V
Ni-ki despertó dos horas después de que Sunoo se fuera de su lado.
Estaba sentado en la cama tratando de recordar qué pasó anoche, la cama sucia y desordenada, sus ropas tiradas por todo lado, parecía que había estado solo toda la noche, ¿entonces porqué no sentía que fuera así?
-Pero qué...- cada que miraba alguna parte de la habitación, algo volvía a su mente, ahí apareció Sunoo, el recuerdo de sus labios, de su piel, sus lágrimas. -¿Qué hice?
Se vistió, bueno se colocó su pantalón y salió en busca de su amigo, que para su sorpresa, estaba desayunando amenamente con Jungwon.
-Oh, Kinnie, ya despertaste- Sunoo actuó tratando de no mirar a Ni-ki ni actuar raro -ve a ducharte y luego vienes a desayunar.
-Sí...- talvez solo era su imaginación.
.
.
-Yo... volveré a casa- Ni-ki trataba de que Sunoo lo mirara, desde que despertaron el menor estaba muy cohibido.
-Sí, cuídate, nos vemos en clase- respondió el pelirosa.
-Adiós- sin importarle que Sunoo lo estaba evitando, besó su mejilla como cada que se despedían.
Ni-ki se fue de casa de Jungwon, y pronto Sunoo pudo respirar con tranquilidad.
-No puedes evitar mirarlo por siempre, no sabes si lo recuerda, solo finge que tú tampoco lo recuerdas y pronto todo volverá a la normalidad.
-¿Seguro?
-Muy seguro.
.
.
Sunoo caminaba hasta su casa, Jungwon se ofreció a llevarlo pero el pelirosa quería caminar un poco para despejar su mente.
Sacó sus llaves de su bolso y la alineó con la cerradura, pero otra vez lo escuchó, sus padres estaban peleando otra vez, no era algo nuevo, era más común de lo que podría pensar.
-Ya llegué- fingió una sonrisa y entró a casa.
-Cariño... bienvenido- su madre trataba de ocultar su enojo al igual que su padre, pero eran un asco haciendo eso.
Sin decir nada más que una sonrisa, caminó hasta su habitación para lanzarse a su cama, volviendo a escuchar quejas y pronto gritos de sus padres.
Suspiró volviendo a lo cotidiano, tarea.
Se sentó en su escritorio sin poder concentrarse del todo, aunque leía una y otra vez, seguía sin entender, simplemente no captaba la idea.
Pero la puerta principal azotada lo sacó de sus pensamientos, luego escuchó a alguien subir a su habitación, por el sonido de sus pasos, era su padre.
-Oye... hijo..
-¿Mamá se fue otra vez?
-Ya sabes cómo es... volverá en unos días, solo está algo cansada por--
-¿Nosotros?
-No, claro que no, está cansada por... ya sabes...- no sabía cómo mentirle -¿Quieres salir a almorzar? hoy no puse carne a descongelar.
-Sí... vamos.
.
.
-Ya nos traerán la comida, hasta eso iré por unas ensaladas- su papá se paró alejándose de la mesa.
Sunoo sabía que no iría solamente por ensaladas, su padre llamaría a su madre para que vuelva a casa, siempre fue así.
-¿Sunoo?- esa voz, otra vez estaba a su lado.
-Ni-ki- fingió otra sonrisa.
-¿Todo bien?- es como si viera a través de esa máscara de felicidad.
-Sí, vinimos a comer con mi papá y--
Ni-ki lo miró de ese modo especial, ese que le obligaba a decir la verdad.
-Mamá se fue otra vez...- su pierna derecha empezó a moverse, involuntariamente -esta vez no me dijo nada... solo se fue.
-Sé que no sirve de nada que te lo diga, porque solo son palabras... pero aquí estoy yo- al parecer no recordaba lo de anoche -un para siempre es un para siempre, te lo prometí y aquí estoy... cumpliendo mi promesa.
-Ni-ki...- decía que estaba bien, pero cuando esos brazos rodearon su cuerpo sintió su corazón romperse, las lágrimas empezaron a juntarse en sus ojos.
Ambos recordaban lo sucedido la noche anterior, pero ninguno quería hablar sobre eso, tan solo abrazarse y acurrucarse entre ellos.
Un día más... una vez más, en tus brazos yo me quiero acurrucar.
Cami~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top