Capítulo 11

Capítulo 11:

Ada.

¡Ya deja de llorar! ─ me grito al espejo.

Mi mente no para de reprocharme lo mala persona que soy.

¿Ves? Nada de esto hubiera pasado si de vez en cuando me escucharas. ¿Te has detenido a pensar las cosas alguna vez? No, nunca piensas, impulsiva de mierda. Todo lo que nos pasa es por tu culpa. Nos estamos quedando sin personas alrededor. ¡Reacciona!

Y con eso, agarro un almohadón, lo apretujo con fuerzas y finalmente lo lanzo por la habitación.

Mi mente es mi peor enemigo, porque me conoce y sabe cómo destruirme.

Porque no soy emocionalmente estable, lanzo todos los cojines que encuentro. Abro la puerta de mi armario, pego un vistazo ligero a todas mis cosas. No puedo más, esto es una mierda, estoy enfadada conmigo misma. Soy un asco. Tomo las prendas dobladas para luego tirarlas por doquier.

Quiero destrozar algo para calmar mis nervios. Cabe destacar, que sigo llorando a todo pulmón.

Tomo una carpeta de mi escritorio, en un instante desaparece de mis manos para aterrizar en el suelo, las hojas se desparraman, y yo sigo vacía.

─ ¡Basta! ─ alguien grita, pero yo no reacciono─ ¡¡Eh dicho Basta!!

Estoy tan embroncada, que apenas siento que me aprietan por detrás, sujetándome los brazos para inmovilizarlos. Sigo llorando como si fuera a morir por dejar de hacerlo. ¿Cómo es posible que me duela tanto? No es la primera vez que me dicen cosas como insoportable, cruel, estúpida, entre muchos insultos. La última vez que alguien me dijo estúpida y me dolió así de feo, fue aquella vez cuando me lo dijo mi Padre. Sí, mi padre me dijo estúpida (en muchas ocasiones), ah, pero antes, me cacheteó un par de veces. Él odia tenerme como hija y no se molesta en negarlo. Menudo idiota.

¿Es que soy tan insignificante como persona?

Eres un paracito.

Gracias cerebro. No se me ocurría ninguna comparación de, mi misma con algo insignificante.

─ Basta. Por favor, Ada. Tienes que tranquilizarte. Vas a hacerte daño─ me susurra pegando sus labios tibios a mi oreja.

─ Todos me odian─ digo sollozando.

─ ¡Eso no es cierto!

─ ¡Que sí! ─ empiezo a llorar de nuevo. Si sigo llorando es posible que la habitación se hunda como el Titanic─ Mi padre me odia. Con mi mamá no me hablo, porque me considera una fracasada. Mi hermana me evita. Tengo solo dos amigos, y uno de ellos me acaba de decir que estropeo todo en esta puta vida... ¡Me estoy quedando sin personas alrededor!

─ ¡Que no!

─ ¿Por qué culo sigues en negación? ¿No lo ves? ¡Me estoy quedando sola! ─ grito tratando de escapar, pero tiene los brazos muy fuertes.

─ Me tienes a mí. Y yo no voy a ir a ningún lado, Princesa.

Sorprendida, me giro, ─aún entre sus brazos─ mirándolo con un gran asombro. ¿Qué hace Codi aquí?

Codi.

~Dos meses antes, 1/2~

Tengo un amigo que además de pesado, está preñado de amor.

Con Will nos conocemos desde siempre. Estoy seguro que la primera vez que nos vimos, usábamos pañales y nos costaba hablar con claridad. Realizábamos todo tipo de actividades juntos, fuimos a las mismas escuelas, mismo equipo de futbol, y así con todo, hasta vamos a la misma universidad, aunque diferente carrera. Resumiendo, somos amigos de toda una vida. Y desgraciadamente, está enamorado. Digo "desgraciadamente" porque el amor causa un efecto extraño en él, como que se atonta un poco mucho. Le agarra la estupidez.

Pero la chica no está mal. Es bastante atractiva, se llama Sofía o algo así. No la voy a describir porque si Will me leyera la mente, es probable que me mate un par de veces por describir las tetas de su novia.

En fin. Tenemos que ir a buscarla. Ese "tenemos" me saca de mis casillas. Mi honorable amigo dice que su novia es rara, me comentó que ella evita besarlo y que aún no han hecho el delicioso, conclusión, quiere saber si realmente él no es el único enamorado en la relación, si ella le tiene asco o algo así. Y que mejor idea para comprobar tus suposiciones amorosas, que invitar a tu mejor amigo para una cita doble. Lo peor es que no conozco a la chica con la que se supone que voy a salir. Creo que es una amiga de Sofía, la verdad es que no presté mucha atención cuando me lo dijo.

¿En qué demonios pensabas Will? Como él piensa con el pito, yo tengo que seguirle el juego.

Tomo las llaves de su auto. Una vez adentro del coche, conduje hasta el internado/instituto donde vive la novia de Will. Has escuchado bien. ¡Es un internado! Si no me equivoco, tus papás te envían a un internado cuando no te aguantan en tu casa, así que eso debería haberle dado una bandera roja a mi enamorado amigo.

Pero ¿quién soy yo para juzgar?

Subimos por unas escaleras, las más largas de mi vida, por cierto. Algo que debo admitir, es que me sorprendí. El internado es casi tan grande como una universidad promedio, además –a diferencia de la universidad─ el comedor estudiantil tiene un aroma a gloria, solo con olfatear la comida me convences de volver a hacer el secundario, y eso que odie el secundario. El único gran defecto, ¡no tienen un puñetero ascensor! Mis piernas le pondrán una demanda al arquitecto de esta escuela.

Por fin –inserto revoleo de ojos─ llegamos a la habitación de esta niña rubia.

Ya sé, te estarás preguntando como entramos, así como así, a la escuela. Pues es bastante sencillo, porque, a) Son bastantes permisivos con los alumnos de los últimos dos años, y b) El padre de mi mejor amigo es director de una universidad y amigo de medio mundo en el ministerio de educación. Ven como la vida es sencilla cuando tienes influencias.

Mientras esperamos en el pasillo verde musgo, un par de estudiantes nos miran raro. Pasa un grupo de chicas por nuestro lado, traen ropa deportiva y están un poco sudadas, bastante guapas diría yo. Retiro lo dicho, no le pondré una demanda a esta escuela, sino que le mandaré una carta de agradecimiento, no, una cesta de frutas, por su excelente programa de educación física. Da resultados increíbles. El grupo de chicas nos miran indiscriminadamente, justo cuando una de ellas cruza la mirada conmigo, le giño un ojo y sonrío torcido.

Nos abren la puerta. ¿Qué hacía está chica que tardaba tanto en abrirnos? Me he hecho viejo esperando.

La habitación es sencilla, sus paredes son crema –un color súper especial─, dos camas individuales atraen el centro de atención, una con el edredón color rosado perteneciente a Sofía (la novia de Will) y la otra, bueno... está echa un lio, tiene las sabanas desparramadas y el edredón azul puesto por encimita, y al menos diez almohadones cuadrados con frases bordadas, descansan sobre el colchón. Vaya que son opuestas.

Al instante que yo husmeo el pequeño cuarto, mi amigo se abalanza sobre su novia, se tumban juntos en la cama rosa abrazándose. Tengo la curiosa teoría de que Will cree que, si deja de abrazar a Sofía, ella va a desaparecer de la faz de la tierra. Me río para no vomitar, desviando mis ojos hacia algo más entretenido. Veo ¡Un montón de libros!

Sí gente, soy un adicto a los libros, puedo ser un idiota, pero el olor a libros es una de mis debilidades, también las hamburguesas y las películas pos apocalípticas.

Ignorando el escenario de chicles pegados, le doy una ojeada al librero ubicado junto a un escritorio, el cual también tiene libros amontonados encima de él. ¡Qué buenos libros! Hay muchos clásicos, Orgullo y Prejuicio, Cumbres Borrascosas, Romeo y Julieta, Los Miserables, El retrato de Dorian Grey, Cien años de Soledad, entre otros, la mayoría románticos o trágicos, también hay varios juveniles, la gran mayoría de estos tiene el sello en la portada que delatan que son provenientes de Wattpad, ¿Qué? Quien quiera que sea dueña de estos libros, tiene que ir con urgencia al psicólogo. Todas las personas cuerdas saben que el 90% del contenido de Wattpad es... ¿Cómo lo digo para no sonar como un imbécil?... extraño y peculiar. Y lo sé por experiencia propia. No voy a negar que hay muchas maravillas dentro de la plataforma, tal vez la dueña de los libros posea el 10% rescatable de las novelas subidas, pero sean sinceros, quien no se ha topado con una historia sumamente extraña y mórbida.

Sigo leyendo los lomos de los libros. Tiene un gusto muy bueno en cuanto a literatura.

No me jodas, no puede ser ¡Tiene ediciones viejas de varios de Stephen King! Muero con la portada de It, no es nada parecida al que yo tengo, en esta no se ve la cara del payaso de la película junto con un poco de sangre chorreando por los laterales de la portada, ¡que exquisito!, en su lugar, se observa un dibujo de una pequeña alcantarilla junto a un barquito de papel amarillo. Con esto me caso, decidido. Y no solo es King, también tiene libros de E.A Poe, Oscar Wilde y John Katzenbach. También observo varios libros de J.L Borges y Julio Cortázar, descansando sobre el escritorio.

¿Cómo a una chica puede gustarle lo romántico y lo horripilante? Que alguien me explique.

Con toda esta información, me siento mucho más seguro de mi cita a ciegas, hasta ¿un poco emocionado? Ósea, al haber echado un vistazo en su colección personal de libros me da la libertad de hacer preguntas que, de una mágica forma, le resulten interesantes, ligue asegurado señores. Esta noche Codi usará condones.

─ ¿Codi? ─ la voz de Will me hace girar, aún con el libro de It en la mano.

─ Mmm. Sí, ¿sucede algo?

─ De hecho, sí. –Oh no, Will está poniendo su cara de superioridad─ Te han dejado plantado, amigo mío.

─ ¿Qué mierda dices? A mí nadie me deja plantado.

Sofía sin disimular, comienza a reír a carcajadas, mientras yo pongo una mueca de horror.

─ Mi amiga dice que tiene algo más importante que hacer que salir con un pendejo que no conoce.

─ No te creo, Sofía─ mi mueca pasa del asombro al enojo.

─ Tengo pruebas.

Se estira un poco, pasando por encima de su novio, llega a su celular, teclea un par de cosas y comienza a reproducirse un audio a todo volumen. Una voz dulce pero embroncada comienza a hablar a través del celular.

─ "Sofí, querida de mi alma, ¿justo un sábado por la noche, con cinco puñeteros minutos de anticipación me avisas que quieres salir con unos chicos que no conocemos, a una especie de cita doble? ¿Estas mamada o qué? Estoy con Ahítan en una fiesta, en la casa de su novia con plata, la tal Susa o que se yo... Si quieres puedes traer a esos pendejos aquí, sino diviértete".

¿What? ¡Qué carácter!

Sofía suspira pesado ─ Tal parece que no va a venir─ niega con la cabeza─ Conociéndola, tendría que haberle avisado ayer.

─ Un momento, chica rubia. Ella no sabe de tu novio, ¿verdad? ─ le señalo

Ella niega con la cabeza y se limita a decir – Es complicado─

Me desplomo sobre la desordenada cama. Me han dejado plantado, que sorpresa. Encima, ni siquiera la conozco. Que mierda de suerte tengo. Las citas dobles a ciegas apestan a sorete de perro. Sigan mi consejo, jamás en la vida acepten algo así de estúpido.

¡Auch! Algo se me clava en la espalda. Me siento, hurgo por debajo del edredón, un libro, como no, si esta chica vive a base de esto. "El Principito" leo en la portada, un clásico. Vuelo a recostarme ahora con el libro en la mano. Dicho objeto parece tener años, sus bordes están gastados y tiene miles de marcas con etiquetas que sobre salen por los costados, al abrirlo –porque soy un capullo curioso─ veo una dedicatoria en letra cursiva –"Para mi niña pequeña, con amor, mami"─ Los marcadores se detenían es expresiones específicas, una de ellas, los dibujos de los corderos que el narrador le dibujaba al Principito, y debajo del dibujo de la caja con hoyos, con tinta reciente se deja ver la expresión "Necesito un dibujante, no importa que no sea muy bueno, pero quiero una cajita. Quiero que alguien me dé justo lo que necesito y no tengo".

Algo dispara mi curiosidad. Todos sabemos que los lectores tenemos un sinfín de separadores, yo, por ejemplo, tengo miles que nunca encuentro, por lo que, en ocasiones, arranco una hoja, la doblo, y listo un separador, ideas en cinco minutos, síganme para más consejos. Volviendo al tema, el separador de este libro es una tira de fotos, de esas que te haces en una cabina fotográfica. Cuatro fotos ubicadas una debajo de la otra en hilera. Dos chicas son las protagonistas, parecen llevarse al menos cinco años de diferencia, una tiene rulos (la mayor) y la otra el pelo lacio, largo y renegrido. No creo que sean madre e hija, si ese es el caso, me uno a la poligamia.

─ Sofía. ¿Quiénes son?

─ Ah─ se levanta de la cama y se sienta a mi lado─ ella es Ada, mi compañera de cuarto, y también la chica que te dejó plantado─ dice señalando a la chica menor de cabello lacio─ y esta, es su hermana mayor.

Oh, entiendo.

¡Destino de mierda! Una vez en la vida que Will hace algo bien por mí, y me la cagas. La chica es hermosa, tiene un gusto maravilloso por la lectura, tiene carácter, y ¡puf! No me dejas que me ligue con ella. Una sola nochecita nomas te pedía. Uf, a guardar los condones se dijo.

Carajo, ahora pensaré en esto toda la maldita noche.

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