15

―Deja de observarme así ―gruñó Craig dejando su taza de chocolate caliente sobre la mesa― ¿Tengo monos en la cara, Adela?

Addy le dio un sorbo a su bebida antes de hablar.

―Tus mejillas están rojas.

Los ojos del pelirrojo se abrieron desmesuradamente.

―¿Y eso qué? ―respondió receloso y colocó ambas manos sobre sus mejillas para cubrirlas. Estaban calientes, y según Addy, sonrojadas― Debe ser el chocolate.

Lo miró con los ojos entrecerrados y negó con la cabeza.

―Están así desde que hablaste con Bianca.

― ¿Qué estás tratando de decir? ―preguntó con una mezcla de preocupación y molestia. Rodó los ojos al ver a la castaña a punto de decir algo y exclamó― No, no quiero que respondas. ¿Por qué no empezamos con la cita y dejas de mirarme como si fuera un maldito extraterrestre?

Addy sonrió. Pero su sonrisa no tranquilizó a Craig para nada. Trama algo, pensó.

―Bien, empecemos ―declaró. Sacó una pequeña libreta del bolsillo de su blusa y la abrió.

― ¿Y eso para qué es?

―Dijiste que debíamos conocernos, aquí apunté algunas preguntas.

Craig arqueó una ceja y rió. Addy, Addy, Addy...

―No me refería a...

―Bien, voy yo ―anunció fijando su vista en la libreta― ¿Nombre completo? ¿Cuándo es tu cumpleaños? ¿Cuál es tu color favorito? ¿Lugar favorito? ¿Has hecho llamadas de broma? ¿Videojuego favorito? ¿Cuál es tu banda o cantante favorito? Menciona tres cosas que-

―¡Addy! ―gritó, silenciándola y llamando la atención de la pareja sentada en la mesa de al lado― No hablaba de conocernos de esa manera, ¿es algo superficial, no crees?

―Pero...

―Conocer a otra persona no significa simplemente saber su color favorito. Significa tener una idea de cómo reaccionará ante una situación, o comprar un regalo de cumpleaños sin haber preguntado antes que es lo que desea y estar seguro de que le encantará.

―Pero...

―Se necesita tiempo.

― ¡Pero no sé tu nombre completo, Craig! ¿También se necesita tiempo para saberlo o puedes simplemente decirlo? ―resopló mirando al techo― No necesitabas darme un gran sermón, para eso voy a la iglesia con mi madre los domingos.

―Arg, mi nombre es Craig Gowan Banner, ¿contenta?

―Contenta ―mostró su lengua juguetonamente― Entonces... ¿puedo hacer una última pregunta?

―Está bien.

― ¿Prometes responder con la verdad y nada más que la verdad, Craig Gowan Banner?

―Lo prometo.

― ¿Te gusta Bianca?

El pelirrojo dejó escapar un largo suspiro. Sus intentos por ocultarlo no habían servido de nada.

Oh vaya, tenía una larga historia que contar.

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