6

Todos quedaron en silencio, impresionados y en shock. La maestra Dorothy estaba boquiabierta y con la mano sobre la mejilla golpeada, en la cual había quedado marcada la palma de la mano de Sigma.

El primero en reaccionar fue, sorprendentemente, Chuuya, quien haciendo caso omiso a Shirase se levantó de su puesto y salió corriendo del salón.

Al verlo irse, Nikolai también reaccionó, se levantó, agarró a Fyodor y Dazai y los arrastró a la salida. Fukuzawa no intentó oponerse, pero la maestra pretendía regalarlos.

—¿Y ustedes a dónde...? —Empezó, pero fue interrumpida por Dazai.

—¡Cállese de una vez, vieja! —Espetó, y salieron del aula.

Iban detrás de Chuuya, pero tuvieron que gritarle que se detuviera un momento, pues era demasiado rápido.

—¿Qué demonios te crees que haces? —Inquirió el castaño.

—Pues voy a buscar a Sigma, zopenco —Contraatacó Nakahara.

—¿Y eso, por qué?

—Porque es mi amiga, inútil del culo.

—Ah, así que ella si es tu amiga y nosotros no ¿verdad?

—¿Pueden parar? —Los detuvo Gogol— Si quieren, sigan peleándose, pero luego de encontrar a Sigma, muchas gracias.

Se dedicaron una mirada de odio y se separaron.

—¿Dónde estará Sigma? —Preguntó Fyodor.

—En el baño de chicos del tercer piso, cuarto cubículo —Contestó Chuuya automáticamente. Todos lo miraron.

—¿Y tú cómo lo sabes?

—Ah... Ella va allí siempre que se siente mal —"Y lo sé porque yo también lo hago, y más de una vez nos hemos encontrado ahí" pensó, pero no lo dijo.

—¿Y qué estamos esperando? ¡Muévanse!

Fueron al baño de chicos del tercer piso, que siempre estaba vacío, y entraron. Escucharon sollozos del cuarto cubículo.

—Sig-chan, ¿eres tú? —Preguntó Osamu.

Los sollozos se detuvieron.

—¿Dazai? —Preguntó ella.

—Y no es sólo él, Sigma —Contestó Chuuya, acercándose a la puerta del baño—. Hey, sal aquí para hablar un rato ¿sí?

—¿Q-qué hacen aquí? —Cuestionó la chica.

—En primer lugar —Dijo Nikolai, con cierta diversión en su voz—, vinimos a buscarte. Y en segundo lugar, no tiene nada malo que nosotros estemos aquí, porque este es el baño de varones.

Sigma soltó una risita nerviosa desde el cubículo.

—Ese es un buen punto —Murmuró, y salió.

Chuuya la recibió inmediatamente con un abrazo, al cual ella correspondió.

—¿Estás bien? —Preguntó el pelirrojo.

—S-si, creo que estoy mejor —Susurró ella, pero con volumen suficiente para que sus amigos la escucharán.

—Lamento que causemos tantos problemas para ti —Se lamentó Nakahara.

—¿Bromeas? —Se separó un poco y miró a todos los presentes— No se disculpen nunca por eso. Ustedes son los mejores amigos que podría tener, y no los cambiaría por nada ni nadie, y mucho menos por juntarme con ninguna "amiguita".

Se sonrieron, y Chuuya tuvo que ponerse de puntillas para dejar un beso en la frente de Sigma.

Maldita sea, hasta Sigma era más alta que él (sólo un par de centímetros).

Se separaron y Sigma abrazó a sus amigos uno por uno. El último fue Nikolai, a quien de bonus le dio un beso en la mejilla. Gogol se puso rojito.

—Hay que regresar —Dijo Fyodor—. Sigue literatura con el profesor Ranpo.

—Bueno, literatura en mejor que historia de Japón —Comentó Osamu—. Estoy a poco de conseguir una Death Note y anotar al maldito viejo pedorro de Fukuchi ahí.

Sonó el timbre. Nikolai entrelazó su mano con la de Sigma.

—¿Bajamos? —Preguntó.

—Sí —Accedieron el resto.

Se tomaron su tiempo para regresar, tampoco es que tuvieran demasiadas ganas de ir a clases. Chuuya se mantuvo al lado de su amiga, pero se mantuvo en silencio, mirando lastimosamente de reojo a Dazai, quien conversaba alegremente con Fyodor.

"¿Por qué el, y yo no?" Pensaba. Y luego se respondía el solito la pregunta "Porque lo has ignorado desde que empezó la escuela, no seas estúpido. Claro que no te quiere cerca"

Entraron al salón, el maestro Ranpo hizo como si nada. Los ignoró y siguió con su clase, pero en cuanto pudo, se acercó a Sigma y le susurró al oído: "Bien hecho, esa 'profesora' era una estúpida"

No fue necesario preguntar cómo lo sabía. Después de todo, era Ranpo, y Ranpo lo sabía todo.

—Oye, ¿a dónde diablos fuiste? —Le preguntó Shirase a Chuuya en un susurro.

—No es tu asunto —Replicó el pelirrojo, sacando su cuaderno de literatura.

El suceso había quedado cerrado, o así se suponía. Pero Sigma sabía que no era cierto. Había abofeteado e insultado a una maestra, y aunque se lo merecía, no iba a quedar impune.

Y si debía ser sincera, aceptaría el castigo que fuera. Porque no se arrepentía de nada.

—Por favor, la señorita Sigma Stoker ir a dirección —Dijeron por altavoz.

Sigma empezó a levantarse, pero Gogol le tomó la mano.

—¿Voy contigo? —Preguntó.

—Estaré bien, no te preocupes.

Salió del salón, no pasó desapercibido que el maestro le guiñó un ojo al salir.

Fue a la oficina de los directores, quienes la esperaban pacientemente. La maestra Dorothy estaba sentada en una esquina con hielo en la mejilla y cara de odiar el mundo.

"Qué curioso" pensó Sigma. "La maestra tiene cara de sapo aplastado"

—Siéntate al frente, por favor —Pidió Fukuzawa. La chica ocupó la silla frente al escritorio.

—Según me ha comentado Fukuzawa-dono —Empezó el director Mori—, hubo cierta situación hace un rato, con la maestra Dorothy.

Sigma respiró profundamente.

—Así es, señor.

Fukuzawa se inclinó al frente.

—Señorita Stoker, ¿diría usted que actuó premeditadamente, o que fue una reacción involuntaria repentina? —Preguntó, con total seriedad.

—Fue a propósito, señor.

Los dos directores se miraron.

—¿Te arrepientas de haberlo hecho? —Preguntó, de nuevo Fukuzawa.

Sigma alzó la cabeza con altivez.

—No.

—¿Pretendes disculparte con la maestra por tus acciones?

Se volteó a mirar a la maestra, quien la miraba con patente odio. Luego dirigió su mirada al director de cabello gris.

—No.

Fukuzawa y Mori se miraron. Luego el primero suspiró.

—Toma una galleta, Sigma.

—¿Qué? —Preguntó ella.

—¡¿Qué?! —Saltó la maestra— ¡¿Piensa permitir dejar exenta de castigo a una estudiante que agredió a un personal docente?! ¡Es inaceptable!

—Lo inaceptable en el asunto es —Cortó Mori, con una mirada peligrosa— que una maestra haya osado inferir la sexualidad de una alumna por quienes se junta en los recesos, y haya decidido indagar sobre cosas privadas de la vida de esta.

—Por tanto, señorita Dorothy, agradezco sus primeras tres horas de trabajo aquí, pero me temo que debo despedirla, y solicitar que manden otro docente más capacitado para dar las clases de educación sexual.

Dorothy se quedó sin palabras, y con la boca abierta parecía más que nunca un sapo. Luego puso expresión indignada y salió de la habitación. Los directores le sonrieron a Sigma.

—Excelente trabajo, señorita Stoker —Alabó el pelinegro—. ¿Ya tomaste tu galleta?

—Ah, no.

Tomó una galleta del tarro que había sobre el escritorio.

—Toma otra —Pidió Mori, y Sigma no protestó, y tomó otra gustosa.

—Muchas gracias.

Fukuzawa suspiró.

—Mira, Sigma, no aprobamos la violencia en esta escuela —Dijo—, sin embargo, no te expulsaremos, pues la falta inicial fue de la maestra. Eso no significa que quedarás impune.

—Por supuesto. No pasa nada.

Ambos hombres sonrieron.

—Perfecto, entonces —Dijo Mori—. Ven a nuestra oficina al terminar la jornada, para hablar sobre el castigo.

—Claro. Con permiso...

—Adelante.

Se levantó de la silla, más contenta que nunca, y salió de la oficina. Se topó con Dorothy, enfurruñada, y le sacó la lengua.

Y se sintió mejor que nunca.


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Aaaaaaaaa

Aquí hice un guiño a una saga de libros súper popular, quien me diga qué saga es se gana un chocorramo.

Gracias por leer!!!


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