10
El lunes por la mañana no tenía ganas de ir al colegio. Pero no era opción, por lo que su hermana lo jaló de las piernas para sacarlo de la cama.
-Levántate, Niko, llegarás tarde -Lo regañó.
-Nooo quieeeroo iiiiir -Se quejó, aferrándose al colchón.
Al final, Sonya le ganó, y tuvo que levantarse por las malas a arreglarse al colegio. Según Nikolai, no era justo porque su hermana era mayor que él y tenía más fuerza.
-¿Dónde están papá y mamá? -Preguntó, sentado en la mesa esperando a que la chica le sirviera el desayuno.
-Salieron a trabajar temprano -Contestó Sonya-, así que quedé a cargo de levantarte.
-Qué bien, me encanta que me obligues a levantarme -Se burló el albino.
-Graciosito. Mira la comida, y vete a la escuela.
Sonya tenía ya dieciocho años. Era su única hermana. A veces podía ser todo un fastidio, pero la quería mucho. Sabía que podía contar con ella para lo que fuera. ¿Si se rompía un brazo? Sonya estaba ahí para él. ¿Si perdía una materia? Sonya intervenía para que sus padres no les pusieran un castigo muy severo. ¿Si tenía una pesadilla por la noche? Sonya estaba ahí para burlarse de él. Cosas de hermanos.
Pero, ambos estaban creciendo y cambiando. En ocasiones no alcanzaban a hablar, estaban muy ocupados con sus respectivas tareas del colegio o la universidad. Aún así,a sabían que si se necesitaban para algo, ahí iban a estar.
-Ya me voy -Avisó Nikolai-. Nos vemos después.
-Bai bai, Niko -Se despidió ella.
Empezó su camino a casa de Sigma, y se sorprendió al no verla esperando por él a la entrada. Frunció el ceño y sacó el celular para escribirle, cuando vio el mensaje que le había mandado la noche anterior.
"Mañana no voy al colegio. No te molestes en venir por mí"
Si ayer dijo mañana, mañana era hoy, ¿no?
Eso significaba que Sigma no iba a ir al colegio ese día. Gogol dejó escapar un suspiro y miró la puerta de entrada a los apartamentos en que vivía la chica.
-Lástima -Murmuró-. Justo hoy te iba a dar un regalo... Tendré que guardarlo para mañana.
Siguió caminando calle abajo y tomó el tranvía. Sinceramente, se sentía deprimente caminar solo dirección al colegio. Ya se había acostumbrado a la cómoda sensación de andar junto a Sigma. No hacía falta hablar, siempre se entendían. Era como telepatía.
De hecho, era por eso que le gustaba Sigma. Sabía hacer del silencio una conversación diplomática. Todo de ella le gustaba: su voz, su sonrisa, pero lo mejor de todo, su inteligencia, porque Sigma era brillante, realmente brillante.
Era divertida, amable e inteligente. ¿Qué más podía pedir? Era la persona perfecta.
Y ahora le hacía mucha falta. ¿Por qué habría faltado?
Al llegar al colegio, no pudo evitar reprimir una sonrisita al ver qué sucedía afuera del salón. Shirase, Yuan y otro par de chicos de Sheep habían sacado la mesa que habían rayado con burlas a Sigma y la estaban limpiando. Ranpo los vigilaba, mientras se comía un caramelo.
-Buenos días, profe -Saludó Nikolai. Ranpo le guiñó un ojo.
-¿Qué tal, Nikolai? -Dijo- ¿Dónde está Sigma?
-No ha podido venir hoy.
-Ya veo.
Miraron de reojo a los chicos en su labor de limpieza. El maestro sacó un cuaderno de su maletín y golpeó a Shirase en la cabeza.
-Mueve las manos, chico. La mesa no se limpia sola.
Shirase gruñó, Gogol se rió un poco.
En el salón, Fyodor, Dazai y Chuuya charlaban animadamente. Se les acercó.
-¡Hola! -Saludó, y miró a Chuuya- ¿Los delataste?
Él hizo un gesto con la mano.
-Qué va. Simplemente quedaron grabados en la cámara. Yo no hice nada -Chocaron los puños-. ¿Está bien si me siento hoy contigo? Sigma ,e dijo que no vendría hoy.
-¿También te avisó a ti? -El albino tomó asiento.
-Nos avisó a todos -Comentó Dazai-. Aunque no nos dijo por qué. ¿Tú sabes algo?
-Nopili nopili. No me dijo nada.
-Vaya, qué lástima. Deberíamos ir a visitarla cuando terminen las clases, ¿no creen?
-Estaré encantado -Dijo Chuuya-. Es una verdadera lástima que no viniera hoy. Hoy son las audiciones para el equipo de basket.
-Pensé que serían en dos semanas.
-Pues las adelantaron. Si le gano a Shirase en un partido sólo nosotros dos, me dejará ser el capitán de equipo.
Dazai carraspeó.
-Hazme un favor, Chuuya -Pidió-, dale una paliza por mi a ese pobre imbécil.
-Por supuesto. Aunque no lo haré por ti, lo hago por Sigma.
Ranpo entró al salón, mientras los de Sheep seguían lavando la mesa, e inició la clase.
En general, fue un buen día. Chuuya humilló completamente a Shirase en las audiciones y se convirtió en el capitán del equipo. Luego entregaron los exámenes de matemáticas que habían hecho la semana anterior y todos obtuvieron una buena nota. Y además, el maestro Fukuchi estaba enfermo, y no fue a dar clases.
A la salida, todos juntos se dirigían al tranvía, para visitar a Sigma.
-¿Qué dirá cuando vea la nota de su examen? -Comentó Fyodor.
-Ni idea. Tal vez ni le importa. Igualmente siempre saca buenas notas, no es de sorprender que sacara la mejor nota -Sugirió Nikolai.
-¡No sacó la mejor nota! -Protestaron Dazai y Fyodor, heridos en su orgullo. La chica les había ganado por una décima.
-Venga, no sean llorones -Intervino Chuuya-. Ya vamos a llegar.
La atención del ucraniano se desvió hacia un joven occidental que se había subido al tranvía. Tenía el cabello largo recogido en una cola, y su rostro estaba maquillado.
No pudo evitar sentir cierta admiración por ese hombre. Japón era un país muy tradicional, en el que fácilmente te juzgaban si no seguías las reglas sociales. No era bien visto ser un hombre que se maquilla, o que tiene el cabello largo. Eso es de "maricas"
Gogol no era gay, pero le interesaba mucho el maquillaje. Le fascinaba esa manera en que una persona se convierte en alguien totalmente diferente sólo por maquillarse. Para él, el maquillaje también era una forma de arte. Y le encantaría ser ese tipo de artista.
-Llegamos -Avisó Dazai, sacándole de su ensoñación.
Caminaron y llegaron a los apartamentos. Tocaron el timbre.
Les abrió un hombre de cabello largo (hablando de hombres de cabello largo) que tenía orejas puntiagudas y un poco de cicatrices.
-¡Vaya, este señor parece un vampiro! -Exclamó Dazai, muy indiscretamente. El hombre enarcó una ceja, y Chuuya golpeó a Osamu.
-Disculpe -Dijo Gogol-, ¿Se encuentra Sigma en casa?
-¿Y ustedes quiénes son? -Preguntó el sujeto.
-Somos sus amigos del colegio. Vinimos a desatrasarla de las tareas y a entregarle el examen de matemáticas.
El hombre los dejó pasar. Sigma vivía en el tercer piso. La verdad, era un apartamento de lo más acogedor.
-Sigma, tienes visita.
La chica asomó la cabeza por la puerta de su habitación.
-¡Chicos! -Exclamó al verlos- ¿Qué tal?
-Terriblemente deprimidos por no haberte visto en todo el día -Confesó Nikolai-. ¿Cómo estás tú?
-Mueca.
Ella se acercó y les sonrió. Le faltaba el colmillo derecho.
-¿Se te ha caído? -Preguntó Chuuya, tomando el mentón de la joven para revisarla.
-Nada de eso, me lo han quitado -Explicó ella-. Mañana me pondrán brackets. En unas semanas me harán otra operación para abrir un hueco en el paladar, y poner un botón sobre un colmillo que no ha salido todavía.
-¡Wau! -Exclamó Dazai- ¡Qué genial!
-Qué asqueroso -Opinó Fyodor.
-Ejem... -Carraspeó el hombre que les había abierto la puerta.
-¡Oh, sí! -Exclamó Sigma- Les presento a Abraham Stoker. Es mi padre adoptivo.
-Un placer conocerlo, señor.
-El placer es mío.
La chica jaló del brazo a sus amigos.
-Vamos a mi habitación -Dijo-. Quiero que me cuenten todo lo de hoy.
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Hola!
Aprovecho para decir que estoy trabajando en un proyecto para el mes del orgullo, y se admiten participantes.
Si les interesa, pueden buscar en mi libro "Amén, señores" donde está toda la información.
¡Gracias por leer!
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