Un balde de agua fría cayó sobre la joven, quién despertó de inmediato.

-Aaah...-Se quejaba-¿Que...?-Se preguntaba por el intenso dolor que tenía-....-rapidamente alzó la mirada.

-...-El azabache estaba sentado frente a ella, observándola detenidamente.

-¿Levi?-Trató de moverse, pero no podía-¿Qué haces?-susurro asustada.

-Estoy mirándote...-Se puso de pie-Se que ya sabes toda la mierda...-Tomó una carpeta-Sobre todo...-

-Levi... Levi Ackerman... ¿Por qué haces esto?-

-Es porque amo a Eren, lo amo mucho y no voy a dejar que por tu culpa...-La miró con el ceño fruncido-Nos separen...-

-¿Qué le hiciste a ese niño?-Preguntó mirando a varias partes-¿Dónde está?-

-¿Eren?-La de cabello color caramelo asintió-No le hice nada...-Dejo la carpeta para ir a una parte oscura-De hecho, Eren fue quien pidió esto...-

Petra vio como Levi cargaba un bulto, dejándolo sobre la silla.

Al mirarlo de una mejor forma, sintió un escalofrío en su espalda.

-L-levi...-observaba al castaño y luego al azabache-¿Qué es lo que hiciste?-

-Eren está muy bien conmigo, nos amamos demasiado...-Observó al castaño.

-Levi, esa mujer no me agrada...-susurro-No la quiero ver nunca más... Sabes que si ella sigue viva, nos separarán...-

-Si, lo sé...-Levi le besó los labios-Pero es una persona importante para mí...-Se acercó a una caja de herramientas, tomando un martillo.

Frente a la caramelo, frunció el ceño.

No quería matarla.

-Yo... No sé...-Temblaba el azabache.

-Pensaba que yo era la única persona importante en tu vida, Levi...-

-Si, lo eres... Pero...-

Petra tenía miedo, ya que el azabache le hablaba a la nada, también observaba el cuerpo del castaño, el cual estaba sentado.

-Mátala... Mátala... Mátala... Mátala-Escuchaba el azabache.

-N-no... Aún no...-

-Mátala... Mátala...-Levi sintió un silencio y como Eren lo miraba con sus grandes ojos-¡MÁTALA!-Gritó.

-¡AAAAAHHHH!-Soltó Levi para luego comenzar a golpear la cabeza de la joven con el martillo.

Su rostro pálido se manchaba con sangre, el lindo color caramelo del cabello de Petra, comenzaba a cambiar a un intenso rojo carmesí.