le hizo sonreír a través de las lágrimas, abrió con manos temblorosas el paquete y tomó un bombón cuya envoltura roja le recordó a aquel turrón que su abuelo le obsequió por su cumpleaños número once. No sabía qué pensar de él también, se mostraba implacable cuando el tema de su madre era sacado a colación.

Krest y Dégel dos hombres que tenían una historia similar que él ignoraba. Uno era su abuelo y el otro su padre.

—¡ ahí está!—una voz ligeramente ronca y agitada se acercó con dos chicos y tres adultos uno de ellos Dégel.

Los adultos que otrora quisieron adoptarlo se hicieron a un lado, más no el niño pelirrojo que no quería abandonar a su nuevo amigo.

—¡ amigo! ¡ no tes tiste!

Los padres del pequeño miraban conmovidos la escena, sin embargo se preguntaban que era lo que desconsolaba al muchacho. Aioria que junto a Milo venían delante de la profesora, la rectora del colegio y Dégel se apresuró hasta llegar hasta el peliaguamarina que al ver a su padre gruñó furioso para ponerse de pie de un salto y refugiarse detrás de los otros adultos.

—¡ no te me acerques!—gritó—¡ eres un falso, me mentiste, me negaste a mi madre!

Anodado y aturdido, el peliverde ignoró al resto de personas para tratar de tomar de la mano al puberto que emitió un feo sonido que espantó a su padre y alarmó a la profesora y a la rectora.

—no me hagas enojar Camus, si no quieres ganarte una paliza por majadero...

—¡ señor DuPont!—quiso razonar la profesora del muchacho—con amenazas no puede calmar a Camus ¡ mírelo! ¡ está nervioso y alterado!

—¿ dónde está mi mamá?—exigió mirando cual animalillo acorralado—¿ dónde la dejaste? ¿ qué le hiciste Dégel?

¿ Cómo podría decirle que ella lo abandonó?

Consternado por el lamentable estado psicológico de su " hermano", Milo dejando su sarcasmo característico pidió a su cuñado que le dejara hablar con Camus el cual se mantenía con el niño pelirrojo aferrado a su pierna. 

" Tú me lo hiciste y tú lo criarás..."

Casi doce años después esas feas palabras resonaban en su cabeza, al nacer ella le repitió lo mismo mientras se lo entregaba envuelto en una mantita blanca. Pero más le dolió el saber que él para ella fue un peso impertinente, que arruinaba su vida... ¡ Si Charlotte había herido a Camus antes de nacer con su indeferencia y ahora lloraba ignorante de la verdadera historia!

—¡ Cam!—Milo lo tomó de los hombros con delicadeza—¡ hermano, estamos aquí, ven Dégel quiere decirte algo!

—¡ no, me mintió!

—las cosas no son lo que parece—habló con madurez Milo admirando incluso a Aioria que no creía que su fastidioso amigo fuera motivador—mira yo no conocí a mi papá, nunca supe porqué él se fue, pero jamás culpé a la abuela de los errores de mis padres. Kardia es un buen hermano tal como Dégel es un buen padre para ti—al finalizar estas palabras le guiñó un ojo a Dégel instandole a que aprovechara y ganara terreno.

—mi ilusión de conocer a mi madre—habló el pequeño francés en un hilo de voz—¿ qué hizo para que...?

Los adultos compartieron miradas, Dégel otro de los perjudicados en esa historia tenía enfocada su atención en algo que lo irritó enormemente, Charlotte acompañada de un hombre hablaba muy sonriente en tanto gesticulaba y señalaba hacia donde ellos estaban.

—¿ cómo supo esa mujer que Camus estudia aquí?—confrontó a la rectora que no se inmutó ante la acusación, ya había lidiado con padres y madres histéricos.

— la prioridad es Camus—contestó con voz clara—así que señor DuPont calme su tono y busque la forma de tranquilizar al muchacho...

Nadie estuvo preparado para lo que vendría después....

—¡ ahí está mi mamá!—el puberto emocionado se deshizo del agarre de Milo que se enredó con sus pies y cayó de trasero en el césped—¡ déjame ir Milo...!

—¡ Camus no estás bien!—la desesperación hizo mella en los adultos—¡ ven conmigo!—rogó Dégel ya asustado.

El viento cantó la advertencia pavorosa, el ángel guardián no lo alcanza, la consigna de saber el porqué le fue negado el calor materno se torna más palpable...

Milo viendo todo decide ir tras Camus que sin mirar atrás corría ya por la vereda a punto de cruzar la calle, el corazón de Dégel estalla de desesperación, el pequeño pelirrojo es detenido por las manos de sus padres en tanto las dos mujeres ruegan que ningún auto pase...

—¡ mamá...!

—¡ Camus... hermano ven...!—Milo corría estirando su brazo para alcanzar al de ojos azules—¡ Dégel, Dégel...!

Un frenazo y la anhelada distancia se corta, un grito desgarrador y caída....

******

En otro lado.

Kardia dejó caer con estrépito el vaso en el que bebía jugo de manzana rompiéndolo en mil pedacitos, Manigoldo que instalaba una pieza de una moto se detuvo en seco para ver a su amigo y compadre con el rostro blanco, aterrado y temblando.

—¡ bicho estúpido! ¿ qué te pasa?

—¡ M..Milo!

En Grecia.

Doña Ágatha se tocó el pecho, un mal presentimiento se instaló en ella, a su lado la madre de los escorpiones se sostuvo el vientre, la imagen de Milo se vino a su mente.

—¡ mi niño!—murmuró—¿ qué es esto que estoy sintiendo....?

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

No me odien ni me maten por esto....

Sólo les puedo decir que nada es lo que parece...

Y con este capítulo nos vemos el otro año en esta historia.

Un abrazo y se cuidan mucho :D

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