16
Adoraba a Sigma y a Nikolai con todo el alma, y eran muy buenos amigos. Pero Fyodor seguía creyendo que Dazai no tuvo la culpa de nada, y que Chuuya debería ser menos irascible.
Aunque tal vez se debiera a que sentía un interés más romántico que amistoso respecto al castaño.
Regresó a casa, pero no podía concentrarse. Necesitaba hablar con Dazai. Necesitaba ver si existía la posibilidad de hacerlo sentir mejor, de obtener su atención absoluta aunque fuera sólo por unos minutos. Necesitaba que lo viera.
Guardó los lápices y el cuaderno donde tenía la tarea que aún no había terminado.
—Iván, voy a salir —Avisó, ya con una mano en el pomo de la puerta.
Iván apareció a su lado tan rápidamente como si se hubiese teletransportado.
—¿Y a ti quién te dio permiso? —Cuestionó, enarcando una ceja.
—No pasa nada, sólo voy a casa de Dazai, no es como si me fuera a ir caminando hasta Shizuoka —Replicó el pelinegro.
—¿Hiciste tus tareas ya?
—La tarea es en parejas, Dazai es mi pareja —Su rostro se tiñó de rojo y cucarachas andaron por su estómago. Se apresuró a corregir:—. Es decir, es con quien estoy trabajando.
El ceño fruncido de Iván le decía que la excusa era no era suficiente para convencerlo, así que si no lo convencía por el lado académica, debía hacerlo por el lado emocional.
—Dazai la está pasando muy mal últimamente, ¿sabes? Es por lo de Oda. Me da miedo que trate de hacerse algo. Por lo de Oda, ya sabes. Por favor, sólo voy a hacer la tarea juntos, y a hacerle compañía. Se siente muy triste por Oda. Vamos, Iván, déjame ir a su casa.
Poco a poco, la expresión del adulto se fue suavizando, pero no estaba totalmente convencido. Ladeó la cabeza un poco.
—Quiero que estés de regreso antes de que oscurezca —Ordenó—. Si no vuelves para entonces, llamé a la policía.
Rodó los ojos, aunque fue hasta el de cabello gris y le dio un abrazo.
—Eres el mejor, Iván. Te quiero.
—Sí, sí, vete ya antes de que cambie de opinión.
Esbozando una sonrisa, Fyodor se despidió con la mano y salió a la calle. Iván suspiró.
Caminó un par de cuadras hasta llegar a la casa de su amigo, pero abrieron la puerta antes de que tuviera tiempo de tocar.
—Antes de entrar a su habitación, toca la puerta cuatro veces y di quién eres. No está de mucho humor para hablar, pero si es contigo seguro te deja entrar —Advirtió Ranpo, mirándolo fijamente a los ojos.
—Ah... Gracias.
Edogawa le dio espacio para que entrara y cerró la puerta tras ellos.
No era como si hubiese estado muchas veces en casa del castaño, pero de tanto que él le contaba y describía su hogar, sentía que lo conocía como si fuera el propio.
No había mucha iluminación, además de la que entraba por las ventanas y algún que otro bombillo. Había una mesa alta occidental y también un kotatsu, aunque éste no tenía foso como otros que había visto. También había un sofá, aunque nadie lo utilizara más que para sentarse en el suelo y recostar la espalda en él. Era algo curioso.
En realidad, era una casa pequeña.
Elise y Yumeno dormían en una habitación, Yosano y Dazai compartían otra, o por lo menos eso hacían hasta que Yosano cumplió los diecisiete y se mudó a una residencia estudiantil.
Odasaku vivía en un apartamento en Tokio, donde trabajaba como detective. Hasta el día en que murió en un atentado mientras investigaba el caso de unos niños desaparecidos.
Y Dazai lo adoraba. Fyodor no era capaz de imaginar cómo se sentía eso. Para él, sería algo así como perder a Iván.
Tocó cuatro veces en la habitación.
—Largo.
—Soy Fyodor.
—¿Y a mi qué me importa?
A pesar de esa respuesta brusca, Dazai se levantó y le abrió la puerta. Fyodor se disculpó por molestar y entró. Sintió su estómago revolverse de rabia al ver la mano de Dazai enyesada.
—¿Duele?
Como respuesta, obtuvo un "jhmm" que no le dijo gran cosa. Se sentaron juntos sobre el futón que Dazai aún no había guardado en el armario.
—¿Te encuentras bien? —Se atrevió a preguntar el ruso, esperando una respuesta más concreta que un "jhmm". Dazai frunció el ceño.
—Fyodor, ¿crees que soy un cretino? —Preguntó, con un tono sorprendentemente triste.
—No. No eres ningún cretino. No digas eso. El cretino es Chuuya, ponerse así y luego romperte el brazo...
—Fue culpa mía. Yo lo provoqué. Soy un cretino.
—¡No lo eres! —Insistió Dostoyevski— Él también sabe cómo se pone. Es su culpa ser tan irascible. Has pasado por un mal momento, es todo.
Dazai dejó caer su cabeza al hombro del pelinegro. Éste se sonrojó ligeramente.
—Fyodor, ¿para qué vivimos?
—¿Eh?
La conversación que había tenido con los demás antes del incidente empezó a sonar en su cabeza.
"¿Y si intentara suicidarse?"
Eso habia dicho Chuuya. Lo había tachado de idiota, pero ¿y si fuera cierto?
Miró al castaño de reojo. Las vendas en su ojo, sus manos... Y su cuello.
"¿Realmente lo intentó?" Se preguntó. Tragó saliva.
—¿Por qué lo dices?
—Sólo piénsalo. Todos vamos a morir algún día, y lo único que nos depara de ese destino es una vida llena de sufrimiento y dolor. Como cuando te caes y te lastimas la rodilla, o cuando ves a la persona que te gusta interesada en alguien más... —A Fyodor le dio un vuelco el corazón, y Dazai apretó los puños— O cuando ves a tu mejor amigo ignorarte y alejarse de ti porque quiere "conocer nuevas personas". ¿Acaso eso no es una forma de dolor?
Dostoyevski tragó saliva. Le dolía mucho esa declaración. No sólo por la pesimista perspectiva de Dazai, sino también porque Chuuya era su mejor amigo.
—Eso duele mucho —Susurró.
—Fyodor, ¿para qué vivimos? —Insistió el castaño— ¿De qué sirve? Si las personas no nacieran no sufrirían. No existirían. Fyodor, ¿y si yo ya no quiero existir más?
"No digas eso. Por favor, no digas eso. Me duele"
—Fyodor, si te dijera que quiero lanzarme al río, ¿te lanzarías conmigo?
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Acá los dejo con la duda de si Fyodor acepta y se tira a un río con Dazai o no.
¿Qué dicen ustedes?
Por otro lado, ¡hoy sale la quinta temporada! ¡Qué emoción!
Hasta acá llega nuestra estabilidad mental, damos y caballeras.
Aunque yo nunca he tenido, pero bueno.
Por cierto, eso de tocar la puerta 4 veces es porque 4 en japonés se pronuncia igual a la palabra muerte, que es shi. Por eso, los japoneses son muy supersticiosos con el 4.
Ranpo sabe que Dazai está pensando en el suicidio, y por eso le indicó a Fyodor que tocara cuatro veces.
Gracias por leer!
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