Capitulo 13
Editado: 25/ 04/ 2021
Recomendado.
Otro día, otro buen desayuno. Lo veo salir de su habitación muy adormilado, él bosteza y talla sus ojos entre su avance mientras yo regreso mi atención a la sartén para terminar de servir el desayuno. No importa cuanto intente no tomarle importancia solo puedo... hacerlo, justo como ahora que se ve tan lindo así de despeinado y cabeceando sobre la mesa. Hace ya quién sabe cuántos días que esta mierda nos tocó, y por más que veo la foto de Vanesa no puedo evitar pensar en él.
—Invité a la pequeña vecina de enfrente, ¿Te molesta? —me acerco a la mesa de centro.
—Mientras no me hagas gastar más de la cuenta —frota sus ojos — en comida, todo irá bien... —sonríe levemente —no sé si lo sepas, pero es pesado ir a la escuela y tomar dos trabajos extras.
—No te preocupes, —tomo asiento —le daré la mitad de mi desayuno.
—Bien, entonces dale la mitad del mío también.
—Eso no lo haré, —despeino sus cabellos —el niño debe ir a la universidad y no queremos que termine tendido en el suelo ante un terrible desmayo.
Ante mi broma sonríe divertido soltando un nuevo bostezo mientras se pone de pie, me pide un momento con la mano y yo suelto un suspiro. Esto se está saliendo de mis manos, el tenerlo cerca se esta convirtiendo en una necesidad superior a solo verlo y oírlo... las noches se ponen demasiado calientes al verlo salir con dirección al baño, casi parece como si lo estuviera cazando para devorarlo después...
— ¡Buenos días!
Me pongo de pie ante los fuertes toquidos de la puerta, al abrir puedo ver a la pequeña sonreír de gran manera y luego de despeinar sus cabellos le hago señas para que entre en el apartamento, ella se adentra tomando dirección a la mesa de centro. Sonriendo tomo asiento a su lado dejándola sintonizar el canal.
—Puedes comenzar ya si quieres... —le acerco su plato.
—Pero... —dudosa me mira — ¿No hay más comida en plato que en el suyo?
—Oh... —analizo los platos —no, yo como muy poco.
La pequeña parece detectar mi mentira, pero me termino levantando ante el llamado de Peter que me pide le pase un pantalón ya que suele dormir en ropa interior. Me adentro en su habitación buscando entre su montón de ropa sucia y tomo un pantalón gris suelto que le paso; es extraño... cuando estoy cerca suyo mi cuerpo siente la necesidad de tenerlo cerca, de atraerlo, y los pequeños contactos de nuestros cuerpos se vuelven muy calientes. Llevando mi mano sobre mi rostro intento calmar estas ganas de atraerlo.
—Bueno, —abre la puerta sonriente —listo, ¿Hoy harás algo?
Lo sigo hasta la mesa de centro tomando asiento a su lado y admirando como hay comida de más en mi plato; sonriendo observo en dirección a la pequeña que desvía su mirada tratando de distraerse con otras cosas.
—Solo iré a conseguirme un puesto en... bueno, ya sabes.
—Mm —da un asentimiento pasándome un poco de su desayuno — ¿Necesitas ayuda?
—Niño, vivo de eso desde que tengo memoria, —río regresando su parte de comida —no es un reto para mí.
—Bueno, pero igual... —sonriente regresa la comida a mi plato —no dudes en llamarme si tienes problemas.
—Si, si... —paso la comida al plato de Vanesa —lo que digas Peter.
— ¿Y en que trabaja señor Wade? —cuestiona sonriente.
— ¡No me digas señor! —me quejo —no soy tan viejo...
— ¡Ja! —me empuja con su brazo —al menos yo no me quejo de que me digas niño...
Sonrío divertido mirándolo sonreír de igual forma, mi mirada vuelve a Vanesa que nos cuestiona con la mirada.
—Bueno soy... ¿Cobrador?
— ¿Cobrador?
Volviendo la mirada a mi lado puedo ver como Peter se disuelve completamente de la plática mientras se concentra o pierde en su desayuno.
—Si... cuando una persona debe algo a otra... en ese momento yo entro en acción tratando de recuperar lo perdido... o algo así...
—Si, —ríe asintiendo —o algo así...
Últimamente se la pasa riendo mucho. La mañana sigue con tranquilidad y luego de desayunar, ambos nos damos un baño por separado para después salir juntos del apartamento y separarnos en la parada del bus donde él sube mientras yo sigo mi camino a pie. Ahora es momento de olvidarme de este tema y concentrarme en la paliza que me darán, en este momento desearía morir antes de llegar al rito de iniciación... ni siquiera puedo creer que la primera vez yo haya logrado entrar y sobrevivir.
Exhalando un suspiro saco mis manos de mi chaqueta; no sé si sea mala o buena suerte vivir cerca de estos idiotas.
—Aunque... de verdad me gusta el nombre del lugar, "Bar del unicornio decapitado" suena bien, se puede utilizar en un babyshower como tema principal.
Sonriente abro la puerta del lugar para mirar a la escoria entre la escoria ni siquiera inmutarse con mi presencia; me adentro hasta la barra pidiendo lo de siempre a un tipo desconocido para mí.
—Una mamada... y que sea doble.
— ¿Amigo de Wiss? —sonríe levemente.
—Recomendado de esa comadreja, me llaman Deadpool.
—Buen nombre, —asiente dejando la bebida sobre la barra —toma tu mamada y luego camina escaleras abajo, toca tres veces la puerta de este modo...
Luego de escuchar la forma de toque doy un asentimiento escuchando como el tipo me desea suerte, un único trago y me levanto bajando por las escaleras hasta encontrar la puerta de los golpees... los toques son dados y la puerta enseguida es abierta dejándome entrar, frente a mí, el jefe del lugar esta sentado en su escritorio.
—Ey viejo, vengo por un puesto en este lado de la ciudad, ¿Qué me harás hacer? no tengo ganas de chupar penes así que puedes ir descartándolo.
Con una sonrisa me hace señas para tomar asiento frente a su escritorio, con mi avance puedo verlo hacer señas para que sus guardias salgan de la habitación; posa sus manos sobre el escritorio y entrelaza los dedos sin apartar la mirada de mí... su acción me distrae de continuar jugando con un pequeño coche de colección que esta sobre su escritorio.
—Wade Wilson... —eleva la mirada — ¿Cierto?
—Mmm... —doy un asentimiento —prefiero que me llames "El amor de mi vida" aunque también acepto "La criatura más hermosa del universo"
Sonriendo de lado se levanta, a pesar de ser un viejo conserva muy bien su cuerpo, ju...
—Wiss me advirtió sobre tu "Humor" también sobre los poderes especiales que posees... —sale de detrás se su escritorio —y muchos de tus otros dones, —observa las armas en su pared —básicamente no matas en el trabajo, solo metes miedo.
—Pues sí, —me encojo de hombros —básicamente es eso.
—Sabes que te haremos unas pruebas y de esas mismas pruebas saldrá tu marca para que no te atrevas a traicionarnos... —prueba el filo de una daga —este bar es un hogar para malnacidos como tú, algunos más malos que otros... siempre nos apoyamos y en pequeños problemas de bandos... a veces ustedes meten mano, —gira su mirada a mí —al menos para golpear un poco.
—Lo tengo todo claro viejo, lo pase con Wiss... Sister Margaret's se defendía con uñas y dientes al igual que su líder.
—Bueno... —deja la daga sobre su escritorio —entonces podemos pasar a lo siguiente.
El viejo toma una manopla de su gaveta y yo aprieto la mandíbula al verlo subir el puño. Un golpe fuerte con su manopla y la sangre comienza a salir de mi boca, el hombre sonríe y con un chasquido de sus dedos hace entrar a sus hombres que tienen bates, manoplas y metales en mano; esto es... básicamente un ritual que te grita en la cara y todo el cuerpo "Ves algo indebido y lo cuentas a otros, y este será tu final" si, ahora nos dirigimos al cuarto del dolor para que vean que Wade Wilson no es un bocón.
[Unos cuantos golpes después]
Si, la parte de la iniciación jamás ha sido mi cosa preferida, digo... nosotros los que solo golpeamos un poco y nos limitamos a amenazar no tenemos porque enterarnos de cosas indebidas dentro de nuestro centro de trabajo, pero... la precaución ante todo, y eso que ahora han sido blandos conmigo gracias a que soy una recomendación de Wiss. Luego de unas palmadas en mi espalda el viejo me da un pañuelo para que me quite los restos de sangre, y al segundo uno de sus gorilas le entrega mi tarjeta para confirmar que soy miembro del club "El unicornio decapitado" no es algo muy notorio, una placa unida a una cadena hecha por ellos con mi nombre impreso. Abrazo al viejo que recibe alegremente.
—Sabia que Wiss no me iba a recomendar a cualquier idiota, bien... —hecha una mirada a sus archivos —tu número ya lo tenemos, en cuanto se presente algo te lo mandamos por mensaje, hora, nombre del sujeto y lugar, tu buscarás la información de tu sujeto y podrás encargarte del resto a como te plazca, ya sabes como es el pago, la mitad tuya, la mitad nuestra.
—Lo sé bien viejo.
El hombre da un asentimiento y enseguida salgo del lugar con las manos en mi sudadera, al salir puedo percatarme de lo mucho que me mantuvieron encerrado entre golpes, el sol ya se oculta... ese mocoso ya debe estar de camino a su trabajo; suspirando dejo fluir mis pensamientos sobre él... solo, me pregunto si se encontrará bien, digo, entre la golpiza que me dieron hubo un momento en el que mi cuerpo se altero un poco, pero supongo que debe estar bien, él me hubiera marcado si se hubiera alterado de más. Ahora mismo no tengo nada que hacer y su pensamiento me invade... ¿Qué demonios hago ahora? Bueno... él tenía mucha ropa sucia en casa... quizá debería ir a lavarla o algo...
Pateo una lata del suelo entre el seguir de mi camino; es molesto, pero no puedo evitar pensar en él aun cuando lo intento... aun cuando estoy recibiendo una paliza el pensamiento de él sigue presente, preocuparme siempre de este modo... no es lindo.
— ¡Señor Wade!
Subo la mirada con sorpresa y frente a mí puedo ver a la pequeña vecina con una capucha morada que cubre sus rizados cabellos, ella sonríe ampliamente mientras sacude su mano con entusiasmo desde el otro lado de la calle... sonrío elevando la mano levemente. La pequeña mira a los lados con cautela y pasa rápidamente en una carrera hasta detenerse frente a mí.
— ¿Qué hace por aquí señor Wade?
—Nada muy especial... —rasco mi mejilla —acabo de volver de conseguir mi trabajo, ¿Y tú?
Ella sonríe ampliamente quitándose la mochila de encima para mostrarme el interior con un pedido de comida china, ella cierra la mochila y la toma sobre sus hombros para luego tenderme un pequeño papel con un mapa de la zona y una dirección escrita y señalada.
—Estoy en medio de una entrega... —señala el nombre de la calle —es por aquí...
—Ha... —analizo la dirección —pero este lugar...
Detengo mis palabras para volver la mirada atrás, si no me equivoco la dirección es del bar del cual acabo de salir... simplemente no puedo dejarla ir sola ahí.
—Lo llevaré por ti —sonrío tendiendo mi mano.
— ¿Um? ¿Por qué? —se aferra a su mochila.
—Es peligroso este barrio, —suspiro sujetando mi nuca —no puedo creer que se les ocurrió mandarte...
— ¡Mm! —niega firmemente —yo pedí hacerlo.
Ella parece decidida a hacerlo así que rápidamente le arrebato la mochila pidiéndole que espere por mí, sin esperar su respuesta me encamino al lugar marcado y apenas abro la puerta mostrando el pedido los hombres se abalanzan sobre mí... o más bien sobre la comida, para después pagarme sin tanto problema. Salgo de inmediato y le entrego el pago a la niña que aunque disgustada con mi decisión agacha la cabeza.
—Gracias.
—Solamente... no vuelvas a acercarte a ese lugar, no lo digo de broma Vanesa, es un lugar realmente peligroso.
Ella da un asentimiento ante mi seriedad y simplemente la sigo hasta su lugar de trabajo; luego de hablar un rato con el hombre que le permitió ir a aquel lugar ambos salimos de la tienda, la niña se ofreció rápidamente a ayudarme con la tintorería. El resto de la tarde paso con prisa y la noche llego sin mensajes ni llamadas de Peter en todo el día, y por alguna razón eso...
—Me esta preocupando...
Levantándome del sofá apago el televisor arrojando el control al sofá para dirigirme a la puerta... al salir la preocupación se hace de mi corazón y sin pesarlo más bajo con rapidez al primer piso observando a Vanesa que se mantiene sentada en la salida del edificio mientras se abraza a sus piernas, sorpresivamente la pequeña no muestra su usual sonrisa y hasta parece perdida en la nada.
—Ey... Vanesa.
Su rostro se levanta y vuelve su mirada atrás con sorpresa, yo sonrío levemente mirándola devolver el gesto sin ganas.
—Hola... Mm... es irrespetuoso llamarlo por su nombre y no le agrada que lo llame señor... —menciona apenada.
Sonriendo tomo asiento a su lado manteniendo mi mirada en la acera como ella lo hacia antes, pero mi mente sigue centrada en él y por reflejo saco mi móvil observando la pantalla apagada.
— ¿Esperas a alguien? —menciono sin más.
—Si... a mis padres, ellos siempre llegan tarde por la noche, pero... a veces me gusta venir a esperarlos.
Ella sonríe sinceramente por un momento, pero al segundo esconde su sonrisa entre sus piernas que vuelve a abrazar... suspirando enciendo mi celular para buscar en mi galería.
—A mi también... me gustaba esperar a alguien.
Le acerco el móvil para que vea la foto de Vanesa, ella parece algo sorprendida, pero simplemente lo toma comenzando a mirar nuestras fotos sin poder creerse que ese hombre sea yo.
—Pero ella... no volverá.
— ¿Por qué lo piensa?... ¿Acaso terminaron?
—No... —musito con una leve sonrisa —ella falleció hace un tiempo.
Su leve sonrisa se borra y bajando la mirada a la pantalla aprieta mi celular entre sus manos, mi mirada se mantiene sobre la acera mirando como poco a poco comienza a mojarse.
—Yo... tengo miedo —confiesa.
De pronto sus lágrimas comienzan a fluir y sin saber cómo reaccionar solo trago grueso... exhalando un suspiro acerco mi mano a su espalda, pero entonces veo la pantalla de mi celular iluminarse, ella limpia sus lágrimas rápidamente y me entrega mi celular. Yo respondo la llamada.
— ¿Pasa algo Peter?
*—No, voy en el bus, faltan unas calles para que llegué... sé que podría ser una molestia, pero... ¿Podrías bajar a esperarme con una sombrilla? Ya sabes, no quiero pescar un resfrío justo ahora.
—Si yo... te espero.
Colgando vuelvo la mirada a la pequeña a mi lado, Vanesa limpia sus lágrimas y me observa curiosa.
—Lo siento pequeña, —me pongo de pie —tengo que subir por una sombrilla, pero... ¿Quieres continuar con esta conversación luego?
—La verdad no, —sonríe ampliamente —no me gusta hablar de ello, estoy... bien así.
Deteniéndome doy una caricia en su cabello y con un asentimiento me marcho hacia el apartamento con prisa. Al tener el paraguas bajo con prisa y llego justo a tiempo a la parada del bus, él apenas esta cerca de la salida y ya me busca con la mirada... me acerco enseguida a lo que su sonrisa fluye, él baja de un salto y yo rápidamente rodeo su hombro para comenzar a correr hacia el edificio a su lado.
— ¡Ey Vanesa! —se detiene sonriente — ¿Esperas a tus padres?
La pequeña sonríe asintiendo, y él acaricia su cabello con ternura.
—Bueno, te dejo mi paraguas para cuando los veas llegar, y... —me observa y vuelve la mirada hacia ella —puedes venir a cenar con nosotros si ellos no llegan pronto.
—Si, muchas gracias.
Abrazándome al brazo de Peter lo hago subir de una vez, él ríe y comienza a contarme el como la lluvia lo había tomado totalmente desprevenido. Una vez cerrada la puerta de apartamento él se quita la sudadera para arrojarse al sofá entre un respiro lleno de descanso; animado me adentro a la cocina evitando por todos los medios arrojarme sobre él y abrazarlo.
—Entonces... ¿Estuvo bien el trabajo?
—Si, lo de siempre, pero un poco más lleno de lo normal, hubo mucha gente este día... —se gira boca abajo —oye Wade... ¿Estas bien? Yo... desde mi último modulo hasta mi viaje en autobús tuve cierto... presentimiento...
Regreso mi mirada con una sonrisa logrando tranquilizar su preocupación.
— ¿Me ves algo mal? —cuestiono divertido.
—Mm... —niega sonriente —quizá solo ese delantal de Hello Kitty.
Sonrío divertido mirándolo venir a mi lado, Peter se mantiene a mi lado comenzando a preguntarme en que me puede ayudar, y aunque no quiera estar tanto tiempo a su lado... este sentimiento en mi pecho solo me hace decirle... que sí.
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