Se paró junto al portal de la biblioteca y miró hacia los lados antes de ingresar. Solo esperaba que Craig fuera un muchacho puntual y llegara a la hora acordada. O que al menos llegara.

Como dijo anteriormente, Addy estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por una entrada a ese concierto. No podía perderse la primera vez que su banda favorita visitaba su ciudad, aquella banda de la que tenía posters llenando las paredes de su habitación, muchos discos con canciones que repetía una y otra vez sin cansancio, y playeras con sus rostros estampados.

Necesitaba asistir.

Buscó una mesa disponible y se sentó frente a ella. Colocó su mochila en la silla a su lado para guardar un lugar al pelirrojo.

Estaba a punto de revisar nuevamente la hora en su reloj cuando sintió su presencia frente a ella. Alzó la vista para toparse con un par de ojos claros observándola con una ceja levantada.

― ¿Entonces? ¿Aceptas? ―cuestionó.

―No comprendí exactamente que necesitas que haga ―aclaró― No puedo ser tu novia solo porque sí, Craig.

―Es simple, no seremos novios realmente. Solo en la escuela, fingirás estar saliendo conmigo por algunas semanas y, a cambio te daré el boleto gratis para ver a esa banda adolescente que tanto te gusta ―al ver la cara de confusión en el rostro de Addy, siguió explicando― Prometo que no habrán besos, ni te tomaré de la mano... No, en ocasiones si te tomaré de la mano. Seremos casi como una pareja de amigos que de vez en cuando dicen cosas cursis. Y solo serán semanas. Es un buen trato, ¿qué dices?

― ¿Por qué quieres una novia falsa?

Craig resopló.

―Que importa eso, Alina. ¿Aceptas el trato? ―extendió su mano hacia ella para cerrar el acuerdo.

Addy lo miró dudosa unos segundos. Tomó su mano y la sacudió.

―Acepto ―dijo con firmeza. Luego de unos segundos, agregó― Y mi nombre es Addy.